El Teide desde encima de AltaVista.
Playa del Socorro, Icod Alto,
Piedra de los Pastores, Llano de los Guancheros, Refugio Altavista y Lomo
Tieso. Descenso a la Pista de Montaña Blanca.
04-07-2008.
Salida 06 h. Llegada 11 h.
Bastante fácil.
2 días.
Ascensión.
Mapa del Teide Sección norte procedente de publicidad. Vía en rojo.
Sección Central.
Sección Sur.
Al
Teide no se va por casualidad. Hay que ir a la Isla de Tenerife, y no es precisamente el
Prepirineo.
Por
razones que no vienen al caso iríamos inicialmente a Tenerife para pasar ocho
días. Serían de playa y en Tenerife está el Teide.
Al
Teide se puede subir al estilo “guiri”, el teleférico te deja a 3550 metros de altitud
con lo que resta una “enorme” ascensión de 168 metros de desnivel
pues, no en vano, se trata de la mayor altitud de España.
Conocía
la opción más común y decididamente montañera que consistía en partir del
aparcamiento de vehículos bajo la Montaña Blanca , situado sobre los 2350 metros de altitud
y primero por pista y luego por camino ascender
por encima de los 1400
metros de desnivel. Esta opción podía realizarse de
noche con lo que se podía llegar a la cima para contemplar el amanecer.
También
conocía la llamada Ruta 0-4 que suponía el reto de ascender desde la playa a la
cima, lo que suponía un ascenso mínimo de 3718 metros de desnivel
y esas ya eran palabras mayores a pesar de contar con el refugio Altavista
situado a 3259 metros
de altitud.
¿Y
cómo pretendía hacerlo yo? Pues muy sencillo: haríamos la Ruta 0-4 pero de tacada y
pasando del refugio para ver el anochecer en la cima, vivaquear allí y ver el
amanecer. Rosa, cómo no, se pone por las nubes, y yo, una vez más, me tendría
que ganar el cielo.
El
30 de Junio nos vamos a Madrid y el 1 de Julio volamos a Tenerife… Puerto de la Cruz , ya hemos visto nuestro
objetivo.
El
día 2 tomamos la guagua y nos vamos hasta la Playa del Socorro. Quiero reconocer el camino en
lo relativo a la salida de la playa puesto que me parece lo más complicado de
la actividad. Rosa se queda en la playa y yo con una mochila pequeña me marcho
de reconocimiento.
Dispongo
de algo de información que he sacado de Internet, especialmente la que me ha
proporcionado mi amigo Balaitus. Lo había hecho el año pasado y la localicé en
pirineos3000. Había colgado un montón de fotos y finalmente terminé poniéndome
en contacto con él, vía particular. Además me facilitó unos enlaces de Miguel
su amigo canario.
Entre
fotos y planos de detalle y un librillo de excursiones en Tenerife que me
facilitan compuse un mapa de escala 1:20.000 con casi toda la ruta. Creo que
cuento con información suficiente.
La
estrategia era simple: ir al amanecer al punto de partida en la Playa del Socorro y llegar a
la cima antes de anochecer. Eran 3718 metros de desnivel para los que teníamos
suficiente tiempo con todo el día. Dormiríamos arriba, veríamos anochecer y
amanecer para luego tomar el teleférico en descenso, pues suponíamos que
estaríamos muy cansados como era lógico.
A
pesar de ello y como opción b, suponiendo que el calor nos atacara más de la
cuenta, podríamos parar y continuar el ascenso de noche. Si nos iba todavía
peor teníamos permiso de ascensión de 9 a 11 de la mañana para el día siguiente. Se
trataba de un margen que consideraba excesivo pero allí estaba a nuestra
disposición. Para ello íbamos a llevar material de vivac, comida y agua desde
abajo, pasando del refugio, del que teníamos regular información.
En
poco más de hora y media, con embarque inicial aunque breve y algunas dudas
hasta alcanzar el Barrio de Tigaiga, alcanzo el Mirador de la Corona guiado bastante bien
por las indicaciones que poseo pues el camino no está balizado en modo alguno.
Además localizo la Fuente
de la Corona
de la que, un abuelo me confirma, que es buena para beber y, allí recogeremos
una parte del agua necesaria, no me fío del todo.
