Posets, Tuca del Forau de la Neu y Diente de Llardana desde la Forqueta.
Tuqueta Roya, Arista Sur, Cima de Posets, Espalda de Posets, Collado
del Diente y Cima del Diente de Llardana, Collado del Diente, Circo de las
Espadas, Arista Este y Cima de la Tuca
del Forau de la Neu. Descenso al Ibón de Llardaneta, Refugio del Forcau y
Aparcamiento de la Espiantosa.
10-08-2000.
Salida 11 h. Llegada 19 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Tuca del Forau de la Neu procedente de Prames. Vía en amarillo.
La continuación de la Cresta Norte de la Tuqueta Rota situada a 3273
metros de altitud es un descenso cuidadoso con algún tramo descompuesto que nos
conduce a la salida del Corredor Jean Arlaud, lugar donde se terminan las
complicaciones: estamos sobre los 3200
metros de altitud y nos quedan alrededor de 175 metros de ascenso que
realizamos por pedrera metamórfica en la que hay dibujados multitud de caminos.
Almorzando en la Cima del Posets.
A las once menos diez alcanzamos la cima del Posets y nos sentamos a
almorzar. Hay que reponer fuerzas puesto que el tajo de hoy no está terminado.
Arista de las espadas, Arista Roya y Eristes desde Posets.
Media hora después reanudamos nuestra marcha descendiendo en dirección
sur por la Espalda de Posets. Sube gente a barullo.
Diente de Llardana desde la Espalda de Posets.
En treinta y cinco minutos alcanzamos el Collado del Diente de
Llardana. Rosa se queda, ya que no tiene ganas de subir por tercera vez,
mientras que Juan y yo nos subimos, en nueve minutos, al Diente de Llardana con
3094 metros de altitud. Son las doce y cuarto. Se trata de una trepada aérea y
muy bien escalonada que parece mucho más fea de lo que resulta.
Vertiente este del Diente de Llardana.
Eristes, Forquetas y la Sudoeste de Posets desde el Diente de Llardana.
En la cima encontramos a un montañero con el que Juan se queda charlando
un poco, yo me voy hacia el sur para ver la continuación de la arista que no
parece difícil.
Diente de Llardana desde la zona inferior de la canal Fonda.
Seguidamente nos bajamos hasta el collado comentando el riesgo de
accidente debido a la caída de piedras,
ya que todo lo que mueven los que suben o bajan al Diente cae directamente
sobre el corredor de la Canal Fonda.
Hubiera sido tan fácil bajar desde pavots a la Tuca del Forau de la neu.
De nuevo reunidos nos vamos en descenso y en dirección oeste para
bajar al fondo del Circo de las Espadas, hemos visto la posibilidad de alcanzar
fácilmente la enorme pedrera que baja del circo que forman entre Espadas y
Posets, y así resultará.
Tuca del Forau de la neu desde el Diente de Llardana.
Alcanzada la pedrera la bajamos resbalándola mientras se puede y ya en
dirección sudoeste junto al nevero residual a la sombra del Diente nos
dirigimos hacia la Tuca del Forao de la Neu
Alcanzado el barranco recién nacido de los neveros residuales
persistentes todavía en el circo, echamos un buen trago de agua con cualquier
cosa que corta el morro y dejamos las mochilas. Es la una menos cuarto, estamos
a 2.900 metros de altitud y comenzamos el ascenso para alcanzar la arista este del pico a media altura para, una vez
alcanzada la amplia loma, proseguir por ella en dirección oeste.
Poco después alcanzamos la cima de la Tuca del Forao de la Neu de
3.079 metros de altitud, es el noveno y último tresmil del día cuando es la una
y cinco.
Diente de Llardana y camino de descenso desde el collado visto desde la Tuca del Forau de la Neu.
El pico se encuentra en mitad del circo, rodeado de aristas y cimas
todas ellas más altas que él con la excepción de la boca de salida del circo.
Es un espectáculo de contraste después de habernos paseado durante toda la
mañana por la “muralla defensiva de este castillo.”
Relajados y cansados desandamos el camino al encuentro de nuestras
mochilas con los pies un tanto castigados por el calor y contemplando una
cordada que, parece ser, quiere acceder al Collado del Diente por donde
nosotros hemos bajado. Vamos despacio y nos cuesta más bajar que subir, lo que
son las cosas.
Recuperamos las mochilas y en dirección sudeste atravesamos el plano
de glaciar que contornea por el sudoeste al Diente de Llardana y cruzando el
barranco de desagüe del circo, bajamos por praderío alpino directamente hacia
la tienda. Hemos subido al sur y ahora bajamos al norte de la vía que
utilizamos para subir y bajar con Biola.
Son las dos y cuarto cuando llegamos a la tienda y lo primero que
hacemos es remojarnos en el ibón ya que el calor es considerable: llevamos unos
días como no recuerdo muchos en nuestra ya dilatada experiencia en la montaña.
Comemos, protegemos con esparadrapo algunos de nuestros dedos de los
pies que están en regular estado y recogemos tranquilamente nuestro campamento.
A las cuatro y cuarto partimos para abajo con todo a cuestas.
Contorneando el ibón vemos unas preciosas truchas del calibre de la
que vimos en el ibón pequeño y que casi no creímos. Van de caza cerca de la
orilla, ya que el mosquiterío es importante.
Encontramos gente en el barranco y gente que va para abajo. A las
cinco llegamos al Refugio del Forcau.
Echamos un trago y visitamos el interior del refugio casi un hotel recordando, en contraposición con lo que era.
Se nos va media hora de alcagüeteo y continuamos para abajo comiendo frambuesas y avellanas verdes y extraviando el camino en
el barranco como ya nos ocurriera la vez anterior: las buenas costumbres no hay
que dejarlas.
A las siete y cuarto llegamos al coche
un poco cansados de pies y hombros, con ganas de terminar pues no en
vano han sido 1.200 metros subidos con aristas y 2.350 metros bajados, parte de
ellos con carga. Hemos terminado nuestro Verano en el Posets.
Un vasco que ha bajado un rato con nosotros y con su perro cargado se
monta en su furgoneta y se va. Nos deja un trozo plano y horizontal que nos
servirá para montar la tienda.
Nos lavamos en la Aigüeta de Eriste, ponemos a refrescar unas cervezas
y nos relajamos: tenemos tarde para todo.
A las ocho nos preparamos una suculenta cena de verde con fruta y
cerveza y a las nueve y media nos
empiltramos en una tienda de lecho un tanto más blando, pues la hemos plantado
sobre verde.
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