Foqueando por los Capitiellos.
Parque
Petersberg, Calle Zaragoza, Carretera de Sabiñaánigo Alto, Capitiellos, Corona
del Mesón del Puente, Cabañera del Valle de Tena, Avenida de Huesca y Zona Residencial de Ercros.
03-02-2015.
Desnivel acumulado 300
m.
Distancia rfecorrida 8000
m.
Tiempo efectivo 02:30
h.
Sol.
Muy
fácil.
Agua
en alguna fuente de Sabiñánigo en Avenida de Huesca o Plaza Constitución.
Actividad
que se puede hacer perfectamente con raquetas y que admite algunas variantes.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de los Capitiellos procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Los
Capitiellos son los montes de mi infancia. Vivíamos en la Cabañera del Valle de
Tena y al tener prohibido salir a la Carretera de Huesca no me quedaban otras
alternativas que bajar hasta el Río Tulivana y subirme a los Capitiellos; eran
el teatro de mis correrías en una época en que no tenía compañeros por los
alrededores y los críos hacíamos muchas horas de calle.
Se
trata de unas sucesiones de lomas de margas redondeadas por la erosión y
prácticamente desprovistas de vegetación que orientadas de noroeste a sudeste
conforman la divisoria entre las Vales Ancha que es en la que se aloja
Sabiñánigo y la Estrecha en la que se
asienta Sabiñánigo Pueblo o Sabiñánigo Alto. El límite sudeste de Sabiñánigo
está marcado por los Capitiellos.
Andando,
corriendo, en bici o en moto, nunca antes habíamos estado con los esquís y hoy
3 de Febrero de 2015 vamos a aprovechar la nieve.
Ponemos los esquís en la puerta de nuestra casa.
Foqueando hacia el Parque Petersberg.
Calzamos
los esquís en la puerta de casa y nos llegamos hasta el Parque Petersberg que
está completamente cubierto de nieve pues esta noche han caído un par de dedos
más para decorar.
Capitiellos desde Petersberg.
Callejear
por el pueblo no resulta cómodo puesto que las aceras y las calles han sido
parcialmente limpiadas por la Brigada Mucnicipal. Hay que bajar toda la Calle
Zaragoza y remontar por la Serrablo hasta tomar la Carretera al Pueblo de
Sabiñánigo.
Emprendiendo la Cuesta hacia Sabiñánigo Alto.
Pasado
el Puente sobre la Tulivana la carretera comienza el ascenso de la Ladera Norte
de los Capitiellos. Está medio limpia pero en las orillas, la nieve acumulada
nos permite progresar con los esquís al igual que en las calles del pueblo.
Echando la vista a Gué.
La pista nos llevara al Cordal de los Capitiellos.
La
carretera asciende moderadamente y se acerca al Túnel de Sabiñánigo. Antes de
introducirnos en el mismo tomamos la pista que en dirección este continúa con
el remonte de la ladera hasta alcanzar la parte superior de la cadena
montañosa. En la pista quedan algunos restos de tránsito que el viento se ha
encargado de eliminar por lo que abrimos nuestra huella sin demasiado esfuerzo
ya que en las zonas venteadas no habrá más allá de 15 centímetros de nieve.
Sabiñánigo Alto desde los Capitiellos.
Avanzando por los Capitiellos.
Habremos
ascendido alrededor de 100 metros de desnivel y ahora, rozando los 900 metros
nos vamos a alargar por la cabecera salpicada de promontorios separados por
suaves collados en esta primera parte muy limados por la pista de servicio de
los repetidores de telefonía móvil y televisión.
Oturia y Santa Orosia desde los Capitiellos.
De cuendo en cuando el viento en medio de una mañana soleada.
Pega
el viento con rachas intermitentes pero la mañana es espléndida y soleada ahora
que será alrededor de las once y media.
Sabiñánigo desde los Capitiellos.
Hacia el Sudeste de Frontal.
Foqueando
prácticamente de lleno nos llegamos hasta el Puntón Frontal situado a 855
metros de altitud donde se encuentran las antenas y finaliza la pista pero nosotros
proseguimos adelante por la loma para
superar un promontorio intermedio.
Dejamos Frontal y los Repetidores.
Puente de Sardas desde el Extremo Sudeste de los Capitiellos.
Hay
que tener algún cuidado pues en la cresta aparece la roca con cierta facilidad
pero sin problema alguno alcanzamos el Extremo Suroriental de los Capitiellos
desde el que en una visión semicircular contemplamos todo Sabiñánigo. También
aparece Guara y el Aguila en la distancia entre nubosidad y la Sierra de San
Pedro que es la continuación de la cadena montañosa en la otra orilla del
Gállego. Presiden la escena el Mallo de Santa Orosia blanco como pocas veces, a
su izquierda la cúpula inmaculadamente blanca de Oturia y al norte la mole de
Gué con el arbolado cubierto de nieve. Más atrás demasiadas nubes para precisar
y disfrutar de Partacua y Tendeñera y al oeste Oroel. Y allí abajo mi casa
materna y entre medio el teatro de mis correrías a ambos lados de la Tulivana.
Foqueando en la Coroneta del Mesón.
Santa Orosia y Oturia desde la Coroneta del Mesón.
Decidimos
desmontarnos de los Capitiellos y lo hacemos por su ladera sur vestida de nieve
demasiado blanda por soleada pero con cierto cuidado y la ayuda de las aliagas
descendemos unos metros para
seguidamente ascender un corto tramo que nos deposita en la planicie de la
Corona del Mesón que recorreremos de punta a punta disfrutando de una espléndida
mañana de sol y de la conversación sobre innumerables recuerdos especialmente
agradables.
Mesón del Puente.
Por
un tramo de camino alcanzamos la pista que baja hasta el Mesón del Puente y con
ella tras quitarnos los esquís para pasar bajo el puente de la vía férrea
tomamos la cabañera que nos ha de llevar de vuelta a Sabi por la orilla derecha
del Gállego.
Zoom sobre Oturia.
Puente sobre la Tulivana.
Contemplamos
la cara sur de los Capitiellos de la que prácticamente se ha marchado toda la
nieve y remontando suavemente nos llegamos para cruzar la vía férrea por el
puente de la salida del túnel prosiguiendo por la cabañera para cruzar la
Tulivana y llegarnos a nuestra casa materna.
Nuestra casa materna.
En los Jardines de Ercros.
Entramos
al campo completamente cubierto de nieve, hacemos algunas fotos a la casa que
se está arruinando y proseguimos en busca de la Avenida de Huesca que recorreremos por la nieve acumulada en la
acera hasta acceder a la Zona Residencial de Ercros. A la salida de los
jardines echamos los esquís al hombro pues no merece la pena colgarlos en las
mochilas y andando nos llegamos de vuelta a nuestra casa pues las calles y las aceras
han perdido muchísima nieve.
Son
las dos de la tarde cuando liquidamos nuestro paseo circular por los
Capitiellos en los que a duras penas habremos movido 300 metros de desnivel
pero que ha supuesto para nosotros un especial placer al movernos por nuestro pueblo montados en los esquís.
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