Mahame Gate, pista y camino hasta Mahame
Camp.
18-09-2019.
Desnivel ascendido 1035 m.
18000 m.
05:00 h.
Mixto.
Muy fácil.
3 p.
1 d.
Senderismo.
Puedes saltarte el principio sin ninguna
referencia a la actividad senderista, pero si quieres saber detalles que pueden resultar útiles
para aquellos que pretendan realizar la actividad aquí hay unos cuantos que yo
hubiera agradecido encontrar en Internet.
Solamente veremos un barranco, pero no
creo que sea conveniente tomar de allí el agua. En Machame Camp hay un barranco
del que se obtiene agua que es hervida para el consumo.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martinez y Mariano Javierre.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martinez y Mariano Javierre.
Mapa de Machame Gate a Machame Camp procedente de Kili N.P. Vía en amarillo
En Alpes, en
Fuente Dé o en algunas estaciones de esquí se pueden utilizar remontes
mecánicos para las aproximaciones a los picos. No nos gustan especialmente, pero
de cuando en cuando las utilizamos.
En
el Atlas Marroquí tuvimos nuestro primer contacto con porteadores que nos llevaron
en mula alguna carga hasta el Campamento Base de Toubkal, pero preferimos las
montañas por nosotros mismos y por ello habíamos desechado repetidamente la
idea de hacer otras montañas tipo Aconcagua o Kilimanjaro; pero al final, toda
fruta madura y pusimos sobre la mesa el Asunto Kilimanjaro.
-Mirar
socios, posiblemente no nos gustará gran cosa, la parafernalia de porteadores,
cocinero, guía… puede resultar infumable pero no existe la manera de hacer la
ascensión por libre y o lo tomamos o lo dejamos.
Nos llevará de Dubai a Arusha.
-Oye,
y hacer algún safari ya que estamos allí…
-Bueno,
aunque no sea demasiado agradable al menos nos puede proporcionar una
experiencia nueva por el medio en el que nos moveremos.
Con
estas, sería por Navidad, lo echamos a andar. Yo para entonces ya sabía
bastante acerca de Tanzania y el Kilimanjaro. Ahora con Internet es muy fácil y
cuando se lo propuse a los socios poseía una idea aceptable de lo que podríamos
hacer. También me ayudó Jesús Gil que había estado por allí hace ya algunos
años.
Sobrevolando Dubai.
Lo
nuevo era lo del safari pero no supondría ningún problema especial ya que
buscando páginas me aparecieron una de trekings y otra de safaris en las que
podía elegir entre varios cientos de ellas. Además, si seleccionábamos
opciones, la consulta era ya bastante precisa. Algo parecido sucedió con los
vuelos. No los había directos pero si había bastantes opciones con una o dos
escalas.
Al principio pensábamos en contratar desde
España pero vistos los precios decidimos echarnos al charco en condiciones y
hacerlo por nuestra cuenta. Teníamos paciencia y tiempo.
Al
Kilimanjaro se subía desde Tanzania y no desde Kenia pues el pico no estaba en
Kenia. Tanzania es un país del Africa Ecuatorial con unas características
bioclimáticas propias de la zona tocando la Línea de Ecuador. La capital era
Dar es Salaam, una ciudad costera del Océano Indico pero las estrellas del
Kilimanjaro eran Moshi y Arusha y después de volar, en una de ellas,
comenzaríamos el treking.
Vuelo a Tanzania.
Con
la ayuda de mi hija Biola me puse al día sobre el tema de los vuelos, era algo
que desconocía pero que ella dominaba. Me pareció sencillo seguirles la pista
porque todavía era muy pronto para contratarlos. Es sabido que los españolitos
no somos demasiado amigos de contratar una cosa con antelación, mejor la
víspera.
Cuando
comencé con el tema de las consultas mi ordenador fue bombardeado por la publicidad
que fui enmarañando con otras de diferente índole pero no hubo manera y no me
quedó más remedio que contárselo a mi chica y que luego diera la guerra que
quisiera.
