La Norte de Baciero.
Cabaña del Clot, cara norte, corredor noroeste, Collado de
los Pozos y Arista Este. Descenso por la arista este y Montaña de Gabás.
25-04-2010.
Salida 08 h. Llegada13 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Mapa de Baciero procedente de Prames. Vía en amarillo.
En
Alguna ocasión había visto alguna estética imagen de los paredones de la cara
norte del Tozal de Baciero, un monte allá
perdido en el Prepirineo de la Ribagorza, en medio de la nada.
Primero
iríamos al Castillo del Turbón que siempre localizamos bajando desde el Alto de
Monrepós por ejemplo.
El
Baciero está en la zona del Turbón y desde el Turbón es una montaña carente de
atractivo diferencial que puede pasar perfectamente desapercibida en una playa
en la que las olas mayores suelen ondear al blanco del Pirineo Axial. Pero
había que ir a Baciero y así meter las narices en una flor más del Pirineo para
deleitarnos con sus más variados manjares.
A
finales de Marzo, dormimos en la cabaña del Clot una noche fría y complicadilla
meteorológicamente hablando. A la mañana siguiente las nieblas y la nieve nos
invitan a pasar del tema. Pero llega el puente de San Jorge, y como tercera y
última actividad nos vamos a Baciero, el tiempo se prevé bueno y así veremos.
La Este de Baciero desde Gabás.
Ayer
estuvimos en Gallinero y por la tarde nos subimos con el coche hasta la Cabaña
del Clot para pasar la noche. Hoy, 25 de Abril de 2010, tras una noche que no
tiene nada que ver con la de hace poco menos de un mes, nos levantamos a las
siete y a las ocho estamos de camino por los Prados del Clot en medio de una
mañana esplendorosa de esas que no entran más de cuatro en docena.
Cortafuegos en los Prados del Clot.
Las Pedreras de Baciero.
La
Cabaña del Clot está situada ligeramente por debajo de los 1600 metros de
altitud. Avanzamos en dirección oeste por medio de los prados, cogemos agua en
el abrevadero y nos alargamos hasta la incipiente línea divisoria de aguas con
Seira en la que inmediatamente localizamos el cortafuegos.
Por
la orilla este del mismo, un poco transitado camino nos va elevando hacia las
Pedreras de Baciero en las que encontramos un buen número de marcados caminos
que las atraviesan en diagonal ascendente orientándose hacia el corredor
noroeste. Creemos que se trata de trochas realizadas por el ganado pero nos
llenan de dudas.
Las
pedrizas se hacen longitudinales conforme ganamos altura en la ladera y
comienzan a aparecer recubiertas de
nieve con lo que seguir camino es complicado y, consecuentemente, nos olvidamos
del mismo y progresamos por los lomos y manchas de verdura que se van alternando
en la pared ya que la nieve es bastante profunda y sin demasiada consistencia
con estas temperaturas.
Nos
guían los paredones de la vertiente izquierda del corredor espléndidamente
iluminados por el sol de la mañana del
que estamos a cubierto todavía.
Las
canales desaparecen bajo un grueso manto de nieve continua cuando la pendiente
crece en las inmediaciones del corredor noroeste que es nuestro objetivo.
Estamos sobre los 1800 metros de altitud.
Nieve continua hacia el corredor.
Proseguimos
brevemente con la diagonal iniciada en el cortafuegos hasta que localizamos la
situación del collado al que nos dirigimos y en el que concluye el corredor
buscado. A partir de aquí, visto lo visto, nos vamos directamente a la salida
del collado, ya coincidiremos con el corredor.
Se
sucederán unos tramos sobre una pala sostenida con nieve profunda en la que nos
va muy bien la ayuda del piolet junto a un bastón. Progresamos de frente para
arriba hasta que, poco después, la nieve se endurece algo lo que supone un
alivio: voy como si pisara huevos con tal de no clavarme hasta la rodilla.
La parte erguida del Corredor al Collado de los Pozos.
Alcanzamos
la zona central del corredor cuando ya estamos prácticamente arriba transitando
entre afloraciones calizas desperdigadas y entremezcladas con aislados y
resistentes pinos negros por la pared nevada, y envueltos por la luminosidad
deliciosa de la próxima presencia del sol.
Salida al Collado de los Pozos.
Seira al fondo.
Van
a ser las nueve y media cuando alcanzamos el teórico Collado de los Pozos, en
la práctica el collado se encuentra un poco más atrás separado por una cubeta
totalmente nevada y bañada de sol que
solamente denuncia el tránsito de algunos “sarrios”, rebecos.
