Mulleres desde el Ibón Alto de la Escaleta.
La Besurta, Plan de Aiguallut, Barranco
de la Escaleta y Cara Oeste. Vuelta pasando por el Ibón de Coll de Toro.
08-05-2017.
Salida 08:30 h.Llegada16:45 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Mulleres procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
La
Tuca de Mulleres es una cima que concita los deseos de senderistas y
esquiadores. Es una cima agradable que todos quieren hacer, pero hay que pagar
su peso en oro y al contado.
A
nosotros es una cima que nos atrae por múltiples razones personales y a la que
hemos ido en repetidas ocasiones y con los esquís concretamente dos de tres. No
tiene un desnivel excesivo y por ello no ofrece una esquiada postinera, pero sí
que supone un recorrido largo, serán alrededor de 22 kilómetros en total y casi
siempre exige un porteo que no se puede fiar en menos de una hora. En estas
condiciones o se alían los astros o puedes estar solo, a nosotros no nos
molesta ni siquiera el humo, pero es demasiada la competencia que le hacen el
Aneto y la familia directa.
Si
no está la pista de la Besurta abierta, la cabalgada se puede hacer
astronómica, entonces no portearás pero te vas a hartar de foquear. Y para
hacerlo un poco más light siempre está el recurso de la Renclusa y un par de
jornadas.
Es
8 de Mayo de 2017, la pista ya está abierta, dormimos cómodamente en la furgo
aparcada en la Besurta a 1900 metros de altitud y nos levantamos, sin madrugar,
a las siete y media. Hay mucho día por delante y cada cual tiene que hacer su
tarea ya que si no, pues como que no hay negocio.
Recorremos el Camino del Esera ahacia Aiguallut.
Alrededor
de las ocho y media, hemos saludado a un guardia civil conocido del GREIM de
Boltaña que marchan a Llauset, nos ponemos en camino con los esquís en las
mochilas.
En
lugar de tomar el camino que marcha hacia la Renclusa para abandonarlo
enseguida e introducirnos luego hacia Aiguallut, tomamos el camino que marcha por el río hacia los Ibones de Villamorta y hacia Aiguallut, que algún tramo ya hemos
recorrido en alguna ocasión. Los del Greim van delante pero enseguida se detienen
pues alguien ha olvidado algo.
La Tuca de la Escaleta o Aiguallut nos orienta por si fuera necesario.
Les
adelantamos y nos llegamos hasta uno de los Ibones de Villamorta que, por
cierto, no conocíamos pero enseguida nos damos cuenta de que ese no es nuestro
camino, por lo que tenemos que reorganizar nuestro rumbo y a través del pinar
volver al cauce del Esera y pasando a su orilla izquierda encontrar el camino
que pretendíamos.
Subimos
la conocida rampa empedrada y empezamos a transitar tramos de camino que se
salpican con neveros de nieve dura a estas horas de la mañana pues el sol
solamente campa por los altos.
Transitamos
un pinar conocido cerca del cauce del río cuando oímos voces en la ladera
opuesta, son el grupo de la guardia civil que también han perdido el camino y
que tras localizarnos se bajarán para cruzar el barranco y tomar nuestro
camino.
Avanzamos
en dirección sudeste por un camino que llanea y que se aproxima de nuevo al río
para avanzar de llano por neveros más frecuentes en busca del Rellano Inferior
de Aiguallut donde coincidiremos con la huella del camino que se puede hacer
desde la Besurta en coincidencia parcial con el de la Renclusa.
En el Plan de Aiguallut.
El
rellano está a medias de nieve y el
cerrojo del Forau de Aiguallut aparece limpio haciéndonos suponer que la nieve
escaseará en el rellano posterior.
Hacemos
las fotos consabidas al Forau y a la Cascada de Aiguallut y nos entretenemos
contemplando la siempre espectacular imagen de la Tuca de la Escaleta y el
Glaciar que nos lleva al Aneto, aunque de cuando en cuando, nuestra vista se
vaya al muro de cierre de la orilla izquierda del Barranco de la Escaleta.
