Inicio de la faja Tormosa desde el Refugio de Pineta.
Refugio de Pineta, GR11 hacia Collado de
Añisclo, Faja Tormosa, Cascadas del Cinca, Aparcamiento de Pineta y Refugio de
Pineta.
16-10-2010.
Desnivel acumulado 750 m.
Distancia recorrida 12000.
Sol.
Fácil.
Senderismo.
Es un circuito circular por lo que se
puede hacer en ambos sentidos.
Agua en los barrancos de la Faja y en el
rellano de Pineta.
Mapa de la Faja Tormosa procedente de Prames. Vía en amarillo.
Han anunciado nubes de retención en la Norte de los Pirineos y
queríamos ir a hacer algo en la arista fronteriza, también un fuerte descenso
de las temperaturas con viento y… nos vamos a dar un paseo por la Faja Tormosa , hace ya bastante
tiempo que la teníamos en cartera.
En el verano de 2009 recorrimos las
Terrazas de Bellevue desde el Collado de Añisclo hasta el Balcón de Pineta para
subirnos luego a la Espalda
de los Esparrets y sucesivamente hasta el Perdido donde vivaquearíamos.
Transitamos las paredes de Pineta a una altitud aproximada a los 2500 metros con alguna
dificultad puesto que es un territorio poco transitado y sabíamos que la Faja Tormosa quedaba a nuestros
pies 500 metros
más abajo. Pero salvo la orientación y la ubicación, hay que decir que tienen
poco que ver una con otra.
Desde los prados de Pineta.
No madrugamos y claro, son las diez
de la mañana del 16 de Octubre de 2010 cuando aparcamos en el Refugio de Pineta
a 1240 metros
de altitud. Es muy tarde para nuestra costumbre pero sabemos que disponemos de
tiempo más que sobrado.
Casi en dirección sur hay que
atravesar el Rellano de Pineta guiados
por algunas citas regularmente establecidas en las amplias orillas de un Río
Ara que baja completamente filtrado en tan enorme gravera. Mientras cruzamos en
horizontal contemplamos espléndidamente iluminado el Balcón de Pineta y las
Cascadas del Cinca que es el lugar a dónde hemos de ir a parar.
Cascada del Barranco la Solana.
La glera se llena de sauces y
enseguida aparece un bosque mixto y las primeras marcas del GR11 hacia el
Collado de Añisclo y su cartel correspondiente pues acabamos de entrar al
Parque Nacional, no olvidemos, lo que es fácil, que Pineta es Ordesa.
Se trata de un camino conocido y
repetidamente transitado que enseguida se eleva sobre la Pared Norte de la Sierra de las Tucas y que
va a ganar altura en mediano ascenso y en dirección oeste.
Deliciosa mañana en el hayedo.
La pendiente y el sol que desde que
ha salido penetra en el valle nos meten en calores a pesar de las predicciones
y de la sombra del arbolado, en los claros del bosque hay una buena escarcha.
Pineta hacia el este.
La senda, muy transitada, alcanza un
primer rellano y una segunda cascada posteriormente. Las nieves de la temporada,
que ya han caído, se funden y nos regalan preciosas cascadas animadas con sus
espumosas aguas.
Seguidamente el camino se arrellana
de nuevo al atravesar unas placas calizas oscuras. Estamos a 1500 metros de altitud.
Siguiendo el camino comenzamos a
transitar los resaltes de calizas ocres bajo la
Cara Norte de las Tucas mientras que el
camino se pone bastante tieso y obliga a apoyar de cuando en cuando las manos,
a la vez que recordamos nuestro tránsito con nuestra hija que subía como los
propios ángeles por estas piedras.
Recordamos perfectamente un tramo
horizontal del camino entre placas grises y vamos atravesando barrancos en
mediano ascenso hasta que alcanzamos una proa herbosa, redondeada y que reconocemos como uno de nuestros
particulares jardines de edelweis.
Baudrimont, Perdido y Espalda de Esparrets.
Estamos ligeramente por encima de
los 1900 metros
de altitud y un cartel indica el inicio de la Faja Tormosa. Dejamos que el
camino prosiga al sudoeste en busca del Collado de Añisclo mientras nosotros
nos vamos de llano en dirección noroeste.
Circo de la Larry con Peña Blanca y la Munia.
El camino, algo menos transitado del
que hemos dejado y balizado de marrón y amarillo en todo su recorrido, se va
ondulante por medio de una pared medianamente inclinada, vestida de verdura y
con aislados ejemplares arbóreos tanto de hoja perenne como de hoja caduca, que
nos va enseñando sucesivas proas subsiguientes a los corredores, es una de las
características específicas de Ordesa
La proa está adornada con unos
espectaculares torreones por encima del camino y tras ella un amplio
barranco bastante exento de vegetación
nos permite continuar nuestro avance alternando un tramo a la sombra con el
siguiente de sol.
