Canal Roya desde la entrada a la Nevera de la Glera.
Aparcamiento del Portalet, Barranco de
Aneu, Rellanos de la Gradillere, Col Houer y Cara Norte. Descenso pasando por
el Centro Pastoral y Puento del Barranco Aneu.
12-12-2017.
Salida 11 h. Llegada 15:15 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Canal Roya procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Tres
días borrasqueando y lloviendo por abajo han dejado algo más de nieve de la que
pensábamos a pesar de la lluvia que se llevó una parte de la caída en el Valle
de Tena. Elegimos entre jugárnosla a la ventana que llega mejor que cuando se
vaya que será mañana y hoy 12 de Diciembre de 2017 nos vamos a foquear un poco
después de unos días de inactividad por diversas circunstancias.
El Valle de Aneu está hecho un merengue.
Hoy
será el primer día de sol y de purgas seguras por lo que nos olvidamos del
Barranco Escalar y nos vamos al Valle de Aneu siempre más seguro.
Haciendo huella hacia la Gradillere.
Han
anunciado temperaturas bajas con viento y ese coctel mejor tomarlo un poco
tarde y es por ello por lo que nos
llegamos al Portalet cuando son las once menos cuarto. Al sur del puerto el día
está soleado y espléndido pero en el Valle de Aneu hay nieblas residuales que
esperamos se disipen como así será enseguida.
Peyreget y Midi inmaculados y casi solo para nosotros
Los
españoles echan sal para limpiar las carreteras pero parece ser que los
franceses no y el descenso hasta el Aparcamiento del Valle de Aneu está chungo
por lo que decidimos salir desde aquí a 1800 metros de altitud con lo que se
alargará un poco la actividad pero no será mayor problema.
Una ventana a Cuyalaret.
El
Valle de Aneu es un perfecto merengue pues está cubierto de una espesa capa de
nieve polvo de 25 centímetros de media que nos va a requerir algún trabajo
puesto que el valle está inmaculado y no hay huellas que faciliten la tarea de
progresar hacia Canal Roya. Consecuentemente hacemos huella en dirección oeste
primero en descenso para atravesar el Barranco de Aneu descalzando esquís para
continuar luego llaneando y atravesando pequeños barrancos semicubiertos de
nieve con lo que faldeamos la arista
fronteriza por el norte.
Finalizando nuestra travesía hacia la Gradillere.
La
vía normal pasa por el Centro Pastoral y asciende en busca de los Rellanos
situados bajo el Valle Colgado de Aneu o Hount de la Glere. Me ha parecido ver
entre nieblas a alguien y una huella si
hay pero nosotros perseveramos haciéndonos la nuestra con evidente esfuerzo.
En la Nevera de la Glera con la peña del mismo nombre.
Nos
cruzamos con un esquiador que va hacia Peña Blanca siguiendo una débil huella y
nos acercamos a la huella principal por la que transitan tres raqueteros. Una
hora larga nos costará alcanzarla justamente antes de introducirnos en la
sombra que proyecta la espléndida aguja de la Peña de la Glera.
El merengue de Canal Roya.
Foqueando en el Rellano de la Gradillere.
En
la “Nevera de la Glera” se hace fresqui pues la temperatura es baja, menos mal
que el viento brilla por su ausencia. Nos cruzamos con el esquiador que he
creído ver entre las nieblas mientras nos acercamos lentamente al trío delantero.
Con el Col Houer.
Un
buen rato después abandonamos la sombra saliendo al sol del Rellano de la
Gradillere, cosa que se agradece. Canal Roya ha aparecido a nuestra vista hace
ya un poco pero está algo lejos todavía.
Llegando al Col Houer adelantamos al trío de raqueteros franceses.
Siguiendo
la huella superamos el resalte por encima del rellano con lo que nos
incorporamos a la pared este del pico a la que vamos a hacer una diagonal en
busca del Col Houer.
La Nordeste de Canal Roya desde el Col Houer.
En
la subida al collado adelantamos al trío de raqueteros franceses y enseguida
alcanzamos el collado. Juan prosigue por la loma-arista orientada al norte y nosotros seguimos la huella del esquiador
que asciende un poco por el noroeste de la pala cimera.
Cerca de la Cima de Canal Roya.
La
nieve está venteada y algo más dura pero se sube bien. Una pareja de
esquiadores nos adelanta llegando a la cima. Es la una y media cuando
alcanzamos la Cima del Pico Canal Roya situado a 2348 metros de altitud. Poco
después llegará el trío de franceses.
En la Cima de canal Roya.
La Arista Este de Canal Roya desde la cima.
