En el Barranco de Durán.
Refugio
de Engorgs, Campo Longo, Pista al Planell de la Agulla , Planell de la Agulla , Guills de la Cerdaña y por carretera Saneja y Puigcerdá.
06-08-2006.
Tiempo efectivo 07:00
h.
Sol.
Fácil.
Travesía.
Agua en el Refugio de Engorgs, Barranco Durán, en el
desagüe del Estany de Malniu, en al Surgencia de la Fontaneta , en la Fuente de Guills de la Cerdaña y en Puigcerdá.
Jornada realizada en parte fuera del GR 11.
Mapa de Engorgs a Planell de la Agulla procedente de Prames. Vía en amarillo.
Mapa de Planell de la Agulla a Puigcerdá procedente de Prames. Vía en amarillo.
A pesar de lo desangelado y maltrecho del refugio y del frío viento
del anochecer que se prolongará durante la noche, se nos hace hasta calor. La
noche resulta extraordinaria y comenzamos el domingo día 6 a las seis y media de la
mañana, casi con pena. El personal no aletea.
Con la brevedad propia de las
favorables circunstancias que nos proporciona el refugio nos ponemos en marcha
tranquilamente a las siete. La mañana está fresca pero es una buena mañana.
Refugio de Engorgs y Laderas de Puigpedrós.
Nos despedimos del Puig Pedrós y en
dirección casi sur seguimos hacia el Río Duran para atravesarlo enseguida y
continuar en descenso por su orilla izquierda y continuar faldeando en suave
descenso contemplando como el río se ahonda mientras tanto.
Enseguida alcanzamos una zona un
tanto inestable, perdemos las citas y sin consultar mapas suponemos que el
camino bajará por cualquier parte hacia el río y se irá valle abajo. El asunto
parece de libro.
Si no hubiéramos supuesto y
hubiéramos consultado nos habríamos dado cuenta de que el camino no se iba
hacia el río sino que remontaba suavemente hacia el Collado de las Mulleres.
Los errores se pagan y a nosotros
nos va a tocar pagar.
Tomamos las pedreras en las que
alguna huella se ve y nos vamos para abajo todo expertos.
Cascada del Río Durán.
Junto al río localizamos citas y nos
damos por satisfechos prosiguiendo con ellas. Llegaremos a los prados y a una
pista que sube de Meranges. Es la zona de Campo Longo situada a 1650 metros de altitud.
Hemos terminado bajando casi en dirección sur y ahora comenzamos a remontar con
la pista, que está a tramos asfaltada, en dirección este y en suave ascenso.
Ya hemos advertido que no estamos
sobre el GR. pero la pista nos puede devolver a nuestra ruta.
Pero la pista lo primero que hace es
hacerse eterna con las clásicas entradas y salidas interminables en la parte
baja de una montaña. Caminamos como tontos y suerte que el sol solamente nos
visita de cuando en cuando. Atravesamos un par de torrentes que bajan del
norte, al segundo suponemos que desde el Estany Sec e incluso del de Malniu y
localizamos una lazada de la pista que se eleva todavía orientada hacia el
noroeste.
La mañana va de camino. Son las
nueve y cuarto cuando alcanzamos una bifurcación: la pista de la izquierda va
hacia el Refugio Malniu y la de la derecha hacia Guils de la Cerdaña que es nuestro
objetivo.
Entre subir en dirección contraria o
marchar, suponemos que enseguida para abajo; aunque sabemos que las pistas son
más largas que los caminos, decidimos olvidarnos del refugio y marchar hacia el
pueblo.
Estamos sobre los 2000 metros y la pista
va a seguir en ascenso en contra de nuestras suposiciones. Pero enseguida nos
cruzamos con un coche de la
Guardia Civil que nos confirma nuestra ruta y nos dice que 700 metros más adelante,
en una vuelta...
Nos sugiere ir atajar al encuentro
del GR 11., pero no conocemos el terreno y el camino no está muy bien balizado
así que en la vuelta no lo tenemos claro y proseguimos para arriba en un
praderío muy alomado y suave pero que se nos va a hacer eterno caminando en
medio de nuestra ansiedad. Es el Planell de la Agulla.
