Precario refugio para un a noche tempestuosa.
Ochagabía, Santuario de
Muskilda, Borda Botín, Borda en la ladera del Collado de las Alforjas y vuelta
a Ochagabía.
09-04-2006.
Salida 13 h.12:30 h.
0 Llegada 5:30 h.
Mixto.
Muy fácil.
Travesía.
Mapa de Ochagabía procedente de Prames. Vía en rojo.
Ya hemos tomado
decisiones al respecto y, consecuentemente, dejamos los paraguas, tomamos la
comida que hemos de emplear de allí en adelante y cerrando el coche nos vamos
hacia la Oficina
de Turismo para informarnos. Comenzamos la segunda etapa de nuestra travesía.
No saben nada
del refugio situado junto al Paso de las
Alforjas, en Muskilda hay fuente pero luego hasta las Casas de Irati no vuelve
a haber fuente, por tanto, como solamente podemos llevar dos litros habrá que
comprar una botella. Del tiempo nos dicen que hacia la tarde se estropeará un
poco y que pueden haber nieblas en altitud.
Compramos una
botella de agua en un restaurante a precio suizo y nos vamos hacia la iglesia
del pueblo situada en la zona alta del mismo orientados por la torre. Estamos a
775 metros
de altitud
Nuestra Señora de Muskilda.
El camino sale
de la parte trasera de la iglesia y ¡Cómo sale Madre mía! Una calle que es una
cuesta salvajemente desconsoladora se convierte de nuevo en un camino empedrado
y casi tan inclinado como la calle, cuenta con otro Víacrucis e invariablemente
conduce al Santuario de Nuestra Señora de Muskilda tras recorrer kilómetro y
medio que se nos hace largo con peso y nos hace sudar de lo lindo. Es una media
hora aprovechada la que nos deposita en la entrada de las instalaciones del
santuario.
La iglesia está
abierta y hay algo de turismo local ya que se puede subir caminando por nuestro
camino o mediante 4
kilómetros de carretera perfectamente asfaltada.
Detalle de la puerta labrada de Muskilda.
Hay unos buenos
bancos adosados a la fachada sur de la iglesia en los que se puede comer bien
pero tras rodearla salimos al exterior por la puerta del aparcamiento de los
coches y encontramos allí la fuente y un estupendo merendero en el que vamos a
comer pues son las dos menos cuarto.
Sentados a una
mesa de piedra de considerables proporciones nos comemos algunas de las razones
de la sudada inmediatamente anterior y nos sienta de maravilla, mucho mejor que
el repecho, ¡Qué vas a comparar!
Rellenamos agua
y a las tres menos cuarto nos ponemos en marcha carretera adelante y
prácticamente de llano. El santuario se
encuentra a 1100 metros
de altitud y hemos de recorrer aproximadamente un kilómetro de carretera y
tomar una pista que sigue en dirección
norte en consistente descenso que no nos agrada un pelo.
Desde la Borda Botín contemplamos el cambio de tiempo.
Perderemos
sobre 50 metros
de altura pero finalmente se arrellana y nos conduce hacia la Borda Botín en la que
nos reciben unos perros pastores de ovejas.
Pasamos junto a
las instalaciones de la misma y enseguida la pista se convierte en camino que se orienta al noroeste internándose en la
parte baja de la sierra.
Adivinamos que
el camino se tiene que ir un tanto a la zona izquierda de la montaña y así será
pues se va a buscar unas afloraciones rocosas para ascender en medio de un
sotobosque mixto y algo espinoso. Ganamos altura poco a poco y a media ladera
nos encontramos con un montañero que baja y nos detenemos a charlar.
Borda Botín y Hayedo Muskilda.
Nos dice que ha
comenzado esta mañana en la
Fabrica de Orbaizeta y que se quiere bajar hasta Ochagabía.
Tiene vacaciones y quiere llegar por el GR 11 hasta donde pueda sin arriesgar
pues va solo. Nos dice que el refugio de cerca del Collado de las Alforjas está
cerrado y nosotros le decimos que en Ezcaurre encontrará ya la nieve y que va a
tener problemas muy pronto.
