Peñas de Lupera.
Bara, Nasarre, Dolmen de Losa Mora, Mallata Trabuchas, y Arista Este. Descenso
por Paco de Nasarre, Nasarre y Bara.
25-09-2012.
Salida 08 h. llegada 13 h.
Sol.
Muy fácil.
Mapa de las Peñas de Lupera procedente de Prames. Vía en amarillo.
Mi
chica quiere ir a Bara, alguien le ha dicho al oído que han caído un par de
tormentas y quiere buscar setas. Yo quiero ir al monte y por allí anda la
Sierra de Lupera.
El
lunes 24 de Septiembre de 2012 aparece muy nublado. Algún día tiene que empezar
a llover pero de momento para mañana anuncian buen tiempo.
Al
mediodía se abre el cielo y después de comer nos marchamos con la furgo en
busca de la Guarguera. En el desvío a Nocito nos llegamos hasta el collado y la
primera visita es al Dolmen de Ibirque situado a medio kilómetro de la
carretera y al que se llega mediante la pista que conduce al deshabitado pueblo
de Ibirque.
Sin
entrar en Nocito tomamos la Carretera a Bara. Son 14 kilómetros asfaltados que
pasan por las inmediaciones de la Ermita de San Urbez.
La
carretera transita el Paco de Bara y por allí nos detenemos para echar una
infructuosa ojeada al monte que está muy seco a pesar de que la tormenta del
domingo por la noche también ha descargado por aquí.
Legamos
luego a Bara y no tenemos nada mejor que tomar el delicioso sol de la tarde y
recoger unos endrinos para hacer pacharán. Este año va a resultar complicado
recogerlos pues el personal dice que no hay.
La
luz de la mañana nos despierta, tras una noche estupenda, a las ocho. Media
hora más tarde nos ponemos en marcha. Estamos a 935 metros de altitud.
A
la entrada del caserío en el que solamente vive Lorenzo Correas y los
encargados de un macrorestaurante ruinoso, tomamos el GR que nos ha de llevar a
Nasarre.
Dejamos el caserío a nuestra izquierda o norte
y tras cruzar el Alcanadre continuamos el camino en dirección sur para
atravesar unos prados abandonados y adentrarse en la sierra.
El Alcanadre.
Cabeza de Guara.
En
suave ascenso alcanzamos la cabecera de un torrente que engrosará el Alcanadre
y poco después encontramos un cartel
indicador del camino hacia la Gorga Negra. Nosotros giramos al este y
proseguimos ganando altura suavemente por un camino lleno de hitos de piedras y
balizas muy viejas; pero a pesar de ello, no es ningún problema seguir el
camino que nos deposita Nasarre a 1190 metros de altitud cuando son las nueve y
media de una fresca mañana que nos ha enfriado las manos aunque resultará
divina para caminar.
Nasarre.
Nasarre
es uno de los muchos pueblos abandonados allá por los años cincuenta y que se
encuentra completamente arruinado. Unicamente se salva, momentáneamente, de la
ruina la preciosa Iglesia de San Andrés. Se trata de una iglesia románica de
estilo serrablés de la que se puede hacer cargo las cabras que hay en los
alrededores del caserío.
El
camino pasa por medio del caserío a través de la maleza que inunda calles y
prados para salir en dirección sudeste camino de Rodellar. Hay otros desvíos
indicados a Miz y Otín.
Hay
un caminillo sin indicar que se orienta hacia el Paco de Nasarre atravesando
los prados en dirección sur, pero no lo tomamos pues pretendemos primero
acercarnos al Dolmen de la Losa Mora y para ello hemos de proseguir por el
camino que marcha a Rodellar.
En
dirección sudeste y en casi imperceptible descenso nos vamos camino adelante
orientados por un pequeño promontorio que suponemos se tratará del Tozal de los Moros.
El
camino my rectilíneo y bastante transitado se acerca al tozal y se ahonda
ligeramente para mostrarnos enseguida un cruce de caminos que es el lugar en el
que se encuentra el dolmen.
Dolmen de Losa Mora.
La
primera vez que tratamos de localizarlo desde Rodellar subiendo por el
barranco, no llegamos a verlo, hoy si. Se trata de un precioso dolmen en muy
buen estado de conservación que tiene la entrada orientada al este, como todos
y que cuenta con unos alrededores muy limpios. Está situado a 1113 metros de
altitud. Hacemos algunas fotografías y nos volvemos sobre nuestros pasos cuando
son las diez de la mañana un poco pasadas.
