Ibón de Respomuso. 13-7-05.
La Sarra, Llano Cheto, Barranco e Ibones
de Arriel, Collado de Arremoulit, Ibones de Arriel e Ibón de Respomuso.
26-07-1985.
Desnivel ascendido 1050 m.
Desnivel descendido 370 m.
Distancia recorrida 15000 m
Tiempo efectivo de marcha 08 h.
Sol.
Fácil.
En una travesía se suceden las etapas.
Hoy nos ha correspondido una corta tras la anterior larga, en un entorno
lacustre especialmente espectacular.
Agua en La Sarra, en los Barrancos de
Aguas Limpias y Arriel y en los Ibones de Arriel y Reespomuso. No hay problema.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de La Sarra- Respomuso procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
En
el picnic de la Sarra, a la luz de las linternas y en el fogón de butano
preparamos nuestra cena: una sopa, un bocadillo que traemos de casa y un buen
vaso de café con leche con galletas tostadas. Barro con una rama de boj un
trozo del refugio junto a una de las paredes y amontono las piedras como
protección para el viento que campa por sus respetos mientras Rosa prepara la
cena.
Cenados,
preparamos el desayuno y extendemos los sacos sobre el enlosado suelo que ha
quedado decente a pesar de que los “dueños del mundo” han hecho fuego dentro y
habrá un carretillo de cenizas además del refugio decorado al negro humo.
Camino de Tornadizas hacia el Llano Cheto. 30-6-10.
Antes
de meternos en los sacos comprobaremos con satisfacción el buen estado de
nuestros pies sabedores de que en ello
va el futuro de nuestra travesía.
El
suelo de granito del Pirineo Axil de la mejor calidad ya en la oscuridad se
nota duro pero no nos preocupa, el lugar es más que aceptable y suponemos que
en “el reino de los justos” no vamos a notar ninguna diferencia con el más
mullido de los colchones.
Las delicias del Hayedo de Aguas Limpias. 5-6-07.
La
noche se pasa entre alguna que otra vuelta que certifica la dureza de la
piedra.
Nos
despierta la luz de la mañana del 26 de Julio de 1985, a las siete y media
pasadas. No tenemos ni demasiadas prisas ni ganas en comenzar la jornada pero
hay que ponerse en pie y contemplar una mañana que nada tiene que ver con la
noche anterior pues está completamente despejada.
En el Paso del Onso. 5-6-07.
Desayunamos
nuestro vaso de café con leche y galletas, recogemos los sacos, enmochilamos los
bártulos y a las nueve menos cuarto nos echamos con miedo las mochilas sobre
los hombros pero se puede aguantar. Ayer partíamos de los 1196 metros de
Canfranc y hoy de los 1450 metros a los que se encuentra el Puente de las
Faixas.
Por
la Orilla Derecha del Aguas Limpias alcanzamos enseguida el Llano de
Tornadizas. Entramos en calor y comenzamos a funcionar como si nada hubiera
pasado el día anterior. De los hombros no sabemos nada: ¡milagroso!
Cascada Inferior de Arriel. 5-6-07.
Enseguida
alcanzamos el hayedo que poco a poco se espesa oscuramente fresco. El barranco
discurre por el fondo de un tajo estrecho y profundo que se estrecha y acerca en el Paso del Onso
para desembocar en el comienzo del Llano Cheto.
El
valle se allana y ensancha y nos detenemos bajo una vieja haya para echar un
bocado antes de que el camino se vuelva a empinar como esperamos. Hemos
previsto pequeños almuerzos y meriendas a base de embutido o queso con un poco
de pan al objeto de completar la alimentación,
para repartirla un poco por toda la
jornada y procurarnos descansos entre periodos de esfuerzo.
Pedrera en la Sur de Arriel de camino a los ibones. 5-6-07.
Pasan
de las diez cuando cruzamos con el camino el Barranco de Arriel y poco más
adelante abandonando el marcadísimo
camino principal que marcha a Respomuso volvemos al norte y superamos el escarpe en fuerte ascenso entre
pendientes herbosas y escalones graníticos para alcanzar de nuevo el lecho del
Barranco de Arriel. A nuestros pies se ha quedado el Llano Cheto que
contemplamos desde una visión inédita para nosotros.
Ibones de Arriel desde el Desagüe del Ibón Helado. 3-9-13.
Lo
que viene a continuación, además de ser tan empinado como lo anterior, es un
pedregal granítico desconsolador correspondiente a la Cara Sur del Pico Arriel.
Hemos encontrado trazas de camino que se pierden en el barranco que atravesamos
con intención de proseguir en principio por su orilla derecha. El pedregal se
empina y se mezcla con toboganes de grava que dificultan un poco más la subida,
lo que nos invita a buscar la piedra más gorda que encontramos próxima a la
Ladera de Arriel, en dirección a un potente nevero recostado sobre la misma.
Collado de Arremoulit desde el Ibón Alto de Arriel. 9-8-09.
Serán
alrededor de 300 metros de desnivel los que superaremos piedra a piedra de un
tirón, lo que nos ha puesto a prueba. No hemos llegado muy sobrados pero nos
encontramos bien. Junto al nevero nos comemos un limón con azúcar y descansamos
un poco mientras el altímetro señala los 2200 metros.
Seguimos
hacia el norte para terminar el pedregal alcanzando el collado que imaginamos
como parte del cerrojo glaciar. Cuál no será nuestra sorpresa cuando la pedrera
se allana y se enfrenta a un escalón en la Falda de Arriel, la fosa de los
ibones se encuentra al este y nosotros nos hemos pasado.
Ibones de Arremoulit desde el collado del mismo nombre.