Febrero
era muy pronto para marchar pues no teníamos demasiado tiempo para organizarlo
por lo que pensamos en hacerlo para mediados de septiembre, que sigue siendo
una buena época. Sería vuelo en un par de fechas, treking de 6 días y
safari de tres días con otros dos días
de vuelta y con eso perfilado pedí una actividad presupuestada a una agencia
tanzana intermediaria. En Arusha dicen que hay más de 1000 agencias que
realizan trekings y safaris.
Puesta de sol sobre Dar es Salaam.
Caí
en manos de un intermediario: Mojhi que me ofreció, como es su costumbre, no
tres sino media docena de proyectos; pero qué curioso, ninguno era el que yo le
había sugerido y a partir de allí comenzó el tira y afloja por vía correo
electrónico con traductor Google de por medio que se alargó más de lo
conveniente hasta que, un poco cansado de que me fuera conllevando, le di un
ultimátum y paralelamente me dirigí a la agencia directamente.
La
agencia era Swahili Paridise Tours & Safaris y a partir de allí se acabó el lío: en cuatro
días ultimamos el treking:
De
los 7 días, 6 de treking, pasamos definitivamente a 8: 7 días de treking y un día
cero anterior al comienzo de la marcha, nos recogían en el Aeropuerto
Kilimanjaro, nos llevaban a Arusha, nos alojaban en un hotel y nos daban la
charla de preparación. Al final del treking nos dejarían en Arusha. El precio de 1300 dólares era de lo más
asequible para esa ruta que no tenía refugios establecidos.
Estación de Autobuses de Arusha desde Natron Hotel.
Para
el safarí encontré varios equivalentes, pero a la hora de pedir información lo
hice con la Agencia Bespoque African Safaris que tenía un precio bastante
competitivo, 520 dólares, para visitar en tres días Tarangire, Ngorongoro y
Manyara, partíamos de Arusha y terminábamos llevándonos al Aeropuerto para
hacer el viaje de vuelta.
Nos
quedaba únicamente buscarnos un Bed & Breakfast para pasar la noche entre
las dos actividades y eso estaba chupado. Partiríamos el 16 de septiembre y
retornaríamos el 28. Era a primeros de junio cuando hicimos el ingreso por
transferencia en dólares de la mitad del costo del treking y el depósito de 100
dólares para la reserva del safari. Los billetes del vuelo estaban comprados.
Volaríamos desde Barcelona vía Dubai, el lunes
16 a las 22:40 horas para llegar al Aeropuerto Kilimanjaro el día 17 a las
21:00 horas con una escala intermedia de 6:25 horas; para la vuelta saldríamos
el día 27 del Aeropuerto Kilimanjaro a las 22:00 horas y llegaríamos a
Barcelona el día 28 a las 20:55 horas, también vía Dubai y con un transfer de
11 horas. Todo ello por 551 euros, que
confirmaban un precio bastante barato que incluía una facturación de 25 kilos
por persona.
Mapa de Kilimanjaro procedente de Kili N.P. Vía en amarillo.
La
noche de hotel en Arusha la reservaríamos sin coste por cancelación a un precio
insignificante.
Hechas
las transferencias con interesantes gastos cobrados por los bancos tanzanos, el
Santander no nos cargó nada pues el asunto lo formalizaría Margarita la hija de
Juan, nos quedaba por delante un verano para seguir haciendo monte como
acostumbramos y para soportar las esperadas pero no por ello menos cruentas,
monsergas de mi chica para la que nada estaba del todo bien y nada era
suficiente para contentar sus neuras nacidas de su inconformista cerebro.
Somos
unos “chavales” un poco mayores con una religión común que es la montaña
amparada en unas condiciones físicas, en el peor de los casos, decentes. Claro que
nos cansamos en el monte, no te jode, pero al día siguiente volvemos y lo
haremos mientras el cuerpo aguante: es la historia de todos los machacas de la
montaña y por tanto nada especial.
Con todas nuestras pertenencias en Arusha.
