7 feb 2010

2-10. VUELTA A LOS FABALLONES. 7-2-2010.

La Pared de los faballones en la vertiente de Espelunciecha.

Aparcamiento de Espelunciecha en Formigal, Barranco de Espelunciecha, Puerto de Canal Roya, Glera de Anayet y Corona de los Faballons.

07-02-2010.

Sol.

Muy fácil

Desnivel acumulado 570 m.

Distancia recorrida 6500 m.

Tiempo efectivo 3:15 h.

Esquís de travesía.

No es demasiado aconsejable coger agua del Barranco Espelunciecha  desde la llegada masiva del esquí al valle. Mejor llevarla.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de los Faballones procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Cuando se tiene poco tiempo o las condiciones del medio no son todo lo adecuadas que desearíamos hay que echar mano del ingenio y además ayudarse del conocimiento que se tenga de la zona, para realizar alguna actividad que, además de posible resulte gratificante, especialmente para gentes que no son amigas del machaqueo del gimnasio o de la ciclostátic y que conste que no tengo nada en contra de personal que conserva una excelente forma física por procedimientos similares a los mencionados.

            Los Faballons son unos crestones parcialmente vestidos de paredes que nacen en el Collado de Canal Roya y se ahondan hacia el Corral de las Mulas sirviendo de separación entre el Valle de Espelunciecha al sudeste y La Punta Espelunciecha y la Glera de Anayet al noroeste. Los amantes del esquí fuera de pistas conocen bastante bien los tubos que articulan el crestón, sobre todo últimamente a raíz de que una pisanieves de la estación de esquí de Formigal remonta esquiadores hacia la norte de la Punta Espelunciecha.

            Hay mucha nieve sin estabilizar en este invierno 2010, pues nieva casi todos los días, las pendientes están cargadas, el avance por nieve sin transformar es penoso y salir por cualquier parte prohibitivo. Estamos a 7 de Febrero, ayer hizo un día anunciadamente malo y hoy hay que ventilar el piojo.

            A las diez, tras media hora de caravana en la carretera llegamos al Aparcamiento de Espelunciecha vestido de un  blanco reciente y nocturno. Estamos a 1750 metros de altitud.
Hacia el Puerto de Canal Roya.

            La mañana está radiante y un sol espléndido llena de luz el valle avariciosamente vestido con unas espléndidas galas blancas.

            El Barranco de Espelunciecha ha sido uno de los lugares tradicionales de los esquiadores de fuera pista. Ahora, ocupado el valle por la Estación de Esquí de Formigal pues lo mismo.

Tubos de la Losa y canal Roya.

            Hay que remontar el valle en dirección sudoeste por las inmediaciones del barranco y puedes elegir cualquiera de las dos orillas.

            Nosotros probamos la esponjosa y pegajosa nieve recién caída y nos decidimos por avanzar por la orilla derecha del mismo  utilizando parcialmente el lecho de la pista pisada por las máquinas, contando con la ventaja de que no baja nadie por la pista pues parece estar cerrada.

            Remontamos un primer resalte, adelantamos a una pareja, nos salimos de la pista en el rellano bajo un segundo resalte intermedio y contemplando las paredes casi completamente  vestidas de blanco  de los Faballons. ¡Qué maravilla de manto cubre la hondonada!

            Comienzan a bajar esquiadores por la pista mientras nosotros superamos el segundo resalte tras cruzar la pista y pasar a la orilla derecha del aquí totalmente cubierto barranco.

            Es el momento de acercarse ligeramente hacia el sur y contemplar la inmaculadamente blanca cubeta en la que se asienta el Ibón de Espelunciecha. Estamos a 1950 metros de altitud y los barranquillos prácticamente casi no existen.

Resaltes por debajo del Puerto de Canal Roya

            El tercer resalte es el más consistente y enseguida nos enseña los perfiles del sur del Puerto de Canal Roya y la tentación de progresar por libre en busca de campos de nieve todavía absolutamente vírgenes.

La Arista de canal Roya desde las inmediaciones del puerto.

Siempre se asoma el Diente de Anayet al llegar al Puerto de canal Roya.

A mí me recuerda al Cervino al llegar al Collado de Valpelline.