Cada cual prosigue
luego su camino pero el nuestro va a cambiar ya que nos ha dicho que arriba
hacía mucho viento y por tanto, teniendo en cuenta que llevamos adelanto y que
más allá del Collado de las Alforjas nos espera el Hayedo orientado al norte y
las Casas de Irati quedan lejos todavía, estamos pensando en quedarnos en la
parte sur si encontramos algo apetecible.
Cruzamos un
torrente con abundante agua y luego otro hasta que nos incorporamos a una pista
que se alarga a media ladera.
Nos vamos un
poco por ella y enseguida perdemos las marcas rojiblancas pero proseguimos en
busca de un par de cabañas que vemos un poco más adelante. Son las cuatro de la
tarde.
Una es una pura
ruina y la otra poco menos pero tiene una zona herbosa y protegida en la zona
delantera. Además cuenta con un altillo de madera en el que podemos plantar la tienda si es
necesario, abajo ha habido ganado.
Plantación de abetos rojos.
Hemos dejado
las mochilas y antes de subir a acampar vuelvo pista atrás para localizar la
pérdida del camino. He de volver casi un
par de kilómetros hasta el lugar en el que nos hemos incorporado a la pista. El
camino la cruzaba y no había que cogerla para nada. Nosotros hemos tenido una
falta de concentración, no hemos visto la baliza que cortaba el camino y luego
entre fotografiar unas repoblaciones de abetos rojos y las cabañas, adiós muy
buenas.
Subimos hasta
la cabaña y montamos la tienda pues la tarde se está estropeando un poco y se
hace fresco, a pesar de que no son más que las cinco y cuarto.
Cuando nos
queremos dar cuenta está goteando, no parece serio de momento pero el asunto
estás cambiando vertiginosamente.
Tomamos nuestra
cerveza con aceitunas tranquilamente pero en vista de que el tiempo no tiene
buena pinta decidimos hacer la cena y cenar tranquilamente aunque sea algo
pronto. La decisión está tomada: una vez cenados colgamos las mochilas en la
pared de la cabaña y nos subimos con media tienda al altillo y allí pasaremos
la noche a cubierto.
Monto la tienda
sin doble techo sobre una capa de paja seca que hay en el altillo y así pasaremos
la noche con mullido.
La noche
comienza siendo cómoda y tranquila, luego hará mucho viento y el ambiente se
enfría bastante pero...
Cuando a la
mañanada se levanta Rosa para hacer un pis nota humedad en el suelo de la
tienda. Yo no le hago mucho caso pues es una exagerada pero tiene razón. ¿Qué
ha pasado?
Sencillamente ha nevado, Todo está cubierto de un par de
dedos de nieve y por el ventanuco de encima de la tienda y por la juntura de
las uralitas del tejado ha penetrado la nieve y al caer sobre la tienda sin
doble techo ha mojado el suelo de la tienda en las zonas más bajas. Por eso
hemos notado a la mañana cierta humedad.
Las nieblas nos rodean.
Además de la falta de confort que proporciona la humedad
de algunas zonas de la tienda, mi pantalón que dejé al lado del saco está muy
mojado, tanto que decidiré no ponerlo y ponerme el de repuesto de Rosa que es
un pantalón de chandar.
Nos hemos quedado un buen rato dentro de los sacos con la
secreta esperanza de que se aclarara el día pero finalmente, poco después de
las nueve de la mañana nos decidimos a
comenzar el lunes día 10 de Abril. Nos abrigamos bastante, desayunamos de
caliente y tras recoger y montar todo en las mochilas nos echamos a la calle
cuando van a ser las diez y media.
Puerto de las Alforjas tras la nevada de la noche.
No ha sido mucha la nieve pero suficiente para cubrir las
balizas y disimular bastante los caminos, lo que supone una cierta dificultad
para transitar por lugares desconocidos, pero la niebla que baja hasta las
inmediaciones del lugar en el que nos encontramos será la causa definitiva para
desistir de nuestro proyecto de llegar a las Casas de Irati. Un hayedo con
nieblas es algo absolutamente desaconsejable para transitarlo.
