Arista Norte de la Suca desde el Collado de Añisclo.
Barrera de Plana Canal, Refugio San
Vicenda, Barranco de Añisclo, Fuen Blanca, Collado de Añisclo, Arista Norte,
Suca, Zuqueta Punchuda, Zuqueta Roncha, Zuqueta Plana, Collado Monesma, Cuello
Viceto y Tozal de Vasones.
24-06-2015.
Salida 08:30 h. Llegada 18 h.
Mixto.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de la Suca procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Ya
ni sé el tiempo que hace que me propusiera ascender la Suca desde el Collado de Añisclo por su
arista norte. Incluso aquella mañana del
2001 las nieblas nos impidieron tomarla de descenso para conocerla: estábamos
dispuestos a chupárnosla de bajada y de subida a continuación.
Hoy
24 de Junio de 2015 nos vamos a por ella sabiendo que la ronda no saldrá
barata.
A
las siete nos echamos a la carretera y en Ainsa, tras comprobar que nuestros
intereses puntuales están cerrados,
continuamos hasta Puértolas y
luego por la pista hasta Plana Canal, la barrera ya no nos permite proseguir hasta
San Vicenda como en tiempos.
Tres Serols desde Plana Canal.
Estamos
a 1750 metros de altitud, en la entrada más oriental del Parque Nacional de
Ordesa y con pequeñas mochilas nos echamos a la pista cuando son las ocho y
media de una mañana deliciosamente soleada pero con tendencia a evolucionar.
Pasamos
junto al refugio de Plana Canal en el que pasaremos la noche pues está muy
limpio y proseguimos pista adelante con sube y bajas y entrantes diversos hasta
que alcanzamos la Fuente de San Vicenda
y poco después la cabaña del mismo nombre.
Hacia el Barranco de Añisclo.
Ya
orientados al norte y prácticamente de
llano dejamos a nuestra derecha el Camino a Cuello Viceto y nos dirigimos en
busca de las paredes de la Orilla Izquierda del Rio Bellos.
En las Paredes de Añisclo.
Sobre
los 1700 metros de altitud, son las nueve y media, un cartel del parque nos indica el inicio del camino que se
derrumba pared abajo. Se trata de un inimaginable camino para el que no lo
conozca y que debió ser utilizado por cazadores al objeto de bajar al fondo del
Cañón de Añisclo. En la actualidad cuenta con algún tramo de estrechas
escalinatas encementadas y de faja en faja se va pared abajo entre cumplido
sotobosque de boj. Se alarga más de lo esperado incluso para el que lo conoce y
terminará por bajar al rededor de 200 metros hasta el punto en el que coincide
con el camino que sube desde San Urbez al Collado de Añisclo por el fondo del
cañón.
Hay que bajar hasta el Lecho del Bellos.
Enseguida
alcanzamos la orilla del río y tomamos de nuevo dirección norte para seguir un
irregular camino bien balizado de rojo y blanco que nos acerca al Barranco de
la Fuen Blanca.
El Mallo Oscuro y la Fuen Blanca.
Hemos
salido por encima del Estrecho y ahora el praderío rellena la amplitud del
fondo del cañón desde el que
contemplamos las espléndidas las
Cascadas del Barranco de la Fuen Blanca y la Fuen Blanca que nace de las
Paredes del Mallo Oscuro y que baja esplendorosa. Van a ser las diez y media.
Nosotros
continuamos por la orilla izquierda del barranco siguiendo un transitado camino
que nos va a permitir superar los
sucesivos resaltes que conforman el valle mientras nos muestra las pequeñas
cascadas que solucionan el descenso del agua por los resaltes.
El
camino medianamente erguido se da sus vueltas para mitigar el ascenso y nos
deposita en las inmediaciones de una de las cascadas superiores junto a la que
nos sentamos a echar un bocado. Estaremos sobre los 2150 metros de altitud.
La
mañana está muy cálida, nos hemos pegado una buena sudada y las nubes van
creciendo, agarrándose a las puntas del circo más deprisa de lo que
esperábamos. Consecuentemente, no perdemos demasiado tiempo con el tema y
veinte minutos después continuamos con el GR 11 que nos debe de conducir al
Collado de Añisclo siempre en dirección norte ascendiendo.
Hacia la Zona este del Collado de Añisclo.
Alcanzamos
un rellano un poco más dilatado, sorprendemos a un par de rebecos que han
pastado el fresco praderío del rellano y abandonando el camino nos vamos en
dirección nordeste para acceder al collado en su parte más oriental transitando
bajo las paredes de la Suca sobre las que se apelmazan las nieblas.
Hay
un amplio corredor descompuesto y relleno de calizas claras que no tocaremos
hasta alcanzar su zona superior bajo el collado y que nos ofrece una orilla
derecha amable escalonada y tachonada de manchas de verdura por la que
ascenderemos con cierta comodidad no exenta de esfuerzo pues el desnivel que
salvamos lo requiere.
