Arista Sur y Casquete Somital de Balaitus.
La
Sarra, Refugio de Reespumoso y Brecha de Latour. Descenso por la Gran Diagonal
e Ibones de Arriel.
13-07-2005.
Salida 14
h. Llegada 14
h.
Mixto.
Bastante fácil.
2
días.
Ascensión.
Mapa de Balaitus procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
En el Balaitus habíamos
estado allá por el 87, año del Señor. En
aquella fausta ocasión era Septiembre y lo hicimos con Gabriel y Rosa en plan:
el primer día nos subimos al Pallas, bajamos al Ibón Superior de Arriel y desde
allí nos fuimos a dormir al Abrigo André Michaud; a la mañana siguiente subimos
al Balaitus por la Gran Diagonal y bajamos por la Brecha de Latour a Reespumoso
y luego cerramos el bucle en La Sarra.
Es
una de esas actividades que recordaremos mientras vivamos con nuestros jóvenes
corazones de montañeros que teníamos en aquel momento, a lo que añadiremos
nuestra inexperiencia y atrevimiento y también por alguna que otra vivencia
medio extraordinaria que nos aconteciera en aquellos dos días.
Rosa
no había vuelto ya al pico pero yo sí, lo hice con Juan y con Miguel Lanaspa en
Julio del 98 en la que ascenderíamos por la arista de la Aguja Lamathe, también
de imborrable recuerdo.
Bajamos
a ver a Juan para hablar de los Alpes y se le ocurre a Rosa proponérselo con
motivo de estrenar unos sacos de dormir que hemos comprado. Margarita está en
Turkía y Juan esta de padre pero a pesar de ello acepta.
El
13 de Julio a las dos menos cuarto nos metemos en el coche y a las dos y media
estamos saliendo de La Sarra.
Cascada de Balzaroleta camino de Reespumoso.
Sabemos
que es una panzada de 1700 metros de desnivel que esperamos realizar en
alrededor de cinco horas dejando por descontado que la sudada será de época. El
tiempo es inmejorable y las temperaturas que ya son altas van en aumento.
Una de las clásicas en Reespumoso.
Subimos
relajados, en la primera hora siguiendo la orilla derecha del Aguas limpias nos
colocamos para echar un trago de agua de la Cascada de Arriel y en la segunda,
ya en dirección este y por la misma orilla superamos la Presa de Reespumoso y
faldeamos al norte del Refugio de Piedrafita tras fotografiar el circo desde Musales
a La Faxa.
Marmota en Reespumoso.
Viramos
al norte y nos introducimos en la ladera derecha del Barranco de Reespumoso.
Seguimos en fuerte ascenso por trillado camino de montañeros y ganamos altura
sobre una pradera alpina bastante inclinada y combinada con granito fundamentalmente
suelto.
La
jornada comienza a pasar factura y agradecemos las intermitentes sombras que
nos propician algunas nubecillas que pululan por el cielo en nuestra ayuda.
La Sur de la Torre de Costerillou y la Aguja de Usell
.
Contemplamos el Circo de Vuelta Barrada espléndido de este
a oeste, desde el Cristales pasando por las Crestas del Diablo y continuando
con la Arista de Costerillou donde se asientan el Pico de Costerillou y la
Aguja d’Usell de grato recuerdo para mí y que fotografío repetidamente, para
culminar en el Balaitus que no vemos pues ya estamos próximos a la Brecha de
Latour.
Paramos
a echar un buen trago con la intención de recuperar agua antes de subir al pico pero no pasa demasiado
bien ya que está muy fría. Transitamos ya zonas de placas graníticas
pulimentadas por el glaciar, adornadas con los primeros neveros, aunque en el
fondo del barranco la nieve se asienta a menor altitud y nos muestre un
delicado Ibón de Seleuserre en momento
de gracia.
Tenemos
a nuestra izquierda los paredones de la Arista Lebondidier y nos introducimos
en el rellano de la cabecera girando al oeste para contemplar los paredones de
la arista sur del Balaitus, las placas de la Brecha Latour, el Pico Anónimo y
el fácil acceso a la Frondiella Norte.
