Ciudadela y Cuca de las Bellostas en Mascún.
Rodellar,
Barranco de Mascún Inferior, Ciudadela, Beso, Otín. Vuelta por el Camino de la
Costera.
08-05-2004.
Desnivel Acumulado 600 m.
Distancia recorrida 1500
m
Tiempo efectivo 05:45
h.
Sol.
Fácil.
Senderismo.
Mapa de Mascún procedente de Prames. Vía en amarillo.
Todo el mundo habla de barrancos, todo el mundo ha hecho algún
barranco, hasta nuestra hija ha hecho algún barranco y eso que no va a la
montaña. Bueno, todo el mundo menos nosotros. Nosotros en el monte somos de
secano y a pesar de que Rosa en algún momento ha dicho de hacer alguno, yo he
sido más reticente en ese tema y lo que se dice bajar un barranco en el sentido
que se le da actualmente, no lo hemos hecho.
Otra cosa es que en nuestra actividad montañera hayamos utilizado
barrancos para atravesarlos o como vía de paso; los barrancos son sustanciales
a la montaña, pero siempre nos han servido como vía de ascenso, de mejor
calidad que sus laderas. Luego si ha sido necesario o conveniente lo hemos
bajado y en paz. Pero siempre con poco agua líquida. Nieve o hielo ya es otra
cosa.
El tiempo de esta Primavera es malo y las alturas están totalmente
vestidas de blanco, de un blanco y de un blando que desaconsejan ir por allí
para no ir a ningún lado. Mala Primavera nos espera pues.
Tenemos un “fin de semana de novios” pues estamos solos y decidimos,
algún día tenía que ser, bajarnos a Rodellar y hacer el Mascún. En la decisión
también influye el hecho de que el domingo anterior hiciera la actividad GMS. y
nosotros no pudiéramos apuntarnos puesto que Rosa tenía trabajo ya que nos
apetecía.
De Guara conocemos algo pues no en vano llevamos muchos años y algún
que otro pellizco le hemos dado, pero no demasiado y en Rodellar ni siquiera
habíamos estado nunca a pesar de que Alvarito Correas ya llevaba veinte años con
el cámping que montó en el pueblo.
El sábado 8 de Mayo nos levantamos a las siete y media, no es preciso
madrugar a pesar de la carretera y a las ocho marchamos hacia Huesca y
carretera de Barbastro hasta el desvío hacia el norte que nos introduce en el
Parque Natural de los Cañones de Guara.
Rodellar.
Luego seguirá un tramo de mala carretera que al final se nos hará
larga pero que nos deposita en Rodellar cuando son las nueve y media. Aparcamos
en la plaza en medio de una mañana soleada y suavemente venteada, cogemos las
mochilas y nos vamos en busca del barranco bajando hacia el oeste.
Unos metros más adelante preguntamos por confirmar en unas casas de la
derecha del camino y le dice a Rosa una mujer que mejor por arriba que habrá
menos agua, pero nosotros vemos el vado y para abajo nos vamos.
Lo primero que hemos visto ha sido una multitud de caminos tanto de
bajada como trazados en ambas orillas lo que nos llena de inquietud pero...
Barranco de Mascún desde Rodellar.
En el vado hay agua como para tener que descalzarnos pues creemos que
hay que comenzar por la orilla derecha. Después de buscar pasaderas nos
descalzamos, pasamos al otro lado y calzados de nuevo nos vamos hasta la
primera balsa que nos cierra el paso.
Volvemos sobre nuestros pasos y tomando un camino en la orilla
derecha salimos del lecho del barranco y
ganamos altura en dirección noroeste. El camino sigue para arriba y algo más
altos que el nivel del pueblo contemplamos los caminos junto al barranco sobre
los prados de la orilla derecha.
El Barranco Mascún Inferior.
Hemos de reconducir nuestros pasos y bajar al barranco. Para ello y
aprovechando que el camino se alarga hacia una pedrera que baja un poco en la
ladera la tomamos. He visto la posibilidad de descolgarnos por las paredes para
ganar la pedrera inferior. Hemos de buscar los destrepes necesarios para
descolgarnos por la pared con más maniobras de las previstas para bajar sobre
50 metros. Luego ya en la pedrera respiramos y enseguida alcanzamos los prados
de junto al barranco que buscamos. Los primeros 100 metros de barranco se nos
han llevado una hora, todo un récord evidentemente. Pero lo malo es que
desconfiamos absolutamente de nuestro futuro en un barranco que queremos hacer
sin mojarnos, procedimiento que entendemos como algo antinatural pero, nosotros
resistentes, continuamos adelante.
Progresamos por la orilla contemplado el crecido barranco a la espera
de las Fuentes de Mascún con la esperanza de que aporte la mayor cantidad del
caudal y de allí para arriba la tarea sea más fácil.
El Delfín del barranco de Mascún.
