Llegando a Guara Vallemona, Cubilas y Cabezo de Guara.
Aparcamiento de Used, Pista y Refugio de
los Fenales, Collado Este de Guara, Tozal de Guara, Vallemona, Cubilas, Cabezo
de Guara, Barranco Petrino y Camino a Used.
19-09-2017.
Salida 08 h. Llegada 16 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa de Guara procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
…hay
un chorizo interesante.
Desde
la Cima del Tozal de Guara contemplamos un dilatadísimo paisaje del Pirineo
Axial, como desde todas las Atalayas del Prepirineo Exterior, algo distante,
eso sí y con la nitidez robada por los altoestratos que penetran desde la
vertiente francesa. No está la nubosidad de retención anunciada y que, de
alguna manera, nos ha echado para aquí ya que necesitamos terreno seco para
nuestros proyectos que sobrevuelan a la espera de aterrizaje.
Guara desde la Pista de los Fenales de Guara.
Hoy
será el día de las “hora pasadas” pues a las siete pasadas recogemos a Juan
para marchar por la Guarguera a Nocito y continuar hasta el Aparcamiento de
Used. Son las ocho pasadas cuando echamos a caminar al 19 de Septiembre de
2017.
Desde
el pequeño aparcamiento al sur de la carretera situado a 1085 metros de altitud,
parte un camino y una pista cerrada al tráfico de vehículos no autorizados; ambos
se orientan al sur y nosotros tomamos la pista que se va monte adelante para
pasearnos cumplidamente con una serie de amplias revueltas.
Llegando al Refugio de los Fenales de Guara.
Tras
una revuelta enorme de derecha a izquierda alcanzamos el Barranco Petrino y el
Refugio de los Fenales de Guara situado a 1400 metros de altitud tras hora y
cuarto de camino en una mañana fresca con decidida escarcha sobre los
herbazales.
El
refugio, horrorosamente pintado por fuera está muy limpio y decente por dentro.
Parece ser que alguien ha pasado la noche allí.
Los pinos van remontando la Nordeste de Guara.
Unos
metros al este del refugio sale un caminillo indicado que se orienta al sur en
consistente ascenso y en busca de un rellano intermedio al oeste de los Llanos
de Cupierlo, todo vestido de pinar con sotobosque de boj y en la vertical de
Vallemona.
Las
manos se enfrían a pesar del ejercicio pero salimos al sol de una mañana de
otoño en verano, abandonando los
praderíos del rellano e iniciando una diagonal ascendente al sudoeste en busca
de la loma en la que nos orienta casi continuamente el Tozal de Guara.
Transitado camino hacia el Tozal de Guara.
Los
pinos que se van elevando en la ladera se quedan finalmente por debajo y un
transitado camino suavemente ascendente por una descarnada ladera de calizas
claras termina por depositarnos en el Collado Este de Guara sobre los 1950
metros de altitud y en el que campa un viento que alterna entre Cierzo y
Puerto, es decir, noroeste y norte.
En la Cima de Guara.
Unos
crecidos hitos que son inestimables en casos de nieblas, sobre todo para
tomarlos en descenso, nos echan ligeramente a la vertiente sur en la que un
transitado, pedregoso y suave camino nos deposita en la Cima del Tozal de Guara
a 2077 metros de altitud un cuarto de hora después. Son las diez y media
pasadas.
Iniciando el descenso de Guara a Vallemona.
Hacemos
algunas fotos en un dilatado, amplio y conocido paisaje, concluimos con que ha
nevado más al oeste que al este aunque ya no queda prácticamente nada y nos
sentamos a almorzar al abrigo del viento y al delicioso solecillo de la mañana.
A
las once, también pasadas, iniciamos el descenso por donde hemos subido. Por
delante está todo nuestro porvenir que ciframos en el Cabezo de Guara y aligeramos
pues… hay un chorizo interesante. La idea original era recorrer la arista desde
el collado este hasta el Cabezo de Guara pero, puestos aquí, quién se resiste a
subir hasta el Tozal.
Vista atrás al Tozal de Guara.
Se
trata de una amplia loma en la que se van sucediendo las prominencias y la más
próxima, siempre al este, es Punta Vallemona culminando una larga y ondulada
loma y situada a 1873 metros de altitud desde la que contemplamos hacia atrás
el Tozal de Guara y por delante Cubila y el Cabezo. Son las once y media, de nuevo, pasadas.
Desde Vallemona lo que nos queda por delante.
Por
delante tenemos el amplio Collado Vallemona, que más que collado es un cumplido
rellano al que hay que bajar siguiendo un caminillo pedregoso o por cualquier
parte pues da lo mismo.
Llegando al Pozo de Nieve de Vallemona.
En
el collado nos encontramos el Pozo de Nieve de Vallemona o del Duque que a
diferencia de los que conocemos tiene una amplia cubierta esférica de piedra
del país.
Precioso colchico de otoño en Vallemona.
Recorrido
el rellano cubierto de praderío iniciamos el ascenso de un resalte intermedio
vestido de calizas claras cuando ya estábamos medio dispuestos a faldearlo por
el sur. Será una buena idea ya que el faldeo visto desde arriba no aparenta ser
ningún chollo y no hay que perder prácticamente desnivel desde aquí.
El Cuello de Cubilas y el pico del mismo nombre.
