12 feb 2019

14-19. PEDRO DELS QUATRE BATLLES POR TOSSA PELADA. 10-2-2019.


Faldeando la Sudeste de Tossa Pelada hacia el Pedró dels Quatre Batlles. 

Aparcamiento de Estivella, Pista de Arderic, Cara Norte, Tossa Pelada, Pedró dels Quatre Batlles, Pla del Orri y Clot de la Vall.
10-02-2019.
Salida 09:15 h. Llegada 12:45 h.
Sol.
Muy fácil.
Esquí de montaña.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa del Pedró dels Quatre Batlles procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Desde el Prat Donadó en Port del Compte,  nos subimos, pasando por El Sucre hasta Estivella. Son las seis de la tarde, el sol se ha marchado ya y rodeados de nieve a 1940 metros de altitud enseguida bajará la temperatura. Hemos visto nuestras opciones para el día siguiente y cenamos en la furgo para empiltrarnos pronto.
            La noche resultará larga y agradable pues la temperatura rondará los 0º centígrados que es divina para el lugar. Solamente hay un pero y es que durante la noche hace algo de viento y a las ocho y media de la mañana, cuando nos levantamos al 10 de Febrero de 2019, sigue soplando con fuerza.

Llegando a la Rasa de la Coma Furosa. 

            Alrededor de las nueve y media comenzamos a foquear desde la misma furgo con las manos frías a pesar de que el viento no es frío en exceso.
            Hay tres opciones diferentes de ascender al Pedró dels Quatre Batlles que es nuestro objetivo de hoy: una directa por la que podríamos bajar y otras dos más largas aunque con una primera parte común; de ellas, elegimos la más larga y que transita más al oeste permitiéndonos conocer la parte opuesta de la estación que conocimos ayer.

Ascendiendo persistentemente  por la Pista de Arderic.

            Se trata de la Pista de Arderic que abandona el Aparcamiento de Estivella en dirección norte para transitar en suave ascenso la Ladera Este del Tossal de Estivella, ladera vestida de pinos y abrigada del viento en la que enseguida nos entran en calor las manos, con lo que la mañana mejora en la esperanza de que el pinar se alargue muy arriba y el rato de exposición al viento sea el mínimo posible.

La divisoria de rutas cerca del Mirador de Pedraforca. 

            La pista está muy bien nevada, algo trillada por raquetas fundamentalmente y perfectamente balizada en rojo: así da gusto.
            Foqueamos sin prisa pero sin pausa recorriendo las amplias lazadas de la pista durante la primera hora hasta que alcanzamos la bifurcación de rutas balizadas. Dejamos que marche al este la Ruta Marrón y proseguimos al norte por la Roja. Un poco antes adelantamos a uno de los grupos que ha salido delante de nosotros de los demás no sabremos nada.

La Pista de Arderic se arrellana. 

            Hemos atravesado un par de barranquillos y ahora alcanzamos un dorso en el que está el Mirador de Pedraforca aunque no podamos visualizar el pico.
            A partir de aquí la pista se arrellana e incluso llegara a descender ligeramente  para virar al noroeste y atravesar las sucesivas pistas que se alternan con arrastres y que constituyen la parte nororiental de la Estación del Port del Compte. Se trata de unas pistas amplias, longitudinales y uniformes que bajan a morir en la rasa de Carbassers aunque no veamos bajar a nadie por ellas.

La amplia Pista de Esquí de Arderic, una de las que cruzamos. 

            Pasada la última de las varias pistas y ante una depresión en la que se debe encontrar la Font de Arderic, la abandonamos para orientarnos al sur por una rampa inclinada, vestida igualmente de pinos y con nieve polvo pues sigue protegida del viento.
            Se trata del ascenso más consistente del día pues subiremos uniformemente un desnivel de alrededor de 200 metros en una largada directa, cómoda y, por supuesto, perfectamente balizada.

Llaneamos entre huellas de esquí en la Pista de Arderic.

            Pero el bosque se aclara y se termina para dejarnos en el entrada de un altiplano desde el que vemos la Nordeste de la Tossa Pelada y en la que el viento azota impíamente: la nieve polvo ha sido volatilizada por el viento y ha dejado una fina capa de nieve acristalada y dura como una piedra. A pesar de todo todavía no ponemos los cortavientos siguiendo fieles a nuestra mala costumbre de no abrigarnos hasta que no llega el Juicio Final.

Agradable ascenso a Tossa Pelada al pairo del viento.

            Coronamos bailando el altiplano y cuando estamos pensando en poner las cuchillas para remontar el casquete somital del pico, visualizamos unas acumulaciones de nieve polvo ligeramente al sur de la huella y por ellas remontamos la mayor parte del pequeño desnivel que nos separaba de la cima.

Nieve polvo sin viento en la Norte de Tossa Pelada. 

