4 ago 2001

16-01. LAS TRES MARIAS. 4-8-2001.


La Suca y las Tres Marías desde Pueyo de Mondicieto. 4-3-07.

Cima de la Suca, Arista Este, María Occidental, María Central y María Oriental. Descenso por el collado entre la Oriental y la Central, Cara Sur, Cuello Viceto  Plana Canal.

04-08-01.

Salida 10 h. Llegada 17 h.

Niebla.

Fácil.

2 d.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de las Tres Marías procedente de Prames. Vía en amarillo.
            En la Cima de la Suca a 2785 metros de altitud esperamos la llegada de la pareja que se retrasa algo más de lo esperado. Son de Zaragoza, van con una perra pastora alemana y no tienen claro ni lo que están haciendo ni lo que van a hacer. Se nos pegan como lapas y se vienen con nosotros.

            El día no aconseja deambular por la montaña ni conocida ni desconocida pero yo creo que con mi sentido de la orientación no tendremos mayores dificultades que las que nos opongan el terreno y lo que vimos ayer no parecía complicado.

La Oeste de Sestrales Alta desde la Baja. Detrás la Suca y las Tres Marías. 12-5-07.

            Iniciamos el descenso a las diez y cuarto en dirección este por el filo de la arista y encontramos trazas de camino: lo que quería.

            Por terreno fácil y medianamente inclinado, siempre junto al filo de la arista que se corta verticalmente en su lado norte y rodeados por la niebla que no nos deja ver más allá de una treintena de metros, nos bajamos hasta el amable y amplio collado de separación con La María Occidental que está situado alrededor de los 2670 metros de altitud.

En la Cima de la María Occidental.

            He visto por un instante la arista oeste del Pico Occidental y no creo que nos oponga dificultad especial. Las trazas de camino nos conducen por si hubiera alguna duda que no la hay. En idénticas condiciones alcanzamos poco después la cima de La María Occidental, acotada, con dudas, a 2780 metros de altitud cuando son las once menos cuarto.

            Les hago algunas fotos a nuestros comparsas, uno de los cuales conoce al difunto Germán Arranz. Mientras ellos deciden bajarse con nosotros hasta el collado siguiente. Luego ellos se irán en busca de su tienda para marchar hacia Puntas Verdes.

            De la Cima Occidental bajamos por fuerte pendiente, aunque siempre fácil hasta el collado de separación con la Punta Central. El día va de cine a pesar de las nieblas, algo frescas ahora, que nos aconsejan ponernos los guantes.

La Suca y las Tres Marías desde el Tozal de la Fueva. 12-5-07.

            Descenderemos alrededor de 125 metros y alcanzamos el collado que suponemos situado sobre los 2650 metros de altitud, vamos haciendo dientes de sierra en descenso.

            El collado es una copia del anterior, se puede abandonar la arista perfectamente hacia el sur y el norte sigue colgado en el abismo.

            Inmediatamente iniciamos el ascenso próximos a la arista que en su parte superior se yergue un tanto pero que sin apenas dificultad nos deposita en la cima del María Central situado a 2750 metros de altitud y también con dudas al respecto, cuando son las once y veinte.

María Oriental desde la Central.

            Otra foto sin fondo para el recuerdo y los socios que siguen con nosotros.

            En el descenso siguiente la perra va a tener algunas dificultades pues tiene tan poca costumbre de montaña como sus dueños. Le hacen un par de pasos de brazos para aligerar pues tienen claro que somos su “mirlo blanco”, y dicen de iniciar la subida a la María Oriental hasta donde puedan.

            Salvo los dos pasos referidos, el resto no tiene otra historia que no sea la niebla y los, de nuevo, 100 metros bajados.

            En el collado les indico que hay un paredón que cierra el paso y que si no se puede contornear por el norte habrá que dar un amplio rodeo por el sur. Pero los socios están dispuestos a venirse con nosotros incluso al infierno.

            El collado se debe encontrar por debajo de los 2650 metros de altitud  y de allí salimos por un tramo calizo fácil y descompuesto que se va elevando al norte del pilar que ya habíamos observado ayer desde abajo.

Desde la Oeste del Pueyo de Mondicieto la Suca y las Marías. 18-1-09.

