Rellano de Couecq, Acue y Arri.
Forges de Abel, Aparcamiento y Hayedo de
Espelunguere. Rellano de Couecq, Col y Arista Oeste de Acue.
17-02-2019.
09:30 h.
16 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Acue procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Cuando
a las nueve y media de la mañana del 17 de Febrero de 2019 porteamos una docena
metros en les Forges de Abel a 1070 metros de altitud, un travesero comenta que
si hemos venido todos aquí. Habrá alrededor de una docena de coches aparcados
de la central hasta el puente.
Salimos al sol en la Pista de Couecq.
Está
anunciado un día excelente con algunas dudas en relación al viento y a pesar de
que en casa estábamos sobre cero, hacia Canfranc hace algo más de fresco pero
la mañana a la sombra y rodeados de nieve no está nada mal cuando comenzamos a
foquear, nunca desde tan abajo.
Atajando la Pista de Couecq tras el Pont Thezy.
La
jornada se presume larga, la pista está excelentemente nevada, con una nieve
algo atormada y rehelada pero se foquea bien. Hay que hacer camino en dirección
oeste.
Enseguida
cruzamos el Pont de Thezy y salimos al sol atajando la lazada subsiguiente en
la que adelantamos a un grupo.
No recordamos una pista tan bien nevada en la Central de Estaens.
Tras
un par de kilómetros largos de pista
alcanzamos la Central Eléctrica de Estaens a 1280 metros de altitud, a
la sombra del Barranco de Escalé que llevamos a nuestra izquierda. Un par de
largadas más arriba nos espera el Aparcamiento de Espelunguere y la barrera que
limita el tráfico de vehículos. Hemos echado cincuenta minutos.
Llegando al Aparcamiento de Espelunguere.
La
pista con sus largas revueltas sigue elevándose suavemente hasta que una bifurcación a nuestra derecha o norte, dos largadas más arriba, con un cartel de prohibido circular de nuevo,
nos saca de la pista principal para
continuar para arriba.
Acue y Gebedeille desde la Parte Alta de la Pista de Couecq.
Más
sepultada por la nieve y barrida en su parte alta por el alud de siempre también tiene huellas de tránsito y tras una
serie de revueltas cortas en medio de la Parte Alta del hayedo de Espelunguere
nos deposita en el Borde del Valle
Colgado de Couecq a 1620 metros de altitud cuando son las once y cuarto de la
mañana.
El faldeo alto nos permitirá alcanzar con relativa facilidad el Collado de Acue.
Allí
encontramos a otro grupo que adelantamos tras un pequeño descenso para
entrar al Rellano de Couecq. Las cabañas
estás más que medio enterradas por la nieve.
Vista atrás hacia el Rellano de Couecq.
No
vamos nunca a las cabañas que quedan algo hundidas y remontamos suavemente, de
nuevo al noroeste por una serie de lomas suavemente ascendentes que nos
aproximan a las Laderas de Gebedeille. Nuestro objetivo es el visible Collado
de Acue que es el punto más vulnerable del circo.
Llegando al Collado de Acue.
Alcanzamos
la Base de las Paredes de Gebedeille y trazando una suave diagonal ascendente alcanzamos
el fondo del barranco amable y soleado y en lugar de cruzarlo para acercarnos
en suave ascenso a las Paredes de Arri, proseguimos por el fondo del mismo
hasta que se pone de pie para abandonarlo al norte y tras un remonte cómodo
alcanzar el Collado de Acue en una diagonal muy horizontal.
En el Collado de Acue con el Castillo de Acher.
Estamos
a 2000 metros de altitud. Son las doce y media y echamos un café rapidillo aquí
al abrigo bajo el collado. Sabemos que la continuación acostumbra a ser poco
agradable.
Hacia la Cara Noroeste de Acue.
Hay
que remontar una veintena de metros para alcanzar el Collado de Acue donde acostumbra a acampar el viento y el
hielo que son los titulares del lugar, hoy también.
La
mejor táctica suele pasar por poner cuchillas pero no lo hacemos para transitar
en suave ascenso y en dirección sur con algún cuidado y buscando restos de
nieve polvo que ha resistido al viento.
La Arista Oeste de Acue.
El
tránsito de la base de las paredes hacia la Arista Oeste de Acue es igualmente
incómodo que siempre y terminamos poniendo cuchillas a pesar del poco desnivel
que hay que salvar, cosa que se va a revelar como un acierto ya que la arista
está como un cristal.