La pista sigue en suave ascenso para
contornear la parte más elevada del puerto. Luego llanea un poco y comienza
seguidamente un suavísimo descenso que nos anima.
Unos metros más adelante encontramos
las marcas del GR, el refugio ha quedado ya atrás.
Refugio de la Feixa en el Planell de la Agulla.
Giramos en sentido de las agujas del
reloj para cerrar prácticamente un círculo
y cuando nos aproximamos al Refugio de la Feixa , dejamos la pista y
nos orientamos por medio del praderío en dirección este-sudeste.
Enseguida nos detenemos en medio del
rellano para almorzar pues son las once menos cuarto.
Planell de la Agulla hacia Guils de Credaña.
La mañana está suavemente venteada y
casi fresca para estar parados, claro que estamos a 2150 metros de altitud
aunque no lo parezca a primera vista. Media hora después continuamos el camino
casi con ganas de entrar en calor y con poca agua ya que hay mucho ganado por
el puerto.
En el praderio unas rodadas indican
el nacimiento de una pista que asciende casi imperceptiblemente la loma de la Feixa. Luego , el
descenso es muy largo por un puerto al que le sale pino negro conforme perdemos
un poco de altitud alternándose con los prados. Poco más abajo alcanzamos una
surgencia la Fontaneta
pero no cogemos agua. Cruzamos la pista que baja a Guils.
Clavelinas de pastor.
Descendemos una vieja pista que baja bastante entre el pinar, pasamos
un cercado doble y continuamos por una especie de loma divisoria de cuencas en
un medio bastante seco.
En el final de la loma perdemos de nuevo las balizas y nos vamos por
el sur de la misma, hay un camino que seguimos, a nosotros nos sigue una pareja
de extranjeros que también ha perdido las citas pero no hay problema, la
dirección es buena y avistamos el pueblo lo que confirma nuestra decisión. El
GR. se va por el norte de la loma para tomar un barranco con agua que cruzamos
en los prados del pueblo.
A la entrada del pueblo buscamos una fuente. Yo encuentro enseguida
una pero nos dice una niña que en esa beben las vacas que allí al lado hay...
Se trata de una vieja fuente de pueblo junto al barranco. Es la una
del mediodía y bebemos con sed ya que hoy hemos ido con poco agua pero sabemos
que somos capaces de pasar con muy poca.
Puigcerdá no queda lejos ya.
La sed, como muchas otras sensaciones y sentimientos de los humanos
tienen un componente psicológico muy importante. Quien domine su mente se
sobrepondrá a muchas situaciones conflictivas de este tipo.
Remojamos los pies en el barranco y comemos un poco ya que nos sobra
comida y estamos cerca de nuestro avituallamiento. Llevamos los pies algo machacados.
Hoy ha sido un día más de “pataqueo” en seco y los dedos han padecido lo suyo,
sobre todo en los descensos.
Nos parece que llevamos un día eterno y no es más que la una y media
pasadas cuando transitamos la carretera que nos ha de llevar a Saneja tras dar
una pequeña vuelta innecesaria.
Estamos en el llano de Puigcerdá y se hace calor. Guils y Saneja son
pueblos que existen en la actualidad gracias a la construcción de apartamentos:
todo o es nuevo o está rehabilitado. Bueno, eso es lo que hay y en algunos
lugares los bloques lo hacen peor todavía.
Carlina acaulis cerca de Puigcerdá.
De Saneja a Puigcerdá más carretera. La parte alta del pueblo nos
parece un castillo allá arriba por lo que, si no es absolutamente necesario, no
pasaremos por allí.
Pasamos junto a un enorme cámping, cruzamos el Rio Carol y entramos en
Puigcerdá atravesando la vía del ferrocarril y ya estamos orientados.
Por la parte baja del pueblo nos llegaremos sin problemas al coche.
Pasamos por delante de la estación y pregunto a uno que acaba de cerrar una
panadería. Nos dice que ahora no encontraremos ya ninguna tienda abierta todas
cierran el domingo por la tarde.
Se trata de algo que ya habíamos previsto y la pérdida de hoy nos ha
privado de llegar con posibilidades de compra.
Pero no es problema. Aquí tenemos el
coche que nos espera con una suculenta cena que incluye, entre otras cosas,
Ensalada de California y fruta.
