6 abr 2006

2-06. EL CORREDOR NORTE DEL CAMPO DE TROYA. 13-4-2006.

El Corredor Norte y el Campo de Troya desde el norte.

Aparcamiento de Anayet en Formigal y Corredor norte.

13-04-2006.

Salida 15 h. Llegada 18 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Campo de Troya procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Lo habíamos visto siempre que esquiando en Formigal tomábamos la Silla de Anayet y teníamos que subirlo. A Rosa no le apetecía ni un pelo pero yo estaba dispuesto a hacerlo algún día de esos de “media jornada” pues era suficiente.
 
Campo Troya desde el Corral de las Mulas.

            La ocasión se pone a tiro el día de Jueves Santo hoy 13 de Abril del 2006. Rosa sale de trabajar a las dos y a las tres partimos del Aparcamiento de Anayet situado a 1750 metros de altitud.

            El día está cálido y soleado, sencillamente espléndido y merece la pena salir al monte aunque no se disponga de demasiado tiempo.

            La nieve está completamente transformada, no es muy profunda por lo que se camina muy bien y de caminar por la nieve se trata a partir del aparcamiento, en dirección sudeste y ganando altura continuamente.

 Son unos primeros campos de nieve suavemente inclinados que subimos alejados de las afloraciones rocosas en las que menudearán las trampas de nieve para alcanzar un minúsculo rellano en el que comienza la pared que conduce al corredor.

La pared se va empinando suavemente  para conducirnos enseguida a la una loma alargada que es el cerrojo norte del Ibón de Culibillas que completamente nevado no resulta fácil de adivinar.

Acercándonos al Corredor Norte de Campo Troya.
 
Lo bordeamos por su lado este a la vez que vamos girando poco a poco al sur  y pasando sobre una minúscula loma  nos deposita en el rellano sobre el que se yergue el corredor.

Se trata de un corredor amplio divido longitudinalmente en dos secciones, la del oeste más corta y erguida que cuenta con restos de pasados aludes y la del este un poco más larga, contará por encima de los 250 metros, muy sostenida y prácticamente directa. Empezaremos por esta última pero utilizaremos las dos.

La nieve se holla bien pero el corredor se empina y aconseja ponerse los crampones cosa que hacemos cómoda y tranquilamente disfrutando de un agradable sol que inunda el corredor un poco más de lo que esperaba.

Parte derecha o este del corredor.
 
Con los crampones subimos un primer tramo siguiendo unas huellas algo débiles pero enseguida las abandonamos y comenzamos a hacer lazadas en la pared como procedimiento de subir lo más cómodamente posible ya que la pared se yergue considerablemente.

La nieve está muy buena, casi pegajosa  pero se cramponea de maravilla. Una primera diagonal nos lleva al dorso central del corredor y sobre el mismo trazamos unas lazadas sobre la parte más convexa y erguida del corredor hasta pasar junto a algunas minúsculas afloraciones rocosas. Es curioso como todo el mundo busca en las paredes estos lugares de paso como seguro más psicológico que real.

Enseguida damos una lazada hacia el este para cruzar de nuevo la mayor parte del corredor y salir a un minúsculo descansillo por encima del muro y en el origen de los restos de alud de la zona oeste.

Balaitus y Frondiellas desde la Norte de Campo Troya.
 
La última parte del corredor  que tendrá alrededor de 80 metros la vamos a subir en diagonal hacia el este, se trata de un tubo un tanto amplio y bastante erguido cubierto de nieve reciente y completamente pegajosa que nos permite alcanzar la salida del corredor sobre la arista que lo delimita por el este.

Cima de Campo de Troya.

Pasamos unos metros de arista medianamente inclinada y alcanzamos la arista  somital del pico. La parte occidental de la misma está un tanto dentellada pero se puede pasar sin grandes dificultades. Nosotros nos vamos hacia el este, faldeamos un monolito y tras atravesar una pequeña cuenca rellena de nieve ascendemos el diminuto casquete somital para alcanzar la cima del Pico Campo de Troya situado a 2218 metros de altitud cuando son las cuatro y media. Hemos subido 500 metros en hora y media.

La Partacua dese Campo de Troya.
 
Escarra y su corredor Norte.

Barranco Culibillas y Diente de Anayet.
 
La cima se encuentra en medio de la Estación de Esquí de Formigal y los 360 grados de horizonte son impresionantes: La Partacua por detrás de Tres Hombre, la Rinconada de Bucuesa con Escarra, la Arista y el Valle  de Anayet con el Diente, Espelunziecha y la arista fronteriza con el Midí, el Puerto Viejo de Sallent con Ferraturas culminando en los Arrieles y el Pallas jugando a escondite, el Balaitus con las Frondiellas y las Crestas del Diablo con el Cristales, la Arista de Musales elevándose hasta el Tebarray, Las Marmoleras y el Piedrafita como antesala de los Infiernos y las Argualas, Tendeñera un tanto lejana... Bueno, bueno, los de la familia.

Pico Royo desde Campo Troya.

La Arista Cimera de Campo de Troya desde la Cima en la parte este.
 
Peyreget y Midi.

Echamos un trago, comemos unos dulces, hacemos unas fotos y a las cinco iniciamos la vuelta siguiendo idéntico camino tras contemplar algunos corredores de respeto en la parte nordeste del pico.

Arriel.
 
Un corredor orientado sobre el este de Campo de Troya.

Los zuecos de los crampones son de tamaño natural y a Rosa le molestan bastante más que a mí. Yo bajo bien y podría haberlo hecho de frente pero Rosa lo hace con más cuidado ya que le resultan francamente desagradables además de que también se le hacen más grandes.

Iniciando el descenso del Corredor Norte de Campo de Troya.
 
De cualquier forma el descenso del corredor es una delicia que se remata con la parte final en la que la nieve no es muy profunda. A las seis menos cuarto llegamos al prácticamente desértico Aparcamiento de Anayet comentando que hoy habrá sido un buen día para el esquí de travesía que a nosotros nos gusta, con la nieve tan transformada que hay. Pero este año ha sido fatal para nosotros entre mi rodilla y la columna vertebral de Rosa. Bueno, nos queda la esperanza de que el año próximo sea mejor.
 
La Norte de Campo de Troya.

Nos tomamos una cerveza al fresco de la nieve del lugar y a las seis y media nos llegamos a casa liquidando una de nuestras relampagueantes salidas al monte.

 

 

 

 

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