Finalmente
alcanzamos las pedrizas claras con mucha y abundante roca madre que visten el
Collado de Añisclo y entre nieblas nos situamos en el extremo este del Collado
de Añisclo. Estaremos sobre los 2500 metros de altitud.
El
norte está más limpio que el sur de dónde venimos, fotografiamos el Circo de La
Larry, contemplamos el Valle de Pineta soleado intermitentemente y tomamos un
poco marcado camino con alguna cita que inicia la Arista Norte de la Suca
cuando son las doce y aquí queríamos llegar.
Faja Herbosa en la Norte de la Suca.
Una
primera pared nos invita a marcharnos al este para superarla pero yo prefiero
volver a la arista y allí encontramos las citas. Es el momento en el que el
camino inicia el tránsito de una serie de fajas ascendentes, siempre en la
vertiente oeste de la misma y que nos va a propiciar un fácil paso sobre los
murallones que conforman la cara oeste del pico.
La Norte de la Suca es una sucesión de viras fáciles.
Las
abundantes citas de piedras nos van elevando de faja en faja siempre muy
próximos a la arista que alcanzamos en algunos momentos para retornar de nuevo a la siguiente faja.
Casquete Somital Norte de la Suca.
Transitamos
alguna zona de placas de calizas ocres ya muy arriba, cuando se incorpora una
arista de calizas claras que sube desde el oeste en un pequeño rellano de
nuestra vía. Algún apoyo de manos para equilibrio más que otra cosa nos
permiten ascender un último resalte un poco más erguido y nos deposita en la
Cima de la Suca o Pico Inferior de Añisclo situada a 2802 metros de altitud
cuando es la una del mediodía.
Cima de la Suca.
En
la alargada cima medio sitiada por las nieblas esperamos que se disipen un poco
para hacer alguna foto pero no tenemos
futuro. Hay que tirar lo poco que se ve y rogar para que no se espesen más.
Cantaritos y polígalas dispersas en la Cima de la Suca.
Se debe hacer una puntualización importante:
con nieblas no se debe andar por la
montaña ni aunque se conozca pues a veces no sirve ni la experiencia. A pesar
de ello, van dos de dos con nieblas en la Suca.
Zuquetas Punchuda y Roncha desde la Suca.
Nos
asomamos hacia el oeste en vano y recorriendo la cima de punta a punta nos
asomamos a la arista que continúa al sureste. Vamos a darnos un garbeo por la
Sierra de las Sucas que se inicia con
las Marías. Si ya lo hiciéramos con una niebla de cojones hoy con menos tiene
que ser mejor y de paso veremos algo.
Arista Oeste de la Zuqueta Punchuda o María Occidental.
Una
arista medianamente inclinada y de andar nos va a permitir bajar fácilmente
alrededor de 100 metros para desde allí,
siempre transitando calizas claras, iniciar el ascenso de la arista nordeste
que nos situará con facilidad en la afilada Cima de la Zuqueta Punchuda o María
Occidental situada a 2780 metros de altitud.
En la María Occidental o Zuqueta Punchuda.
Nos
ha costado media hora de punta a punta y a partir de aquí la tónica seguirá
similar pero en disminución tanto para los desniveles a descender como los
subsiguientes a ascender ya que se trata de una arista uniformemente
descendente.
La Este de la Zuqueta Punchuda.
Hacia la Zuqueta Roncha.
El
inicio del descenso es un pelín más erguido pero no ofrece dificultades dignas
de mención. Luego se alarga suavemente al encuentro de un collado amplio y
similar al anterior para que con el cambio de marcha correspondiente ascendamos
alrededor de 80 metros que nos depositan en la María Central o Zuqueta Roncha
situada a 2757 metros de altitud.
Casquete Somital Oeste de la Zuqueta Roncha.
Son
las dos menos diez y nos sentamos a comer mientras seguimos contemplando las
idas y venidas de las nieblas que ni se cierran ni se van para dejarnos otear
paisaje a gusto.
La Oeste de la Zuqueta Plana.
Media
hora después continuamos arista adelante en descenso para alcanzar un tercer
collado y remontar una arista que
alcanza un hombro y una suave pared orientada al norte que subimos con algún
apoyo de manos y que nos deja en la Cima de la María Oriental o Zuqueta Plana
situada a 2732 metros de altitud.
En la Zuqueta Plana.
Las
nieblas que han entrado durante todo el día del oeste siguen haciéndolo e
incluso quieren ser más espesas cuando alcanzan el lugar en el que nos
encontramos. Más allá al sudeste incluso se estratifican más bajas.
Con
este porvenir nos empezamos a plantear el abandono de la arista ya que llevamos
mucho tiempo esperando que se disipen y parece que la evolución es en
contrario.
El
descenso hacia el collado con la Monesma tiene algún paso en los que hay que
apoyar las manos o quizás es que no buscamos el camino. Bajados unos metros la
arista amable y suave se ahonda en busca de un collado sumido en las nieblas.
Estamos sobre los 2550 metros de altitud y difícilmente imaginamos el diente
con el que se inicia la Monesma. Así las cosas nos cuesta muy poco ponernos de
acuerdo: le damos la espalda e iniciamos el descenso.
