16 ene 2019

6-19. TRALLATA EN CIRCULAR DESDE BUESA. 15--1-19.


Lope delante de Trallata. 

Barrera Pista de Buesa, Refugio Femallas, Juan Borra, Tozal de la Caña, Punta Lope, Punta Trallata, Estralieto y Punta Siarras. Descenso desde el collado con Guliano a Pista de Buesa.
15-01-2019.
Salida 09 h. Llegada 15:15 h.
Sol.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Trallata procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Buesa es un diminuto pueblo al nordeste de Broto y al que se llega por una carreterilla de montaña desde las inmediaciones del mismo, nada especial en medio de la enorme pléyade de pequeños caseríos  perdidos en el Pirineo de Huesca y que en la actualidad cuentan con la cara lavada; es decir, las casas se han rehabilitado, las bordas y pajares se han reconvertido en casas y excepcionalmente son residencias habituales.
            La actividad económica excepcionalmente es la agrícola o ganadera ahora sustituida por una ingente afloración de casas rurales alquiladas para el turismo actual que llega atraído por la naturaleza y la tranquilidad y que acostumbra a entretenerse con la práctica del senderismo o el ciclismo de montaña entre otras actividades deportivas, de tal forma que se han rehabilitado los viejos caminos prácticamente abandonados y hoy recorridos gracias a una más que apreciable información y en muchas casos precisa indicación.

Desvío de la Pista Principal de Buesa por donde volveremos.

            Pero Buesa es una excepción en cuanto a la señalización de caminos: únicamente la Pista del Barranco de Arán, restringida al tráfico, posible bajo el pago de una modesta cantidad, cuenta con señales para los ciclistas de montaña y con ello hay que contar.
            Nosotros conocemos de hace algunos años el valle y hoy 15 de Enero de 2019 vamos a recorrerlo de nuevo. Son las 9 de la mañana cuando aparcamos junto a la barrera abierta  a 1225 metros de altitud tras haber tomado la pista a la entrada  del pueblo y haber recorrido un par de kilómetros de ella.

No hay nieve pero si bastante hielo a pesar de no haber demasiada precipitación.

            En bastante buen estado pero con abundante hielo avanza valle adentro, en dirección nordeste, siempre por la Orilla Izquierda del Barranco de Arán y ascendiendo suavemente. Estamos en la umbría del barranco y la mañana está fresquilla aunque muy decente para caminar.

Vista hacia Manchoya-Pelopín.

            Tres cuartos de hora después alcanzamos un punto en que la pista se abre en dos y si no me equivoco será por la rama que se incorpora desde el sur por donde volveremos de nuestra circular al valle.

Temprana floración del eléboro fétido en Buesa.

            Hemos cruzado tres barrancos subsidiarios con más o menos hielo y estamos en el cuarto, el barranco principal queda bastante hondo pero poco a poco pista y barranco se aproximarán  hasta que es una fuerte revuelta la pista cruza el Barranco Chate y vuelve en busca del de Arán para proseguir  al norte al encuentro de la Cabaña de las Femallas, abierta y en estado solamente decente. Estamos sobre los 1600 metros de altitud.

Acercándonos a Juan Borra al agradable sol de la mañana.

            La pista ya terrosa nos enseña el Cordal de Manchoya  y la sierra divisoria con Santa Ana de Torla al solecillo de la mañana y vuelta a vuelta  se alarga en busca del Collado Siarras.

Tendeñera desde el Collado Siarras. 

            Al este se divisa ya cerca la Punta Juan Borra con su faja de praderío entre el pinar  y a la que se llega en un corto faldeo horizontal en poco más de diez minutos y desde la que se divisa el Rellano de Santa Ana con meridiana claridad. Luego, desde el collado situado sobre los 1800 metros de altitud, la pista gira al este y avanza por la cabecera de la sierra aprovechando ahora que  el pinar se ha quedado por debajo.

Contraluz a la Noroeste de Trallata.

            Poco más adelante abandonamos la pista para ascender una ladera de praderío suavemente ascendente a la que tanto pinos como enebros le han puesto fecha de caducidad y con la que remontamos una centena larga de metros.

Remontando hacia el Tozal de la Caña.

            Nos deposita, tras cruzar otra rama de pista, en la alargada y amable Cima del Tozal de la Caña situada a 2006 metros de altitud, son las once y cuarto pasadas y nos sentamos en unas piedras para echar un bocado mientras contemplamos como la pista se alarga al norte por la loma en busca de Estatón  y más allá de Diazas: es la puerta de Ordesa desde Mondarruego hasta la María Central con las Cutas por delante.

Estatón y Diazas delante de Ordesa desde el Tozal de la Caña. 

            Poco después proseguimos camino casi al sur en busca del Collado Fonda. No es conveniente bajar los alrededor de 150 metros de desnivel por la arista ya que estos montes sin explotación tanto ganadera como forestal se están poniendo imposibles para el tránsito además de que el paretazo es poco amable.