Desde
el hito cimero, que lo hay y grande, contemplamos la loma oeste que conduce a
Cubilas sin ninguna dificultad y recorrida por caminillos de animales, se
elevará suavemente hacia nuestro objetivo.
Llegando a Cubilas.
He
calculado tontamente una hora mientras almorzábamos pero enseguida nos damos
cuenta de que será algo más. Son las doce y media pasadas cuando alcanzamos el
Tozal de Cubilas situado a 1942 metros de altitud y coronado por un repetidor
con casetón incluido.
En la Cima de Cubilas.
A partir de aquí la sierra pierde rotundidad y
se difumina bastante rodeada de viejas pistas por todas partes pero nuestra
continuación está ya al nordeste en el que emerge apacible, próximo y engañoso
el Cabezo de Guara, un lomón de aspecto amable y rechoncho del que ni conocemos
ni vemos camino alguno, pero como dice Juan, todo es camino.
La amplísima Cabecera del Barranco de la Teja y Cabezo de Guara.
Hay
que descender en dirección nordeste de la manera más cómoda posible, calculo
que alrededor de 150 metros hasta alcanzar el rellano, serán bastantes más, primero
por ladera descarnada que enseguida se irá vistiendo de genista de corta talla salpicada de bojes poco crecidos.
Bajamos
por cualquier parte buscando las pedrizas de materiales calizos menudos pero
enseguida descubrimos que el apoyo sobre las matas de genista amortigua los
pasos sin los desagradables pinchazos de sus espinas y ya lo hacemos de frente
en busca del rellano.
En el rellano entre Cubilas y Cabezo de Guara.
La
genista cubre la mayor parte de un enorme rellano cuyos herbazales han sucumbido
a la colonización de ésta por lo que los
pastos de altura han desaparecido sin los trabajos cotidianos de los
pastores. Atravesar el rellano situado sobre los 1650 metros de altitud, que no
sabes dónde empieza ni dónde termina se nos llevará tres cuartos de hora.
Llegando a la Cima del cabezo de Guara.
Sin
darnos cuenta comenzamos a ascender de
manera imperceptible solamente con el deseo de que la genista no gane talla.
Así será y paulatinamente ganaremos altura siempre buscando cordones de
calizas, discontinuidades de genista y algún corredorcillo herboso que nos
elevan hasta la amplísima meseta cimera acotada a 1870 metros y en la que hay
un vértice geodésico. Van a ser las dos de la tarde.
Cima del Cabezo de Guara.
En
un único escalón que jalona la cima y orientado al sudeste nos sentamos a comer
con ganas de descansar. Media hora después reemprenderemos el camino ya de
vuelta.
Al
nordeste se acaballan los Barrancos de Gorgas Negras, Bara y Mascún sin
perspectiva. Al Norte aparece el Caserío de Bara y nosotros tomamos una pista
hecha por el uso que desciende desde la cima hacia el oeste y por la que hemos
llegado finalmente.
Hoyos de Guara y la loma que hemos recorrido.
Sabemos
que hay un camino que desciende al oeste al encuentro con la Pista que va de
Santa Cilia a Used y ese es nuestro
presupuesto pues parece ser que ya estamos en ella.
La
pista baja hasta los Rellanos de
Cupierlo y las Hoyas de Guara que nosotros hemos tocado en ascenso por su parte
más este y enseguida aparece una línea de hitos que no vamos a abandonar ya que
la pista aparece y desaparece con cierta frecuencia.
Cruce en la Cabecera del Barranco Petrino.
Nos
orientamos un poco al norte entre praderíos que resisten a la genista y en muy
suave descenso alcanzamos un desvío acartelado: al norte Bara y al oeste lo que
nos interesa: Used y Nocito.
Atravesaremos
un par de barrancos separados por
crestones rocosos poco prominentes y siempre bien guiados entraremos en el
Barranco Petrino que se orienta al oeste paralelo a la loma que hemos
transitado a media mañana. Se trata de una faja alargada de prados
abandonados por los que avanza, también
linealmente, la pista que nos tiene que conducir al Refugio de los Fenales de
Guara y a Used finalmente, por donde hemos subido a la mañana.
Viejo y amplio Camino a Used.
Poco
más adelante cuando todavía calculamos que nos faltará algo así como cerca de
media hora para alcanzar el refugio un camino indicado parte al norte y lo
seguimos.
Se
trata del viejo Camino de Used que atraviesa los prados del barranco y se
marcha para abajo ahorrándonos una buena vuelta además de las revueltas de la
pista.
Camino entre viejos muros de piedra seca.
Es
un viejo camino que todavía guarda muchos tramos empedrados y rodeado de paredes
de piedra seca que aguantan de pie en
una buena parte. Amplio, sombreado y en dirección nordeste, nos bajara poco a
poco con alguna indicación impresa en
maderos acostados sobre el suelo que nos guían en algunos cruces con otros
caminos.
Guara desde un último cruce cerca de Used.
Hemos
visto Used, en la ladera de en frente, muy abajo nos enseña la pista y nos
depositará en el aparcamiento en el que tenemos el coche, finalizando así
nuestra circular del día cuando son las cuatro pasadas, con una jornada de ocho
horitas bien aprovechadas en las que habremos salvado un desnivel acumulado de
1550 metros. Solamente hemos visto un par de pequeños rebaños de cabras, uno de
ovejas en la distancia, un par de sarrios y algún que otro buitre en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.