San Vicente de Labuerda, Ermita de San
Visorio, Cresta Sudoeste, Las Cruces, Pozo, Caña, Collamarruego, San Vicente,
Pardina y Collado Fontanal, San Crabás y San Vicente.
25-03-2022.
Salida 10:15 h. Llegada 15:15 h.
Mixto.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
En
San Vicente de Labuerda no hemos estado nunca, cuenta con una pinada baja que
rodea al pueblo y que a lo sumo hemos contemplado sin especial significación
desde Santa Marina.
Queremos
hacer una circular pero no hay demasiada información al respecto aunque, siguiendo
nuestra costumbre, esperamos que no será mayor problema.
Son
las diez y cuarto de la mañana del 25 de Marzo de 2022 cuando llegamos, tras
recorrer los 4 kilómetros de carretera a partir de Labuerda, a la parte baja de
San Vicente de Labuerda. Hay unos paneles explicativos, sitio para aparcar y
dejamos el coche a 780 metros de altitud.
Marchamos
carretera arriba hacia el este en busca del caserío que cuenta con una casona destacable,
la de los Buil y alejado del caserío se encuentra el conjunto religioso formado
por la Iglesia, la Abadía, el Esconjuradero y el Cementerio al que nos
dirigimos por camino entre prados.
Allí
un cartel nos reconduce hacia la Ermita
de San Visorio que blanquea en medio del pinar y a media altura de la ladera.
Creo que es una opción y la tomamos.
Se
trata de un camino que asciende en dirección noroeste. No está demasiado
transitado y conoció tiempos mejores, pero en alrededor de media hora
alcanzamos un doble caminillo que nos deposita en la blanca Ermita de San
Visorio situada a 1050 metros de altitud, adosada a un pequeño resalte rocoso
encima del que hay un juncal al amparo de algún manantial. Es muy simple y está
cerrada.
Creemos
que hay un camino en el pinar y lo localizamos en el juncal, desde donde
arranca en ascenso, muy poco transitado, pero con garbo.
Cerca
de la loma el camino se pierde y nos deposita en un bosque mixto con algunos
pinos, sabinas y bojes como especies más benéficas además de coscojas, enebros
y aliagas que nos van a fustigar convenientemente en una loma que, por suerte,
no es demasiado espesa porque afloran muchas margas.
Avanzamos
al norte, despacio, de claro en claro siguiendo lo más cómodo y practicable que
sale a nuestro paso hasta que un buen
rato después alcanzamos la primera de las prominencias de la loma. Se trata del
Tozal de las Cruces situado a 1268 metros de altitud. Por aquí solamente pasan
los jabalíes y algún que otro cazador.
Son
las once y cuarto pasadas, la cima está copada por el bosque sin ninguna
visibilidad. Así que no teniendo nada mejor que hacer continuamos descendiendo
al norte con mayor comodidad ya que la cima así como el descenso que recorremos
ha sido aligerado de vegetación de manera bastante burda.
Enseguida
alcanzamos el Collado Collamarruego al que llega el PR. que sube de San Vicente
y que cambia de valle hacia Boltaña. Seguiremos este último pensando que
faldeará hacia Pozo pero se ahonda mucho y tendremos que volver al collado para
tomar la arista.
Nos
hacemos la ilusión de que tiene camino, pasamos junto a un abrigo pastoril y remontando
de manera similar al Tozal de las Cruces, alcanzamos la Cima de Pozo situada a
1314 metros de altitud cuando son las doce menos cuarto. Nos sentamos en el vértice
geodésico y echamos un bocado.
La
mañana está espléndida con un solecillo suave que nos ha metido en calores,
pero no es un buen día para la fotografía ya que el ambiente está húmedo y neblinoso
y en las alturas evoluciona la nubosidad bastante aprisa.
Todavía
continuaremos con un breve descenso al noroeste por una loma clara para
ascender inmediatamente unos pocos metros y alcanzar la alomada Cima del Tozal
de la Caña situado a 1309 metros de altitud.
Son las doce y cuarto cuando tras fotografiar Santa Marina y Ascaso nos damos la vuelta sobre nuestros pasos y nos bajamos hasta Collamaruego abandonando la idea de continuar la circular por la loma. No tenemos claro que la pista que la faldea al norte sea continua.
En el collado a 1230 metros de altitud, tomamos el PR. que desciende primero al este para ir girando al sudeste. Está limpio y algo transitado y en poco más de media hora nos deja junto a la balsa de agua del pueblo sobre los 800 metros de altitud.
Es
la una y como medio de aproximarnos a cumplir nuestro proyecto, decidimos
acercarnos a la Zona de Fontanal tomando la pista que llanea al norte.
Suponemos que cruzará el Barranco de la Sierra para volver al este, pero lo que
hace es morir en el cauce, lugar en el que recogen el agua y la conducen por
una tubería de plástico a lo largo de toda la pista.
Media
hora entre ida y vuelta nos dejan a una decena de metros del inicio de otra
pista por debajo de la anterior y paralela que tiene huellas de tráfico y que,
ésta sí, nos conduce en un cuarto de
hora a los Prados de la Pardina Fontanal donde muere.
La
pardina no está abandonada pero le falta poco. Desde allí un camino que
asciende consistentemente con unas lazadas finales nos deja en el Collado de Fontanal.
Al lado está el tozal de San Crabás situado a 1015 metros, al que nos
acercamos. Vestido de arbustos espinosos
nos indica que la continuación hacia la Peña Fontanal estará por el
estilo y la poco transitada pista que llega al collado faldea algo por debajo
de la arista.
Volvemos
al collado y como no hay ganas nos sentamos a comer a la sombra de una vetusta
carrasca. Son las dos y cuarto.
Luego
no queda más que volver a la Pardina Fontanal y llegarnos seguidamente a San
Vicente de Labuerda cuando son las tres y cuarto.
La
jornada de hoy no ha salido como la habíamos proyectado pero nos ha permitido
conocer un poco la zona y entre idas y
vueltas, a pesar de encontrarnos a bajas cotas hemos movido un desnivel de
alrededor de 850 metros.
La búsqueda de nuevos caminos y sitios curiosos no siempre tiene premio, pero mantiene viva nuestra sana curiosidad por descubrir nuevos objetivos. Al menos, el escojurandero y el entorno del pueblo merecen la visita.
ResponderEliminarCreo que los de la Zona Zero tienen un par de rutas del bicicleta de montaña por esa zona, claro que ellos no siempre buscan las elevaciones con vistas, pero recorren parajes interesantes...
¡Hola David!
ResponderEliminarNo habíamos estado en San Vicente y desde luego, el pueblo tiene suficientes atrayentes para la visita, aunque la cabra siempre tira al monte.
Ya tenemos alguna costumbre en "imaginar" caminos y salen como salen pero no nos quejamos. En esta ocasión era a muy baja altitud y teníamos seguro que la vegetación podía complicarnos la vida. Si hay algunos tramos der pista paralelos a la loma pero no teníamos claro que enlazaran.
Bueno, otro día más.
¡Que vaya bueno!