No
puedo sacar demasiadas conclusiones para la marcha real puesto que ni el peso
ni la hora serán los mismos, a pesar de ello, si que creo que nosotros podemos:
estoy seguro.
El
Puerto de la Cruz
está en la costa norte de la Isla
de Tenerife. Los vientos alisios al chocar con la ladera norte de la montaña
hacen algo similar a lo que sucede en los Pirineos: originan nubosidad de
retención que mayoritariamente se suele estacionar de los 800 a los 1500 metros . Lo sabía,
y hoy las he dejado ligeramente por encima de los 800 metros de altitud,
pero no creía que sucediera tan
asiduamente. El pico solamente lo veremos un día desde la playa. También lo
vimos a la llegada a la isla pero estábamos en el sur.
El
Valle de la Orotava
suele estar cubierto y el cierre oeste del mismo que es por donde vamos a
subir, también.
El
día 3 nos vamos hasta la parada de los taxis, próxima. Hemos decidido ir en
taxi hasta la misma playa puesto que a pesar de que la guagua sale a las seis y
tarda prácticamente lo mismo que el taxi sin tráfico, nos deja en la carretera
y hay que bajar 100
metros de desnivel con lo que perderíamos un cuarto de
hora. Hay que cuidar al “coco” para que todo salga de manera aceptable.
El
viernes 4 de Julio de 2008 llega a las cinco y media de la mañana. Desayunamos
y a las seis estamos en la parada de taxis de la Estación de guaguas. Es
todavía de noche, no hay ningún taxi pero inmediatamente llega uno. Quince minutos
después nos deja en la Playa
del Socorro.
En la Playa del Socorro.
Bajamos
las escalinatas hasta la arena, hacemos una foto nocturna todavía, ponemos el
altímetro a cero y… ¡Adelante! El Teide nos espera.
Son
las seis y veinte, la única carretera de salida de la playa lo hace en fuerte
ascenso y en dirección casi este, hasta que se divide en las proximidades de la TF 5., para incorporarse a la
misma o pasar por debajo y hacerlo en sentido contrario. Como no hay demasiado
tráfico nos incorporamos directamente hacia
el oeste sin pasar por debajo y 100 metros más adelante,
cruzamos la misma justamente en frente del lugar donde hay que abandonar ya la
carretera.
Camino de las Vueltas de Icod.
En
dirección sur arranca de la carretera una pista de tierra muy suelta que da
acceso a una serie de platanares escalonados al lado derecho de la misma
teniendo al otro lado una ladera prácticamente inculta.
Desde Icod Alto.
Empieza
a ser de día y, enseguida, comienza a ascender,
llega a un depósito de agua vallado y tras una fuerte lazada alcanza la
casa más baja del Barrio de Tigaiga, en el lugar donde charlé con sus ocupantes
y acabaron la mayor parte de las dudas el día del reconocimiento.
La
pista continúa ahora asfaltada, en fuerte ascenso, en dirección sur y por medio
de fincas de cultivo que riegan por goteo. Se trata de una largada interesante
que cruza la carretera entrando de lleno en el barrio.
Inmediatamente
al otro lado de la carretera hay una pequeña capilla y frente a ella giramos al
sudeste y continuamos por una calle que cuenta con un par de rellanos. Nos
conduce a otra capilla, actualmente vallada por una obra y es allí donde
giramos de nuevo al sur e iniciamos el Camino de las Vueltas de Icod el Alto al
que un cartel, más adelante, llama Camino del rey.
Se
trata de una estrecha pista empedrada que inmediatamente se cierra al tráfico
de vehículos y se empina como solamente lo hacen los viejos caminos que tratan
de abreviar. Se cumple la primera hora de marcha.
Vuelta
a vuelta el camino gana altura de manera
consistente sacándonos del “falso rellano” de Tigaiga, nos permite contemplar
el camino realizado y nos aproxima a la Carretera de Icod el Alto.
Llegamos
a ella por encima de unas obras de mejora pero sabemos que hemos de caminar en
ascenso por la misma alrededor de un kilómetro, hasta casi alcanzar el
restaurante del Mirador del Lance a 560 metros de altitud.
Las
obras han actuado a ambos lados de la carretera pero no han modificado el
camino que parte 150
metros antes del restaurante, desde la carretera en
ascenso de nuevo hacia el sur.
Aparece el Teide.
