Crabioules. 18-7-09.
Collado Inferior de Literota, Brecha Mamy,
Punta Mamy, Punta Lacq, Punta Mamy, Brecha Mamy, Corredor Oeste, Crabioules
Occidental y Crabioules Oriental. Vuelta
al Crabioules Occidental, Brecha Mamy, Collado Inferior de Literola,
Ibón Blanco de Literola y Valle de Literola.
16-08-2004.
Salida 12 h. Llegada 19 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de Crabioules procedente de Alpina. Via en Amarillo
Hemos bajado de la Aguja de Literola
especulando con el corredor que conduce a la Brecha Mamy. Hay una
huella en la nieve que parece conducir a la base del mismo y con ella nos quedamos.
Lo vemos de frente y sobre un tramo de pedrera limpia nos paramos a almorzar.
La Oeste del Circo del Portillón de Oo desde el Collado Inferior de Literola.
Contemplamos largamente el paisaje
despejado del sur y oeste del Circo de Oo mientras comprobamos como baja a todo
trapo un montañero que sigue nuestros pasos y que hemos localizado ya antes
sobre la arista del Pico Royo.
Ibón Blanco de Literola con Crabioules al fondo. 17-8-09.
Como le he dicho a Rosa, viene en
busca de compañía y se trata de Marcos, el menorquín que ha vivaqueado en las
proximidades del Ibón Blanco de Literola, que ha salido antes que nosotros pero
que yéndose a la cabecera del ibón, ha tenido que reorientarse con lo que ya ha
venido todo el rato tras nuestros pasos. Las nieblas no nos han permitido
vernos antes.
Lezat, Agujas de Lezat, Lacq, Mamy y Crabioules. 17-7-08.
Collado Inferior de Literola desde encima del Ibón Blanco. 18-7-09.
Coincidimos a la entrada del
corredor y charlamos. Lleva las mismas referencias que nosotros y con nosotros
va a hacer algo que no hubiera hecho solo. Nosotros que teóricamente hemos
concluido nuestra actividad proyectada para hoy 16 de Agosto de 2004 nos vamos
a dar un homenaje pues son poco más de las doce de la mañana y tenemos cuerda
para rato.
Mami y Punta Mamy.
El corredor, ya me lo había parecido
desde la Aguja
de Literola, es fácil además de amplio, tiene bastante basura pero también buen
granito y abundantes presas y repisas, algo que para nosotros no ofrece ninguna
dificultad especial, será de IIº o por allí, es un corredor tieso, ni vertical
ni tendido.
Lacq, Mamy y Crabioules de nuestros recuerdos. 17-7-08.
Asciende en dirección nordeste, no tendrá 100 metros de desnivel y
nos deposita tranquilamente en la Brecha Mamy a 3038 metros de altitud.
Punta Mamy. 18-7-09.
Subo como un explorador a ver qué
pasa, a ver ese muro de 10
metros que defiende el acceso a Punta Mamy y, a mi izquierda, sorpresa: allí no hay tal
muro, hay un pasaje bastante erguido, algo más corto pues no tendrá más de 5 ó 6 metros con buenas piezas
de granito y abundantes presas. Además no es un tramo muy expuesto puesto que
para mí es más entre corredor y diedro que muro. Bueno, está calificado como PD
+, y a lo mejor es que había despertado en mí demasiadas expectativas.
En la Cima de Punta Mamy con Crabioules.
Ni nos lo pensamos. Tiramos para
arriba y estamos en la
Punta Mamy , un “pico” de 3048 metros de altitud.
La arista prosigue en dirección
oeste-noroeste y no se ve complicada de
momento. Por lo tanto sigo, y me siguen, adelante.
Pasamos una serie de dientecillos
fáciles en descenso en una arista ya muy aérea que nada tiene que ver con la de
Literola y alcanzamos una zona de bloques de granito ennegrecido de líquenes.
Crabioules y Punta Mamy.
Una repisa permite contornear por el
sur el primero y me deposita en un potente escalón algo extraplomado de un par
de metros que nada más tiene una buena presa de pie pero muy alta y las presas
de manos son muy pequeñas.
Lo pruebo con mucho cuidado pues
debajo hay una repisa amplia pero algo inclinada y patio a los dos lados y me
doy la vuelta.
Hay que asegurar el paso y también
el siguiente. Para eso llevo la cuerda y
en la cabecera del bloque hay una vieja clavija.
Rapelo, con la desaprobación de mi
esposa, el paso y en la repisa inclinada avisto el siguiente paso: es similar
con mejores presas pero hay que meter el “body” sobre cualquiera de los dos
“patios.”
Antes de decidirme a rapelarlo
observo la continuación y confirmando mi primera impresión le digo a Rosa que
baje con ayuda de la cuerda que con un poco de seguro no hay problema.
