Torres de la Norte de Espluca Ruego iniciando la Senda de las Pardas.
Pista
de Barrosa, Camino de Liena, Brecha de Liena, La Mota, Punta Ruego, Senda de
las Pardas, Puerto de Barrosa y Cabaña de Barrosa.
05-10-2014.
Salida 08
h. Llegada 16
h.
Mixto.
Fácil.
R..............2osa
Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Barrosa procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Era
por mediados de Mayo cuando contemplábamos la Senda de las Pardas desde la
Subida al Puerto de Barrosa. El camino se perfilaba perfectamente sobre la
nieve de las paredes del circo, había mucha nieve y nos dijimos que había que
conocerla en mejores condiciones ya que el recorrido circular nos dejaba claro
que era muy largo y con desnivel.
Hay
5 de Octubre de 2014 si el tiempo lo permite la conoceremos.
Son
las ocho menos cuarto de la mañana cuando aparcamos en la entrada de la Pista
del Circo de Barrosa a 1380 metros de altitud.
Ayer estuvimos en las Jornadas Micológicas de Bielsa, pasamos la noche
en el aparcamiento y con ciertas dudas ya que las predicciones meteorológicas iban
de variadas a contradictorias. La noche es cálida y nublada pero por la mañana,
la luna nos dice que hay que menearse.
Inicio del Camino de las Minas de Liena.
Caminamos
pista arriba en dirección noroeste, pasamos el rellano de los carteles
explicativos acerca de la actividad minera en la zona, luego el arranque del
Teleférico de las Minas de Liena y enseguida un cartel señala el inicio del
Camino a las Minas de Liena.
Se
trata de un viejo camino que recorre en ascenso la ladera norte vestida de
pinar a base de sucesivas lazadas que hacen el camino largo pero cómodo.
Enseguida ganamos altura, atravesamos algunas pedrizas y dejamos allá abajo la
carretera que conduce al Túnel de Bielsa.
Poco
más arriba el camino se toma un breve descanso para incorporarse a la Arista
del Mallo Royo en el que se asientas las
pilonas del teleférico y sobre la que continúa nuestro camino con algunos
tramos labrados sobre la roca y balizado de amarillo fosforito y blanco.
Entrando al Barranco Cerlic.
Enseguida
pasamos a la vertiente este de la misma
para entrar al Barranco Cerlic por el que proseguimos en ascenso pasando
bajo el tendido del teleférico en busca de un collado para lo que tendremos que
atravesar el barranco por un camino escalonado entre resaltes rocosos.
No
nos separaremos gran cosa del trazado del teleférico puesto que el camino
prosigue con grandes lazadas entre diseminados pinos y matas de rododendros y
enebros sobre manchas de praderío. La Arista fundamentalmente metamórfica se
mezcla de cuando en cuando con el granito.
Cruzando el Barranco Cerlic hacia un falso collado.
El
perseguido collado no lo es tal sino un pequeño hombro en una arista que baja
del sudoeste y que nos permite introducirnos en un enorme circo del que recoge
aguas el Barranco de Liena. Desde aquí descubrimos el tajo que nos queda hasta
alcanzar la arista divisoria con el Valle del Real que es nuestro primer
objetivo.
La Mota y la Brecha de Liena muy lejos todavía.
El
camino balizado con postes de madera describe, lazada a lazada, una trayectoria
fundamentalmente al sudoeste a través de una serie de rampas herbosas muy
suaves, siempre dirigidos a confluir con el origen superior del teleférico y de
un casetón con aspecto de torre de iglesia situado en medio del circo, en una
zona bastante deteriorada por la actividad minera y bajo la Arista de Liena que
telonea todavía muy lejos.
La
travesía del circo se hace larga y pestosa a pesar de algunos atajos. El sol se
cuela por entre las nubes que dispersas salpican el cielo aunque se amanceban
sobre las puntas con cierta asiduidad.
Acónitos azules en Liena.
La Arista del Mallo Royo desde debajo de la Brecha de Liena.
Nos
cuesta alrededor de dos horas llegar al final del teleférico, fotografiamos el
curioso edificio, el resto está derruido y proseguimos hacia la arista
transitando un caminillo sobre terraplenes de minerales considerados como ganga
del plomo y la plata que dicen explotaban ya en tiempos de los Romanos que no
fue ayer precisamente.
Son
las diez y cuarto cuando alcanzamos, con ganas, la Brecha de Liena, situada a
2546 metros de altitud en la que hay un
poste orientativo asediado por nieblas
de vaivén.
Casquete Somital Oeste de la Mota.
La
arista de la sierra que en la vertiente nordeste está defendida por algunos
tramos de paredes, es una rampa herbosa muy suave en la que un caminillo
conduce relajadamente a la cima de la Mota a 2579 metros de altitud en la
que un pilote entre nieblas nos recibe.
