7 oct 2018

67-18. ESTATAS, QUILLON Y CREGÜEÑA EN CIRCULAR. 5-10-2018.




Arista hacia Cregüeña que nos queda desde Estatás.

Puente de Cregüeña, Pleta de Cregüeña, Corredor Norte de Estatás, Cima Estatás, Faldeo Gendarmes de Estatás, Pico de Quillón, Pico Cregüeña. Regreso a Brecha de Cregüeña, Pleta de Cregüeña y Camino a Puente de Cregüeña
505-10-2018.
Salida 07:15 h. Llegada 17:15 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Cregüeña procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Bajamos desde la Besurta y antes de llegar al Plan de Baños contemplamos la Cabecera del Corredor Norte de Estatás y dudamos entre si bajarlo o subirlo. Seguidamente nos llegamos al Puente de Cregüeña y aparcamos en las inmediaciones del mismo. Luego daremos algún paseo por los alrededores cenaremos y nos empiltraremos pronto.

El Corredor Norte de Estatás desde la carretera.

            Una noche larga pues no estamos cansados da paso al 5 de Octubre de 2018 al que ponemos en marcha a las seis y media bien pasadas. Es completamente de noche cuando a las siete y cuarto tomamos el Camino de Cregüeña a 1470 metros de altitud.

Desde el Barranco de Cregüeña comenzamos a ver el Corredor Norte de Estatás.

            El camino transita por la Orilla derecha del Barranco de Cregüeña en dirección este-sudeste y nosotros avanzamos con cuidado pues la luminosidad de la noche, más dentro del bosque, es prácticamente inexistente. Nos acompañan las estrellas y el escandaloso rumor del barranco que se derrumba en una cascada casi continua.

Gayuba o buxareta con frutos en el Barranco de Cregüeña. 

            El camino muy transitado, balizado de azul y lleno de hitos de piedras sube persistentemente hasta atravesar  horizontalmente un tramo de pedrera desnuda. Se ha hecho de día y se asoma por entre las copas de los pinos la parte superior del Corredor Norte de Estatás.

Estatás y su corredor norte desde cerca de la Pleta de Cregüeña. 

            Poco después y antes de alcanzar el Rellano de la Pleta de Cregüeña buscamos paso para atravesar el barranco. Lo haremos al segundo intento y en un pequeño rellano entre la zona de cascadas. Son las ocho y cuarto pasadas y estamos a 2000 metros de altitud.

Ya en el Corredor Norte de Estatás. 

            Cogemos agua y continuamos por un praderío de rododendro crecido entre bloques de granito que se hace incómodo por lo irregular del firme. Ascenderemos durante  casi un centenar de metros en busca de los cordones de pedriza que salen a nuestro encuentro hasta alcanzar uno de los cordones de bloques que se limpia definitivamente.

Estrangulamiento por encima del Resalte Intermedio del Corredor Norte de Estatás.

            El ascenso continúa ya más cómodo pues los materiales están muy estabilizados y con restos de aludes y la pendiente es moderada. Ganamos altura con facilidad a la agradable sombra de la mañana.
         El Corredor Norte de Estatás es un flecha de pendiente muy uniforme pero a pesar de ello aparecen sucesivamente tres pequeños resaltes que subimos directamente los dos primeros y faldeamos ligeramente por su izquierda el tercero hasta alcanzar un primer estrangulamiento Los materiales se han ido haciendo más menudos e inestables.

El fondo del Corredor Norte de Estatás con materiales más menudos e inestables.

            Pasamos el bloque empotrado por su derecha con susto incorporado y proseguimos saliendo del fondo del corredor y progresando por su ladera izquierda  que es muy transitable. Vueltos de nuevo al fondo del corredor enseguida se yergue ligeramente y se torna más descompuesto  por lo que lo abandonamos para buscar la firmeza y comodidad de su ladera izquierda por la que proseguiremos ascenso.

Abandonando el Corredor Noerte de Estatás para progresar por la ladera izquierda.

            El corredor se ensancha, se abre en ramas, la pendiente se incrementa algo y se convierte en más en una ladera amplia, erguida, terrosa y muy descompuesta por lo que optemos por proseguir hacia arriba por lo que vemos más firme, mezcla de granito y metamórficas.

Alcanzamos la arista nacida en el Bosque de Cregüeña y la faldeamos por el norte.

            Nos acercamos a la Arista de Estatás que sube a nuestra derecha y previendo que no sea demasiado fácil subir por el filo perseveramos en el corredor, haciendo una diagonal hasta que finalmente alcanzamos la arista tras subir un par de tramos de corredor estrechos  cosa que hacemos por un crestón.
            Alcanzamos la arista sobre los 2750 metros de altitud cuando la arista se convierte en un dorso orientado al sur que permite subir por cualquier parte entre bloques de granito llenos de líquenes. Las paredes ya verticales quedan en la vertiente norte.

Llegando al final del Corredor Norte de Estatás.