El
camino poco transitado incita a la duda resuelta el día anterior, pero
inmediatamente gira dos veces seguidas a nuestra izquierda y se orienta de
nuevo al sur a través de una empinada calle, no demasiado rectilínea, que
atraviesa el Barrio del Lance. La carretera sigue en ascenso ahora más suave
saliendo del barrio, nos muestra el Teide en la distancia, pasa junto a una casa y enseguida, un camino
a nuestra izquierda, transita por delante de una última casa que fue donde
charle con el dueño de la misma acerca de las fuentes de la zona y se va
directamente hasta el Mirador de la
Corona.. .
Nosotros
no tomamos ese camino sino que proseguimos por la carretera, pasamos junto a
una capillita y enseguida alcanzamos la
valla de madera que protege el acceso a la Fuente de la Corona o Dornajito, a la
derecha de la carretera, cuando van a ser las ocho.
Hemos
subido con tres litros y aquí cogeremos tres litros y medio más. Creemos que
con ello será suficiente.
La fuente, más
que manar, llora el agua, con un chorrín desconsolador. Calculo que el
aprovisionamiento se nos llevará por encima del cuarto de hora y por lo tanto,
propongo aprovechar el tiempo y comernos unos mini bocadillos a la vez que
echamos un trago de agua pero sin pasarse, cuesta tanto rellenar…
La mañana ha
salido sin nubosidad, ni por abajo ni por arriba de momento. Nos han anunciado
un buen día que no sabemos en qué consistirá. De momento hemos sudado pero es
que el ritmo sin correr ha sido interesante.
Volvemos a la
carretera y en el cruce con la que sube de Icod el Alto por el oeste nos vamos
para arriba. Enseguida llegamos al inconfundible Mirador de la Corona situado a 760 metros de altitud
cuando son las ocho y veinte de la mañana.
Antenas
varias, saltaderos de parapentistas, capillita, mirador, Valle de la Orotava … No les dedicamos
ni un solo instante. Rosa enfila la pista terrosa de salida en dirección norte
por la parte izquierda de la ladera y para arriba saliendo de las últimas
terrazas cultivadas y entrando en un bosque tipo laurisilva a través de la cual
se va a desarrollar, durante un buen trecho, nuestro camino.
La pista
terrosa y húmeda en la que localizo huellas recientes de ascenso peatonal y que
ha sido transitada por algún coche, es en realidad un cortafuegos que sube
directo por la parte este de la ladera, atajando las lazadas de la pista que
sube por el oeste.
Pasamos junto
a la Fuente de
Pedro, también a la derecha de nuestro camino, decorada con hortensias al igual
que la otra y de la que nos dirán que regatea también el agua y enseguida
alcanzamos el Mirador del Asomadero. Allí hacemos una foto y nos asomamos al
valle de la Orotava
inusualmente limpio de nieblas que hace rato se han bajado a bañar a la playa.
Estamos a 1087 metros
de altitud.
Abunda el
laurel, el brezo de tamaño considerable, el tamarizo, el eucalipto, el enebro,
la retama y el helecho acompañado de algunos musgos y líquenes en las zonas más
húmedas y sombrías. Además de la presencia de una importante profusión de
especies que no conozco, especies que capturan agua y que retienen entre sus
hojas propiciándonos un ligero remojón en un trozo de camino estrecho por el
que el autor de las huellas no ha pasado ya que las telas de araña así lo
señalan.
Nuestro camino
coincide con la pista y con el caminante. Se trata de José Luís, un pamplonés
que se ha “bailado” los Sanfermines y que se ha venido por aquí con la
intención de reconocer para posteriormente subir al Teide desde la Playa. Maneja una
información similar a la nuestra.
Ha salido de
Icod el Alto, quiere ir hasta el Portillo y charlamos con facilidad puesto que
nuestras filosofías sobre la montaña son muy parecidas. Lleva un poco de menos
ritmo que nosotros entre fundamentalmente porque su objetivo para el día es
menos ambicioso que el nuestro. Nosotros atemperamos ligeramente la marcha y
subimos charlando muy a gusto. Nos interesa especialmente puesto que nos ayuda a evadirnos del camino y
dejar que el piloto automático funcione, cosa que hoy será especialmente
necesario.
A pesar de
ello continuamente controlamos el camino pero solamente al principio puesto que
luego, pillado el truquillo, hay que ir siempre por la izquierda que casi
siempre es lo más empinado.
