La Lengua del Glaciar de Robmann que nos engañará durante toda la noche, tomada a la vuelta.
Barafu Camp, Corredor Sudeste, Stella
Point, Cima del Kilimanjaro, Stella Point, Barafu Camp, Millennium Camp y Mweka
Camp.
22-09-2019.
Desnivel ascendido 1220 m.
Desnivel descendido 2800 m.
Distancia recorrida 17000 m.
Tiempo efectivo de marcha 11:45 h.
Mixto.
Bastante fácil.
El día de Cima en Kilimanjaro tiene cierto
interés. La ascensión se hace de noche, no sé si por estrategia o por no ver
tan horripilante terreno. La altitud cobra su peaje y luego el descenso que es
enorme se hace cómodo. A lo largo de la jornada tenemos de todo: frío moderado,
nieve y hasta calor entre los 3000 y los 6000 metros. Es una experiencia más.
De Karanga Camp hacia arriba no hay agua y
los porteadores tienen que subirla a Barafu. Luego hay una fuente cerca de
Maweka Camp que no visitamos.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa del Kilimanjaro etapa 5 procedente de Maco Editions. Vía en amarillo.
La
noche resultará breve pues a pesar de acostarnos muy temprano nos despertamos a
las doce y diez. Juanillo me cantará eso del “Japo verde tu yu” pues es mi
cumple y espero celebrar mis 69 por todo lo alto nunca mejor dicho.
En
poco más de 10 minutos nos vestimos sin ponernos toda la ropa que teníamos
prevista pues ayer noche la temperatura era muy aceptable para estar a 4673
metros de altitud. Eso sí, el pantalón cortavientos lo llevaremos en la mochila
por si acá.
No tiene ninguna dificultad aparentemente el Corredor Sudeste.
Desayunamos
en la tienda comedor brevemente pues tampoco tenemos apetito y esperamos
preparados. Hay un par de porteadores que no sé que leches hacen sentados junto
a la tienda sin calcetines, sin guantes y tiritando de frío. Creemos que van a
subir con nosotros y Juan le deja un par de guantes a uno de ellos y yo le dejo
mis guantes de esquí al otro, lo que tendrá sus consecuencias.
Tramo de bloques salidos de Barafu Camp, tomada a la vuelta.
La
noche es muy buena cuando a la una de la mañana nos ponemos en camino. Nos
acompañan los dos guías. Inocence va muy abrigado con todo puesto pero Laurence
no tanto. El sabrá.
Hemos llegado hasta aquí sin notar la
altitud en absoluto pero no tenemos permanencia a más altitud que la del
Montblanc y esto va a empezar.
La
luna menguante está en lo alto del cielo lo que unido a la facilidad del camino
inicial me aconseja guardar la frontal en la mochila por si acaso ya que la
noche será larga y prefiero la reserva por si fuera necesario a pesar de que
llevamos pilas de repuesto. Lo suelo hacer en Alpes y aquí con mucha más
facilidad.
Hay tramos de auténtica gravera en el Corredor Sudeste del Kili, tomada a la vuelta.
El
camino atraviesa el desperdigado campamento y se incorpora suavemente a una
especie de crestón amable para comienza a zetear desde el principio. La noche
nos parece estupenda, ligeramente venteada en algunos puntos y con unos guantes
de forro polar voy sobrado.
Subimos
poco a poco machacando hormigas en un terreno en el que está establecido un
camino uniforme y limpio de piedras y enseguida avanzamos entre bloques de
mediano tamaño en el emplazamiento del Kosovo Camp, una avanzadilla del Barafu
situado por encima de los 4750 metros de altitud o al menos eso creo ya que con
lo variable que he llevado el altímetro, mejor ni me lo miro. El lugar está
abrigado por el crestón que hemos transitado.
Salida del Sol en Stella Point.
Se
trata de subir un amplísimo corredor bastante acostado y sobre el que zetea
abundantemente el camino trazado y recorrido por un gusano enorme de luces. No
llevamos gente por delante ni nada y eso que hemos salido a la una.