Frondiella Norte, Anónimo y Brecha de Latour.
No
llevamos agua, alcanzamos el Glaciar de Latour y hay que ir a buscarla.
Dejamos las mochilas y nos vamos descendiendo unos metros al inicio del
barranco más consistente que baja del Glaciar de la Brecha, un poco al norte de
donde nos encontrábamos.
Sacamos
los piolets y en dirección oeste tomamos el lomo claro donde se inicia la vía
que conduce al bloque empotrado de la brecha sin apenas tocar el glaciar y que
fue por donde bajamos nosotros en el 87 y tras subir un primer lomo nevado
hacemos una travesía por la roca hacia la huella del glaciar y con ella nos
vamos para arriba.
Nos
cruzamos con tres que bajan bastante despacio y el tercero nos dice que si no
llevamos cuerda. Bueno.
Terminamos la nieve bajo la Brecha de Latour.
La
huella transita la empinada orilla derecha del Glaciar de la Brecha y asciende
fortísima pero la nieve está blanda y con la huella subimos de cine. Se corta
un momento y desaparece unos metros más arriba lugar en el que recogemos los
piolets.
El
corredor rocoso que conduce al bloque empotrado es muchísimo más largo de lo
que recordábamos ya que el nivel del glaciar se ha ido para abajo. Tendrá
alrededor de 50 metros de desnivel como poco pero no es eso lo importante. Nada
más empezar a subirlo aparece un pequeño bloque empotrado de 2,5 metros de
altura en una zona de paredes lisas y verticales. Se trata de un paso de 3º. No
muy difícil pero si fuerte. Sube Juan, ayudamos a pasar a Rosa y subo yo
después sacando pecho.
Unos
metros más arriba aparece “el padre del anterior.” Se trata de un resalte más
encajonado, más alto y extraplomado, de alrededor de 3,5 metros de altura pero
que cuenta con presas buenas sobre materiales agrietados que no dan ninguna
confianza en un paso en al que hay que colgarse de brazos.
Pasa
Juan con alguna dificultad, pasamos la mochila de Rosa y luego a ella y
finalmente yo me cuelgo en las
delicadísimas presas de la izquierda que resisten y sacando los pies del
extraplomo me incorporo sobre el paso mientras que, por si acaso, Juan me
sujeta por el brazo derecho.
Bajo el bloque empotrado de la Brecha de Latour.
Estro
será lo que anunciaban los de antes puesto que de allí hasta el bloque ya no se
ve ninguna dificultad. El paso parece de IIIº muy superior.
Enseguida
nos incorporamos sobre el enorme bloque empotrado que se encuentra a 2945
metros de altitud y contemplamos la Vía de La Vira en la pared norte del Pico
Anónimo.
Hemos
desechado alcanzar las clavijas y trepar el tramo vertical pero la salida de la
placa no tiene desperdicio: se tratan de 6 metros muy inclinados y bastante
lisos que hay que subir ligeramente en travesía hacia el este, que cuenta con dos fisuras muy limadas y de
apoyos casi inversos y que tiene instaladas tres bagas atadas entre sí. Están
en buenas condiciones pero yo prefiero la placa inferior que te ayuda a salir
del bloque y luego te sirve de presa de pie por lo que solamente te resta un
largo paso en péndulo hacia el este y te aseguras ya en el anclaje superior.
Mis socios han pasado delante.
Salidos de la Placa sobre la Brecha de Latour.
Coronamos
fácilmente el primer monolito de la Arista Sur del Balaitus y en collado
posterior me voy por agua que baja por unas escorrentías del nevero de la cara
sudoeste. Rosa se va para arriba por la orilla este del inclinado nevero para
introducirse en una zona de grandes placas lisas que le van a traer algún
problemilla a estas alturas de la jornada. Juan y yo nos vamos por la arista
que es fácil aunque también nos toque algún paso más energético de la cuenta,
posiblemente por no buscar.
