20 sept 2017

61-17. DE GUARA AL CABEZO DE GUARA POR CUBILAS. 19-9-17.


Llegando a Guara Vallemona, Cubilas y Cabezo de Guara. 

Aparcamiento de Used, Pista y Refugio de los Fenales, Collado Este de Guara, Tozal de Guara, Vallemona, Cubilas, Cabezo de Guara, Barranco Petrino y Camino a Used.
19-09-2017.
Salida 08 h. Llegada 16 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Guara procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            …hay un chorizo interesante.
            Desde la Cima del Tozal de Guara contemplamos un dilatadísimo paisaje del Pirineo Axial, como desde todas las Atalayas del Prepirineo Exterior, algo distante, eso sí y con la nitidez robada por los altoestratos que penetran desde la vertiente francesa. No está la nubosidad de retención anunciada y que, de alguna manera, nos ha echado para aquí ya que necesitamos terreno seco para nuestros proyectos que sobrevuelan a la espera de aterrizaje.

Guara desde la Pista de los Fenales de Guara.

            Hoy será el día de las “hora pasadas” pues a las siete pasadas recogemos a Juan para marchar por la Guarguera a Nocito y continuar hasta el Aparcamiento de Used. Son las ocho pasadas cuando echamos a caminar al 19 de Septiembre de 2017.
            Desde el pequeño aparcamiento al sur de la carretera situado a 1085 metros de altitud, parte un camino y una pista cerrada al tráfico de vehículos no autorizados; ambos se orientan al sur y nosotros tomamos la pista que se va monte adelante para pasearnos cumplidamente con una serie de amplias revueltas.

Llegando al Refugio de los Fenales de Guara.

            Tras una revuelta enorme de derecha a izquierda alcanzamos el Barranco Petrino y el Refugio de los Fenales de Guara situado a 1400 metros de altitud tras hora y cuarto de camino en una mañana fresca con decidida escarcha sobre los herbazales.
            El refugio, horrorosamente pintado por fuera está muy limpio y decente por dentro. Parece ser que alguien ha pasado la noche allí.

Los pinos van remontando la Nordeste de Guara.

            Unos metros al este del refugio sale un caminillo indicado que se orienta al sur en consistente ascenso y en busca de un rellano intermedio al oeste de los Llanos de Cupierlo, todo vestido de pinar con sotobosque de boj y en la vertical de Vallemona.
            Las manos se enfrían a pesar del ejercicio pero salimos al sol de una mañana de otoño en verano,  abandonando los praderíos del rellano e iniciando una diagonal ascendente al sudoeste en busca de la loma en la que nos orienta casi continuamente el Tozal de Guara.

Transitado camino hacia el Tozal de Guara. 

            Los pinos que se van elevando en la ladera se quedan finalmente por debajo y un transitado camino suavemente ascendente por una descarnada ladera de calizas claras termina por depositarnos en el Collado Este de Guara sobre los 1950 metros de altitud y en el que campa un viento que alterna entre Cierzo y Puerto,  es decir, noroeste y norte.

En la Cima de Guara.

            Unos crecidos hitos que son inestimables en casos de nieblas, sobre todo para tomarlos en descenso, nos echan ligeramente a la vertiente sur en la que un transitado, pedregoso y suave camino nos deposita en la Cima del Tozal de Guara a 2077 metros de altitud un cuarto de hora después. Son las diez y media pasadas.

Iniciando el descenso de Guara a Vallemona.

            Hacemos algunas fotos en un dilatado, amplio y conocido paisaje, concluimos con que ha nevado más al oeste que al este aunque ya no queda prácticamente nada y nos sentamos a almorzar al abrigo del viento y al delicioso solecillo de la mañana.
            A las once, también pasadas, iniciamos el descenso por donde hemos subido. Por delante está todo nuestro porvenir que ciframos en el Cabezo de Guara y aligeramos pues… hay un chorizo interesante. La idea original era recorrer la arista desde el collado este hasta el Cabezo de Guara pero, puestos aquí, quién se resiste a subir hasta el Tozal.

Vista atrás al Tozal de Guara.

            Se trata de una amplia loma en la que se van sucediendo las prominencias y la más próxima, siempre al este, es Punta Vallemona culminando una larga y ondulada loma y situada a 1873 metros de altitud desde la que contemplamos hacia atrás el Tozal de Guara y por delante Cubila y el Cabezo. Son las once y media,  de nuevo, pasadas.

Desde Vallemona lo que nos queda por delante.

            Por delante tenemos el amplio Collado Vallemona, que más que collado es un cumplido rellano al que hay que bajar siguiendo un caminillo pedregoso o por cualquier parte pues da lo mismo.

Llegando al Pozo de Nieve de Vallemona.

            En el collado nos encontramos el Pozo de Nieve de Vallemona o del Duque que a diferencia de los que conocemos tiene una amplia cubierta esférica de piedra del país.

Precioso colchico de otoño en Vallemona.

            Recorrido el rellano cubierto de praderío iniciamos el ascenso de un resalte intermedio vestido de calizas claras cuando ya estábamos medio dispuestos a faldearlo por el sur. Será una buena idea ya que el faldeo visto desde arriba no aparenta ser ningún chollo y no hay que perder prácticamente desnivel desde aquí.

El Cuello de Cubilas y el pico del mismo nombre.