El
corredor, denominado South East Valley pues está orientado al sudeste, está
limitado por una especie de vaga arista en la parte sur, nuestra izquierda, en
la que primero aparecerán algunos resaltes magmáticos y posteriormente se
colgará una lengua del Glaciar de Rebmann y a nuestra derecha o zona norte
queda limitado en su parte baja por un crestón, la Red Wall a la que no le veré
su anunciado color rojo y que a medio corredor se difumina bastante.
Tramo final a la Cima del Kilimanjaro.
La
temperatura no creo que vaya más allá de diez bajo cero, lo que es un auténtico
chollo y solamente algunos tramos un poco más ventilados nos quieren enfriar
las manos. Pole, pole, comenzamos a pasar a alguna cordada sin prisa.
El
camino es monótono empezamos a visualizar la lengua Glaciar de Rebmann y nos
decimos que pronto estaremos por allí. Alrededor de las tres menos cuarto
paramos a echar un trago de té sin ganas
comentando el fresqui de las manos. La izquierda la llevo de cine pero
la derecha con la que llevo el bastón me la está enfriando la brisilla. Es una
de las razones por la que no me gustan los bastones.
Con los guías en la Cima del Kilimanjaro.
La
noche es larga, continuamos sin referencias y de cuando en cuando adelantamos a
algún grupo. Un rato después me decido a poner los cubreguantes pues he
prestado los que llevo para esquiar. Me ayuda Juan pero no hay forma de meter
cada dedo en su sitio. De cualquier manera me van entrando en calor los dedos y
me costará cuatro intentos conseguirlo. Entre tanto he plegado el bastón y lo
he metido en la mochila lugar de donde no tendría que haber salido en toda la
noche. Rosa lleva las dos manos frías pero sin más.
Ya
muy arriba el glaciar que hemos visto toda la noche ha desaparecido, subo pelín
tocado más por el contratiempo de las manos que por otra cosa. El ritmo sigue
tranquilo pero seguimos adelantado a cordadas con pocas ganas de subir, la
gente está prácticamente parada.
La Cima del Kili y los Hielos de la Cathedral.
Unas
rampas muy terrosas nos permiten adelantar, a sugerencia del guía que lleva a
Rosa detrás, a unas últimas cordadas e inmediatamente alcanzamos la arista que
se dibujaba hace tiempo a nuestra derecha. El camino que se ha acostado algo,
finalmente se allana en Stella Point delatado por el cartelón de tablas. Son
las seis de la mañana y el día quiere clarear.
Estamos
a 5739 metros de altitud aunque creo que está más alto; y junto al cartelón
contemplamos la Nordeste del Kilimanjaro asalmonada por los primeros rayos de
sol de la mañana que fotografío. También y debajo de nosotros se encuentra la
enorme y amable cubeta del volcán.
Una de las Lenguas de Hielo del Glaciar de Rebmann.
En
esos momentos y tras hacernos una primera foto que saldrá muy borrosa se me
pasa la tontera que llevaba y como si fuera a cambio, a Rosa que ha subido sin
notar nada en absoluto le viene una arcada y empieza a vacilar como un
submarino debajo del grifo.
Paramos
un poco pues ella no es consciente de cómo se encuentra y esperamos que sea
algo pasajero. De cualquier forma y tras hacer alguna foto a una lengua Glaciar
próxima y perteneciente al Glaciar de Robmann continuamos adelante pues la cima
está todavía algo distante.
Casquete Somital del Kilimanjaro desde cerca de Stella Point.
Juan marcha delante a probarse y nosotros
continuamos suavemente un tramo de camino prácticamente plano. No creo que
remontemos más allá de 50 metros en total, pero si las cotas no mienten serán 150
metros. De cualquier forma la cojo del brazo y continuamos recomendándole que
camine despacio y que respire profundo con el objetivo de oxigenarse un poco.
Hay algunos que están perfectamente y
algún que otro al que lo llevan. Es normal y algunos de los que hemos
adelantado seguro que no llegan arriba.