No debemos pasar
por el Crucero de Corral Quemado y sí localizamos el caminillo que se va hacia
el área recreativa de Chanajiga. Tampoco localizamos la Choza Viera y Clavijo,
pero poco después alcanzamos el enclave de la Piedra de los Pastores situada a 1602 metros de altitud
y charlamos brevemente con un empleado del parque que nos lo confirma aunque no
sea necesario. El lugar conoció tiempos mejores.
Más arriba de la Piedra de los Pastores.
Atravesamos la
pista que va de izquierda a derecha y seguimos casi invariablemente al sur y en
ascenso aunque ahora bastante más suave.
Entramos a la
desoladora zona del incendio sobre la corona forestal en la que abunda el pino
canario y para que todo no resulte desagradable pues el paisaje ahora si lo es,
comprobamos que hay un número importante de pinos que están rebrotando por las
zonas altas de las copas.
Se hace un
poco de calor, echamos algún trago prácticamente sin detenernos y enseguida nos
ponemos de manga larga y nos calamos los sombreros de paja. La zona con
vegetación más reducida deja entrar bastante el sol.
José Luís
tenía idea de parar, pero viendo que nosotros queremos llegar hasta la Cruz de Fregel para hacer allí una buena parada, se decide a continuar ya que calculamos por
la altitud que no quedará más allá de media hora.
Sobre los 2050 metros de altitud
nuestro camino coincide con la pista y por ella, girando ligeramente al
oeste-sudoeste y ya muy llana nos aproxima al amplio collado que suponemos será
la Degollada
de la Fortaleza
también llamada la Degollada
del Cedro.
Cruz de Fregel.
Enseguida
avisto la encalada Capilla de la
Cruz de Fregel que reconozco de inmediato rodeada de pinos
que nos regalarán la última sombra antes de salir a la soleada Cañada de los
Guancheros.
La capilla
está en el mismo collado a 2084
metros de altitud. Son las once y veinte de la mañana,
llevamos 5 horas de camino y nos hemos subido 2100 metros lo que no
está nada mal y permite que vayamos descontando ya pues hemos superado la
mitad.
Soltamos las
mochilas y nos sentamos respaldados en los troncos de los pinos. Vamos a comer
tranquilamente y a descansar. Tenemos merecidas ambas cosas
Se había hecho
un poquillo de calor y ganas de parar últimamente y por ello agradecemos la
fresca sombra. Comemos y bebemos tranquilamente contemplando la Montaña Blanca y
los abundantes lagartos que han olido la comida.
El descanso se
agradece pero nosotros no somos dados a esto y a pesar de haber previsto un
periodo bastante más dilatado no estamos allí ni siquiera una hora. A las doce
y cuarto continuamos camino.
Teide tras la Cañada de los Guancheros.
Es un cruce de
pistas y caminos pero no hay duda, hay que bajar hasta la parte baja de la Cañada de los Guancheros.
La pista da una lazada larga para bajar 40 metros , pero de forma
directa y en dirección sudoeste, un caminillo nos baja a la zona arenosa de la
cañada.
Desde arriba
hemos localizado sobre la arena el camino que viene del portillo y se
orienta hacia el oeste transitando
paralela a los Riscos de la
Fortaleza y en dirección sur, aunque algo más débil, el
camino que se introduce en una zona de retamas y que, evidentemente, conduce
hacia Montaña Blanca de manera rectilínea.
Degollada Fortaleza desde el llano de los Guancheros.
Nuestro
compañero se viene con nosotros hasta Montaña Blanca en lugar de marchar
directamente al Portillo. Hacemos algunas fotos en el fondo y proseguimos
adelante hasta entrar inmediatamente entre retamas, lugar en el que comenzamos
a encontrar hitos de piedras. Nos pueden evitar alguna pequeña vuelta pero nada
más.
Tenemos
delante de nosotros una largada de alrededor de 5 kilómetros para la
que calculo entre hora y media o dos bastante complicadas pues se han terminado
las sombras. Se trata de un infierno esperado que parece confirmarse de
inmediato pues se nota como sube el calor por las piernas, pero el tema no irá
a más, por suerte. Vamos a comprobar de inmediato lo del buen día augurado.
