5 ago 2006

13c-06. DE ANDORRA A CAMPRODON. ETAPA 3. DEL ESTANY DE ENGOLASTERS AL REFUGIO DE ENGORGS. 5-8-2006.



En el Rellano de la Ingla.

 

Estany de Engolasteis, Bosque de Engolasters, Riu Madriu, Estanis de la Illa, Coll de Vall Cibera, Cabaña dels Esparbers, Coll de Calm Colomer y Refugio de Engorgs.

05-08-2006.

Desnivel ascendido 1652 m.

Desnivel descendido 910 m.

Distancia recorrida 23000 m.

Tiempo efectivo 08:15 h.

Sol.

Fácil.

Travesía.

 Agua en Riu Madriu, Estanis y Refugio de la Illa y en los Estanis y Refugio de Engorgs.

La jornada se nos ha hecho un tanto larga.

 Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
 
Mpa de Engolasters a Esparbers procedente de Prames. Vía en amarillo.

Mapa de Esparbers a Engorgs procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            La noche resultará cómoda, larga, un poco ventosa y con la presencia de algunas nieblas originadas de las aguas del embalse. Noches así se pueden firmar las que sean.

Son casi las seis y media de la mañana cuando nos incorporamos al día 5 de Agosto. Con el proceso totalmente automatizado y las mochilas un poco más ligeras, a las siete y diez nos echamos al camino

Tomamos la carretera asfaltada que sube de Les Escaldes y en la primera vuelta la abandonamos para introducirnos en una pista que en casi imperceptible ascenso va a recorrer un circuito de multiactividad. La verdad es que se trata de un tramo de camino bonito, cuidado y ciertamente encantador a través del cuidado Bosque de Engolasters.
Andorra de Vella de camino a Rio Madriu.

Vamos en dirección sur hasta el Coll Jovell y poco a poco viramos casi al este para marchar primero en suave descenso hasta Ramió y luego continuar en suave ascenso al encuentro del Rio Madriu siempre a través de un denso bosque de pino negro.
Fontverd bajo el Collado de Vall Civera.

El camino se hace largo al encuentro del río y de la zona de refugios pero no nos ofrece ninguna duda ya que, el GR. está perfecta y recientemente marcado, lo que supone un evidente relajo.

El río asciende por el valle a nuestro encuentro y llevándolo a nuestra derecha todavía hace más agradable el camino, sobre todo en los tramos en los que coinciden.
 

Poco más adelante alcanzamos el Refugio  de Fontverd situado a unos metros de la orilla derecha del mismo. Se trata de un refugio sin guardar que este impecablemente cuidado, con leña y herramientas para partirla. Una maravilla a la medida de montañeros de nuestro estilo. No es de extrañar que haya gente que ha pasado la noche en el mismo.

Rellano de Fontverd en el Rio Madriu.
 
Pero no podemos quedarnos y continuamos cargados de envidia barranco arriba hasta que alcanzamos el Rellano del Ríu dels Orris y su refugio en la orilla izquierda al que no vamos. Estamos a 2230 metros de altitud y son las diez y media cuando al abrigo del viento tras un gran bloque de granito nos paramos a almorzar al sol de la mañana que se agradece ya que ha estado agradablemente fresca.
Del Tosal de Vall Civera al Feixar.


Nos entretenemos contemplando unas preciosas nubes de viento en altitud que nos regalan la vista con sus juegos y sus formas sobre un impecable cielo azul.
Estany Inferior de la Borc.

Media hora después continuamos con el camino que nos va a dar una buena vuelta en busca de la dirección nordeste al encuentro de los primeros estanis.
 
Estany Gran de la Borc y Tosal de Vall Civera.
            Pasamos junto a los Estanis de la Borc y empezamos a estar mareados de tantas vueltas y revueltas del camino en una zona de pradera alpina absolutamente irregular.
 
Estani Forcat de la Illa.

En estos casos solamente conozco un remedio y consiste en meter la directa y tirar para adelante con todo y así lo voy a hacer en el siguiente montón de vueltas. Al final alcanzamos el Estany Forcat y divisamos el Refugio de La Illa con gente alrededor y con un aspecto deplorable de barracón viejo.

            Parece ser que es zona de actividad de grupos ya que un helicóptero ha evolucionado un par de veces por la zona y hemos localizado a un grupo montando un campamento de peso y volumen y aquí en el estany creo que hay otro.
 
Estany de la Illa y Cresta Gargantillar.
 
