Petrechema desde el Collado de Linza.
Refugio de Linza, Loma Sobrante, Collado
de Linza, Corredor y Arista Oeste de Petrechema.
17-04-2018.
Salida 09:45 h. Llegada 15:45 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Petrechema procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Jaca,
Puente la Reina, Hecho, Ansó Zuriza… a las nueve y media de la mañana estamos
fotografiando el Aparcamiento del Refugio de Linza, limpio de nieve y con la misma colgada algo arriba pues no en
vano estamos a 17 de Abril de 2018 y la nieve, que la hay, está acantonada por encima de los 1500 metros en lugares
favorables.
En el Refugio de Linza la nieve está un poco alta.
Nunca
hemos subido a Petrechema con los esquís y las imágenes que guardamos del pico
están vestidas de hielo pues se trata de un pico que siempre nos ha resultado
entretenido con crampones y ni pensar en hacerlo con los esquís. A pesar de
ello creemos que hoy podría ser el día y en el peor de los casos siempre nos
quedará la agradable Paquiza de Linzola.
Comenzamos porteando entre algunas manchas de nieve.
Son
las diez menos cuarto cuando comenzamos el porteo de los esquís en dirección
este hacia la Loma del Sobrante. Estamos a 1350 metros de altitud y la ladera
chorrea agua por los neverillos residuales que se derriten ya empujados por un sol espléndido a estas horas
de la mañana y porque ayer llovió. El
firme bastante blando nos favorece el camino con las botas de plástico.
Tras cuarenta minutos de porteo calzamos los esquís.
Nuestra
duda reside en dónde podremos calzar los esquís y será cuando el camino se
aproxime al torrente que baja de la Sur de la Paquiza de Linzola a 1570 metros
de altitud y tras cuarenta minutos de porteo. La vez anterior salimos del
refugio foqueando.
En la Rampa Erguida sobre la Cabaña del Sobrante de Linza. Maz detrás.
Llevamos
por delante algún esquiador y un grupo de docena de portugueses a paso de carga
y enseguida, bajo el Paso Erguido del Refugio del Sobrante nos hemos de quitar
los esquís brevemente.
Foqueando con el Mallo de Acherito.
Por
encima del resalte, hecho un patatal, la huella se allana y se alarga
suavemente en busca de un todavía distante Collado de Linza. Nos entretenemos
contemplando la Sur de la Paquiza y nos orienta el Mallo de Acherito.
La
nieve está perfecta, ni dura ni blanda sobre la que dejamos una huella que no
pasará del centímetro, ha habido un buen rehielo y o mucho me equivoco o será
la protagonista de la jornada.
Rampas suaves hacia el Collado de Linza.
Adelantamos
al grupo de portugueses y siguiendo viejas huellas de botas y raquetas nos
llegamos al Collado de Linza acompañados de las intermitentes huellas del
esquiador.
En
el collado, a 1903 metros de altitud, nos hemos subido un poco más de la mitad
del desnivel, contemplamos la Vertiente Oeste de Petrechema que nos impresiona
como siempre mientras trazamos nuestra hipotética vía de ascenso pues no vemos
huellas definidas. Son las once y cuarto.
Llegando al Collado de Linza aparece Petrechema.
Perdemos
unos pocos metros hacia la Hoya de la Solana y aprovechando la bondad de la
nieve faldeamos sin bajar al fondo para entrar
con mínima pérdida de altura en el Corredor Oeste de Petrechema.
Faldeando un promontorio al sur del Collado de Linza.
Primero
por el fondo del corredor y luego por la arista
que baja más directa de la cima ganamos altura con un foqueo suave y
persistente siguiendo las débiles trazas de dos esquiadores que ni vemos ni
veremos bajar.
Atrás el Collado de Linza entre Maz y la Paquiza de Linzola.
El
corredor nace de la apertura en dos ramas de la arista oeste del pico es muy
tendido pero se empina bastante en su arranque por lo que siguiendo huellas nos
elevamos hacia la arista somital del pico.
Nieve acanala por la lluvia en el Corredor Oeste de Petrechema.
La
arista que impresiona desde el Collado de Linza no es demasiado erguida y con
esta nieve de fábula nos vamos para arriba
mientras en algún punto hay labores de viento y cornisas que no
probaremos sobre los paredones de su cara norte.
En la Arista Oeste de Petrechema trabajada por el viento.
Se
sube de cine sin siquiera hacer vueltas maría y el único problema es echar la
vista para arriba para comprobar que sigue subiendo, que se afila y que se
alarga sin final, pero subimos.
Pasamos
algún tramo más afilado, un pequeño resalte y ante el último y en previsión de
que nos regale algún lío de salida dejamos los esquís sabedores de que es muy
importante para nosotros comenzar cómodamente los descensos.
La Arista Oeste de Petrechema acornisada y con muy buena nieve.
El
resalte no es importante, la arista se acuesta pero se afila bastante en un
tramo breve que haremos por el filo para ensancharse un poco y depositarnos
inmediatamente en la Cima de Petrechema situada a 2371 metros de altitud. Uno
de los esquiadores ha llegado hasta arriba.
La Aguja Pequeña de Ansabere desde la Cima de Petrechema.
Es
la una menos cuarto. En la cima estamos solos para hacer las fotos
acostumbradas a las Agujas de Ansabere, Midi, Anayet, Collarada, Aspe,
Bisaurín, Agüerri, Chipeta, Acherito, Mesa, Paquiza-Orhi y en la distancia
Moncayo y acólitos vestidos levemente de blanco. Nuestros alrededores están
redondos de nieve sobre la que contrasta
la oscuridad de las paredes repartidas a granel.