En
la cima corre una discreta brisa que nos congela las manos mientras hacemos las
maniobras necesarias para el descenso. Los bastones se pegan a la piel y las
yemas de los dedos se escaldan bastante. Hemos hecho unas fotos rápidas y en diez
minutos nos montamos en los esquís y nos vamos para abajo. Cima efímera como
pocas.
El Valle que hemos subido y al que vamos a bajar echando leches.
Col Houer y Midi de Ossau iniciando el descenso.
La
nieve de la cara norte está variada: helada arriba, durilla pero buena en el
lomo norte y polvo en las pequeñas hondonadas. Enseguida se recuperan los dedos
de las manos y alcanzado el Col Houer nos ponemos al abrigo girando cómodamente sobre nieve polvo
profunda.
Esquiando en la Norte de Canal Roya.
Bajo
el collado echamos un café con leche caliente y picamos unos dulces para
continuar con el descenso, ya comeremos abajo o en el coche.
Un café con leche caliente con un dulce y continuamos para abajo.
Enseguida
entramos a la sombra tras descender los resaltes altos con muy buena nieve y nos deslizándonos junto a la huella de subida cuando ésta se
arrellana.
Negociando la nieve polvo en Aneu.
Bajamos
sin prisa pero sin pausa alternando giros con deslizamientos, salimos al sol y
tras remar un poco en el rellano bajo nos acercamos al Centro Pastoral. Van a
ser las tres de la tarde.
La huella nos llevará a la carretera remontando hacia el Portalet.
En
el Puente sobre el Barranco de Aneu sobre los 1710 metros de altitud ponemos
pieles e iniciamos el remonte siguiendo una huella que asciende hacia el
Portalet. A medio ascenso y antes de encontrar un barranco que cruza la
carretera, la huella alcanza la misma y utilizando los laterales que están con
nieve seguimos foqueando para arriba sobre el asfalto cubierto.
Son
las tres y cuarto de la tarde cuando nos llegamos foqueando hasta el coche
liquidando una espléndida jornada de nieve polvo que ha resultado algo más dura
que los alrededor de 800 metros de desnivel que hemos acumulado: hemos foqueado
mucho y esquiado muy poco pero la tan bendecida nieve polvo debe ser así y por
eso me gusta la primavera, pero eso parece que va a tardar en llegar. El
termómetro del coche al sol marca seis grados bajo cero.
Allá se queda el Valle de Aneu.
La
vuelta la haremos despacio porque la tracción a las cuatro ruedas no hay forma de que se desconecte. Cuando eso
suceda se puede hacer saltar con la marcha atrás puesta durante unos pocos
metros. ¡Joder lo que hay que aprender!
La
elección de probar la llegada de la ventana ha sido un acierto pues la
perturbación anunciada no dio ninguna opción a la mañana siguiente. ¡Bingo!
Je je Mariano!! El frío y las nieves cambiantes es lo que tienen estos inicios de temporada, y duro que está conseguir pillar la efímera nieve polvo. La primavera es la menos ingrata...
ResponderEliminarQue envidia ver esas fotos tras la nevada!!
¡Qué bonito estaba Mariano! Solo por verlo así, tan inmaculado y solitario, merece la pena pasar algo de frío, abrir huella y "sufrir" la nieve polvo :-) Saludos.
ResponderEliminar¡Hola David!
ResponderEliminarPara pillar esa "efímera" nieve polvo, como tú dices, hacen falta algunas cosillas: salir a la carrera casi antes de que deje de nevar, olvidarse del riesgo de aludes y estar dispuesto a pelear con la carretera, todo ello en el supuesto caso de que tus ocupaciones te permitan acometerla, en nuestro caso, je, je, esto no es problema.
Los espacios de nieve virgen tienen ese indiscutible encanto, todos los buscamos para disfrutarlos y por ello no son fáciles de conseguir por lo que acostumbramos a disfrutarlos "de prestado." Me alegro.
¡Ah la nieve primavera! nos gusta hasta a los "zapos" como nosotros.
¡Que vaya bueno!
La semana pasada estuve yo y les metí una buena lijada a las suelas de los esquís y en unos días como ha cambiado!!! a ver si sigue nevando!!!
ResponderEliminar¡Hola Luis!
EliminarSi, ya vi tu descripción, eso forma parte de la elaboración del traje de mil rayas con el que terminan las tablas cada temporada a pesar de nuestros cuidados.
El Valle de Aneu estaba hecho un auténtico merengue. Las únicas piedras que vimos fue en la cima junto al pilote, allí el viento no deja parar la nieve.
A ver, yo soy de la teoría de que sin nieve no se puede esquiar pero para la buena marcha debe nevar sin viento y se debe acompañar de temperaturas adecuadas. Con los calores que acostumbran últimamente a acompañar a las nevadas pues como que no y así nos va. Esperemos que la temporada sea benévola con los esquiadores y raqueteros.
¡Que vaya bueno!