En la zona del
incendio he querido advertir la presencia de una discretísima brisa que ya no
guardaba relación con la mañana. A la sombra de los pinos de la Degollada de la Fortaleza también movía
pero se trataba de un collado orientado de norte a sur. Ahora, entrados en la
zona de resecas retamas y tan pronto como salimos del puro fondo de la cañada,
la brisa entra del norte y aunque de manera intermitente pero decididamente
benévola nos va a acompañar en la parte más tórrida del camino y del día.
Retamas floridas y Teide.
Ascendemos muy
suavemente entre la Montaña
de los Tomillos al este y la
Montaña Negra al oeste aunque son prácticamente
imperceptibles.
En Medio del Llano de los Guancheros.
Una hora
después salimos de las retamas y entramos en una zona desértica de arenas
claras en relación con el oscuro tono volcánico general, es la Montaña Blanca y
encontramos los primeros Huevos del
Teide: bloques negros de basalto, de alrededor de 50 metros cúbicos ,
que debieron rodar cono abajo y en rellano se han quedado.
Tajinaste azul y Huevos del Teide.
Enseguida
localizamos la pista que conduce a la cima de la Montaña Blanca ,
viene prácticamente del sur atravesando entre Montaña Blanca y Montaña Rajada
pues ha nacido en la última zona de aparcamiento para vehículos.
Inicio del sendero de Lomo Tieso.
Nosotros
viramos un tanto al sudoeste bien orientados y alcanzamos la pista que
tentadora nos ofrece atajos. Sabemos que no estaba permitido transitar fuera de
los senderos autorizados pero no deben preocuparse demasiado por el tema ya que
adentrarse en un medio tan meteorizado y tan suelto es un suicidio seguro. No
es terreno para trazarse el camino en el que, se asientan algunos tajinaste
azules de considerable talla. Los guardas dicen que hay mucho más, lo que,
evidentemente, no discutimos
La pista
alcanza el Collado de Montaña Blanca para marchar hacia la plana cima pero unos
metros antes, estaremos algo por encima de los 2700 metros de altitud,
en un suave lomo en el que sigue corriendo la brisa paramos a comer otro poco y
a descansar. Son las dos menos cuarto y vamos muy bien aunque la sed comienza a
hacerse sentir. Hemos bebido poco intencionadamente.
Montaña Blanca desde Lomo tieso.
Media hora
después reemprendemos la marcha hacia el oeste y nos introducimos en el Sendero
de Lomo Tieso. El camino es inconfundible y transita una pared bastante
inclinada sobre la que desarrolla continuas zetas que facilitan el ascenso ya
que, a estas horas llevamos algo de tralla en las piernas.
Estancia de los Ingleses.
Enseguida
alcanzamos la Estancia
de los Ingleses, un pequeño rellano sobre los 2900 metros , en el que
hay unos huevos. Se puede descansar en alguna pequeña sombra y hay algún vivac.
Subimos con
ritmo que nos parece suave pero persistentemente, somos expertos y sabemos que
los 550 metros
que nos separan del refugio no los van a regalar. A pesar de ello el último
tramo se nos atraganta un pelín, bueno, es un pequeño peaje al día que
llevamos.
Refugio AltaVista.
A las cuatro
menos cuarto alcanzamos el Refugio Altavista situado a 3254 metros de altitud.
¡Ya queda menos!
El refugio es
de medianas dimensiones, está abierto pero con las dependencias cerradas a
excepción del salón. Luego llegará el guarda que es un funcionario del parque.
El refugio
pertenece a la Federación
de Montaña, no da de comer y solamente ofrece literas y mantas además de aseos.
Tiene una cocina libre muy bien montada y el mobiliario es estupendo. El tema
del agua lo tienen crudo pues la suben con el teleférico y la llevan de
depósito en depósito. La botella de medio litro vale 3 euros.
Charlamos con
el guarda que nos atiende muy amable y nos confirma que hay una sola guagua que
baja a las cuatro de la tarde.
No tenemos prisa en llegar a la Rambleta pues hasta las
cinco de la tarde no se marchan los guardas pero se nos va el tiempo sin apenas
enterarnos. A las cinco y media salimos de nuevo para arriba. Nos esperan otros
300 metros
para los que calculamos otra hora más.
