Llegando a Oturia entre nieblas.
Rellano de Santa Orosia y Cara Oeste. Descenso por la Cara Nordeste y San Cocoba.
19-02-2011.
Salida 09 h. Llegada 12 h.
Niebla.
Muy fácil.
Esquís de montaña.
Mapa de Oturia procedente de Prames. Vía en amarillo.
Han
anunciado mal tiempo para este sábado 19 de Febrero de 2011. Ayer se perfilaba
bastante blanca en el horizonte la delicada cúpula de Oturia, la noche está
despejada pero no salimos con los esquís de noche, desperdiciando una luna
llena que está ligeramente neblinosa y hoy la mañana está complicada pero nos
vamos a Oturia.
La
pista de Santa Orosia está completamente limpia al salir de Yebra pero hay que
ganar mucha altura y ya aparecerá, pero llegamos a la vuelta del repetidor
donde la nieve suele amontonarse, lugar desde donde solemos iniciar el foqueo y
solamente está manchada. Subiremos hasta la vuelta de la cueva, la primera en la orilla derecha
del barranco y aparcamos aprovechando el ensanche.
Son
las nueve de la mañana cuando iniciamos la marcha, pista adelante en dirección norte
a 1520 metros
de altitud, nunca antes habíamos salido con los esquís de tan arriba.
Las
nieblas que cubren las alturas se bajan a recibirnos cuando alcanzamos la Ermita de Santa Orosia en
el que hay aparcado un coche. Pista adelante todavía ha subido algún cazador.
En
el refugio adosado a la ermita están almorzando Joaquín Calvo, Santiago Castán
y Manuel Puértolas, han subido con los perros a hacer raquetas.
Charlamos
un rato pero sobre las nueve y media nos echamos a la niebla con la esperanza
de que mueva un poco el viento en la parte alta del puerto y nos orientemos en
caso necesario.
En
dirección norte atravesamos el pinar
para, poco después pasar por encima de la Mallata del Barranco de
Javierre y enseguida alcanzar los abrevaderos del ganado.
La
nieve está muy blanda, no hay gran cantidad y las nieblas muy espesas, a duras
penas nos permiten la orientación.
Hay
un momento en el que inadvertidamente giramos un poco al oeste y enseguida me
doy cuenta de que no seguimos el suave ascenso por el que se debía desarrollar
nuestro camino y tampoco aparecen las zonas de genista de la base del pico.
Los
ladridos de los perros nos han desorientado un poco y en un momento que se
quiere vislumbrar el sol advertimos de
nuestro error y damos la vuelta sobre nuestra huella.
No hay paisaje para ver.
Las
nieblas se bajan y nos dejan al descubierto nuestro objetivo con lo que nos
reorientamos y coincidimos en la parte alta de la Mallata de Javierre a la
vez que descubrimos desagradablemente, que la ladera está muy negra ya que se
ha marchado muchísima nieve.
A
la altura del sotobosque vegetal conformado por genista y boj nuestros amigos
se dan la vuelta y nosotros proseguimos para arriba en dirección este.
Hay poca nieve.
La nieve está muy blanda
La
poca nieve que hay está tan adherente que ni siquiera practicamos la diagonal
acostumbrada en dirección sudeste como procedimiento de dulcificar el tramo más
erguido de la ladera, nos vamos directamente para arriba buscando los campos
con mayor cantidad de nieve y describiendo el trazado que la nieve nos
aconseja.
Próximos
a la cima las nieblas vuelven de nuevo pero ya no nos impedirán la
visualización del pilote.
Son
las once menos cuarto de la mañana cuando nos quitamos los esquís y los
apoyamos en el pilote para, al abrigo del mismo, echar un trago y comer un
dulce mientras recorremos con la vista, difícilmente, un paisaje archiconocido
que conocemos muchísimo más que vemos.
A peasar de las nieblas Ordesa.
¿Qué
hacemos aquí en un día como este?
La
respuesta es evidente: Oturia con sus 1925 metros de altitud
es un monte muy sensible a la nieve. Se cubre numerosas veces a lo largo del
invierno, pero al estar situada fuera de la sierra principal no dura demasiado
al menos para nuestros intereses. No resulta fácil por tanto cogerla en
condiciones durante el fin de semana y a los de los alrededores nos gusta subir.
Se asoma Cancias.
Bajaremos por la norte en busca de más nieve.
Como
por la cara oeste que es por donde hemos subido no vamos a poder bajar si no es
con los esquís en la “chepa” un buen rato vamos a bajarnos por la cara nordeste
que parece tener un poco más de nieve.
Descendemos
unos metros por la arista en dirección
sudeste y enseguida nos colocamos en la ladera
buscando unos campos de nieve bastante bien cubiertos.
Alcanzada
la suave depresión de la ladera, la nieve disminuye y poco más adelante
desaparece por lo que hemos de bajar directamente a la pista que
horizontalmente se alarga hacia San Cocoba.
Al
dictado de la nieve alcanzamos la pista sobre los 1700 metros de altitud
y con ella nos vamos hacia el sur contorneando la montaña al encuentro con la
divisoria de pistas a Oliván y a Yebra y Fanlillo.
La
nieve acumulada en el interior de la pista nos permite avanzar con cierta
facilidad pero hay que ir al loro continuamente con las piedras.
San Cocoba.
Nieblas persistentes a la vuelta en la Ermita de Santa Orosia.
En
el cruce de pistas nos vamos hacia San Cocoba en dirección este encontrando un
par de cortes en la pista transitando el carril que ha dejado un coche entre
sus ruedas.
Son
las doce y cuarto cuando llegamos de nuevo al refugio y nos metemos dentro para
comer un poco ya que arriba solamente hemos comido un dulce.
Poco
después y siguiendo nuestra huella nos bajamos hasta el coche cuando las
nieblas que lo siguen cubriendo todo nos proporcionan algo más que la clásica
humedad de la subida, ahora ya hace un rato que llueve.
Liquidados
unos cortos 400 metros
de desnivel y una nueva ruta en Oturia, recogemos los bártulos y nos vamos
tranquilamente para abajo con la esperanza de que mañana será un buen día y lo
aprovecharemos a nuestra manera.
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