            Luego la ladera se arrellana y nos muestra un hito cimero rodeado de piedras por todas partes, el viento ha limpiado la cima y pretende limpiarnos también a nosotros por lo que le digo a mi chica que ataje por el sudeste en busca de las acumulaciones de nieve polvo. Tossa Pelada, hace honor a su nombre, tiene 2376 metros de altitud pero no nos molestamos en quitar los esquís y acercarnos al hito cimero en el que hay un par de esquiadores esquís en mano peleándose cuerpo a cuerpo con el ventarrón. Van forrados a tope.

Saliendo al Altiplano de Tossa Pelada cambiamos pinos por viento.

            No habrá que perder más allá de una cincuentena de metros en dirección sur para alcanzar un amplio collado del que arranca en dirección sudoeste una amplísima y amable rampa vestida al cristal de la jornada en la que campa el viento con todo su esplendor.
            A pesar de todo en el collado espero la llegada de la pareja que viene detrás y les pregunto. Me dicen que la Ruta Marrón se va para abajo por el vallecillo que tenemos aquí hacia el este,  a nuestra izquierda,  que pasa por la cabecera de las pistas y que es una buena escapatoria en estas circunstancias.

La Norte de Tossa Pelada. 

            Buscando los inexistentes restos de nieve polvo alcanzamos la poco evidente Cima del Pedró dels Quatre Batlles situada a 2387 metros de altitud cuando son las doce menos cuarto.
            Se trata de un amplio lomo en el que hay una pequeña acumulación de rocas y un bloque de piedra rodeado de paneles direccionales que ni siquiera miramos pues no está la mañana para contemplaciones, además de que la nubosidad de retención descabeza las cimas.

Depósitos de nieve polvo útiles para ascender a Tossa Pelada. 

            Al pobre abrigo del bloque  que hace de hito cimero  nos abrigamos un poco, quitamos pieles con dificultades para recogerlas, charlamos brevemente con el personal que ha llegado tras nosotros y tras una transición interminable nos montamos en los esquís dispuestos a que el viento se ocupe de nosotros.
            Iniciamos el descenso sobre la superficie completamente helado en contra del viento y hasta tenemos que remar cuesta abajo para avanzar. A empujones nos bajamos hasta las inmediaciones del collado con Tossa Pelada y enseguida, abrigados medianamente del viento comenzamos a girar entrando en el vallecillo.

Ascendiendo la Rampa Nordeste del Pedró dels Quatre Batlles.

            Faldeamos un poco y deslizamos en busca de un irregular rellano rodeado de pequeñas depresiones en las que hemos de remar un poco pero estamos ya al abrigo del viento.
            A la zona llegan un par de arrastres  y de allí parten pistas en las dos direcciones: las que hemos cruzado en nuestro ascenso y las que se van a bajar hacia Estivella y por allí nos vamos.

En Pedró dels Quatre Batlles soportando el vendaval con Tosa pelada al fondo.

            Tras una revuelta llana de la pista, comenzamos un descenso mientras vemos gente que transita en dos direcciones a salvo del viento que azota por arriba. Nosotros podemos abandonar la pista y seguir por la Ruta Marrón que ya sabemos a dónde nos va a llevar pero preferimos conocer y descender hacia el Prat del Orri situado a 2240 metros de altitud dejando a nuestra espalda el Tosal de Estivella  que hemos faldeado a la mañana.

Volando materialmente de la Cima del Pedró dels Quatre Batlles.

            Ni siquiera nos paramos a echar un café caliente pues el sol nos reconforta suficientemente y ya metidos en las pistas enseguida estaremos abajo.
            La Rasa Pauet es un tubo rojo  con una nieve inmejorable al sol de la mañana y por la que descienden raquetistas y ascienden algunos esquiadores. Se trata de una delicia que se abre en dos, la rama que marcha un poco al oeste está cortada por un cartel y continuamos por la este que es una pista, soleada, estrecha, con poca nieve y muchísimas piedras que hay que bajar con exquisito cuidado si no quieres destrozar las tablas.

Bajando la Rasa Pauet cesa el viento y disfrutamos. 

            Poco más abajo alcanza el sombrío y de nuevo aparece una nieve excelente que nos deposita tras un tramo erguido en la balsa artificial para los cañones de nieve del Clot de la Vall. Por el otro lado de la balsa llega la otra pista.


Ayer estábamos en Puig de les Morreres y hoy finalizando en el Pedró desls Quatre Batlles. 


            Es la una menos cuarto pasadas cuando nos llegamos al Aparcamiento de Estivella cerrando la circular y nuestra jornada  con un remonte acumulado de 500 metros. Hoy sí que se nos ha ventilado el piojo.
            En el aparcamiento ha cesado el viento y hace un día de postal en el que la gente marcha para arriba con raquetas y con esquís. En esta zona de pistas hay cuatro gatos mal contados.

Fin de una jornada que ha tenido luces y sombras como siempre en Port del Compte.

            Ponemos a secar bártulos al sol, comemos tranquilamente al gusto, recogemos y alrededor de las dos nos metemos en carretera, antes de que empiece a mover la riada de coches para coger las Rondas sin las clásicas y conocidas  aglomeraciones del domingo por la tarde.



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