La Norte de Lope guarda algo de nieve.

            Consecuentemente alcanzamos de nuevo la rama de la pista que marcha hacia Trallata y alcanzamos el Collado Fonda para ascender muy suavemente hasta Punta Lope situada a 1905 metros de altitud. La cima no tiene ninguna perspectiva abrumada por el pinar.

Iniciando el remonte de la Norte de T rallata.

            Un suave descenso nos deposita en la pista y en el Collado Xarlosa situado a 1860 metros de altitud. La pista se marcha a faldear por la Norte de Trallata y nosotros nos vamos en busca de la nieve que ocupa la norte del pico.

Remmontando los Neveros de Trallata.

            Tras el nevero inicial vestido de nieve dura por rehelada, al igual que la de la Norte de Punta Lope, entramos a la sombra, la ladera se empina un poco pero la nieve mejora al estar poco transformada. Nos permitirá un cómodo ascenso por un camino que aparece y desaparece bajo la nieve y que tras remontarnos alrededor de 150 metros nos deposita en la amable, amplia y herbosa cima de Punta Trallata o Pueyo Ballarín situada a 2027 metros de altitud, es la una menos cuarto.

En la Cima de Punta Trallata o Pueyo Ballarín.

            Junto al vértice geodésico hacemos algunas fotos, contemplamos el sudeste vestido de azul y presidido por Montañesa, nos deleitamos con la espectacular plástica de la Norte de Suerio y sin más iniciamos el descenso al sudoeste en busca del Collado del Furco donde nace la principal rama del Barranco de Arán.

La espléndida Vertiente Norte de Suerio.

            Se trata de una soleada ladera de praderío a la que le nacen pinos en su parte baja, la que nos permitirá alcanzar la pista que se ha ido a faldear la Norte de Trallata y con ella, de llano alcanzar el Collado del Furco situado a 1850 metros de altitud.

Bajando hacia el Collado del Furco. 

            En el collado tomamos la arista este que muy vestida y recorrida por un camino más transitado por animales que por caminantes, nos permite alcanzar con algunas molestias la Cima de Punta Estralieto a 1929 metros de altitud.

Trallata desde Estralieto.

            Más al oeste aparecen Sarrulla y Guliano y tenemos que llegar hasta el collado que separa estas cimas. Por ello recorremos la amplia loma suavemente descendente primero y tratando de progresar fuera de los pinos que rellenan toda la ladera del valle orientada al norte, para ascender brevemente hasta la Cima de Sarrulla situada 1935 metros de altitud.

Con Guliano y Sarrulla detrás.

            En la cima no tenemos más objetivo que localizar un descenso cómodo. En su día bajamos por la loma noroeste   bastante limpia pero hoy buscaremos un camino que supongo arrancara del collado con Guliano y por ello nos echamos un poco al oeste hasta visualizarlo: allí está nuestro camino y nos sentamos en el praderío a comer pues es la una y media.

Trallata y Estralieto desde Sarrulla.

            Media hora después bajamos hasta las inmediaciones del collado y tomamos el camino que marcha en descenso al sudoeste entre la loma que discurre a nuestra derecha con el cuarto barranco subsidiario que hemos cruzado a la mañana a nuestra izquierda.

Este camino de animales nos va a bajar hasta la pista.

            Poco transitado y sin hitos se va para abajo y nosotros también. No hay huellas de botas pero si hay viejas raíces de boj cortadas con motosierra para limpiar el camino para el ganado.
            El camino pasa junto a un abrevadero, se hace perdedor a tramos, desemboca en un claro del pinar y allí se pierde. Recorremos el rellano por su parte exterior al objeto de localizar la continuación hasta que un par de cintajos de plástico nos revelan la continuación que no el camino ya que están haciendo una limpia de bosque y por ella nos vamos para abajo. Los trabajadores de la limpia han tenido que subir necesariamente por alguna pista.

En la pista que nos bajará a la Principal de Buesa. 

            Enseguida alcanzamos una pista  donde finaliza la limpia y con ella nos vamos al oeste y para abajo para pasar una revuelta conflictiva puesto que la plancha de hielo es insalvable y tenemos que colocar tres piedras para poder terminar de atravesar la plancha. Luego, un par de revueltas con un desnivel salvaje nos depositan en la pista principal justamente por donde había previsto.
            Tres cuartos de hora después nos llegamos al coche. Son las cuatro y cuarto. Nuestra circular se nos ha llevado seis horas y cuarto y 1150 metros de desnivel en una jornada espléndida de este invierno poco usual que estamos disfrutando. Luego pararemos en Buesa para dar una vueltecilla por el pueblo y disfrutar del sol de la tarde en un lugar tan bien orientado.

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