            Nosotros proseguimos en ascenso ya en dirección oeste y sucumbimos a la tentación de acortar hacia el sudoeste en lugar de girar hacia el norte para alcanzar fácilmente la zona más hundida de amplísimo Puerto de Canal Roya situado a 2150 metros de altitud. Unas preciosas campas de nieve nos permiten un sencillo y suave ascenso a la vez que nos regalan con la contemplación de  un delicado y emergente Diente de Anayet  gemelo a la del Cervino desde el Col de Valpelline de imborrable recuerdo.

Diente...

...de...

...Anayet.
            Son las once y cuarto cuando alcanzamos el Puerto y nos acercamos hacia la Rinconada de Anayet para ver las cascadas de hielo y contemplar con deleite la preciosa Cara Nordeste del Diente de Anayet y su discreto séquito: las Negras y el Vértice.

Vista atrás a la Divisoria de Canal Roya. De Mala Cara a Cuyalaret.

            Al norte queda la divisoria de Canal Roya-Aneu con un aspecto de merengue inimaginable.

Hacia Portet de Espelunciecha y Espelunciecha.

            Giramos al sur y proseguimos suavemente hacia arriba venciendo la tentación de acercarse hasta la suave cima de la Punta Sur del Puerto de Canal Roya y contemplar desde un balcón único todo el Valle de Espelunciecha.

            Tranquilamente alcanzamos un suave promontorio situado a 2220 metros de altitud y frente a los paredones de la cara nordeste de la Pico Espelunciecha, lugar más alto de nuestro recorrido de hoy. Van a ser las doce menos cuarto

Midi.

Balaitus

Infiernos.

             Es el lugar donde la máquina pisanieves va dejando sucesivas remesas de esquiadores. Nosotros nos quitamos los esquís, comemos unas golosinas, echamos un café con leche y nos preparamos tranquilamente para el descenso subsiguiente. Entre tanto contemplamos la doble cima del Espelunciecha y el corredor que ahora  asusta absolutamente relleno de nieve.

Tendeñera.

La Nordeste de Espelunciecha. 

            El horizonte más lejano está sencillamente escultural desde Aspe a Lurien, Balaitus, Infiernos, Tendeñera… una delicia para los ojos.

            Desde aquí, tras un suavísimo descenso y otro suave ascenso se puede alcanzar la parte superior de Los Faballons y asomarse a la zona inferior de Espelunciecha, pero no es nuestro momento: continuamos en dirección sudeste al encuentro del corredor que nos permita descender a la Glera de Anayet.

            Alcanzada la cabecera, el corredor es un tubo perfectamente nevado y con una nieve de ensueño. Consta de dos resaltes, el inferior un poco más largo y erguido, pero nunca difíciles, estamos dando un paseo.

Punta de la garganta sobre la Glera de Anayet.

            Es una delicia girar al cálido sol de la mañana con los ojos llenos de luz contemplando la Norte del Culibillas y la Oeste de la Punta de la Garganta. En la Glera de Anayet hay poco tránsito.

            Luego, en suave descenso y en dirección este nos incorporamos a la Glera de Anayet, pasamos junto al chiringuito de invierno y nos vamos en horizontal girando poco a poco al nordeste.

            Sobre los 1900 metros de altitud, hemos bajado un poco más de lo que suele ser habitual pues no hemos querido faldear más arriba por no llamar la atención de alguno que podría pensar que íbamos a cortar la ladera y provocar algún alud, se puede hacer y así no tener prácticamente que remontar; ponemos las pieles de foca, desbloqueamos los esquís y remontamos en dirección noroeste por no atravesar las dos pistas de esquí que nacen de la Corona de los Faballons y que ahora están atestadas de esquiadores.

            Son alrededor de 100 metros de desnivel que subimos en un momento para volver a con las maniobras normales y aprestarnos para el descenso.
Pero un año antes estaba igualmente celestial.

            Estamos a 2030 metros, es la una del mediodía y ya en dirección norte, por las inmediaciones de la pista de esquí nos vamos para abajo en busca del puente y del Aparcamiento de Espelunciecha con lo que cerramos nuestra marcha circular emprendida hace poco más de tres horas. Han sido alrededor de 570 metros de desnivel cómodos, agradables y seguros. Se puede pedir más pero igual no es demasiado pertinente.
           LAS IMAGENES APORTAN RAZONES POR LAS QUE NOS GUSTA TANTO ESTE RECORRIDO.
             

           

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