Coincidimos
en el descompuesto y metamórfico casquete somital y con la marcha de resistencia en el punto
más bajo alcanzamos la plana cima del Balaitus situada a 3151 metros de
altitud. Son las ocho de la tarde y hemos llegado con las justas.
Han sido 1800 metros entre unas cosas y otras y se
notan. Además entre el agua y el corredor se nos ha llevado más tiempo del
previsto.
Estamos
al sol de la tarde. Hay una multitud de vivacs para pasar la noche. Hay dos muy
buenos en el inicio de la Arista de la Garenere pero hay uno justamente bajo el
trípode y vértice geodésico de cima al que también le dará el sol desde la
salida. Y como para una vez que lo hacemos, hagámoslo en la misma punta, dice
Juan, nosotros vivaquearemos en éste y a Juan le hacemos otro al lado con
materiales sueltos y finos que los hay en abundancia. Dormirá con las patas en
Sabi.
Se
secan un poco nuestras sudadas ropas mientras echamos visuales para aquí y para
allá. La tarde no es muy buena para fotos.
Después nos abrigamos y
cenamos al sol y al abrigo de la brisilla que empieza a correr. La sensación de
temperatura es más baja por nuestro destemple que por la temperatura real que
es muy buena.
Luego, los tres en nuestro
abrigo echamos unas partidas de guiñote mientras nos bebemos una copa de
pacharán con la que brindamos sencillamente por nosotros. Me he debido volver
algo viejo y egoísta pero los otros tampoco han dicho nada. Yo no tenía
inconveniente en brindar hasta por el lucero del alba pero me ha salido así.
Puesta de sol desde Balaitus.
Nos metemos en los
respectivos sacos, dando por terminada la tarde aunque de luz vamos a ir
sobrados un buen rato. Son las diez de la noche, el sol se ha escondido tras la
neblina opaca del horizonte oeste dejando sumido en la oscuridad al todo el
este y nosotros estamos en una media luz que va a durar hasta cerca de las
once. La pequeña luna creciente aún nos acompañará cuatro horas más.
Aparecen primero las luces
de los pueblos galos como Lurdes e hispanos, claramente Biescas. Las estrellas
tardan en aparecer pero al fin sale el Triángulo de Verano que despierta a Rosa
Luego como estoy acostado de lado a la Polar la localizo con Casiopea, el Carro
Mayor y localizo por primera vez con claridad al Dragón. ¡Una noche de
estrellas! Juan se ha ido momentáneamente y yo no quiero dar más la paliza así
que también me duermo acunado por los constantes sonidos del viento que ha ido
en aumento y del ruidillo metálico que produce en el trípode de hierro.
La
noche es ventosa pero no fría, se trata del primer vivac que hace rosa sin
tienda y con nuestros nuevos sacos estamos de cine aunque ella diga luego que
se le ha hecho fresco cosa que yo no creo ya que cuando se ha levantado, a
pesar de que ha perdido todo el calor no lo ha notado.
Buen estreno para los sacos de dormir en la Cima de Balaitus
De
todas formas daremos muchas vueltas, se hará de día paulatinamente sobre las
cinco de la mañana pero cuando llamo al orden al personal son las ocho de la
mañana y el sol está bastante alto.
El Pallas y el Circo Colgado de Lavedán.
Hoy
es 14 de Julio Fiesta Nacional de Francia y vamos a celebrarlo en Francia.
Desayunamos al cálido sol de la mañana y al fresco viento de la cima con café con leche frío pero no importa.
Recogemos todo, echamos alguna fotografía y tomando la arista norte en suave
descenso entramos en Francia sin frontera por cualquier parte.
Corredor Norte en la Gran Diagonal.
La
Gran diagonal es un amplio corredor que nace en la parte superior del Circo
Lacustre de Batcrabere y que termina en
la Brecha de los Sarrios, una zona muy arriba de la Arista Lamathe, pero para
muchos españoles la Gran Diagonal es un conjunto de corredores que configuran
la Cara Oeste de Balaitus limitados al sur por la Arista Pakes-Russell y al
norte por la Arista Lamathe. Se trata de la vía que utilizamos nosotros en
nuestra primera ascensión.
