La Campana de Aneu vigila el paso hacia Cuyalaret.
Aparcamiento Del Portalet
d’Aneu, Barranco del Portalet y Cara
Este.
02-05-2010.
Salida 09 h. Llegada 12 h.
Nublado.
Muy fácil.
Esquís de montaña.
Mapa de Cuyalaret procedente de Prames. Vía en amarillo.
No
tiene aspecto de que vaya a ser un buen día. Está anunciado y en estas
circunstancias unos optarán por quedarse en cama, otros por salir a comer y a
echar unas cañas y nosotros marchamos al monte. A ese monte familiar, conocido,
fácil y próximo que nos circunda como inestimable regalo de la naturaleza.
Nieblas
en Sabiñánigo y nubes altas en el Portalet d’Aneu a las nueve menos cuarto de
la mañana cuando aparcamos el coche junto al edificio de la
Aduana Española en la que hay tres coches con
esquiadores dispuestos a la marcha.
Hemos
mirado desde el aparcamiento del norte de la carretera y el calor de esta
pasada semana junto con la lluvia de los
dos últimos días ha hecho estragos con la nieve.
Son las nueve de la mañana y es el 2 de mayo
de 2010. ¡Vamos a ver por dónde podemos subir a Cuylaret!
Salimos
del aparcamiento situado a 1795
metros de altitud con los esquís en la mano, no creemos
que sea necesario colgarlos en las mochilas, el resalte de salida está pelado
pero esperamos que la ladera noroeste de la Arista del Portalet conserve suficiente nieve
como así será.
No está claro desde aquí por dónde subiremos.
Nada
más superar el minúsculo resalte de salida aparece la nieve y nos ponemos los
esquís y comenzamos a avanzar en dirección oeste-sudoeste prácticamente en
horizontal.
Un
esquiador va algo delante, un grupo de tres franceses también y nosotros
adelantamos al tercer grupo que va más bien de paseo.
El
fondo de los dos barrancos está muy cortado y aunque el vallecillo que conduce
al Collado d’Aneu está muy bien nevado todavía, la arista nordeste de Punta Cuylaret
se ve bastante pelada lo que supone un cambio de planes pues acostumbramos a
subir por allí.
El
otro vallecillo, el del Barranco del Portalet limítrofe con la arista, no tiene
mala pinta y conduce a la cara este del pico que aunque bastante mixta parece
ofrecer posibilidades que ya veremos más arriba puesto que no hemos subido
nunca por aquí.
Faldeando la campana de Aneu.
Conforme
vamos avanzando valle adentro siempre en la vertiente derecha del valle, la
mañana se va tiñendo de gris, la nieve está un tanto irregular, el rehielo no
ha sido importante y el avance no resulta demasiado cómodo; así que, como no
hay huellas en la nieve, decidimos utilizar la que va realizando el trío de
delante.
Tenemos
una opción, que desechamos, de pasar hacia el Collado d’Aneu y proseguimos faldeando
a media ladera con la huella que, como enseguida sabremos, va alta porque no
busca la Punta Cuylaret
sino el collado de paso hacia Gralleras.
En
la base de la cara sur del pico la abandonamos: prosigue en ascenso
directamente al sur mientras que nosotros hemos de seguir en dirección sudoeste
para introducirnos en la cara este.
Utilizando
una depresión de la pared este, la atravesamos en diagonal de sur a norte para
ir ganando altura en la misma hasta que bajo la pendiente de la arista este,
iniciamos otra diagonal prácticamente en dirección contraria con la que
seguimos ascendiendo.
En la este de Cuyalaret con la Campana de Aneu.
Cerca
del dorso limpio de la pared giramos de nuevo en una rampa suave y alcanzamos
la huella del esquiador que sube solo por delante. La huella con un par de
vueltas maría supera un pequeño muro de manera discreta y alcanza un pequeño
descansillo en plena cara este. Empieza a nevar débilmente.
Parte alta de la este de Cuyalaret.
Una
serie de cetas amplias nos permiten alcanzar un pequeño hombro en la arista
este, lugar en el que nos cuestionamos si subimos con los esquís o los dejamos,
la nieve alta está algo podrida y no aguanta con la firmeza deseada los pocos
tramos erguidos que hemos superado.
La Arista Nordeste de Cuyalaret bajo el casquete somital.
Finalmente
y con unas cetas lo más amplias posibles remontamos el casquete somital que es
la zona más erguida de la pared y alcanzamos la cima de la Punta Cuylaret situada a 2291 metros de altitud.
Son las diez y media de la mañana.
En la Cima de Cuyalaret.
En
la cima vamos a perder poco tiempo. Nos abrigamos, charlamos un poco con el
guipuzcoano que ha subido delante y compartimos un café con leche y unos dulces
mientras nos preparamos para el descenso. No hay ni luz ni paisaje para la
fotografía.
Enseguida
sale para abajo delante de nosotros pero en la parte intermedia se detiene a
descansar o a cerciorarse de que bajamos sin problemas. En la montaña puedes
encontrar de todo pero, por suerte, abunda la buena gente.
Nuestra
asignatura pendiente de verdad es el descenso, lo sabemos, pero tratamos de
recuperarla. Del Gallinero salimos para abajo “zumbando” y habrá que hacer lo
mismo sin contemplaciones.
Un
giro al final del rellano cimero y a la pared del casquete somital que
atravesamos con pequeños giros, un poco de sur a norte, lo que nos permite
alcanzar fácilmente el hombro de la arista este. La nieve está blanda pero con
la pendiente nos permite girar decentemente y, de paso, despeñar algunos de los
fantasmas personales que habitan en nuestro cerebro.
La Noroeste del Gralleras Norte en un claro de las nieblas.
Luego,
confiados por una parte y azuzados por las nieblas que vienen por nosotros
valle arriba, nos vamos pared abajo disfrutando, más ahora que mi chica ha
puesto la posición de esquí en sus botas.
Nuestra línea de descenso.
Disfrutaremos
de un descenso agradable a pesar de las nieblas que a medio valle nos alcanzan
aunque sea una visita efímera y de una nieve que ya está demasiado blanda.
Llegan las nieblas desde abajo.
La
parte final del descenso la realizamos en diagonal siguiendo idéntico camino
que a la subida y sorteando las afloraciones rocosas calizas. Es el
procedimiento de no bajar al fondo del barranco al objeto de no tener que remar
demasiado para salir luego del mismo.
Marmota a la sombra buscando sol.
Le quedan pocas jornadas de esquí en esta temporada.
Con
las taloneras sueltas pero sin necesidad ni de poner las pieles de foca de
nuevo ni de portear los esquís, remontamos un suave resalte en diagonal y por
la base inferior del nevero nos llegamos sobre los esquís hasta el mismo
resalte limpio del aparcamiento. Son las doce de la mañana.
El
compañero de cima marcha en ese instante y nos saludamos y un cuarto de hora
después y a la altura de la Venta Sancho
nos saludamos con el trío que subía delante de nosotros y que se ha ido a
asegurar la todavía buena nieve que queda en Espelunciecha. El grupo que hemos
adelantado a la salida se ha quedado por allá arriba al igual que otro
esquiador solitario con el que nos hemos cruzado cuando descendíamos: poca
gente para el lugar pues se trata de una cima en la que, por lo general, hay
que sacar número.
Hoy
han sido 500 metros
de desnivel que pueden ser la despedida de una larga temporada que comenzamos
el 14 de Noviembre en el Gralleras Sur, pues han sido 18 salidas.
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