La Cima del Kili era el objetivo.
Emplearemos media hora en alcanzar la Cima
del Kilimanjaro situada a 5896 metros de altitud pues son las siete menos
cuarto de la mañana momento en que le doy las gracias a mi chica por el
esfuerzo que ha hecho. Es nuestro techo de altitud y ¡Misión cumplida!
Nos reunimos con Juan en medio del
grupillo de gentes que también ha llegado y que hacen cola para hacer las
consabidas fotos de cima. Luego de esperar turno también nos toca. El cartel de
cima dice: Mount Kilimanjaro. Congratulations, you are now at 5895 m./19311 ft.
Afrikas highest point…
Volviendo hacia Stella Point.
Esto es nuestro Kilimanjaro. Es una
montaña grande a la que se puede subir un poco por cualquier lado con dos
dificultades importantes: una que tiene muy poca agua y otra que consiste en su
altitud. No se sube igual de los 2000 metros a los 3000 que de los 5000 metros
a los casi 6000. El primer dato dificultaría mucho la ascensión por libre que
requeriría conocimiento del terreno concreto y que no se puede hacer por libre y el segundo
avalaría la tesis del “pole, pole.”
No me gustaba ni me apetecía el Kili gran
cosa y la experiencia confirma mi opinión. No estoy cansado pero sí carente del
ímpetu que normalmente me caracteriza, supongo que a consecuencia de la baja concentración
de oxígeno en sangre. Eso como casi todo se puede entrenar y mejorar pero no es
el caso en una montaña de sube y baja.
Despedida a las Torres de Hielo del glaciar de Rebmann.
Un rato después iniciamos el descenso
llenándonos de imágenes: en el extremo norte de la cubeta del volcán aparecen
discretos los torreones de hielo de La Cathedral
y al sudoeste las varias y alargadas lenguas glaciares del Glaciar de Rebmann
en los dos casos nos sorprenden puesto que esperábamos los extremos de los
glaciares con nieve que pierde espesor hasta desaparecer y aquí terminan formando
pared cortada a pico de varios metros de altura.
La boca del volcán es una elipse de
enormes dimensiones con una profundidad que no pasara de 50 metros respecto de
los bordes de la misma y toda ella está llena de materiales terrosos
completamente meteorizados.
En Stella Point con el Kili detrás.
De Stella Point a la Cima hay un par de
pequeños promontorios: H. Meyer y Elveda Points de cotas ligeramente inferiores
al Uhuru Peak o Kibo.
Contemplamos el Mawenzi perteneciente al
Parque Nacional del Kilimanjaro al contraluz de la mañana y no veré llegar a
nadie por la Vía Marangu cuyo acceso al cráter es al este de Stella Point
compartiendo tramo final de camino, ni tampoco veré el Glaciar Ratzel.
Descendiendo la parte alta del Corredeor Sudeste del Kilimanjaro.
Llegados a Stella Point hacemos alguna
foto de despedida y nos echamos para abajo por un arenal desértico y absolutamente
suelto que la gente baja por cualquier parte deshaciendo en una buena parte el
camino que hemos pisado en el ascenso.
Rosa que sigue algo tocada marcará el
ritmo al igual que en la subida para irse recuperando poco a poco y volver a su
normalidad a media pared.
El Cordón de las Rocas Rojas visto desde arriba.
De
allí para abajo sin prisa pero sin pausa y con algunas paradas para ir quitando
ropa, desandamos camino dejando que la vista conozca lo que no hemos visto en
la subida nocturna.
A medio descenso echamos un trago de té
pues ya nos apetece y dejamos que se vaya consumiendo la ladera con la vista
puesta en Kosovo y Barafu. En la parte baja de la misma hasta se nos hace algo
de calor en otro día espléndido y similar a los anteriores.
Una vista bastante completa de Barafu Camp.
Son las nueve y media de la mañana cuando
llegamos a Barafu Camp. Nos esperan con un enorme zumo que bebemos con gusto.
