5 oct 2011

53b-11. PICO TUCARROYA. 5-10-2011.

Pico Tucarroya desde el Ibón de Marboré. 6-10-12.

Zona Alta del Circo de Estaube, Corredor Norte de la Brecha Tucarroya, Refugio de la Brecha Tucarroya, Ibón de Marboré, Brecha Tucarroya y Arista Este. Descenso al Refugio Tucarroya.

05-10-2011.

Salida 15 h. Llegada 20 h.

Sol.

Dicultad Media.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Tucarroya procedente del IGN. francés. Vía en amarillo.

            Comemos y descansamos un poco a la sombra de un bloque calizo errático bajado de la Norte del Circo de Estaube y como decía aquel ni frío ni calor, justito. Estamos a 2175 metros de altitud en un mediodía espléndido, pero es ya 5 de Octubre y a pesar de este extraordinario Otoño de 2011, pues eso.

            Se nos hacen las tres y cuarto y ya con todo enmochilado nos ponemos de nuevo en marcha retomando un camino que nos ha de conducir para arriba en dirección este-sudeste.

 
            Vamos ascendiendo con un senda que se desarrolla fundamentalmente sobre pradera alpina bastante agostada y superadas ya las laderas del Pic Rouge de Pailla transitamos bajo los enormes y lóbregos paredones de la Norte del Pico Tucarroya que sumergen sus pies en un potente nevero residual resto de antiguos glaciares que copaban la parte alta del circo en otros tiempos.


            El camino no tiene pérdida, el Gendarme del Corredor de la Brecha Tucarroya nos atrae y dirige por lo que avanzamos en suave ascenso primero para convertirse en consistente al abandonar la pradera alpina y entrar en un resalte calizo claro, medianamente descompuesto.

            Nuestra inquietud reside en si hemos de faldear el gendarme por arriba o por abajo. Nosotros no hemos hecho nunca este camino y la diferencia es importante ya que se encuentra a medio corredor.
Vertiente Norte del Pico Tucarroya.

            Ganamos altura y enseguida se disipan nuestras dudas: el camino se dirige a faldear el gendarme por encima del mismo y para ello hay que atravesar un pedregal calizo, de grandes bloques ocres y bastante laberíntico pero que cuenta con abundantes citas.


            Nos conduce a un amplio collado entre el gendarme y la pared de la orilla izquierda del corredor y a través del mismo se introduce en la pedriza que rellena el Corredor Norte de la Brecha Tucarroya. Estaremos sobre los 2500 metros de altitud.

            Un caminillo que desciende unos pocos metros se incorpora al descompuesto corredor, relleno de pedreguilla mezclada con arenas calizas.

Temontando el Corredor Norte de la Brecha Tucarroya.

            Se progresa con lazadas cortas sobre terreno muy descompuesto e inestable en el que hay que determinar con precisión los apoyos. Es un terreno complicado en el que las dudas de los montañeros han trazado una red de indecisiones en busca del mejor modo de transitarlo.

            El corredor vestido de verticales paredes calizas se hace pesado a pesar de que no subiremos más allá de 150 metros de desnivel, se estrecha paulatinamente y finalmente nos deposita en la Brecha Tucarroya a 2661 metros de altitud cuando son las cuatro y media de la tarde.

            Allí está el conocido Refugio de Tucarroya que se ya ha presentado a mitad del corredor. Está tal y como lo viéramos en nuestra última visita después de la remodelación y huele tan mal como siempre pues el personal hace sus necesidades en un lateral del refugio. Hemos salido de la sombra y los sudores del norte francés y estamos inundados de luz, de la deliciosa luz del sur, del sol español. Delante ya sabéis: la incomparable belleza del excelso Ibón de Marboré vestido de un tocado azul inigualable sobre el que se alza al contraluz la rotunda, amable, entrañable y deliciosa estampa del Glaciar de Monteperdido.

Ibón de Tucarroya.

            Vamos a estar solos como nos han anunciado el grupo de franceses con el que hemos charlado un rato antes de entrar al corredor y aprovechando el momento, así que, sacamos a ventilar unas mantas, cogemos una garrafa vacía y una botella y nos vamos corredor abajo hasta la orilla del ibón, son solamente alrededor de 70 metros de desnivel.

            Al delicioso sol de la tarde nos damos un pequeño remojón y yo, de paso aprovecho para comprobar parte de la faena de mañana. La Cara Sur del Pico de Pineta tiene muchísimas posibilidades.

            Alrededor de las cinco nos volvemos tranquilamente para arriba, organizamos nuestras pertenencias, recogemos un poco el refugio y lo barremos mientras hacemos tiempo y dejamos que la Pared de Tucarroya imponga su ley en nuestros respectivos cerebros.

            Alrededor de las seis nos hacemos la cena y cenamos tranquilamente antes de que se esconda el sol Tras el Casquete Somital del Cilindro de Marboré. Queda todavía mucha tarde.

            Queda tanta tarde que con la intención de aplacar inquietudes me voy a reconocer la Pared del Tucarroya, así mañana ya sabremos lo que nos espera pues no tenemos apenas información.
 
