La Noroeste de Bacias desde el Collado Alto de Brazato.
Balneario
de Panticosa, Camino a Brazato, Corredor a Ibones Altos de Brazato, Collado
Alto de Brazato y Cara Noroeste.
13-05-2012.
Salida 09
h. Llegada 16
h.
Mixto.
Fácil.
Esquís
de Travesía.
Mapa de Bacias procedente de Prames. Vía en amarillo.
Mi
chica está emperrada con que esta temporada no hemos subido a Brazato. Durante
todo el invierno las laderas de Brazato y Labaza han estado limpias de nieve y
no han dado muchas posibilidades. Llega la Primavera y con ella las abundantes nieves a su cita acostumbrada pero
en medio de una meteorología extraña, unas temperaturas escandalosamente
elevadas se llevan la nieve al galope… pero hay que ir a Brazato. Bueno, igual
nos vamos a Bacias por el mismo precio y a cualquier precio.
Es
13 de Mayo de 2012 y son las nueve de la mañana cuando con los esquís en la
mochila comenzamos con las Escaleras de la Fuente de San Agustín iniciando el
camino en dirección este, una de las tres por las que los Glaciares de
Panticosa labraron la Cubeta Lacustre del Balneario.
La
mañana, con una temperatura altísima pues estamos a 14 grados a 1650 metros de
altitud, tiene algunas nieblas sobre el Macizo de las Argualas y algunas nubes
altas desperdigadas por un cielo plomizo y caliginoso con tendencia a
convertirse en tormentoso.
Hemos
podido ver la parte intermedia de la Pared de Labaza y me ha dado muy mala
espina. No sé si será suficiente portear los esquís hasta el lomo herboso
situado a media altura en la pared.
Enseguida
alcanzamos los para aludes del camino y vuelta a vuelta nos vamos para arriba.
Subimos a ritmo y bastante cómodos a pesar de que las botas, tan grandes y tan
rígidas son un incordio, entrando en calor a pesar de que el sol no nos da
todavía.
En
el inicio de la Pedrera de Labaza, bajo la pared comprobamos que solamente guarda
un par de corredores estrechísimos y mentalmente posponemos el final del porteo
al rellano bajo el Corredor de los Brazatos Altos.
Con
paciencia franciscana hacemos más camino que nunca. Es la forma más cómoda de
progresar con las botas de esquí. No nos dejamos ni una sola vuelta.
Alcanzamos
el Lomo Herboso, luego los desvíos altos para entrar en el Barranco de Brazato,
hacemos las lazadas del pinar más alto y nos acercamos a la base del corredor donde el camino prosigue al este hacia el Lago
de Brazato.
Esta bueno el Corredor a los Ibones Altos de Brazato.
Pasamos
la tubería y avistamos nuestro corredor: la pedrera inferior está absolutamente
limpia de nieve y un reducido nevero conduce al gran bloque de granito que se
asienta en medio del mismo. De igual forma, la terraza inclinada que conduce al
lago está completamente limpia.
Brazato, Tablato y Foratura.
Bolo
a bolo, siguiendo el camino escrupulosamente atravesamos la pedrera granítica
de grandes proporciones y finalmente entramos en el nevero. Son las once de la
mañana.
Hay
una vieja huella de raquetas y la aprovechamos para subir el primer tramo con
ellas hasta el gran bloque de granito que estrangula el corredor. La nieve está
blanda y afloran o se traslucen abundantes piedras. Se podría subir con los
esquís pero no bajar.
Tras el Gran Bloque nos podemos calzar al fin los esquís.
Superado
el bloque nos calzamos los esquís. Son las once y diez, hemos porteado más de
dos horas y estamos a 2350 metros de altitud. Estábamos ya decididos a portear
hasta la cima si hubiera sido preciso.
En
el umbral inferior de los Ibones de Brazato todavía estamos a punto de tener
que quitarnos los esquís pero con cuidado atravesamos un lomo entre piedras y alcanzamos
un ibonciecho al sur de la cubeta lacustre.
La
nubosidad se ha ido desarrollando entre esporádicos claros de sol y ahora está
tan alta como negra: no sé si no nos remojaremos.
Ibonciecho de Brazato.
Rodeamos
el ibonciecho por el nordeste y subiendo un pequeño resalte nos asomamos al
Ibón Sur de Brazato que ya tiene algunas medialunas acuosas por lo que habrá
que rodear en lugar de atravesarlo.
Un
largo flanqueo prácticamente horizontal nos permite rodearlo por el sur y
proseguir en suave ascenso orientados hacia el Collado Alto de Brazato o Puerto
Viejo que es nuestro horizonte entre los Picos de Labaza y la Punta del Puerto.
Collado Alto de Brazato.
Coincidimos
con otra vieja huella que viene desde el Lago de Brazato y alcanzamos la cubeta
del Ibón de Brazato Este.
