Escarra desde Izas.
Col de Ladrones, Canal de Izas,
corredor norte y arista norte.
30-5-09.
Salida 8 h. Llegada 17 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Escarra procedente de Prames. Vía en amarillo.
Punta
Escarra es una cima arrogante y distante, se sabe Señora de Ip, Izas, Balsera y
Armenuso y no se puede decir que se trate de una “chica fácil”. Escarra está
siempre lejos y su conquista requiere un espléndido esfuerzo, no admite otros
presentes.
Nuestra
memoria guarda aquella primera ocasión en la que subimos desde Canfranc, era
Julio del 92, nos íbamos a los Alpes y tuvimos la “inestimable” compañía de las
nieblas. Todavía recuerdo que bajamos con Juan hasta las inmediaciones del
collado noroeste y convencimos a mi chica para subir de nuevo.
En
la segunda ocasión lo hicimos por la Rinconada de Armenuso pasando por Bucuesa y
haciendo una vía muy original en la que
disfrutamos de un espléndido jardín de edelweis, era agosto de 2000.
Llevaba
tiempo detrás del corredor norte. Cada vez que subía a esquiar a Formigal me
acercaba con el arrastre hasta el Collado de Izas y se me hacían los dientes
largos.
A
Escarra se puede subir por Balsera pero si el corredor ha de estar en
condiciones, la pista más allá de la cola del Embalse de Escarra puede estar
infernal o sencillamente intransitable. Podría ser la vía más corta
aprovechando la pista pero…
Por
cualquier sitio largo y con un desnivel de fuste pero ya tenemos ganas de
estrenar la temporada como mandan los cánones.
Es
30 de Mayo de 2009, la primavera está casi finalizando y con tanta nieve y
tanto esquí casi se nos pasa el asado.
A
las ocho, hemos aparcado en Col de Ladrones
junto al cartel indicador del Valle de Izas, a 1340 metros de altitud
y en dirección este tomamos el camino por la orilla izquierda del barranco.
Tras
el desmonte de la morrena, el conocido y balizado camino, que nos guarda el
delicado obsequio del tablero de damas florecido, nos va elevando sobre el
estrangulamiento del barranco vestido con un enorme pedregal de calizas claras desde
el que observamos el crecido y espumeante cauce del Barranco de Izas.
Cascada del Barranco de Izas.
En
este valle en el que a la mañana hay que hacer las fotos de la tarde, aprovecho
para contemplar la cara este del Tobazo con el que tenemos una cuenta
pendiente, luego, por la tarde, si no hay tormenta, haré las de la mañana.
Campaniles de Izas, Campanal y Pala de Ip.
De
cualquier forma y aprovechando la calidez del día y el repecho para entrar en
calor, alcanzamos el umbral del valle colgado cerca ya de los 1500 metros de
altitud y desde allí, avanzando de
llano, contemplamos al contraluz un espléndido y arrellanado valle,
escandalosamente verde y recorrido por una delicada cinta de plata con un
lujoso y espumeante lazo: la
Cascada de Izas que baja que revienta.
Murallones de la Tronquera.
Enseguida
dejamos que parta a nuestra derecha o sur el camino de la Vuelta de Iserías que
conduce al Ibón de Samán sobre el que dejamos que se asome la cabeza de La Moleta y cruzamos crecidos
torrentes que bajan del sur recordándonos que, en primavera, no se pueden
cruzar por cualquier parte.
La Moleta desde la Cabaña de Iserías.
Ganamos
suavemente altura contemplando los paredones del norte vestidos de verdura y
recordando una original subida al Vértice de Anayet alcanzamos la Mallata de Iserías sobre los 1650 metros de altitud
cuando son las nueve pasadas.
La Sur del Porté.
En
este punto abandonamos el balizado camino que se va perezosamente por el fondo
del valle en busca del Collado de Izas y tomamos un espolón herboso que en
suave ascenso se orienta directamente hacia los Campanales de Ip. Nos gusta
contemplarlos de cerca y como nos pillan de camino…
Campanil de Ip.
Ascendemos
en dirección este-sudeste hasta ponernos por encima de los 1900 metros de
altitud para continuar en una media
ladera muy suave tomando de nuevo dirección casi este.
Pala y Campanal de Ip.
Hemos
dejado primero la rinconada de Iserías, luego la Rinconada de la Tronquera y ahora
pasamos al norte del contrafuerte en el que se asientan el Campanil de Ip, El
Carrillo y que asciende hacia el Campanal de Ip. Hacemos fotos por el oeste y
luego por el este ya en competencia con la imponente pared de la Pala de Ip.
Ventiente Este del Campanil de Ip.
Transitamos
de cuando en cuando neveros residuales asentados entre retazos de praderío
todavía abrasado por el invierno y progresamos por un puerto suavemente
ondulado orientados por la entrada del corredor existente en la cara norte de
Punta Escarra. Más al este se queda el Porrón y el Pico de las Tres Guegas
recortados sobre el horizonte este.
Paredes de la Norte de la Pala de Ip.
La
nieve se nos hace continua cuando nos aproximamos a los 2150 metros de altitud
y transitamos al norte de los paredones que enlazan la Pala de Ip con Punta Escarra.
No se hunde prácticamente de lo asentada que se encuentra pero a pesar de ello
decidimos parar a echar un bocado, un trago y colocarnos los crampones sobre
una gran piedra plana que emerge de la nieve cuando son las diez y media
pasadas.
Son
casi las once de la mañana cuando iniciamos una diagonal rectilínea hacia la
entrada del corredor en suave y persistente ascenso. La nieve responde
noblemente y avanzamos con relativa comodidad a ritmo aceptable.
Entrada al Corredor Norte de Escarra.
