Cuando ya no la esperábamos llega Elena, nuestra ardilla.
Una sciurus vulgaris que recogimos en la carretera tras ser atropellada.
Para ti una infausta mañana del invierno de 2006.
Y te esperamos durante largo tiempo para que te dieran una nueva vida.
Ahora luces los penachos de tus orejas confirmando aquel invierno para siempre.
Aunque sabemos que preferirías ese pino por ejemplo te hemos reservado un sitio en nuestra casa.
Gracias Juan Ramón.
¡No nos podías fallar!
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