27 nov 2017

78-17. MESOLA Y DEMAS EN UNA JORNADA INFERNAL EN LA SIERRA DE LA ESTIVA. 26-11-2017.



Mesola desde el collado con Napazal. 

Collado de Aisa, Puntal de Cotín, Puyarrón, Cucuruzuelo, Chinepral, Mesola, Napazal, Punta del Collado del Bozo, Refugio de la Cueva, Corralones, Pista de Jasa, Camino al Cerro de Cotín y Fuenmayor.
26-11-2017.
Salida 08:45 h. Llegada 18 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de la Sierra de la Estiva procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            La Sierra de la Estiva es uno de esos contrafuertes paralelos entre sí y perpendiculares al Eje Pirenaico Axil que compartimentan la Vertiente Sur del Pirineo. Se encuentra en la divisoria de Aguas de los Valles de Aisa y el Estarrún con las del Osia en el Valle de Aragües del Puerto y Jasa.
            Conocíamos la cabecera de la misma que arranca de Bisaurín pero nunca habíamos recorrido los picos inferiores de la sierra.
            Para hoy 26 de Noviembre de 2017 han anunciado un día anticiclónico con nubosidad de retención en el Pirineo y “un par de rayas” de viento, consecuentemente nos olvidamos de nuestro proyecto en la Zona de Marie Blanc y nos vamos a conocer la Sierra de la Estiva.
            Se puede acceder desde el Valle de Aragües pero preferimos hacerlo desde el Valle de Canfranc, la carretera es buena hasta casi Villanúa, decente hasta Aratorés, se estropea hacia Borau, regularcilla hasta Aisa y malucha aunque asfaltada hasta el Collado de Aisa desde el que desciende a Jasa.

Comenzando la marcha junto al Refugio del Collado de Aisa. 

            Aparcamos en el Collado de Aisa a 1227 metros de altitud, donde hay un pequeño refugio limpio y abierto, tras cuarenta minutos de carretera y a las nueve menos cuarto tomamos la sierra en dirección norte; hacia el sudoeste la sierra prosigue en busca del Aragón Subordán con la Sierra de Luesia.
            Una pista muy poco usada transita el pinar con sotobosque de boj y genista que cubre la sierra en suave ascenso y con algunas vueltas va ganando altura persistentemente hasta que dejamos a nuestra izquierda u oeste, un ramal similar que será por donde volveremos.

Resalte tras rellano nos vamos hacia Cucuruzuelo.

            La mañana es muy buena para Noviembre a pesar del frío anunciado pues hay algo de inversión térmica. Hemos dejado las balizas del PR y proseguimos sierra arriba hasta dejar una segunda bifurcación también al oeste y siguiendo algunos hitos dispersos ya por camino más o menos amplio pero escasamente transitado, ganamos altura al sol entre las primeras rachas de viento.
            Resalte tras rellano vamos en busca del Puntal de Cotín o del Rasico acotado a 1585 metros de altitud y  característico por tener al oeste un ramal descendente hasta una antena de telecomunicaciones con cierto significado para la vuelta que pretendemos.

Zoom hacia Collarada y Collaradeta.

            Nos comemos con patatas el puntal pues es un ascenso que se nos alarga un poco abandonamos el pinar y salimos al praderío alpino salpicado de enebros rastreros, rosales silvestres y pinos aislados. Nos damos cuenta cuando llevamos casi hora y media de camino y volvemos la vista atrás.

Se asoma Mesola.

            El altímetro está por encima de los 1800 metros y aunque no nos fiamos demasiado nos indica que estamos cerca de Cucuruzuelo. Ha aparecido Collarada y Collaradeta  pintadas de blanco al nordeste pero el resto del norte, visible desde aquí,   está completamente cubierto por la nubosidad de retención.

Con el Vértice Geodésico de Cucuruzuelo.

            La pendiente se ha suavizado un poco, al contrario que el viento que va en aumento cuando avistamos el Vértice Geodésico de Cucuruzuelo al que ascenderemos protegidos del viento.
            En la amplia y alomada cima acotada a 1972 metros de altitud hacemos una foto y sin detenernos prácticamente nos alargamos muy de llano y zarandeados por el viento en busca de una cota de similar altitud mientras contemplamos la Sur de Mesola.

