Alzórriz, Sudoeste de Izaga, Pista de
Zuazu, Ermita de San Miguel, Cimas de Izaga, Gambella y Santa Agata, Arista y
Cara Sur de la Sierra.
02-02-2024.
Salida 10 h. llegada 15:45 h.
Mixto.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
No
nos prodigamos gran cosa por Navarra pero aunque sea de higos a peras vamos.
Hoy 2 de Febrero de 2024 vamos a tratar
de hacer una circular a las Peñas de Itzaga o Izaga.
Que
sepamos a Izaga se sube o desde Zuazu o desde Alzórriz aunque seguro que habrá
otras vías de ascenso para especialistas locales, nosotros lo haremos
desde Alzórriz que nos viene más cómodo.
Cuando
salimos a las diez de la mañana desde la parta alta del pueblo a 650 metros de
altitud en el amplísimo Valle de Ibagoiti, al este de Pamplona, nada más
echarnos a andar un cartel nos envía a un camino, el de nuestra derecha, de los
dos en los que se abre y avanza al nordeste en suave ascenso y en busca de un
claro bosque arbustivo en el que predomina el boj.
El
camino no demasiado amplio, está transitado y algún senderista local le ha
hecho una limpia, al paso, con pequeña tijera de podar; enseguida asciende
pequeñas gradas rocosas introduciéndose en un bosquete de boj entre campos de
cereal.
La
mañana está ligeramente fresca, muy buena para caminar aunque en las cumbres de
nuestro alrededor aniden nieblas que esperamos serán desalojadas por el sol.
Subimos
un vallecillo a la sombra de la mañana al encuentro de un pequeño collado al
que está llegando el sol. Desde allí el camino marcha en busca de un
contrafuerte que llevamos a nuestra izquierda y que se confirmará como la
Arista Oeste de Izaga.
No
lo coronamos sino que avanzamos paralelos y en ascenso ya por su ladera soleada
en la que hay instalado un bosque mixto seco, no demasiado espeso, que en su
día fue devorado por algún incendio y en el que el camino progresa con
facilidad hasta alcanzar la cabecera del mismo y la pista que sube desde Zuazu.
Son las once y cuarto
Desde
allí y visualizando la Ermita de San Miguel proseguimos suave ascenso con una amplia revuelta que nos dejará en las
inmediaciones de la ermita, un enorme caserón de piedra sin concesiones a otro
material y situado a 1230 metros de altitud.
Son
las once y media y al sol que se quiere colar por entre las nieblas nos
sentamos en la puerta de la ermita a echar un bocado. Un cuarto de hora después
nos reorientamos al este y continuamos ascendiendo hacia las nieblas que cubren
el casquete somital del pico y cruzándonos con algunos que bajan.
El
camino transita un corto praderío que se desarrolla entre matas grandes de boj
y con sustrato de conglomerado y un cuarto de hora después alcanzamos la
despejada y amable Cima de Peña Izaga situada a 1360 metros de altitud.
Hay
un vértice geodésico sobreelevado y un pequeño elemento conmemorativo montañero
junto a los que nos hacemos una foto vestida de nieblas claras. La Higa sigue
con gorra y poco más podemos ver; así que cinco minutos después y ya que no he
llegado mal hasta aquí, decidimos continuar con la circular si es que sabemos
hacerla.
Para
ello hay que proseguir al este en un descenso de un par de resaltes suaves sobre praderío, masas de boj y conglomerado
emergente en el que se desarrolla un caminillo marcado con hitos de piedras.
En
algún momento las nieblas que quieren clarear nos permiten ver nuestra
continuación cuyo punto final en la arista no está ni cerca ni lejos pero al
que habrá que añadir luego una larga vuelta por la ladera sur de la sierra.
Perderemos
alrededor de 150 metros que recuperaremos parcialmente para alcanzar la Cima de
Gambella situada a 1256 metros de altitud y señalada con un poste de hierro y
un cartel carente de significado para nosotros.
Son
las doce y media pasadas y en la alomada cima poco tenemos que hacer que no sea
continuar al este desde la herbosa cima a la que le aparecen paredes en su
vertiente norte que no necesitamos tocar ya que nuestro camino se ahonda al
este siempre a salvo de las paredes aunque nos acerquemos a ellas en algún
punto.
Perderemos
alrededor de 100 metros hasta el collado de separación y remontaremos algo
menos para alcanzar la Cima de Santa Agata situada a 1208 metros de altitud
siempre guiados por hitos y balizas de pintura.
Es
la una menos diez y en la misma cima nos damos de narices con un paredón de
conglomerado que corta la arista de nordeste a sudeste y buscamos alternativa
al norte que no vemos ya que hemos llevado la arista cimera de paredes. No nos
queda otra que volver a los hitos del camino que nos han traído hasta aquí y
echar imaginación al sudeste: de un hito poco significativo arranca una
imperceptible senda que marcha dando quiebros junto a la pared, pero hay que
entrar pasa saber que allí hay un camino.
No
tenemos duda aunque el tramo inicial poco o nada tenga que ver con el camino
que nos ha traído hasta aquí ya que tras
descender algunos pequeños escalones se derrumba para abajo en una serie de
toboganes terrosos en los que bien se nos vale de los bojes que utilizamos como
presas de manos.
Luego,
paulatinamente el camino pierde pendiente y gana amabilidad introducido en un
bosque mixto seco en el que seguiremos gracias a hitos dispersos de piedras que
no debemos perder a ningún precio.
Descendemos
casi al sur hasta alcanzar unos llanitos de praderío en los que perdemos y
recuperamos el camino lo que nos puede poner en problemas aunque ya hemos
girado al oeste que es nuestra teórica ruta de vuelta.
Estamos
sobre los 1000 metros de altitud, Sata Agata se ha quedado algo arriba y
estamos en su cara sur sin camino confirmado por hitos, cuando aparece una
viejísima pista posiblemente utilizada
en las tarreas de repoblación del pinar
y con ella proseguimos sobre un camino de animales establecido en la
misma que nos puede servir.
En
la parte alta, a nuestra derecha, la ladera está vestido por un bosque natural
de carrasca y a nuestra izquierda, por debajo se asienta el pinar de
repoblación mientras que nosotros seguiremos la trocha de las yeguas en
alrededor de un par de kilómetros muy llanos para desembocar en otra pista con
algo de tránsito que seguiremos al oeste para pararnos a comer cuando son las
dos y cuarto. Estamos al sur de Gambella.
Me
tomaré un pildorazo pues creo que me irá bien y proseguiremos para entrar en un
barranco húmedo destrozado por los maderistas. Luego salimos del mismo para
atravesar un par de porteras de ganado. Tras la segunda un tramo más de pista
nos permite cierta visibilidad.
La
línea de alta tensión va un poco más alta que nuestra trayectoria y con ella
nos reorientamos ya que ha de pasar por las inmediaciones de Alzórriz. Para
ello atravesaremos por la orilla de un largo campo de labor dejando que la
pista que llevábamos siga al sudoeste. Nuestra dirección oeste es la que nos
tiene que llevar a nuestro objetivo final.
Terminamos
el campo y salimos a una pista de servicio que seguiremos para avistar poco
después la carretera que sube al pueblo y enseguida llegarnos al mismo con
ganas cuando son las cuatro menos cuarto. Han sido al final 19 kilómetros
largos y sobre 950 metros de desnivel acumulado, la circular se ha hecho un
pelín larga sobre todo por la incertidumbre de la vuelta.
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