            Ascendemos la ladera en busca de la cima ya próxima pero lo que alcanzamos es un hombro con hito desde el que visualizamos la Cima de Estatás. Mi altímetro no se equivocaba.
            Estamos sobre  los 2800 metros de altitud y nos queda todo el casquete somital que no haremos a toda arista sino que tras recorrer horizontalmente el hombro faldearemos en diagonal ascendente, por la ladera sur, en busca directamente de la cima.

Coronada la Antecima aparece la Cima de Estatás.

            Tras atravesar un par de declives de la ladera buscando camino y apoyando las manos de cuando en cuando alcanzamos la Cima del Pico Estatás  situada a 2952 metros de altitud cuando son las once menos cuarto de la mañana y no ha estado nada mal a pesar de que en algún momento se nos ha hecho pelín largo el corredor.

Los Gendarmes Occidentales de la Cresta de Estatás.

            Al solecillo de la mañana nos sentamos a echar un bocado y un trago que nos hemos ganado tras los 1500 metros ascendidos sin tregua y rumiamos el pedazo de arista que tenemos por delante: los Gendarmes de Estatás, los dos Picos de Quillón y el Pico de Cregüeña, algo más de un kilómetro de arista que puede ser muy entretenida.

Faldeando el más occidental de los Gendarmes de Estatás. 

            No son las once y cuarto cuando reanudamos la marcha algo inquietos. Hay que bajar a la Brecha de Estatás situada setenta metros más abajo. Lo hacemos primero a toda cresta, destrepamos dos pasos largos y tomamos una pedrera descompuesta que nos lleva a la brecha y nos deposita frente a los dos Gendarmes Occidentales que hay que faldear. Luego vienen más pero ya se verá.

Todavía quedan al menos tres gendarmes para alcanzar el Collado Oeste de Quillón.

            Entre perder al sur, por un corredor poco agradable, 150 metros y faldear todas las agujas por unas campas inclinadas de hierba para retornar a la arista pasadas las mismas o faldear las dos primeras a mediana altura optamos por esta segunda opción sabiendo que jamás sabremos si ha sido la buena. Creo que no pero…

El faldeo de los Gendarmes de Estatás resulta laborioso.

            Perdidos una treintena de metros nos enfrascamos en un faldeo fácil al que le salen de cuando en cuando ligeras complicaciones en las que pasamos de los apoyos de manos a las trepadas fáciles combinando continuamente con travesías por terreno descompuesto, en el que aparecen retazos de pratenses, todo ello en una pared con poca perspectiva.

Una placa delicada en el Gendarme Oriental de Estatás.

            Enseguida faldeamos los dos primeros gendarmes o al menos así nos lo parece y lo hacemos con un tercero de cima más amable,  por lo que proseguimos el faldeo un poco ascendente en busca de la arista a la que no llegaremos puesto que aparecen más gendarmes salpicados de placas severas de granito: puedes avanzar un poco por cualquier parte pero te puedes embarcar cuando menos lo pienses.

Remontando hacia la Brecha de Quillón.

            Van cayendo corredores pero siempre aparece un nuevo dorso desde el que comprobamos que  todavía nos queda alguna prominencia antes de alcanzar una brecha de la que arranca una loma más amplia que muere en la Arista Oeste de los Picos de Quillón. Una placa en la vertiente norte de la arista nos invita a faldearla fácilmente por el sur.
            Se nos va casi una hora con las agujas y alcanzado el collado nos pasamos a la vertiente norte que viste de pedregal granítico de grandes proporciones y que se transita de cine.

La Pared del Quillón Oriental que vamos a subir. 

            Los Picos de Quillón son dos: el Occidental que es una cima bicéfala a la que se accede por un corto corredor de pedregal bastante estable y que culmina en medio de las dos cabezas, una docena de metros por debajo de las mismas y el Oriental para el que hay que acceder a la Brecha de los Quillones, un poco más al este y atacar su arista este pues no se puede afrontar el descenso a la brecha desde el Quillón Occidental como comprobamos en la misma situada por encima de los 2900 metros.

La doble cima del Quillón Occidental desde la pared del Oriental. 

            Dejamos las mochilas en la Brecha de los Quillones y comenzamos la arista oeste: una escalera de gigantes con dos escalones grandes pero fáciles que nos permiten alcanzar la zona somital vestida de enormes lajas de granito. Son las doce y media cuando alcanzamos la Cima del Pico de Quillón Oriental situada a 2551 metros de altitud y no diría cuál de los dos Quillones es más alto.

En el Monolito Cimero de Quillón Oriental.

            Hago un par de panorámicas y una foto de cima con alguna dificultad en la que aparecen  Guías y Claravides,  los Picos del Portillón, Perdiguero, Posets, Crabioules, Maupás, Boum, Salvaguardia, Alba, Maladetas, Maldito, Aneto, Russel y Ballivierna además de Castanesa y la Sierra Negra y seguidamente desandamos arista hasta la Brecha de Quillones para recuperar las mochilas.

El Pico Cregüeña ya queda cerca.

            La continuación tiene que ser de nuevo por la vertiente sur. Para ello hay que bajar unos metros hasta un bloque empotrado que es un puente natural. Hay que atravesarlo por debajo y tras descender unos metros más de corredor absolutamente descompuesto, iniciar un faldeo hacia el este para rodear el Quillón Oriental y alcanzar la Brecha de Cregüeña que hemos adivinado desde la cima anterior.