Cambiamos
de dirección y continuamos hacia el este por una pedrera en la que se suceden
sin descanso lomas y depresiones para avistar enseguida uno de los ibones
inferiores. Son las doce y media cuando deambulando por terreno escabroso, pues
no hemos querido bajar al camino que recorre los ibones, aparecemos en un
pequeño collado desde el que dominamos la mayor parte de la cubeta lacustre.
Arriel y Collado de Arremoulit desde el Collado de Lavedán. 25-9-15.
Finalmente
y una vez que hemos disfrutado de una estampa sencillamente encantadora nos
decidimos a bajar. Tiene algo de especial la paz y la soledad que se respira
aquí. El recuerdo es imborrable y como todo recuerdo, infinitamente mejor que
la realidad, lo que aquí es francamente difícil.
Levantamos
la vista y allí está, escoltado por los Collados de Lavedán y Arremoulit la
arrogante Pirámide del Pallas y más a nuestra izquierda otra inquietante
pirámide, el afilado y encumbrado Arriel.
Ibón Inferior de Arriel. 14-7-05.
Recorremos
por la orilla oeste el más alto de los ibones al objeto de dejar las mochilas a
mano y con las cantimploras, unos frutos secos, los anoraks y el tomavistas nos
dirigimos al oeste hacia el Collado de Arremoulit. Es un paseo sin carga por un
pedregal, a estas horas ya familiar, que conduce a un inclinado y estrecho
corredor que concluye en el collado. Hemos salvado rápidamente el desnivel y
estamos a 2440 metros de altitud; es la una y media del mediodía de un
magnífico día ventilado por el correspondiente viento de los collados.
De Arriel a Frondiellas nnuestro camino a Respomuso desde la Divisoria de Ministirio. 10-9-08.
Pasamos
a la vertiente francesa y nos protegemos un poco del viento. Hemos llegado
hasta aquí para contemplar el Circo de Arremoulit. Allí están los escarpados
neveros acostados en la Cara Este de los Arrieles, bajando a beber en los
remotos y dormidos Ibones de Arremoulit con su soleado refugio en medio de
ellos. En la parte este del circo, escalonado por el Pitón Von Martin está el
Pallas.
La Presa de Respomuso coronada por Campo Plano y Llena de Cantal. 30-6-10.
Echamos
un trago con unos cacahuetes y un cigarro y cambiamos de vertiente para
contemplar el Circo de Arriel. Enseguida se nos va la vista desagüe arriba del
Glaciar de las Frondiellas hasta el Balaitus: enorme, altísimo y enigmático.
Luego la Cresta de las Frondiellas nos devuelve a la Cubeta de Arriel y me lo
llevo todo con el tomavistas.
Nos
vamos poco a poco para abajo refugiándonos en la magnífica belleza del circo:
estamos comenzando a descubrir el Pirineo y nos gusta.
La Casa de EIASA. desde la Presa de Respomuso.
Alcanzamos
de nuevo las mochilas cuando el reloj marca las tres y es hora de comer.
Calentamos una lata de judías que nos sabe a gloria, una lata de sardinas y un
nescafé calentito; todo tiene sitio en nuestros estómagos pues de apetito vamos
bien.
Son
las cuatro y media cuando nos vamos por la orilla izquierda de los ibones,
andando el camino que sigue el desagüe de los mismos hasta la bifurcación que
tomamos a la izquierda de los mismos ascendiendo brevemente. El camino nos ha
de llevar a media ladera de la soleada Cara Sur de las Frondiellas hasta el
Ibón de Respomuso.
Campo Plano y Llena de Cantal desde Respomuso y mucha basura.
El
camino que recorremos data de la época en la que se realizaron las obras hidráulicas
en los ibones. Forma parte de la red de caminos que permitía el acceso del
personal y las comunicaciones en tan escarpados lugares. A 2100 metros sigue la
trayectoria de un gran canal subterráneo que conduce las aguas de los Arrieles
al enorme Embalse de Respomuso. Son 5 kilómetros que se recorren con absoluta
tranquilidad disfrutando de una hermosa tarde, de un fin de jornada ya próximo
y de las magníficas vistas de la Vertiente Izquierda del Aguas Limpias y de la
Zona Sudeste del Circo de Piedrafita.
Son
las seis y cuarto cuando llegamos al Chalet de Aragonesas, en las inmediaciones
del Embalse de Respomuso. Sabemos que ha sido forzado y que ahora está abierto.
Lo que encontramos es un auténtico desastre. Está destrozado por dentro, le han
arrancado alguna puerta, derribado alguna pared, el aseo está lleno de basura,
los jergones y los colchones revueltos con escombros, es la manifestación más
clara del vandalismo desmedido e inoperante. La cocina está ocupada por unos
montañeros a juzgar por los materiales que vemos.
Alrededor
de la casa hay montones de basura. Bajamos hasta la Capilla de la Virgen de las
Nieves junto a la presa y está por el estilo con la salvedad de que al ser un
edificio construido en piedra el deterioro es menor pero no queda títere con
cabeza: en el interior han hecho fuego y la sacristía está patas arriba.
Terminamos preguntándonos por la suerte de males que habremos cometido para
merecernos esto: la prueba definitiva de una sociedad enferma. Es la última
pincelada de un funesto cuadro pintado por el descontrol y al amparo de éste,
la desidia de los constructores de las obras que dejaron la zona convertida en
un caos de construcciones ahora destrozadas y un basurero de cables y chatarra
esparcida por los alrededores del ibón.
Hemos
encontrado en la capilla a una pareja de Sabiñánigo que quiere ir a los
Infiernos. Saldrán antes que nosotros y
por ello nos despedimos para subirnos a terminar la tarde y dormir en el
chalet.
Para ver la Continuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.