Había
que hacer la ampliación del Seguro de la Federación Española de Montaña y lo
hicimos sin problemas; contrataríamos un Seguro Privado de Viaje y teníamos que
vacunarnos, comenzando el asunto, con tiempo, a finales de Mayo pero se nos
cruzó por medio una médica funcionaria absolutamente inepta e impresentable, que
incapaz de hacer nada decente consiguió que la consecución del certificado pertinente
fuera allá por finales de agosto, a Dios gracias.
El
verano mentalmente resultó extraño en la creencia de que no podríamos hacer
todo cuanto pensábamos, pero lo cierto es que a la hora de la marcha nos
iríamos con 68000 metros subidos: más que en cualquier otro año por las mismas
fechas.
El
tema de los materiales necesarios para el viaje se abordó con tiempo y con las
premisas de combinar Treking y Safari. De nuevo pesaríamos todos los objetos
necesarios para una elección correcta y después elegiríamos y distribuiríamos
en dos mochilas: la de los porteadores y las personales. Llevaríamos más
botiquín que comida.
Buhembo y nuestra furgo con los socios ya dentro.
Estamos
bastante tiempo en Tiana con nuestros nietos, pero tras hacer una última
actividad el 12 de septiembre en los Infiernos, estamos preparados.
El
domingo 15 de septiembre iniciamos el viaje con nuestra furgo hasta Tiana. A
las tres de la tarde cuando voy a poner la furgo en marcha estamos sin batería.
Resolvemos el tema con una llamada telefónica y brevemente a pesar de que se
está televisando la Final del Campeonato del Mundo de Baloncesto de China que
ganará España, pero empezamos con una emergencia.
Cenamos y dormimos
en casa de nuestra hija. Al día siguiente 16, compramos cuatro cosillas para
comer por si acá, hacemos unos bocatas y alrededor de las siete de la tarde nos
llevan al Aeropuerto del Prat y allí, con nuestras seis mochilas en un carro
nos vamos al mostrador de Emirates para facturar tres de ellas, las grandes.
Tendremos mucho tiempo de espera pero con las Rondas en Barcelona y su
cambiante tráfico hay que andarse con cuidado.
Esperando para iniciar el camino en Machame Gate.
Llevamos
aproximadamente 15 kilos en cada una de las mismas y no hay problema pues
disponemos de una franquicia de 25. La azafata nos indica amablemente que
tenemos un transfer en Dubai en un español que me sabe a gloria, pues soy
sabedor que tendremos que “pelear” con mi paupérrimo Inglés y me siento poco
preparado siendo muy indulgente.
Con
los líos de dónde ponemos cada cosa nos retienen un bote de jabón de lavar y
otro de champú por exceder la capacidad permitida lo que nos obliga a comprar
en las tiendas del aeropuerto para reemplazarlos.
Finalmente
embarcamos en un Airbus 380 y a las veintidós cuarenta horas, con puntualidad
escrupulosa, nuestro enorme avión se pone en movimiento. Pasaremos la noche a
bordo.
Ente gentes comenzamos nuestro Treking al Kili.
Una
hora después del despegue nos pasan la cena con lo que suponemos que nuestros
bocadillos preparados no van a ser muy necesarios, pero nos ocurre lo mismo que
con los seguros: que mejor no emplearlos. Ah, y de seguros vamos bien servidos:
llevamos el de la Federación de Montaña, el de la Tarjeta de Crédito por la
compra de los vuelos con ella y una particular que ha sacado mi chica puesto
que la Seguridad Social no cubre nada en el extranjero.
Dormitamos
y dormimos bastante, comenzamos el martes 17 de octubre a bordo del avión y
alrededor de las siete y media de la mañana aterrizamos en Dubai tras haber
disfrutado de una aproximación panorámica sobre la artificiosa ciudad y su
espectacular conglomerado de rascacielos.
Hemos
de cambiar de la Terminal 3 a la 2 y para ello nos encaminamos con nuestro
equipaje de mano hacia un autobús que nos espera para acercarnos a la terminal
y desde allí, tras una corta espera, otro autobús nos lleva alrededor de veinte
minutos y nos deposita en la Terminal 2 donde pasaremos alrededor de seis
horas. El Aeropuerto de Dubai es enorme y espectacular por partes iguales.