            Prácticamente ni nos detenemos en el refugio. Cojo agua de una goma al lado del mismo y ascendiendo unos metros nos llegamos a la presa del Estany de Illa e iniciamos el rodeo por su orilla sur. Son las doce y cuarto.

            El estany cuenta con unas proporciones considerables  y no deja de tener cierto encanto en un paraje bastante amplio; pero nosotros no estamos para esas monsergas, la mañana se ha hecho larga y abreviamos. Enseguida dejamos el estany a nuestra izquierda y nos alejamos del mismo en busca de un amplio collado que aparece sobre el este.

Collado Alto de Vall Civera o de la Illa y el Pico Muga.
 
            En suave ascenso todavía viraremos al sudeste hasta que la pendiente cambia de sentido. Estamos en el Coll de la Illa o de Vall Civera a 2550 metros de altitud cuando el reloj marca las doce y media del mediodía.

            Dejamos Andorra y entramos en Lérida y lo hacemos con fuerte descenso hacia el sudeste hasta que alcanzamos la pradera alpina salpicada de pino negro y asistimos al nacimiento del barranco. En las proximidades del mismo localizo un boleto edulis que nos llena de contento.
Vell Civera hacia la Cabaña de Esparbers.

            El descenso se alarga valle abajo ahora en dirección este, a pesar de que localizamos el fondo de valle al que nos dirigimos e imaginamos la continuación en la ladera opuesta como así será.

            Finalmente el barranco se arrellana recorriendo una pradera en forma de cubeta por su parte sur  y enseguida, en la norte aparece la Cabaña dels Esparvers a 2068 metros de altitud cuando es la una y media.

            El refugio tiene un aspecto absolutamente inmundo. Está tan deteriorado y tiene tan mala pinta que ni siquiera nos acercamos para visitarlo.

            Hacia el sur, el valle se ahonda  con el Riu de la Llosa, pero eso no es lo nuestro. Nosotros remontamos un pequeño resalte que separa el rellano del refugio de un valle orientado de norte a sur y tras cruzar el Rio Engait que baja por el mismo y que permite paso hacia Francia  nos paramos a remojar los pies y a comer.

            A la sombra se hace fresco todavía y al sol calor. El agua del río está que corta el hipo.

            Recogemos y continuamos nuestro camino con las orejas tiesas: hemos entrado en Cataluña y la señalización del GR. deja bastante que desear sobre todo si se compara con Andorra.
Camino a la Portella de Calm Colomer.

            El mapa nos indica que hemos de proseguir en ascenso ahora y en dirección este para ganar la confluencia de la Sierra de la Esquella al norte con la de Calm Colomer al sur. Creemos tener localizada la zona pero el camino no se orienta hacia allí directamente sino que se va un tanto al nordeste ganando altura sobre un terreno mezcla de bosque de pino negro con enebro rastrero y rododendro sobre pradera alpina y las balizas del GR. desaparecen quizás sustituidas por citas de piedras.

            Tenemos que echar mano de nuestros conocimientos de la montaña y de nuestra intuición para volver un tanto al este en ascenso, pasar por un amplio rellano herboso repleto de vacuno y adivinar un camino que atraviesa un espolón rocoso y nos permite introducirnos en el barranco que conduce a nuestro collado. Una auténtica lección de rumberos experimentados.

            El corredor que baja directo hacia la Cabaña dels Esparbers ofrece un camino rectilíneo pero  se hunde demasiado para atravesar el  Engait. Mas lo nuestro es para arriba por una pradera alpina que se va poniendo de pié conforme nos acercamos al collado a la vez que le sale piedras. Pero lo mejor de todo es que hemos recuperado un camino que traza frecuentes lazadas en la pendiente y que se eleva sin pausa hasta los 2600 metros, lugar en el que situamos la presencia del collado.

            Pero no es así. Llegados a este punto aparece ante nosotros un puerto de altura suavemente inclinado que hemos de atravesar en dirección este en suave ascenso y sin perder las balizas que hemos localizado pues el terreno es muy amplio.
 
Desde la Portella de Calm Colomer el Rio de la Llosa y Esparver.

            Finalmente una enorme cita nos orienta y con ella alcanzamos la Portella de Calm Colomer o de Engorgs a 2700 metros de altitud. Es la última subida del día pero ya está bien pues son las cuatro menos cuarto de la tarde.
Vall Civera desde Calm Colomer.