Foto de cima en Petrechema.
La
cima está vestida de cornisas de norte a oeste, nos abrigamos un poco a pesar
de que no corre ni la más leve brisa y nos sentamos a comer y a descansar cara
al sur mientras contemplamos un dilatado paisaje.
la Arista Oeste de Petrechema hacia la Paquiza y Orhi.
Tres
cuartos de hora después iniciamos el descenso. Los primeros giros cortos son
agradables y a partir de allí viene el delirio en una arista estrecha e
inclinada pero en la que, la bondad de la nieve, nos
permite hacer giros confiados incluso hacia la pared sur que se ahonda vertical
de inmediato. Gozosos hacemos fotos para el recuerdo en un lugar en el que no
confiábamos demasiado en poder estar. Mi chica ha dicho abajo que le parecía el
Cervino y posiblemente tenga razón a su manera, salvando distancias.
La nieve primavera de la Oeste de Petrechema es una delicia.
Confiados
por la nieve primavera nos llegamos
hasta el inicio del corredor para bajarlo por el fondo girándolo de punta a
punta como me gusta. Hasta la nieve acanalada parecía uniformarse a nuestro
paso aunque retemblaban ligeramente los esquís.
Una gozada en la Oeste de Petrechema.
Bajamos
casi hasta el fondo, Juan se ha ido por arriba y en la dinámica de no tener que
remar para alcanzar el Collado de Linza faldeamos tanto que nos lo pasamos.
El Corredor Oeste de Petrechema es toda una amabilidad.
Cuando
alcanzamos el siguiente collado ya en la Arista Este de la Paquiza lo encuentro
desconocido, sin huellas pero como ahora desaparecen tan deprisa…
Petrechema igual a merengue.
Dudamos
pues la perspectiva de Petrechema es algo distinta, nos asomamos y vemos la
huella por debajo de nosotros. La ladera tiene algunos cortes pero se puede
bajar.
El
descenso es tieso pero se hace bien hasta alcanzar la cabecera de un resalte
vertical en el que haré una diagonal entre piedras, soltando una colada
importante sin problemas ni para mí ni para nadie. Rosa Baja detrás más deprisa
y también sin problemas.
Hasta la nieve acanalada se esquía bien en Petrechema.
En
la huella visualizamos el Collado de Linza dándonos cuenta de nuestro error y
esperamos a Juan. Un buen rato después continuamos para abajo con la esperanza
de que él lo haya hecho por delante mientras que vamos deteniéndonos
continuamente mirando hacia arriba.
Bajamos
el resalte de la Cabaña del Sobrante, quitamos los esquís brevemente y luego
nos llegamos deslizando al cruce de barranquillos donde los hemos puesto a la
mañana.
Faldeando más al oeste del Collado de Linza.
Juan
no está aquí, no hemos visto huellas claras de sus raquetas pero a estas horas
tiene que estar abajo. Cargamos los esquís en la mochila y a buen paso nos
llegamos hasta el Refugio de Linza cuando son las cuatro menos cuarto. Juan no
ha llegado al coche y nos lo hemos dejado por arriba.
Un
cuarto de hora después, tras recoger bártulos, cambiado de botas y con la
mochila aligerada me voy para arriba a su encuentro.
Al
rato, me cruzo con una pareja de valencianos que me dice que lo han visto
subiendo a la Paquiza cuando ellos bajaban con lo que me quedo más tranquilo
aunque a estas horas debería de estar ya aquí abajo.
Narcisos nacidos de la nieve en Petrechema.
Poco
después me cruzo con los portugueses que me confirman lo mismo. Llegaré hasta
el lugar donde hemos puesto y quitado los esquís y me quedo allí puesto que es
completamente visible la ruta hasta el Collado de Linza.
Son
casi las cinco de la tarde, a Juan no le ha pasado nada y ha tenido que
bajar por la Arista de Aztaparreta
directo al refugio.
Me
doy la vuelta convencido de que así ha debido ser puesto que hacia arriba no se
ve y enseguida nos encontramos pues sube a mi encuentro.
Porteando hacia el Refugio de Linza a la vuelta.
Mientras
cresteaba nosotros le hemos adelantado por abajo. Nos ha visto que pasábamos de
largo bajo el Collado de Linza y se ha dicho que nos íbamos a la Paquiza. Ha
subido detrás y al no ver nuestras huellas se ha imaginado que nos habíamos ido
para abajo en lugar de ascender hasta la Paquiza. Luego después de idas y
vueltas en la cima ha decidido bajar por la Arista de Aztaparreta como
procedimiento de acortar el descenso y cuando ha llegado al coche ha visto el
material dentro, ha dejado la mochila en el refugio y ha marchado para arriba a
nuestro encuentro, Rosa también aburrida se ha ido un poco para arriba.
Juan
no lleva móvil pero nosotros sí y no había cobertura con lo que hubiera sido lo
mismo, así que nos hemos hecho el Petrechema con propina, lo que no es más que
la libertad que nos confieren nuestras competencias.
Todavía
echaremos unas cervezas con limón en el refugio para ahogar la sed que si bien
no nos la ha producido los 1025 metros subidos si la propina fundamentalmente
el descenso juntos que hemos hecho medio al trote. “Ustedes están en buena
forma” nos dirá uno de los valencianos, yo ya les había dicho que mi amigo era
de plástico fino.
Harías mejor despidiéndote y dejando de molestar.
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