No
son todavía las diez y media cuando tocamos chufa y nos damos la vuelta,
prensábamos echar un bocado, coger perspectiva sobre la Sierra de Liena y
descansarnos un poco del repechón de 1200 metros pero hace frescucho, se ve
poco cuando no nada y nos volvemos sobre nuestros pasos hasta la brecha y
proseguimos por un poco marcado caminillo que recorre la cabecera de la sierra
en dirección noroeste.
Suave arista hacia dos cotas innominadas buscando el Collado de las Pardas.
Una
suave loma que se puede transitar por cualquier parte nos deposita en una cima
acotada a 2602 metros de altitud y desde la que arranca la Arista del Mallo
Royo. Es una cima innominada al igual que la siguiente al noroeste a la que
enseguida se llega prácticamente de llano y que está acotada a 2604 metros.
Segunda cota innominada y atrás Punta Ruego.
Desde
esta segunda cota arranca al norte la indefinida Arista de las Bachetas, el
horizonte norte sigue cargado nieblas, al sur tenemos el Puerto de Ruego con su
cabaña y sus lagunillas prácticamente desecadas a estas alturas de la temporada
y Comodoto. Ordesa y Pineta se esconden tras las nieblas.
Paredes en la Norte de Punta Ruego antes de entrar a la Senda de las Pardas.
Vamos
por la cresta ya que no tenemos claro el lugar donde nos introduciremos en la
Senda de las Pardas y hemos de bajar suavemente casi 100 metros para
recuperarlos de idéntica forma y así alcanzar la Punta Ruego situada a 2589
metros de altitud. Tiene un precioso gendarme con el que se inicia su arista
norte. Comemos una barrita energética y echamos un cafetín caliente con prisas.
En Punta Ruego.
Ya
hace un rato que hemos localizado un camino que faldea estas cimas
prácticamente en horizontal y que se acerca a los paredones de Espluca Ruego y
que hemos localizado en un celérico claro de las nieblas. Son unas paredes de
calizas claras, de algo más de 100 metros y que se prolongan al sudoeste por lo
que la continuación de la arista que llevamos queda completamente interrumpida,
lo que viene a significar que el Collado de las Pardas está allí y que allí
comenzará la senda.
Inicio de la Senda de las Pardas.
Alcanzamos
el caminillo y enseguida accedemos al Collado de las Pardas situado a 2489
metros de altitud. Llegamos por el sur y nada más alcanzar la brecha
localizamos la primera sirga en la vertiente norte. No podía ser de otra manera
pues ni siquiera había hitos. Nos ha costado un huevo alcanzar la senda. Son
las once y cuarto.
A
estas alturas de la jornada ya tenemos claro que el paisaje distante nos lo
vamos a saltar. De Ordesa ya nos hemos despedido por razones de orientación y
de la Munia y Robiñera a duras penas vislumbraremos algo y más lejos nada de
nada. Nos quedaremos con la espectacularidad anunciada de la senda entre
paredes.
Segundo tramo del Circo Oriental en la Senda de las Pardas.
La
Senda de las Pardas se articula en tres circos: el primero al que acabamos de
entrar situado al sudeste de la senda es el más corto y consta de dos partes;
la primera y más próxima a la brecha está defendida con pasamanos ya que
transita por encima de las paredes de un amplio corredor vertical hasta
alcanzar una proa que lo separa de la segunda parte que transita por la
cabecera de una pedriza muy inclinada llevando por encima las verticales paredes del Pico
Espluca Ruego. En las condiciones del día no es preciso el pasamanos pero allí
está para quien lo necesite. La segunda parte tiene peor camino pero se pasa
sin ninguna dificultad.
Hacia atrás la parte oriental de la Senda de las Pardas.
Alcanzamos
la proa que arranca de la parte norte de la Espluca Ruego adornada con un par
de agujas guapas y allí comienza el segundo circo. Es el mayor, tiene unas
dimensiones colosales y Faldea la Sobreesplucas, todo Robiñera, el amplísimo
Collado de Robiñera y la Munia hasta su arista este.
Inicio del amplio Circo Central de la Senda de las Pardas.
Comienza
en descenso por una zona muy húmeda contornea un amplio corredor de paredes
potentes y ofrece una escapatoria para alcanzar fácilmente un collado entre Espluca Ruego y
Sobresplucas. Entrar por abajo no se puede hacer directamente ya que existen
los paredones inferiores del circo donde se originan las concurridas cascadas
de hielo invernal.
Hay
que pasar el amplio corredor que cuenta con tramos variados sin defender ya que
no es necesario a pesar de que algunos tramos del camino estén muy rotos y una
serie de pequeños corredores con sus proas correspondientes ideales para la
fotografía todo en medio de un continuo sube y baja. La senda tiene muy poco de
llana.
La
senda tiene algunos barrancos para coger agua aunque en tiempo seco de finales
del verano no resulte tan fácil al ser un sumidero metamórfico. En uno de ellos
nos paramos a almorzar, será poco más de un cuarto de hora.
