27 jul 1995

4.95. CASTOR. 28-7-1995.


Pollux, Castor y Lyskamm desde el PLateau Rosa.

Vivac Césare y Giorgio Volante  o de la Roca Negra, Glaciar de Verra y cara oeste
28-7-95.
Salida 07 h. Llegada 09 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.

Juan Castejon, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Castor procedente de Tobacco. Vía en amarillo,

            El Vivac Cesare y Giorgio Volante es un habitáculo rectangular de 2 por 2’5 metros de superficie, acabado con un techo de forma de bóveda de medio cañón con una altura máxima de 2 metros y está situado  no en las proximidades del inicio del glaciar de Schwarzee  o Glaciar Negro como lo buscábamos en el 92, sino en  un pequeño contrafuerte que pertenece más al Breithorn Este que a la Roca Negra. En la cabecera del Alto Glaciar de Verra. ¡Milagro que no lo localizáramos!

Castor desde el Refugio Quintino Sella. 29-7-92.

            Transitamos la cabecera del Glaciar de Verra en dirección este, recién bajados del Breithorn Central; llevábamos mucha mochila y poca cuerda para hacer el Breithorn Este.
            Ya en la huella llegan las nieblas y nos acordamos del Quintito Sella de hace tres años.
            Llaneamos sobre los 3650 metros de altitud y charlamos con una pareja que nos pone en antecedentes sobre el emplazamiento exacto del vivac que con nieblas habría sido muy complicado localizar.
            En un movimiento de las nieblas lo localizamos encaramado en un espolón rocoso, alrededor de 125 metros por encima del lugar donde nos encontramos.
            Hemos de abandonar la huella que traíamos y girando al norte introducirnos en un corredor bastante amplio situado entre el Breithorn Este y la parte más occidental de la pared rocosa de la Roca Negra.

Una tarde de nieblas en el Vivac Quintino Sella.

            El corto corredor se nos hace largo quizás debido a las ganas de llegar. A media altura las huellas se acercan a las rocas del espolón y, unos metros más arriba, una sirga nos conduce hasta el emplazamiento del vivac, a salvo del hielo del glaciar por una parte y de la pared de la Roca Negra por otra, que tiene el aspecto de estar hecha una auténtica caca y a 3770 metros de altitud.
            La niebla chispea y nos metemos dentro del vivac. Está ocupado por una pareja de franceses que amablemente nos recibe diciendo “que ahora ya está completo el vivac”. Tiene dos literas que hacen de cama y de asiento y otras dos a ras de suelo una a cada lado del pasillo.

Interior de la "lata de sardinas."

            Hay colchonetas y se ve claro: dormiré en el pasillo y arreglado.
            Ponemos la cuerda a secar pero inmediatamente hay que retirarla pues graniza, luego gotea, ventisquea, hace viento y hasta tenemos alguna rayada de sol. Parece ser que lleva unos días con buen tiempo por la mañana, que se carga al mediodía, se estropea la tarde y por la noche se despeja. Un tiempo decente para aprovechar medio día, aunque lo peor de todo es que Rosa y yo tenemos los pies mojados: estas botas de cubeta de goma que hemos comprado precisamente para no mojarnos con nieve blanda se pasan que es un primor. El asunto nos va a privar de hacer tranquilamente el Breithorn Este y la Roca Negra pues pasaremos una enorme tarde controlando el secado del material.
            Cenan los franceses, después nosotros, recogen casi todo y se empiltran después lo hacemos nosotros. A las ocho y media estamos los cinco horizontalmente enladrillados.
            Cae la noche pero no nos hace daño pues cae desde poca altura y durará menos pues los franceses se levantan a la una y nos despertamos: no podría ser de otra manera.

Castor desde la Cima del Pollux. 30-7-92.

            Hacen sus preparativos y a las dos menos diez salen para afuera pero se eternizan además de que deben hacer seguro en una de las sirgas y tenemos música un rato casi eterno.
            Nosotros, sin sobresaltos, continuamos con nuestra noche puesto que el viernes 28 de Julio de 2005 no comienza hasta las cinco y cuarto de la mañana.

La Noroeste del Castor. Esta vez si pillamos la vía normal.

            Desayunamos “en la cama” como unos señores pues el servicio de habitaciones funciona aquí casi como en un hotel de cinco estrellas. Tanto es así que se nos hacen las seis y media pasadas cuando abandonamos el “vietato fumare” que tiene el vivac por toda ilustración. Nos han dicho los franceses que este año lo cambiarán por otro similar el de Balmenhorn. ¡Buena falta le hace!, desde luego.
            La mañana está algo nubosa. No son nubes  de gran desarrollo y esperamos que el tiempo no se empeore a partir de esta situación.

Hacia atrás desde el Castor.

            Bajamos el corredor con nieve dura y nos incorporamos a la huella que abandonamos el día anterior para subir al vivac. Con ella nos vamos hacia el este encaminados hacia el Schwarztor  o Roca Negra, recordando vivencias pasadas hacía tres años. No se debe transitar un glaciar que no tiene rutas establecidas  con la temporada avanzada, ni siquiera con final feliz, el Schwarzgletcher no se nos olvidará mientras vivamos.
            A partir de aquí entramos en terreno conocido. Contorneamos la base del Pólux por el sur y siguiendo en horizontal atravesamos desprendimientos de hielo de su pared sudeste, nos vamos acercando ala pared noroeste del Castor.

Zona de Saas Fee desde el Castor.

            Una cordada que viene del Collado de los Gemelos se incorpora a la huella que vamos a utilizar para subir al Castor. Son la pareja del vivac. Nos dicen que la pared Noroeste del Pollux que querían subir tiene el hielo podrido y se han tenido que dar la vuelta. Lo que no sabemos es qué leches habrán hecho desde las dos de la madrugada hasta ahora.
            Hemos venido tranquilamente hasta aquí y ahora toca la Cara Noroeste del Castor que por fin haremos por su vía normal recordando nuestro anterior descenso por la Arista Norte que resulto peleón y delicado.

En la Cima del Castor y detrás Punta Felick.

            La huella, medianamente inclinada atraviesa y zigzaguea en la pared sorteando la cascada de seracs bajo la zona norte y a través del grieterío central se eleva y orienta hacia el oeste.
            La pared está a la sombra y la nieve que ha estado dura pero buena para cramponear se convierte en hielo en el tercio superior, lo que nos obliga a prestar atención, sobre todo en los tramos superiores que tienen una caída salvaje hacia la cabecera del Glaciar de Verra.

Arista Sudeste del Castor. 

            Subimos a buen ritmo y lo notamos pero a las ocho y cuarto hacemos cima en el Castor a 4226 metros de altitud: se trata de nuestra segunda visita al pico y no es muy corriente para foráneos repetir cimas en Alpes.

Castor v isto desde Punta Felick.

            Ahora es cuando terminamos de ver claro. Nosotros transitamos hace tres años la cima en dirección contraria sin asomarnos a la vertiente del Glaciar de Verra por precaución a las cornisas. No debía de haber cornisas como tampoco las hay hoy, pero la cara noroeste termina en un crestón de nieve fino y alargado de unos tres metros de altura y casi vertical, en el que ahora hay abierto un portillón para acceder a la cima y hace tres años nos lo pasamos de largo, nos lo tragamos continuando a la cima y de allí proseguimos en adelante hacia el norte no volviendo atrás en busca de la vía normal de descenso hacia el Collado de los Gemelos por la cara oeste.

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