Un Helecho gigante de camino a Machame Camp.
Sobre
la una del mediodía embarcamos en otro Boeing de Air Dubai más pequeño, que irá
medio vacío y a las dos de la tarde iniciamos el vuelo con destino final en
Tanzania.
De
nuevo y al rato nos vuelven a dar de comer con lo que nos entretenemos un rato.
En la primera parte del viaje, de noche, las luces de Estambul fundamentalmente
han sido el entretenimiento de Juan, nosotros hemos dormido, y ahora el
Desierto de la península Arábiga lo será ya que el sobrevolamos la costa
después de atravesarla.
Al
anochecer y siguiendo la línea de costa aterrizamos en Dar en Salaam. Se trata
de una parada en la que ni siquiera bajamos del avión, con la que no contábamos
y en la que, un pequeño incidente con un pasajero que sube a bordo enfermo nos
retrasa un poco. Desembarcado el enfermo volvemos de nuevo al aire y tras un
corto vuelo aterrizamos en el Aeropuerto Kilimanjaro sobre las nueve y media de
la noche con casi media hora de retraso.
Caminando por el Bosque Tropical del P.N. de Kilimanjaro.
El
aeropuerto, que es pequeño, está medio cerrado y allí nos esperan sus legiones
de funcionarios para rellenar los documentos pertinentes para el Visado y pagar
religiosamente 50 dólares norteamericanos que va a ser nuestra moneda utilizada
casi con exclusividad
Alrededor
de las diez y cuarto llegamos a la salida de pasajeros tras recoger nuestras
mochilas facturadas y allí nos espera un tanzano con el que nos identificamos
de inmediato y nos conduce a su taxi.
Es
noche cerrada, hay tráfico en la carretera y durante casi una hora en la que
charlaré brevemente con el taxista, viajamos hasta Arusha.
Una parada para tomar el picnic.
Ya
hemos acordado que hay que ir a la cama y que mañana será otro día cuando nos
deja en el Hotel Natron situado en el centro de la ciudad. En recepción nos
toman datos, nos dan el Pasword para la Wi-fe y nos suben a la habitación.
Todavía echamos un bocado, nos damos una ducha rápida y reacondicionamos un
poco las mochilas antes de ponernos horizontales en una habitación pequeña que
cuenta con mosquiteras. Nuestra gran preocupación son los mosquitos mientras
permanezcamos a baja altitud.
La
noche es breve pero descansamos preocupados por el tan manido jet-lag del que
al menos nosotros no tendremos noticias.
El
18 de septiembre de 2019 comienza a las seis y media de la mañana. Es ya de
día. Media hora después estamos desayunando al modo continental. No tenemos
costumbre de comer tanto, pero lo hacemos pues no sabemos cómo se puede desarrollar
la jornada.
Son muy pocos los tramos en los que el camino incrementa su suave pendiente.
A
las siete y media y en recepción nos esperan con un coche y nos llevan a la
Oficina de Swahili Paradise Tours y Safaris. Está en la Calle Seth Benjamín, a
escasos 500 metros del hotel. Ya sabíamos que nuestras direcciones de
referencia estaban todas muy cerca unas de otras pues tenía un plano bajado de
Google.
Nos
recibe Buhembo Elikana de BMS Safaris por lo que deducimos que Swahili ha
subcontratado nuestro Treeking pero no es problema. Buhembo habla bastante español
pues viene a Fitur, cosa que agradecemos, pagamos el resto del treking como
habíamos acordado vía email con un tal Jimmy que a la postre estará en Dar es
Salaam, dejamos una pequeña bolsa de material no necesario y nos bajamos para
abajo donde están terminando de cargar la furgo nos ha de transportar hasta
Puerta Machame donde comenzaremos nuestro camino.