El camino
continúa en dirección oeste, en constante ascenso y perfectamente arreglado, es
imperdible. Pasamos relativamente cerca de la cueva del hielo a la que no vamos
y finalmente, con ganas, tomamos el tramo último del camino que se arrellana en
dirección sur al encuentro de la estación superior de teleférico y de la Rambleta tas unos
pequeños sube y bajas.
A las seis y
media alcanzamos la cadena de la
Rambleta lugar en el que se establece el control de acceso a
la cima. Nosotros nos vamos hasta los edificios del teleférico. Todo está
desierto pero en la penúltima pilona hay unos operarios realizando alguna
reparación.
Subiendo el
último tramo se ha hecho calor pero nos ha seguido acompañando la brisa que
ahora a la sombra de los edificios resulta muy fresca.
Merodeamos un poco por los alrededores y
veinte minutos después pasamos la cadena de la Rambleta a 3550metros de
altitud. Aquí comienza el Sendero Telesforo Bravo de uso restringido. Se trata
de un camino perfectamente escalonado de manera artificial que recorre e fuerte
ascenso una clara arista bastante erguida en dirección noroeste.
Fumarolas.
Solamente hay 150 metros de desnivel
hasta alcanzar la parte sur del cráter que se hacen, aunque cortos, bastante
pesados y en los que notamos los vapores de azufre que vierten las fumarolas
del sur del cono volcánico. No hace falta decir que el Teide es un volcán
apagado pero con reducida actividad.
Llegando a la parte sur del cráter.
A las siete y
diez nos asomamos al cráter y por su borde este ganamos altura hasta alcanzar
la cima del Teide situada a 3718
metros de altitud. ¡Conseguido! Son las siete y cuarto.
Nos hace los honores un alemán muy amable que no habla nada de español pero que
nos hará un completo reportaje fotográfico.
Cima del Teide.
La cima del
pico es un doble promontorio de rocas claras al igual que todo el entorno
próximo. Corona un cráter un tanto elíptico
de entre 70 y 100
metros de diámetros y que tendrá una profundidad máxima
de alrededor de 40 metros .
Nosotros proseguimos por la parte alta del cráter en suave descenso hasta la
parte noroeste y por allí accedemos suavemente al interior.
La Fortaleza y el Picón.
Ligeramente al
noroeste de la cima, en un lugar en el que las emanaciones son mínimas y sobre
uno de los vivacs que hay decidimos quedarnos. Se trata de un rellano de gravas
amarillentas y cubiertas de polvo azufroso y que arrellanaré a mi estilo
dejando un lecho impecable para dormir.
Sombra vespertina del Teide.
Recorremos un
poco todo admirado un paisaje un tanto monótono con las nubes muy bajas que
cubren el mar, charlamos con Biola desde la zona orientada al teleférico, con
un sol radiantemente vespertino y una temperatura extraordinaria aunque
nosotros estamos un tanto destemplados.
Luego nos
bajamos a nuestro vivac, deshacemos las mochilas, cenamos y volvemos a la cima
para fotografiar la sombra vespertina
del Teide cuando se pone el sol.
Nuestro vivac en el Teide.
Baja un poco
la temperatura y no tenemos nada mejor que hacer, nos empiltramos. Son las
nueve y hay que descansar ya que, a mí al menos, sed no me falta. Beberé una
burrada. Rosa, en cambio no tiene sed.
Dormitamos el
anochecer que nos regala una noche, suavemente ventilada en la que nos acuna
una carpa espectacularmente estrellada. Algunas estrellas son como puños.
Disponemos de
calefacción central: Rosa en las piernas y yo en la espalda. A mi se me hace
hasta calor y, desde luego, nos salva el plástico ya que las emanaciones queman
los plásticos. Tendré cumplido testigo en la espaldera de la mochila y un
pequeño agujerito en mi saco de dormir.
A media noche
notamos alguna vaporada no demasiado molesta y el cielo pierde transparencia,
no sé si a causa de una cierta neblina de altura o consecuencia de la
proximidad del amanecer.
Amanecer desde nuestro vivac.
Sobre las seis
de la mañana, es de noche todavía, me levanto y me voy a la cima. Espero. Estoy
solo. Quiere iniciarse el alba.
Luego, en la
cima, vamos a recibir al amanecer y a los primeros que están llegando a la cima
entre ellos el alemán. La temperatura es estupenda.
Amanecer en la Cima del Teide.