Dejamos a nuestra espalda el tajo del día pues nuestros ojos se derrumban para abajo atraídos por los estanis que salpican la Cubeta Lacustre de Engorgs.

Estanis Altos de Engorgs desde la portella.
 
            Estamos un pelín zurrados y con ganas de terminar la jornada, por ello Rosa que ha llegado un poco después se echa un trago de agua y se va para abajo por un camino que desciende a lazas una auténtica pared absolutamente descompuesta y orientada al este.

Estanyets de Engorgs, Roc Colom y Puigpedrós.

El camino se retuerce para pasar junto a los lagos más próximos al collado y se orienta seguidamente para pasar junto a los Estanis Gemelos de Engorgs entre enormes bloques de granito. Son una pareja de ibones sencillamente encantadores que cuentan con unas aguas de una coloración deliciosa.
Estanis Gemelos de Engorgs.

La Bresole y Roc Colom.

            Quedan unos estanyets en la zona norte del rellano pero no iremos a verlos, preferimos tomar una loma que se orienta hacia el sudeste y nos conduce a las proximidades de otro estany un poco más abajo en el que hay una manada de yeguas pastando y bebiendo.
 
Hacia atrás la Vertiente de Engorgs del Collado de Calm Colomer.
 
Estany Inferior de Engorgs cerca del refugio.

En el rellano herboso de este estany surge un barranco que se ahonda en dirección este hasta alcanzar otro rellano más profundo en el que confluyen las aguas de todos los estanis de la zona superior.

            El refugio tiene que estar aquí, no puede estar más lejos pero se oculta de nuestra vista hasta que alcanzamos el rellano.

            Son las cinco menos cuarto, estamos a 2375 metros de altitud y aquí está el Refugio de Engorgs y el fin de la jornada.

            Llegamos al refugio y lo encontramos absolutamente destartalado, renegrido,  abandonado y lleno de basura tanto dentro como en los alrededores. Lo único que tiene decente es una litera doble de madera corrida que nos irá bien para dormir y así no tener que montar la tienda.

            Nos vamos al barranco a bañarnos y a hacer la colada pues todavía queda tarde de sol y además el viento que corre contribuirá a que se sequen las ropas más recias.

            Hacemos la colada y seguidamente nos damos un buen baño pues el agua no baja muy fría y nos secamos al sol mientras nuestros castigados pies van aliviándose del día. Es nuestra tercera jornada pero todos llevamos los pies bastante castigados y con algunas ampollas. Con tanta piedra y tanto calor ya se sabe.

            Retozamos tranquilamente sobre la hierba y con la ropa escurrida y hechos unos brazos de mar nos volvemos al refugio.

No hacen falta los comentarios, da mala gana en este país de vándalos sin civilizar. Recogemos cosas que hay por la mesa y por la encimera hacemos recuento e inventario de posibilidades, colocamos los sacos sobre las literas y nos salimos al sol y al abrigo del viento que corre medio molesto a estas horas.

            Hemos abierto algunas ventanas y protegido con algunos trozos de metacrilato para evitar demasiada entrada de viento y pensamos que podemos cenar en la calle al sol utilizando las banquetas metálicas que, evidentemente,  no han podido quemar.

            Sobre las seis y media preparamos la cena y comenzamos a cenar. Entonces llega un grupo de tres vascos con los que charlaremos bastante y les daremos algunas ideas al respecto de lo que hemos hecho nosotros ya, vienen en sentido contrario.

            Pero la cena se estropea por el viento que se ha hecho francamente frío y nos invita descaradamente a recoger los bártulos, abrigarnos y meternos dentro del refugio.

            Dentro continuamos la charla, el trío cena y llega una pareja que también quiere saber. Han venido de Barcelona a ver el anochecer en la montaña. ¡Será posible!

El refugio está frío a pesar del calor humano de ocho personas con la puerta y las ventanas mal cerradas. Calentamos bien la leche y cuando van a ser las nueve nos metemos en los sacos. Los demás lo harán poco después.

            Calentitos dentro del saco conversamos y nos introducimos en una noche propia de habitación múltiple de refugio. La gente da vueltas y más vueltas hasta que se acomoda.

            Entre tanto hago mentalmente arqueo de la jornada en la que hemos subido 1652 metros, hemos bajado 910 metros y hemos caminado como poco 23 kilómetros en ocho horas y cuarto más las paradas correspondientes que no han sido gran cosa.
 
Para ver más fotos.

También puedes ver la Continuación.

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