Uno de los Corredores Centrales de la Gran Diagonal.
Yo
cuento, al menos cuatro corredores que vamos atravesar en diagonal hacia el sur
y en suave descenso. Hay caminos intermitentes por todos los lados, con tramos
unas veces descompuestos y llenos de basura, otros limpios y firmes y de cuando
en cuando algunas zonas de placas lisas para hacer el camino más entretenido,
todo ello dentro de un paraje general muy vertical y algo caótico además de oscuro a la fuerte
sombra de la mañana.
La Salida al Corredor Sur.
Nosotros
elegimos una vía que atraviesa los corredores muy arriba alejándonos siempre de
las partes bajas de los corredores que son las zonas de descarga de los mismos
y por tanto más descompuestas y peligrosas.
Corredor Sur de la Gran Diagonal y Collado Negro.
Resulta
una vía muy segura que cuenta con un material por lo general muy firme y
estable, en la que hay que hacer continuos flanqueos que te permiten apoyos de
manos cómodos y en la que vas destrepando intermitente y fácilmente. Además nos
permite contemplar las evoluciones tanto de los franceses en la Gran diagonal
como la de los españoles que acceden a la misma por el Collado Negro viniendo
de la Cubeta Lacustre de Arriel.
Brecha de los Sarrios y Ruta de los Franceses en la Gran Diagonal.
Yo
recuerdo vagamente el flanqueo general de la vía lo que nos sirve para
reorientarnos en el corredor más al sur y acceder directamente al Collado Negro
sin tener que remontar desde el fondo del penúltimo corredor.
Cara Oeste de la Aguja Lamathe.
Lacs de Batcrabere desde el Collado Negro.
Alcanzado
el Collado Negro, fotografiamos la oscura y siniestra Aguja Lamathe, los
recónditos Lacs de Batcrabere y entramos en España en dirección sur a través de
la rampa terrosa que se encajona más abajo en oscura canal con verticales
paredones al este y que nos deposita en la entrada del Abrigo André Michaud
situado a 2700 metros de altitud. Son las diez y media y hemos bajado con toda
la tranquilidad del mundo.
Abrigo André Michaud.
Hacemos
algunas fotografías recordando nuestra pasada estancia allí y continuamos para
abajo utilizando todos los neveros que están a nuestro paso para bajar más
cómodamente. Vamos al encuentro del Ibón Alto de Arriel llamado Helado en
dirección oeste contemplando el paso por el Cuello Wallón de un camino que no
sabemos de dónde viene. El monte es grande.
Ibón Helado o Alto de Arriel con el Collado de Arremoulit.
En
el ibón tomamos el camino de la izquierda del desagüe y nos bajamos hasta el
Ibón Arriel Superior. Orientamos a un francés sobre el Collado de Lavedán y nos
vamos a la orilla del ibón a almorzar. Son las once y cuarto.
Pallas y Collado de Lavedán desde el Ibón Alto de Arriel.
Media
hora larga después continuamos ya con calor descendiendo por medio de la cubeta
lacustre, fotografiando ibones y dejando que el oscuro Balaitus nos escolte al
contraluz de la mañana.
A La una
menos cuarto estamos echando otro trago de agua en la Cascada de Arriel cuando
ya hemos cerrado el bucle. A las dos menos cuarto estamos en La Sarra
cambiándonos de calzado. Habíamos liquidado 1800 metros de desnivel en menos de
24 horas.
En
el bar echamos un cervezón de los de padre y muy señor mío pues tenemos sed;
bueno, tendremos sed todo el día ya que en la tarde noche anterior no bebimos
todo lo que deberíamos haber bebido. No apetecía, a pesar de que teníamos agua
muy cerca. Nos debimos de saciar con las dos cervezas que finalmente puso Juan
a refrescar en el nevero y que se refrescaron a la carrera.
A
las tres estamos en Sabi disfrutando intensamente del más recio sabor de la
canícula veraniega.
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