Las paredes se acercan y el barranco se angosta. Enseguida
contemplamos un gran hueco en una pared de la orilla derecha que se conoce como
La Ventana ó El Delfín como podremos comprobar a la vuelta con una perspectiva
un poco más elevada.
Detalle del Delfín de Mascún.
Cruzamos por unas pasaderas el barranco e inmediatamente alcanzamos el
Barranco de la Virgen, erguido y angosto y tras un giro a nuestra izquierda
enseguida aparece la Fuente de Mascún en
la orilla izquierda del barranco. Aporta agua pero no es lo que esperamos.
En la orilla derecha desemboca el Barranco de Andrebot pero nosotros
giramos a la derecha en la que se levantan potentes paredones a la vez que se
ensancha el cauce y transitamos por ambas orillas atravesando repetidamente el
barranco por pasaderas de fortuna.
Aprovechando un rato de claro sol nos detenemos a almorzar un poco
pues prevemos que el día será largo
La Ciudadela de Mascún.
Poco más adelante y en la orilla izquierda se perfilan las magníficas
agujas de la Ciudadela con sus espectaculares ventanales y al lado la maravilla
natural conocida como La Cuca de las
Bellostas, una inconfundible aguja perfectamente aislada que se afila
incontenible hacia el cielo.
La Ventana de la Ciudadela de Mascún.
Una pareja con la que acabamos de coincidir se sale del barranco
camino de Otín por el indicado Camino de la Costera. Nosotros continuamos por
abajo con la vista en las alturas y en el barranco que hemos de sortear
continuamente.
Espléndida la Cuca de las Bellostas.
Las nubes y debajo un nutrido grupo de buitres sobrevuela las agujas
de la Ciudadela y poco más arriba y en la orilla izquierda las de Cagatés, un
espléndido concierto de la geología caliza, de ocres infinitos y de insultante
verticalidad. Nosotros progresamos barranco arriba contemplando estas
sensacionales formaciones geológicas.
Poco más adelante el barranco se puebla de bloques de grandes
dimensiones y hay que remontar un poco entre bojes por la orilla derecha del
mismo con el fin de salvar alguna balsa.
Retornando al cauce y cruzado una vez mas el barranco hemos de sortear
otra balsa, ahora remontando sobre unas lajas lisas que la defienden.
Poco más arriba de nuevo vuelven a aparecer los bloques rocosos de
grandes dimensiones en un lugar en el que el cauce se ahonda un poco y que se
conoce como el Caos del Onso. Advierto un camino que sale sobre la orilla
derecha pero llegar a tomarlo no es demasiado sencillo debido a la cantidad de
agua que lleva el barranco, Por ello, volvemos sobre nuestros pasos y tomamos
una pedrera que asciende sobre la orilla derecha en busca del camino que vadee
el paso.
Encontramos una vira rocosa muy dudosa que se corta más adelante y nos
confirma que no se trata del paso alternativo al del cauce, por lo que volvemos
sobre nuestros pasos al barranco para intentar tomar el camino desde cuyas
proximidades nos hemos dado la vuelta.
Primero probamos el centro del cauce que nos obligaría a saltar sobre
un pequeño ramal del barranco con lo que nos tendríamos que poner a remojo y
luego probamos y pasamos por la orilla derecha haciendo un paso “ a culo
arrastro” para bajar un potente bolo liso con el riesgo de meternos de patas en
el agua.
Pozas en Mascún.
No es necesario remojarse y a continuación tomamos el camino que
asciende de nuevo sobre los bojes de la orilla derecha y luego faldea
horizontalmente atajando sobre una fuerte curva a la izquierda del barranco.
El propio camino desciende al cauce del barranco mientras nosotros
buscamos las rocas y la Balsa del Beso puesto que por aquí quizás sea posible
abandonar el barranco en dirección a Otín ya que el barranco se angosta, más si
cabe de aquí en adelante, lo que nos hace suponer que se trata del comienzo de
los Oscuros de Otín.
A pesar de ello seguimos adelante fácilmente, e inmediatamente el
barranco se abre un poco y nos muestra El Beso, no tenemos ninguna duda nada
más verlo. La balsa nos decepciona pero no tenemos dudas.
Ahora el tema es más sencillo por la orilla derecha no se puede pasar,
por el cauce salta mucha agua, además de la balsa y por lo tanto hay que buscar
camino en la orilla izquierda.
Lo encontramos y por allí
sorteamos el paso a la vez que nos incorporamos a una vira rocosa bastante
dudosa por la que proseguimos adelante a lo largo de alrededor de 100 metros.
La vira desaparece y el camino bajo los paredones paulatinamente deja de
parecer transitado hasta que se cierra por lo que vuelvo al encuentro de mi
chica que espera.