Nos dicen que disponemos de tres horas para descansar en lugar de la hora
prevista pues vamos sobrados de tiempo.
Vista atrás desde Kosovo Camp.
En la tienda al sol de la mañana se hace
calor y no podemos dormir aunque nos lo propongamos. Al rato aparecen las
nieblas, se está mejor pero ya es igual dormitaremos y descansaremos algo hasta
que nos liamos a recogerlo todo con cuidado y pensando en lo que vamos a
utilizar en el safari que vendrá a continuación.
Iniciando el descenso hacia Millennium Camp.
Las nieblas poco después comenzarán a
precipitar y los granitos de hielo seco golpearán pertinazmente las lonas de
nuestras tiendas.
Alrededor de las doce y media nos sirven
la comida que malcomemos sin apetito y puesto que la precipitación continúa un
buen rato y nos esperan unas cuantas horas de descenso decidimos ponernos los
pantalones cortavientos y las capas y de esta manera que caiga lo que quiera.
Una de las muchas camillas de rescate que veríamos en el descenso.
Alrededor de la una y media nos ponemos cuesta abajo. Hay poca
visibilidad pero no es problema con el camino de que disponemos además de que
los guías lo conocen de memoria.
La Ruta Mweka arranca de Barafu y
desciende al sur enseguida por una
planicie articulada con algunos resaltes. Bajado uno un poco más consistente
nos encontramos con algunas camillas con ruedas dejadas allí. Con ellas se evacua
al personal que no se encuentra en condiciones y que debe ser bastante pues hay
un buen número, ya que se trata de la ruta más directa y por tanto más rápida.
Cartel en sentido descendente en Millennium Camp.
Estaremos sobre los 4200 metros de altitud y son poco más de las dos.
Las nieblas se aclaran un poco y deja de
precipitar con lo que en un largo dorso subsiguiente nos quitamos pantalones y
capas y proseguimos para abajo en un día algo más agradable. La meteorología
cambia mucho con la altitud.
Por este camino bajan los que tienen algún problema y los que no.
Alrededor de las dos y media pasadas
alcanzamos Millennium Camp situado a 3950 metros de altitud En el cartel lo
nombra como High Camp. A partir de aquí las nieblas se apartan algo, incluso
poco más adelante hasta entreveremos la Cima del Kili.
El Kili desde Millennium Camp.
A partir de aquí el camino transitadísimo
es más amplio además de que desciende con garbo incluso en el tercio final
aparecen continuos escalones en los que los porteadores sufren bastante.
Nosotros bajamos bien a pesar del importante trabajo del día y nos cruzamos con
muchos porteadores que subirán a Millennium pero no vemos prácticamente
trekinistas.
El camino de Millennium a Mweka es muy inclinado y con bastantes pequeños saltos.
En la parte final nos cruzamos también con
porteadores que suben a por agua de una fuente anunciada.
Son las cuatro de la tarde cuando llegamos
al Emplazamiento de Mweka Camp situado a 3100 metros de altitud.
Una nueva invitada cerca de Mweka Camp.
El campamento es un cámping cochambroso, desarticulado y recorrido por una pista central. Tiene basura por todas partes
y está algo húmedo. Nuestras tiendas las están montando en medio de una masa de
arbolado excesivamente presionado. Los aseos de obra están bastante cochinos
pero debemos estar un número importante de pernoctantes.
Mweka camp es muy grande y está lleno de basura y húmedo.
Aquí terminamos nuestra jornada con unas
cifras mareantes; hemos subido 1220 metros y bajado 2800 metros recorriendo 17
kilómetros en total si hacemos caso a los carteles institucionales de los
campamentos. Nuestra impresión es que hemos recorrido más distancia pero… es lo
mismo.
Ruta Machame. Treking del Kilimanjaro.
Nosotros no somos amigos de las propinas
de hecho personalmente me alegré mucho en el momento que la gente dejó de
hacernos regalos pues teníamos nuestro sueldo y nuestro trabajo era nuestra
obligación. Pero sabíamos que nos metíamos en un lugar edificado en base a dar
propinas y a pesar de nuestra filosofía también lo íbamos a hacer.