¡Convencida! Rosa agarrada a la
cuerda y con los pies que le aseguro yo destrepa el primer bloque, rapelo el
segundo bloque y le ayudo de manera similar. Con la cuerda libre, rapela Marcos
que ha hecho espeleología y lleva un arnés de espeleo.
Agujasn de Lezat sobre Lezat desde Punta Lacq.
Luego proseguimos por la afilada
arista sorteando bloques y dientes pequeños y alcanzamos, ya fácilmente, la Punta Lacq de 3010 metros de altitud.
A mí no me ha parecido PD como indicaban mis referencias. Sin la cuerda no
hubiéramos pasado pues para mí son pasos de IIIº+.
Punta Literola, Royo, y Perdiguero. 19-7-08.
Son las doce y media, hacemos unas
fotos de la arista y nos volvemos por idéntico camino hasta alcanzar la cuerda.
Trepar los dos pasos ya resulta más
sencillo por conocidos al menos, aunque no por ello mi señora, y en el más
bajo, no deja de marcarse un péndulo que detengo yo.
Desde la Aguja Noroeste de Lezat. 19-7-08.
Luego se van adelante mientras me
quedo recuperando el mosquetón que he colocado en la clavija y peleando con la
cuerda. Mis relaciones con las cuerdas son inevitablemente peleas pero estoy
satisfecho pues me he decidido a emplearla que para eso se echa abundantes
sueños en el fondo de mi mochila.
La discreta arista que une Lezat con Crabioules. 18-7-09.
Los alcanzo en la Brecha Mamy y ya
puestos en harina faldeamos fácilmente mediante una serie de viras hasta
incorporarnos a la rama este del corredor nacida unos metros debajo.
El corredor prosigue similar
alrededor de 50 metros
para arriba pero enseguida tropezamos con un resalte erguido de tres metros que
se sube bien por la derecha del corredor
utilizando buenas presas de granito firme. Poco más arriba, otro resalte
similar se sortea bastante bien por la izquierda del corredor y lo liquida desembocando en una media ladera muy inclinada y a la vez
muy próxima al filo de la arista.
En la Cima de Crabioules Occidental.
Enseguida y fácilmente alcanzamos la
cima del Pico Crabioules Occidental a 3106 metros de altitud
cuando es la una y diez.
Hacemos una foto mientras contemplo
unos bloques importantes en las cercanías del otro Crabioules, entre ellos la Arista de los Crabioules
que no presenta otras dificultades especiales que las derivadas de un largo
pasaje aéreo.
Continuamos en plan explorador. No
me gusta gran cosa lo que he visto allá adelante, quizás en la distancia no lo
haya apreciado correctamente; pero voy un poco escéptico. Esos grandes
adjetivos que el personal suele dar a las cosas
a modo de sintetizador universal a mí me gustan poco: decir de una
arista que es lo “más divertido” de los últimos días de actividad en este circo
me deja con la mosca tras la oreja y algo inapetente, pues puede salir cualquier
cosa.
La arista tendrá por allá los 200 metros de largo o
quizás algo más ya que no es fácil de calcular en escorzo, desciende un poco
inicialmente, salvando pequeños bloques y algunos dientes con granito
generalmente en buen estado y con buenas presas tanto para manos como para
pies, es siempre muy aérea pero no te sientes mal en la misma.
Lezat y Gran Quayrat.
Luego prosigue más en horizontal con
algún pasaje más aéreo en el mismo filo nunca difícil, incluso hay bastantes
pasajes que pueden pasarse a toda cresta o faldearse generalmente por el sur.
En Crabioules Oriental.
Vamos a buen ritmo pero la cresta se
lleva su tiempo hasta que alcanzamos la
zona de los grandes bloques. Son difíciles de escalar pero tampoco es necesario
hacerlo ya que enseguida se ve un posible faldeo por el sur perdiendo unos
cuantos metros que no se destrepan mal. Luego un corredor regularcillo,
bastante erguido y muy descompuesto nos va a permitir retornar al filo y ya,
enseguida y fácilmente alcanzar la cima de Pico Crabioules Oriental de 3116 metros de altitud.
Crbioules Occidental desde el oriental.
Es la una y media pasada, y tras la
casi media hora que se nos ha llevado la arista, especulamos con la alternativa
de desmontarnos de la arista más al este o retornar como teníamos descontado ya
con anterioridad.
El rápel anunciado junto a la Aguja Jean Garnier nos
liquida la continuación por la arista,
las proximidades del corredor en la pared sur no son muy claras y ante la
posibilidad de tener que darnos la vuelta
desde mucho más abajo y que a Rosa no le apetece nada ir “a descubrir”,
nos damos la vuelta; ella que ha venido rezongando como siempre al pensar en la
vuelta me deja tranquilo, pues prefiere diablo conocido, y en paz. Hacemos de
nuevo la arista de regreso como motos y sin más preámbulos nos bajamos todo el
corredor al paso, y evidentemente, sin ninguna de las “enormes dificultades”
que su delirante imaginación crea a
granel, como siempre. Tan sabido resulta el tema que hasta ella misma ha
llegado a decir algo así como “no, si al final, casi seguro que no tendrá
nada.”
