Hacia la Corona de los Faballones.
Aparcamiento de Espelunciecha, Ibón de
Espelunciecha, Collado Garmé, Corona de los Faballones y Laderas de Batallero.
04-11-2018.
Salida 13 h. Llegada 15:30 h.
Sol.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de la Corona de los Faballones procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Noviembre
llega con nieves del sur peto nosotros tenemos otras ocupaciones. El sábado 3
de Noviembre de 2018 sale con una meteorología otoñal de cine y al día
siguiente decidimos, pues podemos, marchar en busca de esa nieve que hemos
visto en las Webcams de Formigal. Jamás habíamos comenzado la temporada de
esquí a primeros de noviembre.
Nunca un 4 de Noviembre habíamos comenzado a esquiar.
Es
casi la una del mediodía cuando aparcamos en Espelunciecha. Hay un montón de
coches, un ligero viento del sur y un sol espléndido en todo lo alto.
Ponemos los esquís tras cinco minutos de porteo pues ayer se fue mucha nieve.
Ayer
se marchó un montón de nieve que ha dejado completamente peladas a las caras
sur de Partacua y Tendeñera y aquí en Espelunciecha ha hecho de las suyas por
lo que nos calzamos los esquís tras cinco minutos de caminar con ellos en las
manos.
En el resalte bajo la Majada de Espelunciecha.
Parece
que hay más nieve en la zona de Batallero que en la de Espelunciecha por lo
que decidimos subir hasta el Ibón de
Espelunciecha y pasar luego a Faballones para volver buscando las mayores
acumulaciones de nieve.
Iremos hacia el Ibón de Espelunciecha.
En
la bifurcación de pistas nos vamos al sudoeste por la pista que está labrada y
con muchas piedras sueltas pero que no ofrece ningún problema para foquearla
hasta que alcanzamos la majada para abandonar la pista.
Cruzando la Majada de Espelunciecha.
Pasamos
junto a la yurta, atravesamos el rellano de la majada, cruzamos el desagüe del
ibón con poca nieve pero con menos agua y ascendemos plácidamente en busca de
la cubeta lacustre.
Contraluz de nieve virgen en el Rincón de Espelunciecha.
Plácidamente
por el ambiente pero rompiendo una nieve costra absolutamente inesperada,
aunque anunciada por un esquiador con el que hablamos, nos llegamos a la Cubeta
Lacustre de Espelunciecha tras remontar 200 metros escasos.
Llegando al Ibón de Espelunciecha.
Espelunciecha desde la orilla sur.
Agua, nieve, hielo y roca en Espelunciecha.
El
ibón a 1950 metros de altitud tiene la plancha de agua cubierta de una capa de
hielo, le hacemos algunas fotos
rodeándolo casi en su totalidad y
ponemos rumbo al Collado de los Faballones.
Faldeando la Norte de los Faballones hacia la Corona.
Haremos
una travesía de la Cara Norte de los Faballones, algo por encima de la pista de
las motos de nieve y en busca de nieve polvo que incluso en esta orientación ya
está algo acostrada.
Habrá alrededor de 20 cntímetros de nieve en la Norte de los Faballones.
El
rododendro nos facilita el tránsito pero hay que andarse con cuidado con las
rocas que emergen con frecuencia.
Pasamos junto a una pareja de ibonciechos a los que la nieve todavía no ha
cubierto y alcanzamos el Collado Garmé prácticamente en horizontal.
Ibonciecho en la Norte de los Faballones.
Nunca
hemos subido a la Corona de los Faballones con los esquís y desde las
inmediaciones del collado, utilizando la cara noroeste que cuenta con algo de
nieve bastante buen estado nos echamos para arriba pues no hay que remontar más
allá de una treintena de metros.
Llegando a la Corona de los Faballones.
Hay
una zona intermedia con poca nieve que no se esquiará bien pero alcanzamos la
Corona de los Faballones, vestida de nieve y situada a 2052 metros de altitud.
Son las dos y media.
Campo Troya desde la Corona de los Faballones.
Hacemos
unas fotos en la pequeña cima y nos volvemos para abajo sin quitar pieles puesto que luego hay que remontar unos metros
hasta el Collado Garmé. Después veremos que podríamos haber hecho la transición
en la cima.
Foto de cima en la Corona de los Faballones.
Alcanzado
el Collado Garmé nos sentamos a comer unas mandarinas y unos dulces mientras
quitamos pieles sentaditos al sol. El termómetro marca 6 grados.
Abandonando la Corona de los Faballones.
Montados
en los esquís hacemos los primeros giros de la temporada con nieve un poco dura
pero será de lo mejor que encontremos en el descenso. Fuera del ámbito del
collado la nieve costra y muy irregular al haber sido pisada en blando nos
obliga a buscar los minúsculos tramos pisados por caminantes y esquiadores para
poder girar con alguna comodidad.
Hacia el Collado Garmé.
El
descenso es para olvidar pero… un esquiador con el que coincidimos nos dice que
le daba la impresión de que se le había olvidado esquiar. Bueno, hay que tirar
de cuña y bajar sorteando los barranquillos medio cubiertos y las piedras que
afloran de mitad para abajo. Juan de frente con sus raquetas.
Primeros giros de la temporada bajo el Collado Garmé.
Llegamos
al puente con muchos cuidados y foqueando unos metros tomamos una lengua de
nieve que nos baja hasta el llano. Luego, otros cinco minutos de porteo al
hombro nos depositan en el Aparcamiento de Espelunciecha cuando son las tres y
media. Con lo que concluimos nuestro paseo inicial en el que habremos remontado
alrededor de 300 metros de desnivel.
La nieve no está fácil en Espelunciecha.
La
temporada está empezada en plan extraordinario pero está nieve no va a durar a
no ser que el Otoño venga peleón y algo frío pues parece que en la Cola del
Atlántico se acumulan un buen grupo de borrascas que yo personalmente no creo
que sea para tanto. El sensacionalismo lo alimenta todo y la meteorología no es
una excepción.
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