Sería al día siguiente, ultimo del
treking, y pretendíamos recompensar por igual tanto a guías como a cocineros o
porteadores entendiendo que todos cumplían con su trabajo, cosa que
contravendría la costumbre anunciada de graduarlas.
Perfil Ruta Machame etapa 5. Ascenso.
Para ello nos metemos en la tienda al
objeto de prepararlas y es entonces cuando advertimos que había desaparecido
dinero de tres paquetes que llevaba Juan en su mochila. En dos de ellos
faltaban unos dólares en cada uno y en el otro unos euros. Parece ser que algún
“manos largas” se había cobrado la propina por adelantado y desde luego, como
le diría a Buhembo posteriormente, había tenido que ser alguien del equipo y
durante los periodos en los que permanecíamos en la tienda comedor.
Esquema del Descenso etapa 5.
No nos gustó que nos hubieran sustraído
cerca de 500 dólares y mucho menos que el tema pudiera estar institucionalizado
pero tampoco íbamos a permitir que un garbanzo negro estropeara un cocido más
de lo que pudiera estar estropeado.
Alrededor de las siete y media, ya de
noche, cenamos y a las ocho y media nos empiltramos liquidando una jornada
enorme en la que hemos caminado durante doce
horas.
Enhorabuena a l@s tres!.
ResponderEliminarMenudo madrugón, un poco más y no os echáis a dormir!. Tengo que decir que no me ha gustado la planificación del treking, quizás se podía haber echo alguna ruta más larga (2x1), para luego en la etapa final de subida al Kilimanjaro, poder hacerla de día (madrugando pero a una hora más tardía), y dormir en el Barafu Camp. De está forma se puede disfrutar más de la ascensión final.
A Rosa en la foto de la cima, no se le ve muy buena cara, el tramo final lo debió pasar mal, pero bueno, en cuanto se pierde altura normalmente mejora el cuerpo. Las fotos de esas Torres de Hielo del glaciar de Rebmann, son espectaculares.
Después de tantos días, es una pena que se produzcan esas "sustracciones", a parte del dinero, causan muy mal rollo, nada más que os disteis cuenta al final del treking, porque si es al inicio, buff ...
Un saludo
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarEl Kilimanjaro... no fue nada especial ni muy montañero pero al fin proporciona cierto valor.
El trekin es algo enlatado y si quieres lo tomas o si no lo dejas. Nosotros advertimos previamente que éramos montañeros pero no sirvió de nada. Está preparado para que los frikis sin condiciones montañeras intente la cima sin que haya demasiados "muertos" que podrían malograr el negocio.
La panificación fue larga dentro de los parámetros que manejan ellos y nosotros la apceptamos pensando en que podríamos actuar con libertad por nuestra cuenta y añadir alguna cosa más durante el camino. Nos pasó por la cabeza al mal de altura y la posibilidad de que nos afectara a nosotros como le puede pasar a cualquiera ya que nunca habíamos pasado de la altitud del Montblanc y bueno, nos tiramos al charco para asegurar la cima.
Conseguimos hacer dos etapas en una sin ningún esfuerzo especial pues íbamos muy entrenados y pudimnos descansar más que suficiente para la jornada de cima, cuyo ascenso está programado para hacerse de noche y darle morbo al asunto.
Rosa subió muy bien pero en Stella Point se mareó instantaneamente pero sin más y quizás me preocupó más a mí que a ella haciendo sima sin problema.
El poco hielo que queda es espectacular por las formas pero ni soñar en acercarse pues todo está prefijado.
El robo de la pasta me creo que estaba organizado e institucionalizado pues no reo que sea posible hacerlo desde fuera del equipo y no deja de ser más que un pequeño hecho desagradable.
La experiencia tal y como nos la montamos tuvo su interés y bueno, allí queda
¡Que vaya bueno!