Teníamos previsto comprar el pan para los días siguientes pero tampoco
es problema porque en primer lugar me
dejé olvidado en el coche medio kilo que tendríamos que haber llevado en la
mochila, se quedó en el coche más de un cuarto de kilo de pan para esta cena,
precisamente y por si acaso no podíamos comprar y teníamos que hacerlo el lunes
por la mañana antes de marchar pues; ya trataríamos de localizar en el pueblo
alguna panificadora que nos vendiera pan
cuando se hiciera de día y llegara la hora de partir sin retraso
horario. Además nos ha sobrado otro cuarto de kilo de pan. Por lo tanto aunque
estuviera abierto compraríamos alguna fruta o verdura pero en modo alguno pan.
Llegamos de frente y sin ninguna duda al coche que está a la sombra
cuando son las dos y media del mediodía.
Soltamos las mochilas en el coche y sin mucho programa nos vamos al
bar de la esquina a echar una cerveza en una mesa de dentro mientras vemos un
trozo del Gran Premio de Alemania de Fórmula Uno en el que Fernando Alonso
terminará por romper.
Luego cogemos el coche y nos vamos en busca de agua en una fuente que
nos indican junto al cementerio. Hay una buena sombra y comemos un poco a base
de algunas latas que habíamos dejado en el coche por si acaso. Luego, cargados
de agua por si acaso buscamos un lugar donde pasar la tarde relajadamente. Para
ello tomamos la carretera de Aje, cruzamos el Segre y nos encontramos con unas
riberas nada adecuadas para nuestros propósitos. En el pueblo tampoco hay nada
apetecible pues todos los prados están vallados y terminamos en uno de ellos
pero de manera provisional. Habrá que buscar otra cosa para cenar y dormir.
Descansamos un rato pero no es lo mismo que hacerlo en el lugar de
donde no te vas a mover y más en estos momentos en los que hemos de
recuperarnos pues estamos a mitad de la travesía y el estado de nuestros pies
lo precisa.
Sobre las cinco y media pasadas nos vamos en busca de otro lugar, si
es preciso en Villalovent, es el último pueblo antes de meternos en el monte y,
a una mala, pasado el pueblo habrá sitio. Total solo está 1 kilómetro más
adelante y luego puedo llevar el coche tranquilamente a Puigcerdá y volverme andando.
Aje está en fiestas y damos alguna vuelta. Villalovent es un pueblo de
los de ahora. Sin entrar al pueblo viejo las balizas nos llevan a través de una
urbanización pequeña cuya única calle se introduce en el monte. Entre la calle
y el pueblo viejo hay un pequeño soto bastante discreto y allí nos vamos a
quedar.
Es una pequeña chopera de repoblación en la que han hecho un pic-nik
para que jueguen los críos pequeños. Hay que limpiar un poco el lugar para la
tienda pues hay bastante maleza seca pero nos va a venir de perlas.
Reorganizamos el tema de la cena, el avituallamiento y el agua,
tomamos una cerveza con aceitunas y a las seis y media me voy hasta Puigcerdá
para dejar el coche aparcado en la misma calle. Es un buen lugar y además
solamente le da el sol hasta media mañana.
La vuelta se me llevará treinta y seis minutos pues hay en total 3 kilómetros pero yo
tengo la suerte de presentarme a los
socios en el momento convenido o a veces incluso antes. A las siete y media nos
disponemos a la cena que iniciamos comiéndonos el boleto que cogimos ayer. Está
sencillamente delicioso. Luego vendrá una copiosa cena, que habíamos previsto
de antemano, y excesiva por supuesto supondrá que una lata de carne y otra de
ensaladilla marcharán al día siguiente en la mochila. Tomamos hasta fruta y leche fresca.
A las nueve, aprovechando que los críos andan liados en un partidillo
de fútbol y suponiendo que no vendrán ya por aquí me meto en el saco, los
socios lo harán luego y rematamos así un día en el que hemos subido 570 metros , bajado 1775 metros y hemos
recorrido 32’5 kilómetros. Para ello hemos caminado durante siete horas
descansos aparte. Estamos en el ecuador de nuestra travesía.
También puedes ver la Continuación.
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