Volvemos por la vira que enseguida se corta sobre un paredón y hay que
volver a considerar y echar una ojeada a uno de los múltiples caminillos
dibujados sobre cualquier pedrera del barranco y que suponemos recorrido por
animales o escaladores en busca de cualquier pared o aguja.
Hemos visto tantos... que no
hemos reparado en que algunas de las lazadas primeras del mismo estafan fabricadas
con pequeñas paredes y eso, no lo hacen los escaladores ni lo hacemos los
montañeros; eso tiene que ser el camino hacia el pueblo que buscamos hecho por
las gentes del pueblo.
Volvemos de nuevo hacia la cita que he desechado primeramente y el
caminillo nos descuelga por la pedrera al barranco. Al otro lado hay un par de
citas que indican el inicio del Camino de Turmo que nos permitirá abandonar el
barranco y llegar a Otín.
Metidos para arriba en dirección oeste ya no nos ofrece ninguna duda a
pesar de que la pared por la que asciende ya la había desechado yo puesto que
en la parte norte la posible escapatoria a mitad de la pared me parece muy fea
y al sur el paredón es descomunalmente vertical.
El camino se eleva por medio hasta donde yo había visto, y luego cruza
la pared hacia el norte pero no sale por el norte imposible sino que por medio
de unas pequeñas lazadas ocultas se elevan un poco más en la pared y la cruza
hacia el sur para proseguir con un tramo también oculto desde abajo y salir de
los paredones inferiores. Luego, a grandes lazadas sigue ganando altura pero
sobre una pendiente más suave, para llegar finalmente a aburrirnos de tanto
divagar suavemente de una parte a otra de la ahora amplia loma.
Otín.
Finalmente alcanzamos la cresta alrededor de los 1050 metros de
altitud y divisamos algo más abajo y al oeste el Pueblo de Otín.
Faldeamos un poco bajo la Peña Punible y a media ladera descendemos
hasta el pueblo. Cruzamos el barranco y en el bar, abandonado y abierto, nos
espera un grupo de franceses que come al sol en la calle.
Son las dos y media, estamos a 1020 metros de altitud y como no hay
posibilidad de tomarnos la cerveza proyectada nos vamos inmediatamente hasta el
barranco y no sentamos a comer.
Hemos llegado a Otín y hemos hecho el barranco a lo basto, a lo
bestia. No nos hemos mojado pero la soba que nos hemos dado entre idas vueltas,
embarques y saltos ha sido considerable. En verano, con calorcillo y con el
agua que no debe molestar mucho a lo mejor se puede pasar un día agradable. Hoy
ya imaginábamos que el tema iba a ser peleón y espabilando hemos necesitado
casi cinco horas para hacer el barranco en el que habremos movido por encima de
600 metros de desnivel cuando solamente tiene poco más de 300 metros.
A las tres tomamos un camino próximo al Barranco de Otín y que en
dirección sur irá primero llaneando entre robles para alejarse poco a poco del
barranco que girará al este.
Luego atravesamos el inicio de otro barranco pasando junto a unos
robles centenarios y nos quedamos un rato a tomar el sol en un abrigado paraje
vestido también de robles jóvenes. Luego continuamos camino e iniciamos el
descenso.
El camino de la Costera rodea los torreones de la Ciudadela por
el oeste para girar un poco al sur. Nos
va a permitir contemplar de nuevo las torres más brillantes del barranco desde
una nueva perspectiva.
Perdemos altitud rápidamente y alcanzamos el lecho del barranco que
por cierto nos recibe con un más que agradable calorcillo pues la tarde se ha
teñido de agradable primavera.
Contemplando escaladores que practican en la multitud de vías
equipadas que hay en el tramo de barranco más próximo al pueblo nos llegamos
hasta la Fuente de Mascún. Echamos un buen trago de agua y continuamos para
abajo encontrándonos con la pareja de la mañana.
Luego ya finalmente en la orilla izquierda buscamos el camino que nos
lleve directamente al pueblo sin los dibujos de la mañana. Lo encontramos
parcialmente ya que en un momento determinado hacemos una fácil trepada, que no
es el camino más indicado precisamente, pero que nos deja en el lugar que
debimos cogerlo a la mañana, pues verlo si lo vimos.
A las seis menos cuarto llegamos al coche y nos vamos a ver si podemos
localizar el cámping de Alvarito.
En el primero que encontramos entramos y mientras doy la vuelta le
digo a Rosa que le pregunte a una chica que está al sol en unos bancos.
Es Adela la mujer de Alvarito. Echamos una fresca cerveza y una
agradable charrada como siempre sentados
en una mesa al delicioso sol de la tarde y tras poner en orden e inventario
todo nuestro universo común nos despedimos pues se han hecho las siete y hemos
de volver a casa.
La vuelta la haremos hasta Bierge y desde allí nos vamos por Aguas y
Bandaliés para llegar a Huesca. A las nueve menos cuarto estamos en la ducha.
Tenemos cena con los vecinos.
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