Sé
que la Zuqueta Plana es la más agreste de las tres y que en su día al iniciar
el descenso desde la cima en dirección sur fuimos a parar a una zona de paredes
que en medio de las nieblas nos invitaron a faldear hacia la depresión que
arranca de entre María Central y la María oriental, en camino coincidente con la idea de descender
hacia Cuello Viceto. Ahora estamos más al sudeste todavía y nos vamos para
abajo con la idea de alcanzar una zona comprendida entre los 2350 y 2450 metros
de altitud que nos permitirá retornar con comodidad hasta Cuello Viceto. Son
las tres de la tarde.
Descendemos
un par de corredores que permiten salvar su correspondiente par de resaltes
siempre contando con la incertidumbre de no poder visualizar mucho más allá de
donde nos encontramos y seguidamente iniciamos una travesía en dirección oeste
con la intención de que sea suavemente descendente y nos lleve a la cota
altitudinal esperada.
Una
serie de barrancos nacientes rellenos de nieve y situados entre crestones se
oponen a nuestra pretendida dirección y nos obligan a llanear con continuos sube y bajas sobre la cota 2450
metros. El fondo del Valle de Gurundué queda remoto y profundo y por arriba las
nieblas no nos dejan orientarnos con lo cual habrá que perseverar en nuestro
empeño orientados por lo que creemos que se trata de la verde Loma de Vasones.
Un
par de barrancos más allá aparece un potente resalte que pasaremos por la base de sus paredes y
desde allí visualizaremos un enorme rellano que nos permitirá acercarnos a
nuestro objetivo que es Cuello Viceto. Bajamos pero no queremos hacerlo
demasiado para no llegar al barranco y tener que terminar remontando.
Hacia Cuello Viceto.
Pasamos
una zona de depresiones con algún ibonciecho y atravesándola en diagonal
asomados al borde visualizamos Cuello Viceto.
Cuello Viceto, Tozal de San Vicenda y Vasones.
Una
ladera de hierbas crecidas y suavemente descendente nos permite alcanzar el
Praderío de Cuello Viceto situado sobre los 2000 metros de altitud. A estas
alturas ya hemos visto, marcado en la hierba, el camino que hemos de tomar para
volver a Plana Canal.
El
amplísimo collado está cubierto de hierbas altas y su firme revuelto por los
jabalíes no tiene un metro cuadrado plano y está como siempre. Lo atravesamos
de norte a sur y tomamos un camino que en suave ascenso nos va a permitir alcanzar un amplio y verde
collado situado entre el Tozal de San Vicenda que faldeamos por este y el Tozal
de Vasones que es a donde nos dirigimos.
La Norte del Tozal de Vasones.
El
camino asciende la amable cara norte
pero a media subida faldea la cima por el oeste. Nosotros continuamos el
ascenso de la cara norte hasta alcanzar la amable amplia y verde Cima del Tozal
de Vasones situada a 2151 metros de altitud. Llueve en Ordesa y quieren caer
gotas aquí cuando son las cinco y cuarto.
El
Tozal de Plana Canal que es nuestro paso último tiene de por medio el Barranco
de Mallo Sasé que se ahonda bastante
presentándosenos dos opciones: una bajar al barranco para alcanzar la pista y
volver con ella a la barrera y la otra consistente en dar un poco de rodeo
descendente hacia la Forqueta Sorrivas y atravesarlo por la cabecera sin
pérdida de nivel.
Optamos
por esta segunda opción y descendemos larga y suavemente por una ladera de
verdura crecida que está un tanto resbaladiza ya que quiere gotear además de que
ayer noche debió de llover algo y todavía no se ha secado.
Nuestro
descenso generalmente en dirección sur nos lleva a un cuello con vacas donde
nos ponemos los cortavientos pues lleva un ratillo ya goteando y desde allí, Juan rodea el Tozal de Plana Canal
por el este y nosotros tomamos el camino que lo rodea por el oeste.
Las
gotas cesarán enseguida y terminados nuestros correspondientes rodeos nos
juntamos en las inmediaciones de la Barrera de Plana Canal que es donde tenemos
el coche. Son las seis de la tarde.
Nos
queda tarde para llegarnos con los sacos y demás hasta el Refugio de Plana Canal,
darnos un remojón en un barranquillo próximo y descansar un poco mientras
tomamos unas cervezas calientes con unas aceitunas y dejamos que se asienten
los 1800 metros movidos.
Luego
cenamos con apetito una carne estofada que está de vicio y unos fideos chinos,
comida algo sazonada que nos ayuda a beber para reponer líquidos además de
fruta y dulces.
Incluso
lloverá un buen chaparrón pero no es problema para nosotros que nos
empiltraremos sobre las esterillas para pelear largamente con la dureza del
hormigón que casi no recordábamos en una larga noche agradable y cálida
amenizada por la actividad roedora de un ratoncillo que está domiciliado en el
refugio.
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