            Hay un diedro muy largo y vertical que enlaza con una hilera de corredores que conducen directamente hasta la parte alta de la pared y que a mi chica le gusta pues le ofrece protección, pero nuestras discusiones se centran en otro, a su izquierda o sur, que tiene una entrada fácil pero que hay que abandonar inmediatamente para incorporarse a otro más a la izquierda y que fácil ya se acuesta un poco para pasar junto a la placa solar del refugio. El Paso de uno a otro es chunguillo con pocas presas y redondeadas.

 
            Resuelvo la cuestión trepando cuatro metros verticales de muro con presas pequeñas pero buenas y así me salto la travesía chunga. El descenso será un poco más complicado pues es un IIIº claro.


 
            Tras el muro, un corto corredor acostado conduce a la placa solar y prosigue unos metros para arriba fáciles hasta alcanzar un pequeño rellano que enlaza con el diedro largo que hemos desechado.


            El corredor prosigue para arriba hasta introducirse en unas placas verticales poco amables que me invitan a buscar alguna alternativa.


Diedos con basura.

            Una corta travesía permite alcanzar el corredor desechado y por allí prosigo para arriba. Se dos tramos rectilíneos, el inferior un poco acostado y relleno de basura que se sube bien a pesar de que la caliza ocre está algo desgastada y el superior que es un diedro bastante vertical con buenas presas. Entre ellos ascenderé alrededor de 50 metros que me sitúan en una cresta de grandes y meteorizados bloques de calizas ocres colonizadas por líquenes blanquecinos.


Diedros limpios.


Brecha ante el casquete somital.

            Se atraviesan los bloques fácilmente mediante una amplia fisura entre ellos y se alcanza una rampa herbosa muy acostada y amplia que te saca definitivamente de la pared y te introduce en una cresta de bloques redondeados que se transita con facilidad al encontrar paso fáciles.

 
            La cresta prosigue en mediano ascenso y fácil conduce a una zona bastante llana que se alarga hacia el casquete somital del pico. Unos metros más adelante aparece una brecha que defiende la cima.
            Una cita me invita a descender ligeramente a la Vertiente de Marboré hasta alcanzar un punto en el que hay que destrepar a la brecha. Serán alrededor de 8 metros verticales que tienen una especie de diedro con tres escalones superpuestos y verticales. Debajo hay una parte que no se ve pues la pared extraploma un poco.


            Dudo en iniciar el destrepe puesto que la continuación es muy erguida pero finalmente me decido. Se trata de otro paso de IIIº con el aditivo de hacerlo sin conocer y en descenso. La parte baja es vertical pero tiene bastantes presas y no se pasa mal.


Casquete Somital de Tucarroya.
 
             En la brecha de nuevo las dudas ante una pared de placas calizas lisas y muy erguidas. No quedarán más que alrededor de 40 metros pero…


            Opto por descender unos metros hacia la Vertiente de Estaube y desde allí me incorporo con un paso largo a una serie de rampas inclinadas y con algo de verdura en la vertiente norte. Con ellas gana altura a la vez que voy atravesando la pared.


 
            Cerca ya de la cima tomo uno de los diedros que marchan directamente para arriba y, aunque muy erguido, me permite subir los últimos metros que me depositan en las inmediaciones de la Cima de Pico Tucarroya.


            Estoy a 2819 metros de altitud, son casi las siete y media de la tarde y me ha costado un poco más de media hora la subida.


            Hacer una foto con autodisparador no es muy fácil pero lo consigo. La cima no tiene muchas posibilidades para ello sin el trípode que se ha quedado en la mochila. Probando, probando me he hecho el pico.



            Ni siquiera estoy en la cima cinco minutos. He de volver deprisa puesto que mi chica estará preocupada.


 
            El descenso a la brecha, ya conocido, es más fácil. Sucede lo mismo con la trepada de la brecha que con el terreno por delante se hace mejor.


Verteinte Oeste de la Brecha  Tucarroya.

            En la parte llana de la arista abrevio y tras hacer un par de fotos a la Pared de Paneta desde las rampas de hierba alcanzo la cabecera de los corredores.


Esperando en Tucarroya.
 
            El destripe es rápido, Rosa me ha visto ya desde el refugio y enseguida alcanzo la travesía para cambiar de corredor. Hay una cinta de pallet a modo de anclaje de rápel que no sé quién habrá colocado, ni quién se habrá atrevido a colgarse de ella.


            Bajo la placa solar hago la salida guiando mis pies por las indicaciones de mi chica pues las presas de manos son medianochos para sacar el cuerpo de la pared y todavía no son las ocho cuando liquido la jornada.


            Rosa ya ha supuesto que me había alargado hasta la arriba y se alegra de que haya hecho cima. Lo que le cuento no le apetece un pelo y decide saltarse el pico, pues no degustamos idénticos placeres en la montaña, aunque casi siempre los compartimos; me acompaña pero… hay temas que “le tienen al fresco”.



            Me comenta que haciendo tiempo ha probado el diedro largo y que se sube bien. Le doy la razón al probarlo también.


           Cae la tarde, nos hacemos un café con leche y alrededor de las ocho y media nos ponemos horizontales en los sacos buscando la comodidad de las colchonetas que reparen los estropicios de los 1900 metros subidos y los 950 bajados. Miles de estrellas acunarán nuestros sueños.


Puedes ver más fotos.

Si quieres puedes ver la Continuación.









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