Son
las nueve de la mañana, estamos sobre los 1000 metros de altitud y hace
calorcillo e inquietud cuando en compañía de un buen número de acompañantes nos
echamos carreta adelante, atravesando Arusha. El centro de la ciudad nos parece
un auténtico enjambre de gentes que van de aquí para allá, con un tráfico muy
denso en el que se funden autobuses de cochambroso aspecto, furgonetas
abarrotadas, taxis-furgoneta, mototaxis, bicicletas, isocarros, camionetas
destartaladas y viandantes.
Buscando la Meseta o Plateau de Shira.
Pero
salimos de la ciudad hacia el este y las orillas de la carretera sigue siendo
un mercado continuo con talleruchos cochambrosos y chiringuitos de toda índole
unidos a viveros donde las plantas en bolsas contenedoras y macetas se
encuentran alineadas por millones.
Enseguida
y al norte aparece el Meru sobresaliendo poco nítido por encima de la espesa
capa vegetal y de las neblinas que lo cubren todo.
Hacemos
una parada, que debe ser la habitual, en una gasolinera rodeada de chiringuitos
en la que estamos un buen rato y abandonamos después la carreta principal para
orientarnos al norte en nuestra aproximación al Parque Nacional del Kilimanjaro.
Terminamos la primera etapa en Machamé Camp.
En
un pueblucho terminamos de cargar la furgo con un ayudante de guía y alrededor
de las once y media llegamos a la Puerta Machame para hacer los pagos de acceso
al parque que son bastante elevados, descargar la furgo, distribuir las cargas
con lo que veremos algo de lo que vamos a comer y pesarlas dos veces.
Son
las doce y media de la mañana cuando atravesando la verja de entrada al parque nos ponemos en camino a 1800 metros
de altitud en medio de grupos que inician el treking como nosotros. Nosotros
llevamos nuestra pequeña mochila y los
porteadores una buena carga que puede estar bien acondicionada en una mochila
grande y acompañarse de un bulto sobre la misma o sobre la cabeza, cada uno a
su gusto según lo que tenga que portear. Marchamos con Inocence, el ayudante de
guía ya que Laurence, nuestro guía está ocupado con las cargas y los
porteadores.
El
camino es una pista que asciende suavemente al norte y que recorremos a un
ritmo tranquilo mientras contemplamos la cubierta vegetal que se desarrolla
alrededor de la misma compuesta de tres capas de vegetación: la más alta
formada por las copas de los grandes árboles, la intermedia por una capa
arbustiva de buena talla, pero no demasiado espesa y la inferior compuesta por
un conjunto de arbustos pequeños y hierbas. Las tres conviven y comparten la
luz.
Nuestras tiendas y la Tienda Comedor en Machame Camp.
El
terreno está seco y es algo que nos aleja de los posibles barrizales
anunciados. Es difícil la orientación pues carecemos de horizonte y además las
nubes bajas que intermitentemente cubre el cielo nos lo impiden además de
moderar los rigores del día.
Van
pasando porteadores a su ritmo pues han de montar los campamentos y nosotros
paramos a comer el picnic que nos han facilitado a la entrada. Es variado y
abundante compuesto por un huevo duro, un zumo, una pizca de pollo asado, unas
galletas, una madalena y un sándwich y ni siquiera lo terminamos para
compartirlo con algunos porteadores que no comen y aceptan lo que les damos.
Son
alrededor de las dos y cuarto cuando proseguimos camino pues la amplia pista ya
la hemos abandonado. El camino es casi una pìsta que muy bien conservada
asciende a tramos hasta alcanzar una especie de crestón con vertientes a ambos
lados cubiertas por la vegetación. Ese dorso se ha de prolongar lo suficiente
para mostrarnos fugazmente una cascada que surge a nuestra izquierda.
Shira Pic entre nieblas vespertinas.
Alrededor
de las cinco de la tarde alcanzamos el emplazamiento del Campamento Machame
situado a 2835 metros de altitud. Hemos subido tranquilamente un desnivel de
1035 metros en cuatro horas y media en los que hemos recorrido 11000 metros
según indica el cartel oficial que hay en el campamento y en todos por los que
pasaremos.