            Desde el hito cimero, que lo hay y grande, contemplamos la loma oeste que conduce a Cubilas sin ninguna dificultad y recorrida por caminillos de animales, se elevará suavemente hacia nuestro objetivo.

llegando a Cubilas. 

            He calculado tontamente una hora mientras almorzábamos pero enseguida nos damos cuenta de que será algo más. Son las doce y media pasadas cuando alcanzamos el Tozal de Cubilas situado a 1942 metros de altitud y coronado por un repetidor con casetón incluido.

En la Cima de Cubilas.

             A partir de aquí la sierra pierde rotundidad y se difumina bastante rodeada de viejas pistas por todas partes pero nuestra continuación está ya al nordeste en el que emerge apacible, próximo y engañoso el Cabezo de Guara, un lomón de aspecto amable y rechoncho del que ni conocemos ni vemos camino alguno, pero como dice Juan, todo es camino.

La amplísima Cabecera del Barranco de la Teja y Cabezo de Guara.

            Hay que descender en dirección nordeste de la manera más cómoda posible, calculo que alrededor de 150 metros hasta alcanzar el rellano, serán bastantes más, primero por ladera descarnada que enseguida se irá vistiendo de genista de corta talla  salpicada de bojes poco crecidos.
            Bajamos por cualquier parte buscando las pedrizas de materiales calizos menudos pero enseguida descubrimos que el apoyo sobre las matas de genista amortigua los pasos sin los desagradables pinchazos de sus espinas y ya lo hacemos de frente en busca del rellano.

En el rellano entre Cubilas y Cabezo de Guara.

            La genista cubre la mayor parte de un enorme rellano cuyos herbazales han sucumbido a la colonización de ésta por lo que los  pastos de altura han desaparecido sin los trabajos cotidianos de los pastores. Atravesar el rellano situado sobre los 1650 metros de altitud, que no sabes dónde empieza ni dónde termina se nos llevará tres cuartos de hora.

Llegando a la Cima del cabezo de Guara.

            Sin darnos cuenta comenzamos a ascender  de manera imperceptible solamente con el deseo de que la genista no gane talla. Así será y paulatinamente ganaremos altura siempre buscando cordones de calizas, discontinuidades de genista y algún corredorcillo herboso que nos elevan hasta la amplísima meseta cimera acotada a 1870 metros y en la que hay un vértice geodésico. Van a ser las dos de la tarde.

Cima del Cabezo de Guara.

            En un único escalón que jalona la cima y orientado al sudeste nos sentamos a comer con ganas de descansar. Media hora después reemprenderemos el camino ya de vuelta.
            Al nordeste se acaballan los Barrancos de Gorgas Negras, Bara y Mascún sin perspectiva. Al Norte aparece el Caserío de Bara y nosotros tomamos una pista hecha por el uso que desciende desde la cima hacia el oeste y por la que hemos llegado finalmente.

Hoyos de Guara y la loma que hemos recorrido.

            Sabemos que hay un camino que desciende al oeste al encuentro con la Pista que va de Santa Cilia  a Used y ese es nuestro presupuesto pues parece ser que ya estamos en ella.
            La pista baja hasta los Rellanos  de Cupierlo y las Hoyas de Guara que nosotros hemos tocado en ascenso por su parte más este y enseguida aparece una línea de hitos que no vamos a abandonar ya que la pista aparece y desaparece con cierta frecuencia.

Cruce en la Cabecera del Barranco Petrino.

            Nos orientamos un poco al norte entre praderíos que resisten a la genista y en muy suave descenso alcanzamos un desvío acartelado: al norte Bara y al oeste lo que nos interesa: Used y Nocito.
            Atravesaremos un par de barrancos  separados por crestones rocosos poco prominentes y siempre bien guiados entraremos en el Barranco Petrino que se orienta al oeste paralelo a la loma que hemos transitado a media mañana. Se trata de una faja alargada de prados abandonados  por los que avanza, también linealmente, la pista que nos tiene que conducir al Refugio de los Fenales de Guara y a Used finalmente, por donde hemos subido a la mañana.

Viejo y amplio Camino a Used.

            Poco más adelante cuando todavía calculamos que nos faltará algo así como cerca de media hora para alcanzar el refugio un camino indicado parte al norte y lo seguimos.
            Se trata del viejo Camino de Used que atraviesa los prados del barranco y se marcha para abajo ahorrándonos una buena vuelta además de las revueltas de la pista.

Camino entre viejos muros de piedra seca.

            Es un viejo camino que todavía guarda muchos tramos empedrados y rodeado de paredes de piedra seca que aguantan  de pie en una buena parte. Amplio, sombreado y en dirección nordeste, nos bajara poco a poco con alguna indicación  impresa en maderos acostados sobre el suelo que nos guían en algunos cruces con otros caminos.

Guara desde un último cruce cerca de Used. 

            Hemos visto Used, en la ladera de en frente, muy abajo nos enseña la pista y nos depositará en el aparcamiento en el que tenemos el coche, finalizando así nuestra circular del día cuando son las cuatro pasadas, con una jornada de ocho horitas bien aprovechadas en las que habremos salvado un desnivel acumulado de 1550 metros. Solamente hemos visto un par de pequeños rebaños de cabras, uno de ovejas en la distancia, un par de sarrios y algún que otro buitre en el cielo.


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