Col de la Creu de Maians.
Puigcerdá, Aje, Villalovent, Serrat de Eurti,
Coll Merce, Coll de la Creu
de Maians, Doria y Planotes.
07-08-2006.
Tiempo efectivo 07:00 h.
Sol.
Muy fácil.
Travesía.
No encontramos mucha agua durante la jornada,
pero suponemos que la hay en Villalovent, y con seguridad en la Fuente de Doria, en el Barranco subsiguiente y en
Planoles.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Puigcerdá a Planoles procedente de Pramex. Vía en amarillo.
La noche es buena y cálida aunque a la mañana se refresca un poco.
Solamente, también de madrugada, unas motos se acercan por la calle pero se van
enseguida. Viene el lunes a todo trapo.
Para nosotros llega el lunes 7 a las seis y veinte de la mañana. Vamos con
la segunda parte de nuestra travesía.
Las tareas de cada día resultan fáciles en este lugar y a las siete
nos ponemos en camino tras arrojar la abundante basura en un contenedor.
De Puigcerdá salimos en dirección sudeste y en Aje tomamos la
sur-sudeste. Ahora giramos un pelín más hasta casi tomar la sur que nos va a
introducir en el Serrat de Montagut.
Villalovent está muy bajo a 1170 metros de altitud
y se trata de un monte algo seco recorrido por pistas madereras en el que se
realiza importante actividad ganadera. La pista en suave ascenso va ganando
altitud un poco a media ladera.
En la cresta que llevamos a nuestra izquierda está la línea
fronteriza.
De camino al Col Merce escarcha en la sombra.
Pasamos el Serrat de Eurtí y dejamos la pista por un camino que se
eleva definitivamente por el barranco al encuentro del Rellano de la Forcas , herboso, salpicado de pino negro y en el que hay
rosada a 1750 metros
de altitud. Al llegar el día ya hemos advertido que la temperatura había bajado
bastante.
El rellano es agradable para transitar y para contemplar pues el pino
negro tiene encanto especial y enseguida se eleva un poco y nos conduce a un
pequeño collado que confundimos. Poco más adelante, cuando son las nueve y
cuarto de la mañana alcanzamos el Coll Mercé situado a 1980 metros de altitud.
En el Col Merce.
El llano de Las Forcas lo hemos atravesado en dirección sudeste y
ahora vamos a recorrer la loma fronteriza siguiendo fundamentalmente la misma
dirección y junto a una larga estacada fronteriza. Es la Montaña de Puigcerdá.
Hacia el Col de la Creu de Maians.
El camino discurre prácticamente sin desniveles y un rato después en
un pequeño faldeo paramos a almorzar cuando son las diez de la mañana.
Veinte minutos después seguimos idéntico camino para enseguida
alcanzar un amplio y herboso rellano alto. Es el Coll de la Creu de Maians situado a 2000 metros de altitud.
Hemos de franquear una cerca, localizamos una cruz, perdemos un poco el camino
pero lo recuperamos por encima de todo y luego proseguimos nuestro descenso.
Praderas en el Col de la Creu de Maians.
Al sur tenemos el pueblo de Tosses y a nuestra derecha, también por
debajo la carretera del puerto. Nosotros vamos perdiendo altitud e
introduciéndonos en laderas cada vez más secas orientadas al sur que nos han de
conducir hacia Dorria tras encontrarnos con una pista que seguimos hacia la
izquierda contorneando la montaña.
Descenso hacia Dorriá.
El pueblo situado a 1550 metros de altitud se encuentra situado en
un contrafuerte entre dos barrancos. La pista lo rodea por arriba hasta
encontrarse con la carretera asfaltada pero nosotros nos introducimos en el
pueblo en busca de la anunciada fuente. Nos ha sobrado agua pero no hemos
bebido toda la que, a lo mejor, hubiéramos bebido.
Vertiente este del Col de la Creu de Maians.
Es la una y el pueblo está prácticamente abandonado con la excepción
del refugio. Pero tiene una fuente con lavadero que es una auténtica delicia.
Nos remojamos los pies, bebemos y a la sombra de un arbolillo nos ponemos a
comer las sobras del día anterior.
Dorriá y Planoles.
Alas dos y cuarto levantamos el campo con la idea de que el final de
la jornada en Planoles está muy cerca.
No será así. Alcanzamos la carretera a la salida del pueblo y la
abandonamos inmediatamente introduciéndonos en un viejo camino que se va a
atravesar el barranco en una zona sombreada de viejas huertas abandonadas. Se
trata del antiguo camino de Dorria a Planoles que se hace pestoso sin decidirse
a bajar al pueblo.
Dorriá en el descenso hacia Planes y Planoles.
Al fin alcanzamos un desvío, la pista se ahonda hacia Planés y
nosotros preferimos cogerla en ascenso hacia Planoles.
La pista se eleva y se eleva por la orilla derecha del Barranco de
Planés y parece que nunca vaya a decidirse y atravesarlo. Por fin lo hace muy
arriba casi sobre los 1400
metros e inicia un suave descenso por la orilla
izquierda del barranco que se prolonga más de lo esperado. Finalmente el camino
se hace pista y se acerca a Planoles
por la parte de arriba pasando junto al cámping. Son las cuatro menos cuarto y
allí nos detenemos para organizarnos.
En la tienda del cámping que abre a las cuatro nos dicen que el GR 11.
sale de allí para arriba, no tienen pan si no es de encargo pero la panadería
está abajo en el pueblo.
Preciosa mata de orégano en Planoles.
Mientras mis socios se van a por pan, pasado el cáping encuentro el sobradero
de los depósitos de agua del pueblo que están en el último rellano que hemos
pasado con el camino. Es un rellano herboso y parcialmente sombreado que nos
ofrece un lugar discreto y con buena y abundante agua al lado y se encuentra
junto a la extraña baliza que cuando hemos visto a la llegada al pueblo no
hemos entendido: indica que el GR. baja al pueblo y se va para arriba hacia
Nuria. Es un lugar ideal.
Nos pegamos un buen remojo, hacemos la colada y terminada la misma nos
colocamos a la sombra del fresno e iniciamos nuestro descanso bebiendo
abundantemente y picoteando nuestra acostumbrada bolsa de aceitunas mientras se
va secando la ropa lavada.
A las seis menos cuarto bajarán de nuevo al pueblo para comprar. Volverán
con pan, con tomates y bonito y con unos ciruelos que han cogido de un árbol
abandonado.
Cuando llegan dicen que el sobradero no echa agua, ha debido de
incrementarse el consumo. Yo estaba a punto de bajar a cogerla pero estamos sin
agua que cogeremos un poco más abajo ya que parece que hay filtraciones del
depósito.
Repuestos del incidente preparamos la cena junto a los depósitos y cenamos tranquilamente mientras
contemplamos cómo se va cubriendo el cielo de nubes. ¡Será verdad que en Nuria
siempre hace mal tiempo!
Son las siete y media de la tarde. La ropa se seca muy despacio,
incluso la ropa más recia no lo hará.
Buscamos un buen sitio con hierba para plantar la tienda, incluso lo
arreglamos con helechos y sobre las
nueve nos ponemos horizontales. Únicamente hemos recibido la visita de una
pareja de ciclistas del cámping.
La nubosidad nos preocupa relativamente y nos aconseja colocar el
plástico. De esta manera las mochilas y la tienda quedan a cubierto de la
contingencia de una posible tormenta.
Yo liquido el día sin contemplaciones: 1055 metros subidos, 1025 metros bajados,
24’5 kilómetros caminados y todo en
aproximadamente siete horas. Estamos donde queríamos estar.
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