Los
del Greim cruzan el río y se marchan hacia Barrancs para alcanzar el Collado de
Salenques tras una hora de porteo. Nosotros tenemos que alcanzar el puente de
madera sobre el Barranco de la Escaleta
donde aparece el barranco ya con mucha agua y poca nieve y del que no
nos fiamos y el muro medio nevado tras el que calzaremos los esquís.
La
nieve está dura, tallamos algunos peldaños con el piolet y ascendemos unos
metros por las rocas del sur junto al nevero para, en la cabecera del mismo,
calzar esquís.
Faldeando la Norte de la Tuca de la Escaleta.
Son
las diez menos cuarto cuando comenzamos a foquear a 2050 metros de altitud,
nuestro lugar de costumbre y sobre una rampa de nieve ya soleada entre bloques
graníticos emergentes iniciando el faldeo de la Norte de la Tuca de Aiguallut o
Escaleta.
El Rellano bajo el Barranco de la Escaleta es enorme.
Enseguida
la rampa se arrellana y hay que llanear aproximándonos al Barranco de la Escaleta en una amplia zona
llena de suaves depresiones y al oeste del Ibón de Coll de Toro.
El Estrangulamiento del Valle de la Escaleta y las Forcanadas.
Han
aparecido las Forcanadas sobre la brecha por la que vierte sus aguas el
Barranco de la Escaleta y hacia allí nos dirigimos iniciando un leve giro hacia
el sur superando un par de suaves resalte.
El valle se arrellana en los Ibones Inferiores de la Escaleta.
El
estrangulamiento del barranco cuenta con
un estrecho corredor que enseguida se amplía,
se corona por un potente alud ya viejo y suavemente nos deposita en el rellano de los Ibones Inferiores
situados a 2330 metros de altitud.
Entre
los dos ibones nos paramos a echar un café sobre una roca emergente mientras
contemplamos el Segundo Resalte del Barranco de la Escaleta. Son las diez y
cuarto.
La pared del Tercer Resalte del Barranco de la Escaleta.
El
resalte lo abordamos con una larga diagonal primero al este o izquierda para
volver también largamente al sur y alcanzar el Segundo Rellano de la Escaleta
donde se aloja un diminuto ibón que nos quiere enseñar el agua.
Allí
encontramos un nuevo rellano que afrontamos directamente al sur para acercarnos al muro del Tercer Resalte
del Barranco de la Escaleta.
Entrando en el Rellano del Ibón Alto de la Escaleta.
Se
trata de un paretazo con dos partes diferenciadas: la inferior algo erguida con
la que se asciende la mitad del mismo y en la que la nieve demasiado blanda al
sol no agarra y nos obliga a poner las cuchillas y progresar hacia la parte
menos soleada tras bajar unos metros sin querer. Luego la pared se arrellana y
ya cómodamente ganamos altura hasta alcanzar el Tercer Rellano del Barranco de
la Escaleta en el que se aloja el Ibón Alto sobre los 2630 metros de altitud.
Aparece Cap de Toro y Mulleres.
El
valle que se ha ampliado extraordinariamente nos enseña nuestro objetivo y su
arista noroeste que lo escinde en dos
partes. Se trata de una arista alomada en su parte inferior y con algo de
granito en la zona superior que ya conocemos.
Nosotros
no la vamos a ascender sino que proseguiremos al sur a través de la suave rampa
que culmina en el collado entre Mulleres y Salenques situado a 2860 metros de
altitud.
La Oeste de Mulleres.
Se
trata de una rampa amplísima que avanza entre los dos picos y en la que hay que
foquear persistentemente. La nieve un poco más dura quiere empezar a
transformar y me hace zuecos junto a las cuchillas a pesar de no es usual que
nieve de esta dureza los haga. No las quitamos porque estamos próximos al collado, corre el viento y la pala oeste
del pico no ha transformado todavía al recibir el sol
demasiado oblicuo.