La Arista Oeste de Acue.
Los
que vienen detrás se quedan, Juan se ha ido pared arriba y como que esquiar esa
nieve tan dura y venteada pues como que no nos apetece un pelo, remontamos un
primer resalte y en el diminuto hombro nos quitamos los esquís, ponemos
crampones y amén.
Llegando a la Cima de Acue.
Hay
un grupo que está subiendo delante de nosotros, unos por aquí, los otros por
allá y una pareja a los que orientamos de lo que viene. Cinco minutos más tarde
nos reunimos con Juan que empieza a abajar a nuestro encuentro y enseguida
alcanzamos la Cima de Acue a 2258 metros de altitud cuando es la una y media de
la mañana.
Foto de Cima en Acue.
Unas
fotos y media vuelta por la nieve que cubre prácticamente la cima, sin
afloraciones metamórficas, como nunca.
Castillo de Acher tras la Oeste de Acue que acabamos de subir.
Recuperados
los esquís, la transición es larga pues hay que quitar crampones y cuchillas
además de recoger pieles. El viento
aparece para no perderse la fiesta y termina por hurtar la bolsa de los
crampones de mi chica. No hay manera de recuperarla pues se pierde hacia Aguas
Tuertas y nosotros, tal y como parece estar la nieve entre dura venteada y
costrosa, no iremos tras ella en circular como hemos hecho en otras ocasiones.
Bajando hacia las Cabañas de Couecq.
Alcanzar
el Collado de Acue no es nada agradable con una nieve tan cambiante pero es lo
que hay. Rosa dijo la vez pasada que no volvería pero no le faltaba razón si
nos atenemos a la parte terminal.
Llegando a nuestro comedor, el Collado de Acue.
Debajo
del collado corre el viento y decidimos bajar el tramo más inclinado que
vestido de nieve primavera está sencillamente delicioso. Luego en unas piedras
al sol nos sentamos a comer cuando son las dos y media.
Deslizando pista abajo.
Alrededor
de las tres continuamos para abajo con la esperanza de que haya merecido la
pena el esfuerzo y así será. La nieve no está maravillosa pero si muy decente
mientras desandamos la subida con tramos en los que ya ha desaparecido el sol.
Buena nieve en el Hayedo de Espelunguere.
Un
pequeño remonte con los esquís en la mano, no tenemos ganas de más pelea, nos
depositan en la pista que continuamos para abajo disfrutando del sol del Hayedo
de Espelunguere y de una nieve primavera extraordinaria que todavía mejorará
cuando alcancemos la pista principal mayormente a la sombra de la tarde.
En la Conexión de Pistas de Couecq.
Son
las cuatro de la tarde cuando nos llegamos al coche con ganas, después de un recorrido de
alrededor de 20 kilómetros en el que hemos acumulado un desnivel de 1200 metros
que sin ser demasiado nos ha puesto en cintura especialmente los 150 metros
finales que poco o nada tienen que ver con el perfil general de la actividad.
Igual
han tenido razón los franceses que se han dado la vuelta desde el Collado de
Acue.
Hola Mariano.
ResponderEliminarNo he subido al Acue, pero toda la zona de bosque que lo rodea es una delicia. Una ascensión donde veo que la nieve es muy cambiante. Ahora con estas temperaturas tan altas que vienen, esa nieve de la pista inicial acabará desapareciendo, hace falta que caiga alguna nevada más.
Gracias por las recomendaciones y a tu secretaria. Un saludo.
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarLas rutas no lineales y no hablemos ya de las circulares, al cambiar frecuentemente de orientación te ofrecen nieves de todas las clases imaginables. Solamente cuando la primavera está en condiciones, menos o con nieve recién caída.
Aparecerá algún corte puntual pero todavía hay nieve para unos días en la pista pues llevábamos una semana larga de altas temperturas y seguía igual. Ten en cuenta que lo normal es llegar con el coche hasta la Central de Estaens e incluso al Aparcamiento de Espelunguere pero en este último caso también es fácil tener que portear .
Los franceses que se dieron la vuelta en el Collado de Acue sabían más que los ratones coloraus.
Apúntate el Lenquo de Capo en Piau Engali y La Paquiza de Linzola , te gustarán.
¡Que vaya bueno!