11 dic 2017

BIENES ECLESIASTICOS DE SIJENA, A VUELTAS CON LA DEVOLUCION.

Sala Capitular de Sijena.

                Allá por el año 1936, un arquitecto de origen catalán, Josep Gudiol, bajo la égira e la República,  dirigió el expolio del arrancamiento de 120 metros cuadrados de frescos del Monasterio de Sijena. De nuevo en 1960, un historiador , Joan Ainaud, con el pretexto de una exposición, completa el expolio arrancando otros 50 metros cuadrados más, ahora bajo el gobierno de la Dictadura Franquista. En la exposición se citan como procedentes de un castillo de Lérida con aviesas intenciones por lo que las citadas pinturas pasan “por ser catalanas” hasta casi finales del siglo XX.
                El Monasterio Real de Santa María de Sijena, fundado en el siglo XII por La Reina Sancha de Castilla, esposa de Alfonso II de Aragón que  es catalogado en 1923 como Monumento Nacional, no solamente había perdido sus murales sino también 97 obras  de arte  que el obispo de Lérida, ordenó trasladar a esa provincia catalana según la jurisdicción eclesiástica, Sijena pertenecía a ese obispado.

Vista aérea del Monasterio de Sijena.

                A finales del siglo XX comienza una batalla legal tanto por vía civil como eclesiástica, con el objeto de que los bienes expoliados volvieran a su dueño y a su lugar de origen. Las obras depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña debían ser devueltas según fallo de los tribunales correspondientes en repetidas ocasiones, pero la Generalidad de Cataluña y el Museo de Lérida recurren sistemáticamente los fallos judiciales en su contra  con el objeto de perpetuar el expolio incumpliendo la ley mientras les sea posible.
                Posiblemente como táctica dilatoria, en Julio del pasado año permiten que se lleve a cabo una devolución parcial de algunos de los bienes, los de menor valor que se encontraban fuera de exposición, a la vez que la Generalidad de Cataluña niega el traslado de los bienes restantes.

Manifestación ante el Museo de Lérida.

                Hoy 11 de Diciembre de 2017 se ha tenido que ejecutar por imposición legal la sentencia sobre los bienes que los diversos entes Aragoneses  implicados habían reclamado repetidamente. Se trata de una simple batalla ganada en contra de aquellos que incumplen sistemáticamente la ley de manera gratuita en un país tan garantista como el nuestro, puesto que los expolios, también sistemáticos no han terminado ni mucho menos:
                Queden pendientes las Pinturas Murales arrancadas de la sala Capitular del  Monasterio de Sijena, la devolución de otros bienes eclesiásticos de Berbegal, Peralta de Alcofea o el Tormillo que también tienen adopción catalana y los Papeles Aragoneses del Archivo de Salamanca que curiosa y distraídamente se llevaron a Cataluña perteneciendo a la Corona de Aragón y no al Condado de Cataluña; pero como tenemos unos vecinos muy amigos de rescribir la Historia, quizás Carlomagno sea un caudillo catalán que conquistara el Mediterráneo en los albores de la Edad Media. ¡Tenemos sarna para tiempos!

Cajas sepulcrales.

           No me pasa desapercibida la responsabilidad de las autoridades eclesiásticas implicadas a lo largo de los tiempos tanto Aragonesas, monjas incluidas, como Catalanas y Romanas; ni las autoridades civiles Aragonesas poco firmes en algunos momentos, Catalanas desoyentes de los fallos judiciales, e incluso Nacionales que, con su silencio e ignorancia premeditada, parecían otorgar carta de naturaleza consintiendo los repetidos expolios y su perpetuación.
                Las sentencias judiciales en un país de derecho se acatan, han de ser cumplidas por la razón y en otro caso por la fuerza. El Poder judicial tiene a su disposición a las Fuerzas de Orden Público, que legalizamos  y pagamos entre todos, para que hagan cumplir la ley. He corrido delante de los grises en alguna ocasión y sabía que podía llevarme algún porrazo al oponerme  al dictado de la ley; no me sirve que el soldado profesional me diga compungido que las balas matan. Que los Mosos de Escuadra te pueden hacer algún bollo si estás donde no debes oponiéndote a la ley e impidiendo que la democracia funciones, eso no es violencia, violencia es el incumplimiento de la ley más cuando este incumplimiento perjudica a terceros.  ¡No me creo los intencionados manejos de las redes sociales ni de los voceros que están arrimando descaradamente el ascua a la sardina de sus inconfesables intereses!

Uno de los alabastros.

                Es el cumplimiento de la justicia lo que ha propiciado la recuperación de los Bienes de Sijena y no la aplicación del Artìculo 155 de la Constitución, en esa trampa saducea tampoco debemos caer como tampoco caeremos en el pretendido enfrentamiento de un par de comunidades autónomas vecinas y unidas por infinito número de lazos der toda índiole.
                A pesar de todo ¡hoy puede ser un gran día! como dice Serrat.   


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.