Lo
dejamos de inmediato a nuestra izquierda
o norte y foqueamos las suaves rampas que se van en busca del collado ya
próximo mientras contemplamos las amenazadoras y negras nubes que ya nos
regalan alguna gota de agua.
Son
las once y veinte cuando alcanzamos la parte inferior del Collado Alto de
Brazato a 2570 metros de altitud iniciando un suave giro al sur para
enfrentarnos a la Pared de Bacias.
Paramos
a echar un trago de café con leche y comer una barrita pues a pesar del ligero
viento que corre por el collado el asunto no tiene buena pinta y habrá que
abreviar.
La
Cara Noroeste de Bacias está muy bien nevada salvo las crestas que la limitan y
nos enseña un paretazo medianamente consistente que nos va a requerir un corto
aunque generoso esfuerzo.
Iniciamos
un largo flanqueo siempre en suave ascenso al objeto de ganar altura y alcanzar
la zona erguida en la parte este de la
pared pues nos parece más cómoda para los esquís. La zona próxima a la arista
que enlaza con la Punta del Puerto está sembrada de pequeñas afloraciones
rocosas y nos gusta menos.
Atravesada
casi toda la pared iniciamos hacia el
sur una serie de zetas por nieve blanda que hay que resolver con vueltas marías
puesto que la pared se yergue bastante.
El
tiempo no ha ido a peor y cuando alcanzamos la Arista Nordeste en las
inmediaciones de la cima el viento comienza a soplar de lo lindo por lo que
alcanzamos una pequeña depresión medianamente abrigada y sin cornisas de nieve
nos quitamos los esquís y los preparamos para el descenso.
Cima de Bacias.
Inmediatamente
alcanzamos la cima por un tramo mixto y
hacemos fotos junto al montón de piedras que señalan la Cima de Bacias a 2758
metros de altitud. Son las doce y media pasadas.
El
cielo está encapotado, sigue amenazador pero las nubes se han levantado
ligeramente. No es un buen día para la fotografía pero allí está Vignemal menos
espectacular que en otras ocasiones. Lo mismo sucede con el Alto valle del Ara
y las Agujas de Chabarrou o el conjunto de Infiernos, Garmo Negro y Argualas y
algo parecido sucede con la Sierra de la Partacua.
Lago de Brazato.
Labaza y Batanes.
El Collado Alto de Batanes espera.
Aquí
mismo la Punta del Puerto, el Lago y Pico de Brazato, los Ibones de Espelunz y
el Barranco de los Batanes sugiriéndote caminos que nunca has recorrido y que
esperas conocer algún día. ¡El Pirineo es tan grande…!
Nos
calzamos los esquís y nos vamos para abajo sin pensarlo más: una pequeña
diagonal para salir de la arista y unos giros seguidos en la parte más erguida
de la pared hechos sobre nieve blanda pero noble nos sacan del resalte y nos colocan en la
diagonal por la que cruzaremos toda la pared en suave descenso al encuentro del
Collado Alto de Brazato. Sabemos que será un disfrute pírrico pues no
esquiaremos más allá de media hora estirándolo a tope y con toda la tranquilidad
del mundo.
Siguiendo
escrupulosamente la trayectoria de subida alcanzamos el Collado Alto de
Brazato, rodeamos los dos ibones grandes junto a los que hemos pasado a la
subida y en el promontorio al sudoeste del Ibón Sur de Brazato nos sentamos a
comer en nuestro “sofá” un bloque granítico en el que acostumbramos a pararnos.
Estamos a 2480 metros de altitud y es la una y media.
Habrá que salir para abajo a todo trapo.
Comemos
más solos que la una. En todo el día no veremos a nadie y nos resulta
ciertamente extraño pues Brazato es una zona concurrida en primavera.
Media
hora después nos volvemos a calzar los esquís, pasamos junto al ibonciecho, nos
introducimos en el corredor, sorteamos con cuidado la zona pelada y tras
descender un siguiente tramo de corredor con mucho ojo nos llegamos a las inmediaciones
del gran bloque y damos por finiquitada
la pobre esquiada de la jornada sabiendo que nos queda Benasque como nos queda
París.
A
las dos y media, hemos compuesto las mochilas perfectamente, nos vamos para
abajo armados de paciencia.
El
descenso en el que atajamos de cuando en cuando no se hace excesivamente largo.
Hace calor y en algunos momentos hasta quiere asomarse el sol que no
necesitamos para nada.
Más
abajo de los para aludes alcanzamos a tres chicas que han debido subir a dar un
paseo. Serán casi los únicos seres vivientes que hemos visto hoy ya que
solamente hemos visto a un par de rebecos y alguna choba. Ha sido un día
extraño.
A
las cuatro menos cuarto ponemos fin a
nuestra Jornada de Brazatos en el que hemos movido 1125 metros de desnivel que
no han sido ningún regalo pero… ¡Sarna con gusto no pica!
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