El
campamento es un rellano asentado en un claro de la selva tropical que lo
circunda y por la que hemos hecho el ascenso. Su superficie entre terrosa y
herbosa y algo acondicionada permite instalar las tiendas de campaña y hay
pequeños edificios prismáticos que sirven como aseos fijos, algunos grupos
llevan sus aseos portátiles.
Nos
adjudican dos tiendas amplias para los tres en las que hay colchonetas finas
individuales. Además, están las tiendas de nuestro equipo de las que una de
ellas hace de cocina hay una tienda comedor con mesa y baquetas plegables que
emplearemos nosotros.
Nuestro campamento asediado por el Bosque Tropical.
También
hay un edificio bastante confortable y ocupado por los Guardas del Parque y
allí es donde realizan el control del personal. Con el libro en el que
rellenamos nuestros datos comprobamos que los españoles brillan por su ausencia
en las últimas fechas.
Calculo
que estaremos en el campamento alrededor de 200 personas y supongo que la
cuarta parte seremos los trekinistas y las otras tres cuartas pares los equipos
de apoyo. Como comprobaré con alguna dificultad, nosotros somos tres y nos
acompañan 11 entre guías cocineros y porteadores.
Damos
algunas vueltas para conocer el campamento pues de los alrededores poco o nada
hay visible salvo el camino que lo cruza
y por el que continuaremos mañana.
Perfil de la Etsa 1 de la Ruta Machame.
Alrededor
de las ocho de la tarde, ha llegado ya la noche, cenamos en el comedor. La cena
se compondrá de un caldo caliente que entra muy bien, un pisto de verduras que
se acompaña con pasta o arroz como guarnición y un postre de fruta con naranja
y sandía casi siempre. También los primeros días tendremos carne de pollo, todo
ello acompañado de agua hervida y posiblemente clorada con la que puedes
prepararte café con leche o té al gusto. Hoy hemos tenido excepcionalmente
pescado frito en lugar de la carne.
Son
las nueve y media cuando nos metemos en la tienda, la temperatura ha bajado
bastante y dormiremos muy bien con una campa de estrellas que desconocemos:
estamos en el Hemisferio Sur.
Para ver la Continuación
Hola Mariano.
ResponderEliminarSe agradecen estas introducciones, porque muchas veces la gente cuando publica estas aventuras, va directamente al grano, dejándose la parte engorrosa, pero que a los que en un futuro quieran planificar la actividad, les será de gran utilidad.
Para estas aventuras también hace faltan unas cuantos días extra, los viajes ya de por si son dos días (uno para la ida y otro para la vuelta), más papeleos y demás historias, otro día más.
Lo de llevar porteadores, pues ya se sabe, esto es un negocio del que viven muchas familias, empresas, intermediarios ... es lo que hay. Yo en tiempos estuve mirando para hacer el Camino del Inca, y también te obligaban, además allí había un cupo máximo de personas por día, vamos una historia.
En cuanto al treking, está primera etapa os sirvió de aclimatación al terreno, algo más de 1.000 metros de desnivel positivo, no está nada mal para empezar, me ha sorprendido quizás esas junglas, porque me esperaba un paisaje más árido.
Ahora que ya has publicado todas las entradas, poco a poco las iré leyendo.
Salud y montaña!
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarUna actividad de este tipo tiene un desarrollo previo que no es un tema menor y que requiere de una serie de actuaciones que no tienen nada que ver con el desarrollo final de la actividad pero que hay que realizar necesariamente.
Si, ese "negocio" en torno al monte es lo que nos retuvo durante muchos años pero... "es lo que hay."
Todo el treking está montado en plan aclimatación, no sería buena propaganda que les palmaran los guiris en el intento.
La Selva tropical ocupa la franja inferior del monte hasta una altitud de 3000 metros aproximadamente. De allí para arriba el asunto va cambiando progresivamente hasta convertirse en un auténtico desierto.
Espero que te guste a pesar de toda la basurilla que va saliendo por allí.
¡Que vaya bueno!