Faldeamos bajo las paredes del
Crabioules Occidental y alcanzamos el Collado Inferior de Literola. Van a ser
las dos y media.
Marcos que ha bajado delante llega
después y nos vamos nevero para abajo en dirección prácticamente sur en busca
de un espolón limpio de nieve para dejar a nuestra izquierda un iboncillo
prácticamente helado, atravesar la cabecera de la cubeta lacustre y a media
ladera, irregularmente alcanzar el emplazamiento de la tienda cuando son las
tres pasadas.
Sacamos la cerveza de la nevera,
comemos y bebemos abundantemente. Al final el día ha entrado en calores y hemos
disfrutado finalmente de un espléndido y radiante día de sol; vamos, que en la
arista se estaba en la gloria más si cabe teniendo en cuenta que el viento de
la mañana ha desaparecido con las nieblas
Recogemos
la tienda en un periquete, enmochilamos y decidimos bajar por el Valle de
Literola que desconocemos. Son las cuatro de la tarde.
Bajamos hasta la salida del Ibón
Blanco de Literola, luego un trozo de nevero, oteamos camino por la derecha del
barranco pero remontamos la pared granítica de su orilla izquierda hasta
alcanzar las citas del camino que hemos localizado desde abajo.
Ya con citas pasamos junto al
pequeño y recóndito Ibonet de Literola
para seguir una serie de viras herbosas bastante horizontales que nos mantienen
muy altos en la ladera izquierda del valle, próximos a la arista sur de la Tuca de Remuñé y sus
escorrentías. Luego, cuando se ensancha un poco el barranco el camino comienza
una larga aproximación hacia el cauce del mismo a través de largas pendientes
sobre pradera alpina, más primero y menos después, fresca y densa.
Perdigueret y Perdiguero desde el Valle de Literola.
Por debajo del rellano en el que se
asienta la Cabaña
Forcallo el camino se aproxima al barranco pero sin
coincidir. La confluencia se producirá un poco más abajo en una preciosa badina
en la que Marcos se queda para remojarse mientras que nosotros nos despedimos y
nos continuamos con el descenso contemplando una larga y espumosa cascada.
El camino nos pasa cumplida factura
por la jornada que pagamos religiosamente pasando calor y padeciendo
especialmente con pies y rodillas. Ha sido una actividad de bastante caña en la
que terminaremos moviendo 2350
metros de desnivel.
Pero a pesar de todo bajamos a buen
ritmo, adelantamos a gente y entramos en el bosque como promesa de un final
próximo confirmado con la vista de los Baños de Benasque.
Son las seis y diez de la tarde
cuando llegamos a la carretera. Estamos a 1580 metros de desnivel
y me queda la última: suelto la mochila y empiezo a caminar carretera arriba pues he de
recuperar el coche.
Rosa se queda con Marcos que ha
bajado despendolado a nuestro encuentro con el objeto de bajarse con nosotros
hasta Benasque ya que él ha subido medio a dedo y medio andando.
Me cuesta cambiar de marcha pues me
pesan las piernas pero a todo se aclimata un machaca. Advierto a Rosa que tiene
agua para sus pies unos metros más arriba en la cuneta y cogiendo ritmo me
llego hasta el desvío del Plan d’Están sobre los 1700 metros de altitud.
Inmediatamente para un coche: son la pareja a la que le hemos preguntado si
llevaban algo para apuntar la dirección de Marcos cuando se iba a quedar a
darse el chapuzón.
Les informo sobre el Valle de Remuñé
puesto que uno de ellos se ha quedado en una ocasión en el rellano de los
ibones desorientado y le gustaría subir al Ibón Blanco de Literola por allí.
Ellos me dejan junto al coche y nos damos la vuelta a la vez ya que ellos no
han visto a la familia y suponían que a lo mejor les esperaban a la entrada de
Remuñé en previsión de que pudieran bajar por allí.
Son las seis y media. Apuntamos nuestras
respectivas direcciones y luego que yo me cambio de ropa nos bajamos hasta
Benasque y paramos a echar una cerveza.
Hemos de despedirnos puesto que son
las siete y media y nos queda el regreso que haremos comiendo un poco y
comentando con satisfacción la jornada y con las quejas sempiternas de Rosa que
no empañan el resultado de una jornada en la que hemos hecho 11 tresmiles de
los cuales 9 eran desconocidos y uno ni siquiera sabíamos que lo habíamos
hecho: ese que se ve tan bien desde el valle, la joroba de la izquierda de la
pareja que se aprecia claramente subiendo por Remuñé. Además le hemos pegado un
buen bocado a esa manzana que tantas veces hemos tenido en la mano dispuestos a
comerla y que estaba casi empezando a pudrirse entera y sin un solo mordisco.
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