Poco
después alcanzamos el estrangulamiento de entrada del corredor cuando ya nos
hemos elevado un tramo considerable pues estaremos sobre los 2300 metros de altitud.
La pendiente rondará los 30º.
Colocados
en el centro del corredor nos aguardan 250 metros de desnivel
que aparecen bastante sostenidos.
Buscando la sombra en la orilla derecha del corredor.
Un
primer tramo en el que la pendiente
sobrepasa los 40º nos conduce a un primer estrangulamiento originado por una
afloración rocosa en la orilla izquierda del corredor. Pasado el
estrangulamiento la pared se yergue un poco pero enseguida vuelve de nuevo a
tener una inclinación similar a la anterior.
Por encima del Estrangulamiento Inferior.
Un
segundo tramo algo más largo y sostenido se eleva poderosamente en busca de
otro estrangulamiento alto.
Parte Intermedia del Corredor Norte de Escarra.
Subimos
tranquilamente pero a tren a pesar de que mi chica está muy fastidiada y
pasamos la rimalla originada bajo un pequeño resalte en el que la pendiente
rondará los 50º.
Ya se perfila la salida.
Un
suave descansillo dentro de la tónica general del corredor nos conduce hasta el
estrangulamiento superior en el que el corredor describe un suave quiebro y
afronta una última largada ya muy soleada y con nieve un tanto blandurria pero
que se sigue subiendo bien siempre y cuando trabajes con el medio crampón
delantero. La salida es un muro de alrededor de 20 metros que rondarán
los 60º de inclinación. Un grupo de navarros contempla desde arriba nuestras
maniobras cuando van a ser las doce y cuarto y estamos a 2560 metros de altitud.
La Arista Norte de Escarra por encima del corredor.
Dejamos
crampones y piolets en las rocas y proseguimos hacia el este próximos a la
arista. Hay un bien marcado caminillo que nos ayuda puesto que solamente
tenemos vagas ideas acerca del casquete somital del pico.
Alcanzamos
la arista tras ascender alrededor de 50 metros de desnievel, el camino se difumina
un tanto ya que las citas además de poco
rotundas están algo desperdigadas.
Ascendemos
un poco por la arista recordando que en algún momento hay que pasar a la cara
este y enseguida, en una minúscula brecha lo hacemos.
Para arriba por cualquier parte de la Noreste de Escarra.
En
la cara este se puede progresar un poco por cualquier parte pero en cualquier
punto hay que apoyar las manos y tener cierta costumbre. Una serie de viras,
pasillos, fisuras, pequeños diedros y escalones jalonan la cara este en la que
progresar requiere un poco de cuidado y atención para ver la continuación del
paso en el que estás metido.
Nosotros
nos vamos un poco hacia el centro de la pared y por ella nos acercamos a la
cima siempre con la intención de retornar a la arista.
En Escarra con Bucuesa.
Son
las doce y media pasadas cuando alcanzamos la cima de Punta Escarra situada a 2748 metros de altitud.
Charlamos con la pareja que ha subido por Sarrios.
Lago de Escarra y los Ibones de y Sobatiella y Saleras.
Escarra
nos ofrece todo un universo pirenaico conocido del que picoteamos nuestros
manjares preferidos: Los Campanales de Collarada, el próximo Pico Balsera, la
Peña Samola Alta, la
Faja Oeste de Peña Retona, la oscuras Peñas
del Calzin, los recónditos Ibones de Balsera y de la Sierra , el Pico Royo, el
Collado de Izas y el Pico de las Tres Huegas, el Midí, el Balaitus, el Pallas…
Nos fotografian con los ibones de Bucuesa.
Ibón de la Sierra desde Escarra.
Los Gendarmes de la Norte de Escarra.
Media
hora después nos vamos para abajo. El descenso lo haremos más cerca de la
arista que a la subida, hay posibilidades de elección. Reconocemos la
incorporación a la arista en nuestra anterior visita y, llegados al collado nos
sentamos a comer.
Descenso del Corredor Norte de Escarra.
Son
casi las dos cuando calzamos de nuevo los crampones, tiramos para abajo por el
corredor. Primero descendemos el muro de salida de espaldas al valle y luego,
poco más abajo nos damos la vuelta puesta que la nieve lo permite.
Bueno,
lo que hace la nieve son unos zuecos salvajes en los tramos en los que está más
reblandecida, yo los negocio con fuertes patadas, mi chica, que lleva crampones
de puntas más largas que las mías no gana para resbalones. El descenso le
resulta incómodo y, en los tramos más erguidos maniobrar de espaldas al valle.
A duras penas vencemos la tentación de hacer algún “culembajen” de los clásicos
nuestros.
Las Foyas.
Fotografiamos el Ibón de las
Foyas medio sitiado por la nieve y poco después alcanzamos la entrada del
corredor.
La
continuación consiste en faldear un poco por encima de nuestra huella de subida
al objeto de trazar una diagonal todavía más larga y cómoda que la de la mañana.
Salidos de la nieve colgamos en las mochilas el material y echamos un trago con
sed.
Bajamos
más directamente hacia el fondo del valle, un poco por cualquier lado ya que no
cuenta con resaltes de consideración y reconvenimos en que es una pena que
tenga una entrada tan poco afortunada para el esquí.
En
la Majada de
Iserías nos salimos del recién recuperado camino para acercarnos hasta la Cascada de Izas y
contemplar una espléndida demostración de las fuerzas de la naturaleza.
Tablero de damas, celestial regalo de la primavera.
Luego
volvemos al camino y lo desandamos al encuentro de las flores de tablero de
damas que fotografiaré repetidamente.
Cansinamente
llegamos al coche cuando son las cinco de una tarde un tanto plomiza o es que
nos han pesado demasiado los 1420 metros de desnivel que hemos movido.
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