Oturia llegando al Puerto de Santa Orosia.
San
Román, Puerto de Santa Orosia, Cueva de Santa Orosia, Ermita de Santa
Orosia y Cara Sur.
14-12-2014.
Salida 09 h. Llegada 14 h.
Mixto.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Oturia procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Queremos
caminar un poco y quizás vayamos a dar una vuelta por Cancias pero la
meteorología es tan gris que gotea ya a las ocho y media de la mañana cuando
recogemos a Juan. Estamos a 14 de Diciembre de 2014 y puede suceder esto.
Punta del Mallo desde el Camino de San Román.
Sigue
goteando cuando dejamos el coche y tomamos el Camino de San Román para subir a
Santa Orosia. Juan lleva paraguas y lo emplea; mientras, a la marcheta cruzamos
los campos, dejamos atrás las margas azules y nos introducimos en el bosque
mixto en busca de las paredes de conglomerados de pudingas mientras combinamos
pinos silvestres con robles de hoja marcescente que ya han soltado abundante
bellota y se guardan la hoja para pasar el invierno que puede ser crudo incluso
en estas tierras acostadas a la solana.
Covachos en el Camino de San Román.
La
temperatura es espléndida para infortunio de las estaciones de esquí e incluso
un ritmo suave nos mete en calores y la persistencia de la lluvia nos invita a
ponerse el chubasquero.
En
alrededor de una hora alcanzamos el Puerto de Santa Orosia y tras comprobar que Oturia ha recogido unas bolisnas,
osea copos, de nieve y se adorna de unas tenues nieblas, iniciamos un suave descenso al este, por medio de la genista que no cesa en su
empeño de apoderarse de la pradera, para acercarnos a la Cueva de Santa Orosia.
La Cascada de la Cueva de Santa Orosia.
En
un cuarto de hora y empujados suavemente por la fresca brisa que se adueña del
puerto nos llegamos a la cueva bien guiados por el tendido eléctrico.
Sin flash en la Cueva de Santa Orosia.
La
Cascada de la Cueva baja guapa como siempre y la cueva tiene la entrada
bastante húmeda. Dentro nos recibe con su calor acostumbrado, su clásica
humedad oscura y sus todavía más oscuros
moradores permanentemente colgados de los techos de la cueva contrastando con un
ramillete de perlas acuosas que brillan a la luz de las frontales.
Uno de los moradores de la Cueva de Santa Orosia.
De
vuelta a la Ermita de Santa Orosia sigue lloviendo y las manos se enfrían al
llevar unas ramas de boj para hacer fuego.
Las
dos chimeneas de los refugios humean cuando llegamos al pequeño. El fuego está
encendido, hay gente del pueblo con los que charlamos. Calentamos una tortilla
de patatas que regamos con unos tragos de vino y acompañamos luego con dulces y
café.
Las
manos han entrado de sobra en calor, nos quitamos un poco la humedad de la ropa
y luego, tranquilamente, nos marchamos a Oturia, no habrá más allá de cuareta
minutos.
De la Ermita de Santa Orosia a Oturia.
Ha
dejado de llover y atravesando el pinar en el que nos tropezamos con unos pies
azules, nos vamos a los abrevaderos de la Majada de Javierre para ascender por
el barranquillo y la cara sur tan subida y conocida.
En la Cima de Santa Orosia.
Cancias.
Ni
siquiera es la una del mediodía cuando hacemos unas fotos junto al Pilote de
Oturia situado a 1925 metros de altitud. Ordesa is missing al igual que la
mayoría del amplísimo paisaje que acostumbramos a disfrutar desde aquí. Cancias
está medio limpio pero por la Bal Ancha viene lloviendo.
Gencianas nivalis en flor en la Sur de Oturia.
Empujados
por el vientecillo que sopla por aquí
echamos una vista a la Estiva sin nieve y nos vamos para abajo tras
fotografiar unas gencianas nivalis en flor que ya han soportado un par de
nevadas.
En el Camino de San Román.
Yebra desde el Camino de San Román.
Salidos
de la cima la temperatura se torna agradable y dentro del pinar incluso cálida.
Luego, remontamos ligeramente, nos despedimos del puerto y de Oturia y tomamos
el Camino de San Román.
Precioso y humilde roble del Camino de San Román.
Camino
abajo el día se aclara un poco más como si quisiera hacernos olvidar la lluvia
de la mañana. No hay problema en el monte se puede disfrutar incluso un día
como hoy en el que sin querer nos hemos
chupado unos agradables 1000metos de desnivel y cualquier otro día pues más.
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