Sabemos
de la existencia de un camino que debe arrancar en las inmediaciones del Tozal
de los Moros para faldearlo por el norte y hacer lo propio con el Tozal de
Nasarre para alcanzar la parte alta de la Sierra de Lupera.
Mientras
veníamos hacia el dolmen he ido mirando al sur del camino y no he visto nada
pero ahora de vuelta y tras subir al llano de los prados localizo una cita
confirmada por otra inmediatamente. Indican el inicio de un camino en dirección
oeste que podría ser el que buscamos.
Se
trata de un camino que ha sido limpiado no hace demasiados años pero que se
sigue estupendamente y sin dudas gracias a las abundantes citas y a algunos
tramos limpios en medio de algunas manchas de genista hórrida que cubren la
sierra acompañados del reseco boj de rojizos colores, todo ello salpicado por
retazos de lapiaz calizo blanquísimo.
No
tenemos ninguna duda, y en suave ascenso nos adentramos en la Mallata Trabuchas
para seguir ganando altura suavemente e
introducirnos en una zona de barranco con más materiales sedimentados y en el
que encontramos calizas numulíticas con los conocidos “dineretes”, es decir
numulites que se han soltado abundantemente de la roca sedimentaria que los ha
albergado durante siglos.
El
camino se acerca a la cabecera de la sierra y dejando peña Ruaba al sur se eleva
ligeramente al norte para mostrarnos las Peñas
de Lupera.
Ya
prácticamente en horizontal nos acercamos a las peñas contemplando el Alcanadre
en la conocida zona de las Gorgas Negras a la que se puede acceder desde aquí
por un caminillo establecido por la amplia Canal Oscura en cuya cabecera nos
encontramos antes de afrontar una suave subida que nos lleva a la Peña Lupera
situada a 1467 metros de altitud.
Se
trata de un par de peñas pues hay otra 200 metros más al oeste y de menor
elevación. La arista hacia el oeste se despeña enseguida en busca de Tedero,
una peña ya en las inmediaciones del Alcanadre.
La
cima, pequeña y despejada de vegetación nos muestra los verticales paredones de
la vertiente sur o del Alcanadre en contraposición con la alomada y vestida
cara norte o vertiente de Nasarre. Desde ella se contempla una bonita imagen
del Cabezo de Guara al otro lado del río y hoy una pobre imagen tanto del
Prepirineo con San Juan de la Peña, Oroel, Oturia o Cancias y del Pirineo más
lejano y difuso con Ordesa, Suelza, Cotiella o el Turbón; hay demasiada neblina
además de cierta nubosidad.
Nasarre.
Bara.
Almorzamos
en la cima y veinte minutos más tarde, sobre las once y media, iniciamos el
descenso por el mismo camino pero con la intención de abandonarlo para bajar
directamente a Nasarre.
Nos
cruzamos con un montañero francés que conoce bien la zona y charlamos un poco
de los alrededores y de los caminos que ha encontrado bastante bien
conservados. Luego se va para arriba con su perro y nosotros tomamos un lomón
muy plano que se orienta al norte y un camino que hay establecido en el mismo.
Terminada
la parte llana del lomón el camino se va para abajo para girar un poco al este
e introducirse en el Paco de Nasarre. Tenemos claro que se trata del camino que
hemos intuido a la salida del pueblo y que no hemos tomado.
Poco
más abajo rodea por el oeste un promontorio y se introduce en una pequeña
depresión con abundante sotobosque donde se pierde un poco, pero enseguida lo
recuperamos para coincidir en los prados más altos con una vieja pista que
recorre el Paco de Nasarre.
Merendera montana.
El Paco de Nasarre que acabamos de bajar.
Luego
atravesando los prados resecos nos llegamos a Nasarre cuando son las doce y
media.
Canal oscura hacia Gorgas Negras.
Solamente
nos queda desandar el camino de la mañana hasta llegar de nuevo a Bara donde
liquidamos un agradable paseo con 650 metros de desnivel. Por una vez hemos
disfrutado de buen tiempo en Guara fuera de lluvias, nieves, fríos heladores y
calores insoportables. Es la una y cuarto. Comemos y vuelta.
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