Finalizando el remonte de la Oeste de Mulleres con Aneto y Maladeta.
La
arista está pelada pero hay un buen pasillo de nieve que recorremos con una
larga diagonal al norte para añadirle una zeta amplia que nos deposita en la
alargada Cima de la Tuca de Mulleres situada 3009 metros de altitud. Nos espera
Juan que se ha subido directamente por la arista norte. Es la una menos cuarto.
En la Cima de Mulleres con Aneto detrás.
En
la cima hacemos fotos y contemplamos un espléndido paisaje concentrado al oeste que arranca con
Vallibierna y Rusell, pasa por Margálida y Tempestades, Culmina en Aneto, la
Cresta del Medio y termina con Maladetas y nos muestra las Aristas de
Salenques-Tempestades y Portillones.
Luego
buscamos al sur un lugar abrigado y nos sentamos a comer al sol contemplando
Cap de Toro, las Forcanadas el Valle de
Mulleres y más atrás Besiberris. Se está bien y nos lo tomamos con calma, no
porque estemos demasiado cansado ni por tener excesiva hambre sino para que el
sol haga su faena. Se nos hacen las dos.
Comienza el festival.
Cuando
iniciamos el descenso de la Pared Oeste de Mulleres el sol ha transformado el
centímetro superior de la capa de nieve y aunque está rápida es noble e incluso
agradable. Alcanzado el collado el placer se desata hasta casi aburrirnos
girando indefinidamente al gusto por una ladera amplia en la que hay una nieve indescriptible.
Descendiendo el Tercer Resalte de la Escaleta.
En el Segundo Resalte de la Escaleta el ibón nos enseña el agua.
Nos
despedimos de Mulleres y bajamos el tercer muro continuando con el disfrute que
se prolonga en el segundo con la nieve un pelín más blanda.
En los Ibones Inferiores de la Escaleta.
Hay que remar un poco en el Rellano de los Ibones Inferiores de la Escaleta.
En
el rellano de los Ibones Inferiores hay que remar un poco, lo sabíamos y tras
descender el corredor del estrangulamiento continuamos por el corredor situado
más al norte para llegarnos a las inmediaciones del Ibón de Coll de Toro, dejar
los esquís, ascender unos metros mixtos y acercarnos al Ibón de Coll de Toro
situado a 2238 metros de altitud.
El Ibón de Coll de Toro.
Son
las tres de la tarde cuando hacemos unas fotos, nos despedimos de La Escaleta y
de Mulleres que se asoma discretamente y tras recuperar los esquís nos bajamos
para llanear con nieve muy blanda y con
las taloneras sueltas y alcanzar la cabecera de la pala en la que nos hemos
calzado los esquís y girarla cómodamente hasta el punto donde hemos comenzado
el foqueo.
La Escaleta desde Coll de Toro. Discreta Mulleres.
Juan
se ha bajado por el barranco que solamente tiene un par de puntos abiertos con
alguna complicación y nos reunimos en el puente cuando ya nos hemos cargados
nuestros respectivos bártulos en las mochilas. Son las cuatro menos cuarto.
Diente de perro en Aiguallut.
Nos
queda un porteo de una hora que haremos siguiendo el camino de la mañana sin la
variante del Ibón de Villamorta. A las cinco menos cuarto llegamos a la furgo
habiendo liquidado un desnivel acumulado de 1130 metros pero con un recorrido
de alrededor de 22 kilómetros. Bueno, era lo que esperábamos.
Nos
pegamos un lavazo en río, bebemos unas cervezas, comemos tranquilamente y a las
seis, con todo recogido nos volvemos a casa para llegar a las ocho pasadas con
la idea de que nos deben quedar poco esquimo en esta temporada. Van treinta y
tres.
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