El
arranque de la arista hacia el oeste desde el collado situado sobre los 2050
metros de altitud tiene inicialmente un buen aspecto pero me da en la nariz que
no es precisamente por allí lo que más nos interesa. Consecuentemente, tras un
corto flanqueo en suave ascenso alcanzo un pequeño hombro en la arista y
descubro la continuación del camino: prosigue prácticamente en horizontal por
la vertiente sur practicando el faldeo del tramo de arista inicial.
Faldeo de entrada a la Arista este de Baciero.
En
suave ascenso y en cinco minutos practicamos el faldeo y atravesando unos
reducidos neveros, volvemos a la arista cuando se ha desentendido del primer
resalte. Quedan alrededor de 300 metros fundamentalmente planos y suavemente
dentellados tras los cuales aparece “la tarta de cumpleaños con su velita” que
precisamente vamos buscando.
En el collado hay que recuperar la arista que estamos faldeando.
Arista Cimera de Baciero.
La
arista es sencilla y está vestida de calizas muy cuarteadas pero firmes que se
transitan bastante bien. Una breve y última depresión nos conduce al vértice
geodésico de la cima del Tozal de Baciero situado a 2116 metros de altitud
cuando todavía no son las diez de la mañana.
Casquete Somital Este de Baciero.
La Pala desde la Cima de Baciero.
Almorzamos
un poco mientras contemplamos un paisaje circular ciertamente interesante para
nosotros: aquí al lado los pequeños Prados de Baciero y la elegancia nevada de
La Pala al este; el Turbón y el nevado rellano de la Plana al sur; Gallinero y
Urmella al este y ya más lejos Maladetas, Perdiguero, Posets…; allá abajo el
Congosto del Bentamillo visto de manera poco usual, Seira y valles ignotos para
nuestros ojos: ¡qué grande es este Pirineo!
Las Planas del Turbón desde Baciero.
Se trata del Congosto del Bentamillo.
Veinte
minutos después nos damos la vuelta aproximadamente siguiendo idéntico camino
que nos ha ido bien y que nos conducirá al Collado de los Pozos.
Urmella y Gallinero, detrás Maladetas.
Sinchuan en la Norte de Baciero.
No
queremos perder demasiado tiempo puesto que no vamos a regresar por el camino
de subida: Ya que hemos venido hasta aquí mejor será aprovecharlo y conocer que
de eso se trata.
De nuevo en el Collado de los Pozos.
Vamos
a recorrer toda la cresta hacia el este hasta que alcancemos el rellano de la
Montañeta de Gabás, más allá ya controlamos un poco desde nuestra última subida
al Turbón desde San Martín por la Coma de San Adrián.
Un
poco marcado camino se eleva alrededor de 50 metros hacia el este para coronar
un puntón situado a 2106 metros de altitud, será el punto culminante de la
arista que vamos a recorrer y nos servirá para despedirnos de la mayor parte
del recorrido de la mañana.
Comabellada.
A partir de aquí la arista que es
similar a la parte recorrida y siempre amplia, llanea o inicia un suave
descenso hasta alcanzar un amplio collado la Collada Morrera antes de proseguir
por una redonda arista alomada la
Comabellada.
Montañeta de Gabás en las inmediaciones de la Coma de San Adrián.
Encontramos
alguna cita, variamos ligeramente y continuamente de rumbo lineal siempre en
busca de pasos libres de sotobosque y de manchas de nieve muy blanda hasta que
finalmente, próximos al rellano de la Montañeta Gabás, la arista se desploma.
Querríamos
girar lo antes posible hacia el norte al objeto de atajar el regreso pero el
pinar muy vestido de sotobosque nos lo desaconseja. Consecuentemente hemos de
proseguir a toda arista en fuerte descenso escalonado entre calizas y genistas
hórridas que tan pronto complican un poco el paso como lo facilitan
amortiguándolo.
Incluso
perdemos el nivel del rellano cuando iniciamos un flanqueo en el límite del
pinar para alcanzar el amplio rellano en el que coincidimos con un ancho
cortafuegos.
En los Prados del Clot.
Avanzamos
de llano unos pocos metros por el cortafuegos con las “orejas tiesas”: el
camino de vuelta al Clot tiene que aparecer en cualquier momento, y así será.
No
es camino sino que es directamente una pista poco transitada, prácticamente
horizontal, la que en dirección noroeste nos lleva tras un par de kilómetros
largos a la Cabaña del Clot, a pesar de la desesperanza de mi chica.
Son
la una del mediodía cuando liquidamos nuestro recorrido circular al Baciero en
el que hemos desarrollado un desnivel de alrededor de 600 metros, no sin antes
entregar la fotocopia de mapa que llevábamos a una pareja bastante desorientada
que erróneamente inicia la ascensión al Baciero en sentido contrario. Hay mucho
día por delante y a nosotros nos queda la comida y la larga vuelta a casa tras
un puente interesantillo.
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