Pineta y Forcarral.
El paisaje, en todo momento te
regala imágenes espectaculares que van desde la aguerrida arista de los Picos
Pineta y Forcarral, al delicioso Circo Colgado de la Larry , o la profundidad
cálida del fondo del valle orientado al este, o la delicada luminosidad del
Perdido y la Espalda
de los Esparrets vestidos ya de blanco sin olvidarnos del maravilloso
calidoscopio que el otoño de las caducifolias nos ofrece en contraste con las
manchas de pino negro: ese otoño que nos cosquillea en el alma.
Se asoma la Munia.
El camino avanza ondulante pero
ganando un poco de altura se introduce en los paredones de la Norte de los Picos de
Baudrimont para aproximarse a la
Arista de los Esparrets cuyos estratos cincelan
arrogantemente el claro azul celeste del mediodía.
Pico Pineta.
Estamos sobre los 2000 metros de altitud
y el camino se sombrea ligeramente entrando en suave descenso hacia las
Cascadas de Marboré por las que se precipita el Cinca recién nacido.
Atravesamos un par de pequeños
corredores sobre una senda labrada en
una pared bastante abrupta y nos
aproximamos en claro descenso al cauce
del barranco mientras la
Espalda de los Esparrets sigue todavía lejana e inexpugnable,
lo que nos recuerda la comprometida salida de las Terrazas de Bellevue al
Balcón de Pineta.
Bajamos un espolón rocoso por un
tramo de camino muy irregular en el que apoyamos las manos de cuando en cuando
hasta que encontramos una vira rocosa estrecha y bastante inclinada que se
remata con un resalte vertical de media docena de metros y equipado con una
cadena, que en estas condiciones no es
necesaria pues las presas son muy buenas pero que con hielo puede ser muy útil.
Gran cascada de Pineta.
Tras el paso, inmediatamente
alcanzamos la orilla del barranco bajo la cascada más espectacular del Cinca y
allí, al solecillo del mediodía, contemplando la grávida caída del agua, nos
sentamos a comer. Es la una y media del mediodía y estamos sobre los 1700 metros de altitud.
Se está bien pero el viento de
altitud ahora empuja desde el oeste nubosidad despeinada nos refresca de
inmediato con lo que abreviamos más de lo que nos hubiera apetecido y media
hora después nos acercamos a la civilización: ha sido una jornada
espectacularmente vestida de soledad en la que hemos compartido territorio con
los rebecos.
Bajamos unos metros y alcanzamos el
cauce del barranco atravesándolo por el puente lugar en el que hacemos algunas
fotos. Hay que tener en cuenta la época y el caudal de agua del barranco puesto
que es un puente móvil y suelen retirarlo para que no sea arrastrado por las
barrancadas. Pasar sin puente puede resultar desde complicado hasta imposible.
Hoy, a pesar de las últimas precipitaciones, se hubiera pasado bastante
bien pero con agua hasta más arriba de
la rodilla
Pequeñas cascadas del Cinca.
Echamos unas últimas ojeadas a los
diversos saltos que realiza el agua
camino del Rellano de Pineta y en diagonal hacia el este alcanzamos el
camino que nos ha de llevar al aparcamiento del Parador de Pineta.
Nunca hemos hecho este tramo de
camino puesto que siempre tomamos, tras el puente, el que sube por las
inmediaciones del barranco. Alcanzamos la pista y ya, puestos en conocer, nos
vamos por un nuevo camino fuera de la pista que nos conducirá al aparcamiento
según indica la tablilla direccional.
El camino, con señales evidentes de
no llevar demasiado tiempo abierto, se aproxima al encuentro del Barranco de la Larry con el de Marboré y
por su orilla derecha y completamente de llano nos deposita en el aparcamiento
junto a las instalaciones del esquí de fondo.
Cólchico en un rellano de la Faja Tormosa.
Son poco más de las tres de la tarde
y nos quedan un par de kilómetros de carretera que también pueden hacerse por
una camino en las inmediaciones del río y que conduce directamente hasta el emplazamiento
del Refugio de Pineta.
Podríamos haber cerrado la actividad
sobre las tres y media pero 750
metros de desnivel no nos han supuesto más que un
agradable paseo a media altura y nos quedamos paseando relajadamente por los
prados que a regañadientes ofrecen setas. Nos
llegamos al coche un rato después comentando la trascendencia del momento de la
temporada en la que se puede realizar esta actividad que siendo muy
determinante puede convertirla en una
actividad de considerable envergadura y de indudable riesgo o un agradable
paseo como hoy.
Puedes ver más fotos.
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