Disfrutamos de
un amanecer espléndido y espectacularmente rojo a las seis y veinticinco de la
mañana. ¡Ha merecido la pena este amanecer!
Salida del sol en la Cima del Teide.
Charlamos con
el personal especialmente con un gallego que nos pregunta. Se ha enterado que
somos los del vivac.
El amanecer
culmina con la salida del rojo sol por el horizonte.
Luego recogemos
el vivac y nos volvemos con todo a la cima
Inciando el descenso.
Estamos de
cine, ni rastro de cansancio. Es extraordinario. Consecuentemente pensamos en
no tomar el teleférico y bajarnos hasta el aparcamiento de los coches y así
conocemos una zona más. Son las siete y media.
Boca sur del cráter.
La Cima del Teide desde la Boca Sur.
Bajamos el Sendero
Telesforo Bravo y nos llegamos hasta la Rambleta. Algunos
se van a esperar al teleférico que llegará a las nueve y nosotros nos vamos
hacia el refugio.
Un relajado
descenso nos lleva por camino conocido al Refugio Altavista cuando son las ocho
y media de otro espléndido día, hermano del de ayer.
No hemos
desayunado arriba, hemos comido alguna galleta de chocolate y lo vamos a hacer
a la sombra del refugio. Hemos conservado dos litros de agua para la vuelta y
nos hacemos un vaso de leche.
Montaña Blanca desde Lomo Tieso.
Media hora
después nos vamos para abajo. Delante de nosotros baja un montañero, es el
gallego con el que hemos hablado en la cima.
Comentamos que
tenemos la intención de llegar al aparcamiento y allí habrá que hacer dedo
puesto que la guagua no pasa hasta las cuatro de la tarde.
-Si queréis…
yo voy hasta el Puerto de la Cruz …
-¡Acongojante!
Pista de Montaña Blanca.
A ritmo y
conversando relajadamente nos liquidamos en Sendero de Lomo Tieso y tomamos la Pista de Montaña Blanca para
llegarnos hasta el lugar donde la alcanzamos ayer en el ascenso.
Luego la pista
desciende suavemente orientada al sudeste durante alrededor de 2 kilómetros para
girar directamente al sur y bajar alrededor de otro medio kilómetro y alcanzar
el aparcamiento de los coches situado a 2350 metros de altitud.
Son las once y cuarto.
Allí está la TF 21. y su coche aparcado. Nos
montamos y nos vamos hacia la zona del Portillo.
Creo que es
allí donde paramos pues Anxo Carracedo que así se llama, tiene hambre. Le
ofrecemos nuestra comida sobrada, nosotros tomamos una caña con limón, el un
café con leche y una pasta, invitamos y luego bajamos hasta el Puerto de la Cruz.
A las doce y
media nos despedimos en la zona de Martiánez y a la una menos cuarto estamos en
nuestro apartotel.
El Teide se ha
saldado con 3800 metros
de desnivel subidos y 1400
metros bajados y con una sencillez pasmosa. Rosa ha
quedado asombrada y encantada y yo con la frase que tenía para matar sus impenitentes
dudas: “Si algo sabemos hacer, es caminar”.
Para ver más fotos.
Para ver más fotos.
Si te gusta la naturaleza y las montañas sí o sí debes visitar el Teide. Yo subí a la cima hace unos dos años y fue una experiencia hermosa. Siempre recomiendo ir bien avastecido de agua y víveres porque en el Refugio de Altavista no venden nada. Solo brindan alojamiento y lugar donde calentar la comida pero vender nada de nada. Ver el amanecer desde la cima es un experiencia inolvidable. El paisaje es hermoso.
ResponderEliminar¡Hola Doria!
ResponderEliminarBueno, el Teide tiene sus encantos como los tienen todas las montañas. A nosotros nos motivo conocer un medio que no frecuentamos además de realizar la ascensión de manera continua de mar a cima.
Nosotros no contamos con el Refugio Altavista aunque pasamos por allí al comienzo de la tarde, estaba abierto y no vimos a nadie.Llevábamos todo lo necesario.
¡Que vaya bueno!
hola queria saber donde hicieron el vivac
ResponderEliminar¡Hola Criss!
ResponderEliminarEs un tema que preferiría comentártelo por Teléfono pues no me gustaría darle más publicidad. Facilítame tu teléfono o llámame. Te daré cuantos detalles precises.
¡Un saludo!