Rellano de los Pialones en la Este de Santa Cruz.
Aparcamiento de Panticosa, Pista
de Santa Cruz y vertiente nordeste.
16-02-2010.
Salida 10 h. Llegada 14 h.
Niebla.
Muy fácil.
Esquís de travesía.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Petroso procedente de Prames. Vía en amarillo.
La
primera vez que visitamos los Ibones de los Asnos y Sabocos arrancamos desde
Panticosa teniendo por toda información que la Pista de Santa Cruz nos llevaría. Fue allá por el principio de
los años 80 y ya no volveríamos a pisar la pista hasta hoy 16 de Febrero de
2010.
Si
que hemos vuelto a los Ibones, a Mandilar y a Sabocos pero siempre lo hemos
hecho utilizando la Pista
de Hoz de Jaca que, abierta a la circulación, te deja ligeramente por encima de
Petrosos y suavemente se eleva hasta las inmediaciones de los ibones
El
día es malo, el riesgo de aludes todavía es alto y, aunque ya hace algunos días
que no nieva por abajo, nos vamos a probar la pista con los esquís de travesía.
Hay
que decir que la pista es utilizada por algunos esquiadores para bajar de la Estación de Esquí de Panticosa sin tomar los remontes, pero hay
que cogerla en las debidas condiciones puesto que la parte baja se suele pelar
enseguida además de que suele llenarse de hielo y bañeras. Hoy está cerrada.
Ladera de subida.
Aparcamos
junto a las instalaciones del teleférico y tras atravesar el aparcamiento
superior nos llegamos al Puente sobre el Caldarés de Baños, lugar en el que nos
calzamos los esquís, son las diez de la mañana.
Hace
fresquillo aquí a 1181
metros de altitud, pero nada que se parezca a los días
anteriores y está comenzando a nevar.
Mientras
nos colocamos sobre los esquís advertimos que bajo un centímetro de nieve polvo
recién caída hay una superficie de auténtico hielo que recubre la superficie
del puente. Será, pensamos, debido a la proximidad al río e iniciamos la marcha
en dirección sur sudeste fundamentalmente, pues las pistas ascienden las
laderas en continuas vueltas para vencer la pendiente de manera cómoda.
Dadas
las primeras revueltas observamos que el lecho de la pista sigue completamente
helado. La nieve esponjosa se acumula ligeramente sobre las pieles de foca
formando un poco de zueco y dejando al descubierto la superficie oscura del
hielo, lo que trae a nuestra mente previsibles complicaciones en el descenso
pero…
La
pista atraviesa un par de veces por debajo de los remontes de la estación y en suave y continuado ascenso se larga
hacia una zona medianamente arrellanada al este de las mismas, transitando
entre escalonados prados ya abandonados para el cultivo.
Transitamos
un bosque mixto en el que predominan los pinos, los abedules y los bojes, acompañados
de rosales silvestres, avellanos y acebos. El medio es idílico pero nos
preocupa tanto lo del cielo como lo del suelo.
Luego,
la pista vuelve en busca del collado entre Santa Cruz y Petrosos, estamos sobre
los 1400 metros
de altitud y por suerte, la capa de nieve recién caída se regruesa con lo que
nos facilitará el descenso con toda seguridad pero los tres kilómetros
recorridos hasta ahora…
Dejamos
a nuestra derecha la Peña Santa
Cruz, acotada a 1491
metros de altitud y describiendo un gran lazo transitamos la parte baja del Yanel y giramos
suavemente en busca del inicio de los remontes bajo el Puntal de Petroso.
Estamos
a 1550 metros
de altitud y tenemos dos opciones lógicas: ascender hacia la Hondonada de Yanel al
oeste de los remontes, vía más erguida y directa; o ascender de forma más suave
por la zona este de los mismos que es la que elegimos cuando son las once y
media de la mañana.
Avanzamos
suavemente en ascenso hacia el sudeste en busca de la cabecera de la Selva Verde para girar poco a
poco al sudoeste y ganar la cabecera del
Puntal de Petrosos por su cara nordeste,
este año de nieves, rellena de pistas de esquí que difícilmente se ven debido a
que estamos inmersos en la nube que nos sigue propiciando una tenue nevada.
Ascendemos
el tubo situado junto a un arrastre y alcanzamos girando al norte la cima del
Puntal de Petroso situado a 1880
metros de altitud cuando son las doce y cuarto.
Desde
esta cima no se ve nada, además de no tener otro atractivo que las
instalaciones altas del teleférico y la salida de la silla hacia Asnos, la
parte alta de la estación. Nos quitamos los esquís y nos metemos a cubierto: la
niebla está muy cerrada y nieva un poco más.
Almorzamos
tranquilamente mientras deshojamos la margarita: en estas circunstancias no hay
nada que nos empuje para arriba mientras la gente se arremolina en las
inmediaciones de la cafetería, señal inequívoca de que las condiciones
ambientales no invitan a nada a la intemperie.
Si
hacia arriba no se ve nada y lo conocemos, nos vamos a marchar para abajo.
Algunos instantes de visibilidad hacia abajo.
Va
a ser la una del mediodía cuando iniciamos el descenso. Vamos a utilizar
parcialmente las pistas pisadas para descender con comodidad la zona superior
ya que las nieblas ni permiten ver el relieve ni permiten visibilidad para
trazar una ruta adecuada.
En Selva Verde.
La
nieve de las pistas está inmejorable.
Punta Santa Cruz.
Siguiendo
aproximadamente camino similar al utilizado en ascenso vamos descendiendo hasta
alcanzar el remonte inferior lugar en el que las indicaciones de la estación
confirman que la pista de descenso se halla cerrada.
Arriba se quedan las nieblas.
Las
nieblas se van quedando aparcadas de aquí para arriba y nosotros nos vamos para
abajo introduciéndonos es la pista por la que hemos subido y en la que,
¡maldición!, advertimos el paso de alguno en descenso.
Solamente
nos faltaría que nos hubieran barrido la poca nieve recién caída.
El
descenso se continúa placentero para nosotros con una capa de nieve que
amortigua maravillosamente los giros. Incluso hay que remar brevemente en algún
momento.
Ha
dejado de nevar, pasamos algunas pequeñas placas de hielo adivinado y
advertimos que el paso es mejor de lo esperado. Con todo ello seguimos para
abajo hasta que entramos en la zona de hielo en la que algo ha cambiado: la
temperatura se ha suavizado, la nieve suelta se ha soldado al hielo y las
placas se descienden bien.
Ya
en la parte final el peligro no es el hielo sino las piedras del lecho de la
pista que se asoman amenazadoras para las suelas de los esquís dispuestas a
regalarles un traje de mil rayas.
Pasamos
con cuidado y con algún ligero aviso nos quitamos los esquís en el puente:
¡conseguido!
Son
las dos de la tarde y hemos liquidado, en estas circunstancias, un complicado
paseo con 700 metros
de desnivel.
En medio el Puntal de Petroso desde Tarmañones. 14-1-06.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.