Acercándonos a Chinepral.

            La Cima de Chinepral, acotada a 1991 metros tiene un hito de piedras que corona su planicie cimera cubierta de praderío.
            Desde allí iniciamos un suave llaneo descendente entre manchas de pinos que han subido la ladera oeste mientras nos planteamos la conveniencia de parar en algún abrigo para echar un bocado y abrigarnos un poco.

En Chinepral con Mesola por delante. 

            En el descenso en busca del Collado de Mesola paramos. Comemos un poco, echamos un café con leche caliente y nos ponemos los cortavientos. Las manos se enfrían mucho al sol.

Subiendo a Mesola, vista atrás hacia Cucuruzuelo y Chinepral.

            Son las once y cuarto pasadas cuando continuamos bajando al Collado de Mesola acotado a 2020 metros y comenzamos el ascenso al pico del mismo nombre protegiéndonos del viento en su vertiente sudeste, una ladera algo pedregosa que se sube bien por cualquier parte. Finalmente hay que salir a la arista y al ventarrón que nos va a azotar con brío.

Iniciando el descenso de Mesola en medio del vendaval.

            En la Cima de Mesola estamos a 2168 metros de altitud, son las doce menos cuarto de la mañana,  no hay foto de cima pues nos echamos inmediatamente para abajo por un tramo de ladera que tras un pequeño hombro se inclina pedregosa durante unos metros en los que vamos a saber lo que es viento aunque alguna experiencia ya tenemos.
            Tendré que coger a Rosa del brazo y arrear para abajo todo lo más deprisa que es posible en medio de unas rachas auténticamente huracanadas, no era cuestión de permanecer demasiado tiempo en esa situación.

Descendiendo la Norte de Mesola Bernera y llena de la Garganta. 

            Bajada la pared, el viento sigue igual pero aminoramos un poco sus efectos en una travesía un tanto en la vertiente oeste, sobre praderío manchado de nieve polvo que nos permite aligerar el paso.
            Pasamos por Petrito y con ello alcanzamos el collado de separación y ascendemos junto al cordón de nieve de viento en busca de Napazal.

Hacia atrás queda Mesola.

            Tras unos metros de ligera tregua y acercándonos a la próxima cima el viento vuelve a las suyas y de nuevo tendré que subir en “ensamble” con mi chica que lleva un día delicado con su estómago.

La Sur de Napazal.

            Nos detenemos brevemente bajo la cima en un abrigo de la misma, reajustamos ropas y salimos a la Cima de Napazal a 2117 metros de altitud. Son casi las doce y cuarto.

Aguantando el vendaval cerca de Napazal.

            Una racha de viento tira a Rosa sobre un enebro y de nuevo del brazo nos vamos para abajo  hasta la Punta del Collado del Bozo a 2088 metros de altitud. Cuando estamos a punto de coronar la cima se me enciende la bombilla, nos olvidamos del Collado del Bozo ya próximo y tomando la arista oeste del pico nos vamos directamente para abajo poniéndonos al pairo del viento.

Iniciando el descenso hacia Lizara.

            Se trata de una ladera bastante abrigada mixta de hierba y tierra helada que se baja bien gracias a los escalones de la misma. Nos va a permitir salir del vendaval y perder muchos metros al sur del Barranco Articuso.

La Llena del Bozo se asoma por el collado del mismo nombre.

            La ladera se alarga en descenso, el barranco se ahonda un poco y se llena de hielo y buscamos un sitio fácil para atravesarlo.

El Refugio de la Cueva. 

            Lo haremos en un rellano amplio  que nos deposita enseguida en la Cabaña de la Cueva a 1575 metros de altitud. La cabaña tiene un par de compartimentos abiertos, medianamente decentes pero tiene poco futuro con la falta de mantenimiento del tejado.
            Hemos salido del infierno del viento de la arista y ahora viene otra historia completamente distinta.: volver por la vertiente de Aragüés para hacer una circular, en la que preveo alguna complicación.

Accediendo a la Carretera de Lizara.