Destrepando la Oeste del Quillón Oriental.

            Un faldeo similar al de las Agujas de Estatás pero muchísimo más corto  nos deposita bajo la Brecha de Cregüeña situada por debajo de los 2900 metros.
            Desde Quillón hemos visto que ni por el norte ni a toda cresta se puede salir de la brecha y por tanto abordaremos el pico por el sur.

Bajo el Bloque Empotrado al Sur de la Brecha de Quillón. 

            Dejamos las mochilas de nuevo unos metros debajo de la brecha y entramos en un corredor que parece romperá el zócalo de granito que defiende el casquete somital del pico.

llegando a la Brecha de Cregüeña.

            Se trata de un corredor que nos eleva unos metros y nos deposita en una placa  vertical de una decena de metros que tienen una repisa central. Tiene buen granito y suficiente presas para subirla pero en descenso se aproximará al IIIº.

Foto de Cima del Pico Cregüeña. 

            Superado el paso otro corto tramo de corredor nos deposita en la arista que ya se ha acostado un poco. Hago un par de hitos orientativos para la entrada del corredor a la vuelta y nos vamos para arriba bien a toda cresta o faldeando ligeramente por el sur.
            Son alrededor de 100 metros de desnivel que se nos han ido en un suspiro quizás por la incertidumbre de si sería el corredor la vía posible para nosotros y es la una y media cuando alcanzamos la Cima del Pico de Cregüeña situada a 2994 metros de altitud: ”me cachis por un par de piedras más”.

Iniciando el destrepe de las placas del Corredor de la Suroeste de Cregüeña.

            Foto de cima con media sonrisa, otra al Ibón de Piedras Albas de gratos recuerdos, adiós al Pico del Aguila al que no iremos quedándose como único de toda la arista hasta Aneto y aquí termina nuestra cabalgada que no la jornada.

Saliendo del Corredor Sudoeste de Cregüeña. 

            Descenso agradable  hasta el corredor localizado perfectamente, destrepe cuidadoso de la placa y alcanzadas las mochilas nos sentamos a comer: son las dos de la tarde.
            Media hora después remontamos hasta la Brecha de Cregüeña y nos echamos para abajo en busca de la Pleta de Cregüeña.

Ha helado y la nieve está dura como el granito bajo la Brecha de Cregüeña. 

            El tramo superior del corredor que nace en la brecha es inclinado, descompuesto e inestable que hay que bajar con cuidado. Seguidamente se amplía y se convierte en un pedregal de insospechadas proporciones que bajamos orientados por el Ibonet de Cregüeña primero y por la Brecha Inferior de Alba después. Se trata de un descenso de bolo en bolo incómodo cuando no puedes ir por arriba de ellos.

La Norte del Pico Cregüeña.

            Hay unos neveros acostados en las Paredes de Quillón que, a la sombra, tienen la nieve dura como el granito y ni pensar en patinarlos. Más abajo la ladera se arrellana y aparece el granito madre liso y pulido además de cubierto de hielo en las placas con escorrentías, lo que nos indica que el invierno no está lejos por estos parajes.

Después de tanto bloque se agracen las terrazas de hierba de la Pleta de Cregüeña.

            Bajar directamente hacia la parte baja de la Pleta de Cregüeña puede tener alguna complicación con final incierto por lo que decidimos faldear la parte alta de la pleta al encuentro del camino utilizando pasillos cubiertos de pratenses que nos descansen de tanta piedra. Primero alcanzaremos una zona de ibonciechos y después atravesaremos el Barranco de Cregüeña cuando baja todavía dividido en ramas para alcanzar el camino sobre los 2500 metros de altitud. Son las cuatro menos cuarto.

Cregüeña y Quillones desde la Pleta de Cregüeña.

            El camino que conocemos, se va para abajo dando infinitas vueltas unos tramos arrellanados y otros inclinados y llenos de bolerío granítico suelto y redondeado. Las raíces de los pinos que enseguida aparecen retienen la poca tierra que hay y escalonan los tramos de pared.
            El camino se aproxima al barranco en las inmediaciones de la zona baja de la pleta para arrellanarse entre praderío crecido y abrasado por el Otoño para continuar junto al mismo convertido en una cascada casi continua. Nos hartamos de comer arándanos que están a pedir de boca y a las cinco y cuarto terminamos nuestra jornada con un sabor agradable a pesar de los, al menos, 1800 metros de desnivel que hemos acumulado.

Una Cascada del Barranco de Cregüeña quizás para compensar.
           
            Al Pico de Cregüeña, que es poco visitado por 6 cochinos metros, habría que ir directamente por la Cola del Ibón de Cregüeña a la Brecha que sería su vía normal con una buena parte de camino, la opción  desde el Puente de Coronas aunque es más directa carece de camino y como que no es para demasiada gente; pero hacerla desde la Cresta de Estatás es otra historia que tenía ganas de vivir. ¡Que ustedes la disfruten!

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