Aspecto del hayedo al sur del Paso de las Alforjas.
Consecuentemente retomamos la pista que habíamos traído
en dirección contraria, hacemos unas fotos llenas de nieblas y alcanzado el
lugar en el que perdimos ayer las balizas nos vamos de vuelta hacia la Borda Botín. No
tenemos alternativa de continuación.
Muérdago parasitando un manzano.
Membrilleos del Japón cerca de Ochagabía.
El repecho tras pasar junto a la borda se hace sentir un
poco pero enseguida alcanzamos la carretera asfaltada y con ella nos vamos para
abajo. Son 3 kilómetros
al encuentro de la luz del fondo del valle en los que nos distraemos haciendo
alguna fotografía a unos manzanos colonizados por el muérdago, medio muertos
por el parásito.
A las doce y media llegamos a Ochagabía. Hemos liquidado
nuestra segunda etapa de ida y vuelta en
la que habremos recorrido 16
kilómetros y habremos movido 550 metros de desnivel
en poco más de cinco horas y media.
Tenemos la intención de dejar discurrir la
tarde para ver como evoluciona el tiempo por si fuera posible mañana dar alguna
vuelta bien desde la Fábrica
de Orbaizeta o desde Ibañeta. Por tanto cogemos el coche y nos subimos hasta el
Santuario de Muskilda, tenemos merendero, agua y la posibilidad de que sequen
nuestras pertinencias húmedas al ser un lugar el que corra el viento con
facilidad.
Hasta sale un poco el sol y, desde luego, corre el viento
lo suficiente para que se seque la tienda, los sacos y mi pantalón a medias.
Comemos tranquilamente contemplando los montes de los que nos hemos dado la
vuelta, mejor dicho, las nieblas que los siguen cubriendo.
A las dos nos vamos para abajo pues el tiempo se ha
estropeado instantáneamente. En Ochagabía nos metemos en nuestro bar de
costumbre para tomar un café con leche, leer la prensa, ver el telediario e ir
dejando pasar la tarde, a la vez que especulamos sobre el día siguiente y
llegamos a la conclusión de que mejor será salir de Roncesvalles o de Ibañeta
para recorrer la etapa hacia la
Fábrica de Orbaizeta.
Detalle en el desvío de Oroz Betelu.
Son casi las cuatro cuando cogemos el coche. En el camino
paramos en Abaurrera Alta, luego en la
Baja y por último paramos en desvío a Oroz Betelú tras
superar Arive.
La cascada que salía por medio de la roca no funciona hoy
ya que solamente se ve cuando hay abundantes precipitaciones pero a pesar de
ello paramos en las inmediaciones de la misma y nos subimos hasta la parte
superior del roquedo para contemplar el paisaje. Hay un camino perfectamente
trazado que sube hasta la parte superior donde hay un mirador.
Hayedo al sur de Garralda.
Luego damos una vuelta por Garralda aprovechando que hay
un poco de sol y después, sin más nos llegamos a Burguete, fin de un viaje de 41 kilómetros “en
puerco.”
Buscamos sitio para pasar la noche y lo encontramos a la
salida hacia Roncesvalles. Se trata de un lugar tranquilo, parece protegido del
viento y esta bajo unas enormes hayas completamente desplumadas todavía
Atardecer sobre el Puerto de Ibañeta.
Hacemos un poco
de tiempo y sobre las siete cenamos dentro del coche. Hay que tener un poco más
de cuidado pero al menos estamos sentados cómodamente y no corre viento.
Arista Fronteriza de Igalepo al este de Ibañeta.
Luego nos
volvemos al pueblo y nos encadamos en otro bar: es el día de los cafés con
leche. Allí vamos a estar un buen rato hasta que finalmente y de manera
delicada nos dicen que cierran. Es un bar-panadería-kiosco y son casi las
nueve.
Hemos decidido
dormir dentro del coche por si acaso puesto que el tiempo está medio medio.
Nos tapamos con
el doble techo de la tienda y arropamos nuestros sueños con esperanza de que el
tiempo mejore.
Para ver alguna foto más.
Para ver alguna foto más.
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