            Desde las inmediaciones de la cabaña hemos visualizado un caminillo que baja por la Orilla Izquierda del Barranco Articuso. Ese camino nos puede evitar tener que pasar por el Refugio de Lizara y así evitar una buena vuelta. Consecuentemente volvemos a cruzar el barranco, tomamos el camino que enseguida se introduce en el bosque y bien balizado, junto al barranco, se va para abajo.
            Nos deposita en una de las revueltas altas de la carretera junto a una majestuosa haya y en las inmediaciones de la cabaña al lado de la carretera en la que pasáramos una moche hace ya una infinidad de años. Yo me había hecho la idea de que ese camino nos podría bajar hasta el Puente de los Corralones.

Bisaurín desde la Pista a Jasa.

            Carretera abajo, hacemos las revueltas siguientes y nos llegamos hasta la Zona de los Corralones con lugar para juegos, restaurante cerrado y puente para pasar a la orilla izquierda del Barranco de Osia. Muy de llano ya recorreremos alrededor de un kilómetros de carretera en busca del inicio de una pista que se dibujaba en el pinar transitando la Vertiente Oeste de la Sierra de la Estiva. Creo que es la que nos interesa.
            La pista arranca tras el Puente del Barranco Cuangas que baja de entre Mesola y Napazal, sobre los 1230 metros de altitud. Tiene un inicio en contra del valle para enseguida iniciar una largada de ascenso consistente, en dirección sur y paralela a la carretera.

Faldeando la Oeste de Puyarrón.

            Sobre los 1300 metros de altitud paramos a echar un bocado al sol junto a la pista. Son las dos de la tarde y el Bisaurín se ha quitado el gorro completamente.
            Media hora corta después proseguimos pista arriba para describir un bucle  sobre el rellano de los Prados del Barranco del Bosque que terminaremos cruzando  para proseguir  en suave ascenso y dirección sur hasta situarnos por encima de los 1500 metros.
            A partir de allí, llaneamos e incluso bajamos  hasta aproximarnos al cerro de las antenas próximo a Cotín. Hay un ramal que sale para arriba pero nosotros continuamos por la pista que llevamos. Creo que dará la vuelta por el oeste de las antenas y nos conducirá al camino de la mañana.
            Grave error. La pista que hacía eso era la que no hemos tomado y ahora estamos marchando pista abajo hacia Jasa. Bajaremos hasta los 1200 metros de altitud y a la vista de Aragües aparece un camino que nos salva, está atablillado como al Mirador de Cotín.

Todavía queda alguna flor de trébol cerca de Cotín

            Desde allí iniciamos el ascenso en dirección al Cerro de Cotín que no es lo mismo que el Puntal de Cotín. Tenemos la suerte de que, balizado en blanco y amarillo, nos ofrece postes indicativos en los sucesivos cruces que iremos tomando, en un monte completamente vivo durante el siglo pasado y cosido de pistas y tiraderas de madera puesto que el bosque era la fuente económica de estos Valles Occidentales y de allí la dificultad de moverse en el mismo sin los debidos conocimientos.

Acercándonos a la Loma de Cotín. 

            Faldeamos el Cerro Cotín y proseguimos con un enorme faldeo fundamentalmente llano por un camino imposible de seguir sin la presencia de las balizas.
            Se nos hace especialmente largo el faldeo de las dos ramas del Barranco Fuenmayor cuando ya advertimos que no vamos al Puntal de Cotín sino a la loma por la que hemos ascendido.
            En un momento determinado de la travesía del barranco aparece una indicación del Collado de Aisa y la seguimos sabiendo que nos ha de llevar al coche.

Puesta de sol desde la Loma de Cotín.

            Cae la tarde, el sol se pone y finalmente alcanzamos el camino de la mañana en el lugar en el que abandonamos las balizas blancas y amarillas. Un cuarto de hora después estamos en el coche. Son las seis de la tarde pasadas y hemos terminado nuestra circular con muchas ganas. Había calculado alrededor de 10 kilómetros hasta el Collado del Bozo y 15 de vuelta pero creo que, error incluido, hemos estado por encima fundamentalmente en el descenso y el desnivel acumulado, con la propina incluida, habrá estado por los 1500 metros.
            Luego la vuelta en coche a casa de noche lo que no es nuestra costumbre pero… las circunstancias del monte mandan y que sigan haciéndolo por encima de nuestros proyectos.


             

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