Praderíos bajo el Collado de Robiñera.
Tras
los corredores se alcanza una amplia pedrera que se atraviesa primero por la
cabecera hasta alcanzar un potente nevero residual que el personal sin equipo
invernal como es lógico faldea por debajo perdiendo una veintena de metros.
Luego en tan amplia pedriza no es demasiado fácil seguir el camino ya que
comienza a ascender suavemente cosa que no apetece demasiado a estas alturas de
la jornada.
Calculo
que nos encontraremos por debajo de los 2350
metros y hay que remontar poco a poco por unas campas de verdura en la vertical
del Collado de Robiñera e iniciando el Faldeo de la Munia. Unos hitos
estratégicamente colocados nos rescatan
de las dudas de tan inoportuno repecho.
Robiñera desde la Este de La Munia.
Alcanzamos
un potente hombro en la Arista este de la Munia situado sobre los 2450 metros
de altitud, fotografiamos hacia atrás el único claro de la jornada sobre
Robiñera y nos introducimos en el tercer circo y último de la Senda de las
Pardas situado al noroeste.
El Circo Noroeste de la Senda de las Pardas.
Hay
que seguir los hitos de piedras descendiendo suavemente en un desierto de
grandes bloques similar al de la subida al Perdido. Luego, un pequeño barranco
que hay que atravesar nos conduce a la pared que presenta nuevamente tramos
esquipados con sirgas pero algo más cortos y en peor estado pues tienen algunos
anclajes sueltos.
Tramos equipados en la parte final de la Senda de las Pardas.
Hemos
bajado y de nuevo hay que volver a subir tras un breve llaneo pero ya no
importa demasiado pues ya vemos el poste de inicio de la senda bajo el Puerto
de Barrosa.
Barranco de las Neveras.
Atravesamos
la rama más importante del Barranco de las Neveras que tiene dos potentes
neveros residuales, recorremos un tramo de senda descoyuntada entre
afloraciones rocosas y tras atravesar otro barranco terroso en ascenso
alcanzamos el camino del Puerto de Barrosa.
Estamos ligeramente por debajo de los 2500
metros y nos permitimos el lujo de remontar cansinamente un tramo de camino
para alcanzar enseguida el amplísimo y plano Puerto de Barrosa, llegarnos a
nuestra piedra y sentarnos a comer contemplando la majestuosidad inigualable
del Circo de Barourde con sus preciosos lacs pintados de un azul de ensueño
mientras las nieblas que vomita el Circo de Barrosa se desleen a nuestra
espalda. Es la una y media.
Circo de Barourde.
Hay
menos nubosidad en el lado francés que nos muestra el Pic de la Gela entre
girones inconsistentes. Todo lo demás con excepción del Pico del Puerto Viejo
el Pic de Piau y El Mechant tienen la cabeza medio cubierta. En los valles las
nieblas son consistentes.
Nos
abrigamos un poco mientras descansamos de los 1600 metros que habremos
ascendido en la jornada mientras hacemos planes acerca e volver con tiempo, a
ser posible, invernal al Circo de Barourde para gozar de esa belleza que posee el
lugar y que nos pinta una sonrisa en la cara.
A
las dos de la tarde abandonamos nuestro ensueño y nos metemos en las nieblas
que no van a durar pues solamente tienen carácter altitudinal. Conocemos perfectamente el camino de descenso.
Solamente serán un par de horas y espabilando.
Parte Noroccidental de la Senda de las Pardas.
Atajamos
algunas de las lazadas del camino y descendemos luego para pasar por encima del
casi colmatado Ibón de Barrosa y proseguir camino abajo en busca de la Cabaña
de Barrosa.
Parte Central de la Senda de las Pardas.
Cuando
llegamos a la cabaña, estupenda y con el techo nuevo, estamos a 1750 metros de
altitud, nos cruzamos con una pareja que sube y charlamos. Han salido del
Refugio de Pineta y quieren llegar al de
Barourde. En medio de la conversación caemos todos a la vez en la cuenta,
es la pareja que caminaba por la pista esta mañana cuando nosotros avanzábamos
por la arista hacia Punta Ruego y que han sido los únicos que hemos visto en
todo el día.
Parte Oriental de la Senda de las Pardas.
Ellos
también nos han visto y han descendido por el camino que nosotros hemos subido
para llegar a la pista y remontar lo que nosotros tenemos que bajar.
Arista entre la brecha de Liena y el Collado de las Pardas.
Nos
deseamos buen día y cada cual a lo suyo. Nos ha costado bajar hora y diez, un
poco más de lo supuesto, retraso que no recuperaremos ya que echamos otra hora
en llegar a la carretera donde nos espera aparcada la furgo.
Son
las cuatro y diez y hemos liquidado la circular de la Senda de las Pardas en
poco menos de ocho horas y media con propinas varias. Es un recorrido
interesante pero con desnivel y largo recorrido que lo convierten en exigente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.