            Enseguida salvamos por la derecha un pequeño diente y alcanzamos la pared norte que en un tramo de alrededor de 20 metros de desnivel y a través de un par de pasos fáciles nos permite alcanzar sin problema alguno la cima de La María Oriental. Hemos de esperar a los socios que a su vez han tenido que ayudar a la perra.

            Son las doce del mediodía y estamos, también con dudas, a 2691 metros de altitud. Hemos rematado la arista que nos habíamos propuesto en unas condiciones bastante difíciles y vamos a parar un poco a comer y a beber, cosa que no hemos hecho hasta ahora.

            La cima está ocupada por unas nieblas que nos mojan sin darnos cuenta. Comemos un poco, les hago una foto a los socios y quince minutos después iniciamos el descenso en dirección sur. Unos metros más abajo, una barrera rocosa vertical, que tendrá pasos, pero que la niebla no nos permite verlos, nos impide el descenso.

            Entre perder el tiempo buscándolos o asegurar la vuelta haciéndolo por el camino que ya conocemos, unos metros más al este y no apareciendo el paso buscado, decidimos volver sobre nuestros pasos a la cima y desde ella desandar el camino que nos conducirá al collado entre las cimas central y oriental.

La Norte de las Tres Marías y la Suca. 27-1-08.

            De allí, por un amplio y descompuesto corredor nos bajamos hasta una pequeña cubeta en el que se asienta un ibonciecho alimentado por la fusión de su nevero residual.

            -¡Aquí tenemos la tienda! Exclama uno de ellos y yo lo veo claro, no saben dónde se encuentran y me tomo tiempo si serán capaces de volver a por sus mochilas y su tienda.

            -Bueno. Estáis, por lo menos, a media hora de las mochilas. Hay que coger por estas terrazas horizontales y perdiendo muy poca altura progresar hacia el oeste.

Ordesa desde la Punta de la Pala  con las Marías delante y en escorzo. 14-10-11.

            Como a nosotros no nos cae a desmano y además prefiero alcanzar los hitos de la mañana para no correr el riesgo de desmontarnos demasiado al este y que alguna barrera rocosa nos cierre el paso si nos vamos directamente al sur, me decido a llevarlos hasta sus mochilas.

            Pasamos junto al barranquillo en el que hemos visto correr el agua a la mañana   y tras enseñarles el lugar en el que están sus mochilas y los dos neveros que tanto les han despistado, nos despedimos. Nosotros tomamos dirección sudeste y alcanzando enseguida la Pleta de los Flaixins, nos tiramos para abajo por la inclinada pradera alpina, localizando nuestra tienda cuando ya estamos a punto de pisar el Cuello Viceto.

Detalle de la Norte de las Tres Marías desde  Comodoto. 27-1-08.

            Son las dos de la tarde y vamos a comer un poco con mayor tranquilidad de la esperada, ya que el pastor se lleva hacia Escuaín a un importante rebaño de ovejas. Las nieblas siguen aparcadas 100 metros más arriba.

            Sobre las tres comenzamos a desmontar el campamento y haciendo de nuevo las mochilas  recibimos la visita de los dos socios y de la perra, que por cierto, está muerta de cansancio.

            Han decidido bajarse a Escuaín: sabia decisión. Les indicamos la surgencia que ayer no encontraron y sin más reemprendemos el descenso cuando son las tres y media.

Refugio de Plana Canal. 12-5-07.

            Allá arriba se quedan las montañas envueltas en las nieblas. Aquí luce el sol sobre una tenue nubosidad y hace calor.

            Con la marcha de resistencia tomamos la pista y llegamos al coche cuando son las cinco de la tarde.

Desde el Collado de Plana Canal Castillo Mayor y Montañesa. 12-5-07.

            Tras bebernos una cumplida cerveza que todavía se conserva fresca en la nevera y quitarnos las botas nos vamos pista abajo al encuentro del calor y luego del asfalto con pocas ganas, es la eterna cantinela de los regresos de actividades como ésta en la que hemos movido 1400 metros de desnivel.

            A las siete de la tarde llegamos a nuestra casa. El horizonte que divisamos desde aquí no sabe nada ni de nubes ni de nieblas.

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