Ger y Turon de Ger desde Pla Segoune.
Gourettes, Pistas de Esquí, Pla
Segoune, Col d’Amoulat y Cara Oeste.
04-08-2010.
Salida 08 h. Llegada 13 h.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Ger procedente del IGN. francés. Vía en amarillo.
Hace
ya muchos años que pasamos el Aubisque por carretera. La primera vez que lo
hicimos, fue ida y vuelta, esas paredes blancas por encima de Gurettes nos
impresionaron poderosamente. Es más, nos imponen un enorme respeto debido a su verticalidad.
El
año que gana Perico Delgado el Tour de Francia nos vamos a visitar con nuestra
hija los Lacs d’Ozious. Sería allá por el 88, y no habíamos vuelto más.
Llevaba
ya tiempo con el tema en cartera y aunque dan nieblas de retención en la
vertiente norte del Pirineo, nos decidimos a probar: queremos ver ya que se
trata de una zona completamente desconocida.
Es
4 de Agosto de 2010 y a las siete menos cuarto recogemos a Juan para llegarnos
hasta el Portalet d’Aneu donde esperan las nieblas.
Bajando
el puerto, las nieblas se quedan colgadas en las alturas y cuando llegamos a Gurettes
se encuentran ancladas un poco por
encima de la base de la estación de esquí.
Son
las ocho de la mañana cuando, tras aparcar en un parking subterráneo porque
está todo el centro en obras nos echamos para arriba en dirección sur. Estamos
sobre los 1350 metros
de altitud.
Sabemos
que hay que ascender terrenos ocupados por las pistas de esquí y orientarnos entre la Pene Medaa y el Pic Ger
que en un día despejado sería elemental pero que hoy no hay ni rastro de los
citados picos engullidos por las nieblas.
Pero
eso no es mayor problema, los arrastres nos guiarán hacia la parte alta de la
estación y confiamos en que nuestra buena suerte disipe las nieblas.
Iniciamos
el ascenso por medio de la estación, solamente diré que dejamos a nuestra
derecha una pequeña telecabina y aproximadamente donde muere esta, una zona que
me parece pastoril además de un gran edificio de servicios de la estación y una
pista muy transitada.
Enseguida somos engullidos por las nieblas y nosotros,
de frente, pasamos por una estación de arrastres intermedia tras cruzarnos
repetidamente tanto con pistas de esquís como con pistas de servicio. La niebla
es bastante densa.
Poco
más arriba tomamos una pala enormemente amplia muy regular y uniforme en la que
localizamos primero actividades de máquinas y luego cañones de nieve pues es
una pista de esquí.
Subimos
bien al fresco húmedo de la niebla y con los pies hartos de agua pero la pala
se nos hace larga, suerte que prácticamente arriba se perfila un poderoso
diente oscuramente rocoso que adivinamos como Peña Medaa y la promesa de que
nuestros deseos se van a cumplir.
Enseguida
le robaré a las nieblas una foto de lo que creo se trata de les Coutches y su
collado sur e inmediatamente se hace la luz y nos encontramos en medio de una
mañana brillante vestida con las galas de un cielo azul esplendoroso: ¡Bingo!
Peña Blanca.
Estamos
al final de la gran pala, lugar al que llegan los Arrastres de Peña Blanca, la
Peña Blanca se perfila detrás del resalte
que nos cierra el sudoeste, a nuestra izquierda o este la accidentada y oscura
arista de peña Medaa y a nuestra derecha o este los claros paredones calizos
del Pic Ger. Es el Rellano de Pla Segoune, situados sobre los 2100 metros de altitud
pues no me fío demasiado de mi altímetro.
Tomamos
de frente en dirección sudoeste el resalte para lo que primero avanzamos por un
tramo de pista para abandonarla y continuar de frente hacia unas placas calizas
lisas que defienden el rellano subsiguiente.
Se asoma el Amoulat.
Nieblas en Gourettes.
Se
trata del cerrojo de los diminutos Lacs de Segoune que han aparecido a nuestra
vista conjuntamente con un potente pico calizo que tiene que ser el Pic
d’Amoulat pues estamos perfectamente orientados.
Amoulat.
A
partir de aquí, estamos sobre los 2225 metros de altitud tenemos dos opciones: la
de bordear bastante arriba los lacs por su orilla norte con un inestable faldeo
del Pic d’Amoulat o hacerlo por la orilla
sur y enfrentarnos a una pedrera importante, hay camino por los dos
lados.
Lacs de Pla Segoune.
Nosotros,
fieles a nosotros mismos, nos vamos de frente y a lo corto. Un marcado caminillo
del que no vemos continuación en la pedrera se ahonda ligeramente y mientras
mis socios se ponen crema alcanzo la “carretera” establecida en la pedrera que
no habíamos visto.
En
dirección sudoeste rebasamos los lacs y girando al oeste ganamos altura en la
pedrera que nos regala unos tramos absolutamente descompuestos y perfectamente
capacitados para obligarnos a aparcar la conversación para mejor momento.
Col Inferior de Amoulat.
Tras
el repechón nos espera el Col Inferior de Amoulat entre el Amoulat y el Ger,
pero el camino se bifurca y nos enseña tras una firme diagonal trazada también
sobrre pedriza el Col de Amoulat situado a 2450 metros de altitud.
Son las diez y cuarto.
Bajo el Col de Amoulat.
Hay
que decir que la mitad superior de la ascensión al Ger está presidida por la
arrogante estampa del Amoulat.
El Amoulat desde el col.
Desde
el col, un marcado camino balizado de verde y amarillo va a transitar en suave
descenso la cara oeste del Pic Ger hasta que, ganando altura suavemente,
alcance un rellano ya próximo al pico, que se esconde tras el mismo.
Hemos
empleado un cuarto de hora en el faldeo y desde aquí observamos el casquete
somital del pico, por fin, estamos a 2525 metros de altitud.
Casquete Somital del Ger.
Pistas de Esquí de Gourettes.
Atravesamos
el rellano hacia la arista, nos asomamos a Gurettes entre retazos de nieblas
voladizas y siguiendo uno de los varios caminillos establecidos primero sobre
la arista y luego en las inmediaciones
de la misma ascendemos la parte más erguida del casquete somital en el que no
es necesario ni siquiera apoyar las manos.
Son
las once menos cuarto cuando alcanzamos la cima del Pic Ger situado a 2613 metros de altitud.
Sentados
en la cima almorzamos cumplidamente en medio de una mañana fastuosa. El paisaje
es, como dicen algunos, de primera magnitud. A nosotros nos seduce
poderosamente puesto que contemplamos a viejos conocidos pero desde una
perspectiva distinta.
Midi de Ossau.
Al
norte tenemos el Turon de Ger y el Puerto del Aubisque, luego girando en
sentido de las agujas del reloj tenemos la zona del Ardiden, Vignemale,
Panticosa, Balaitus con la Aguja
de Lamathe escamoteada, Frondiellas, Pallas, Arrieles, la parte oeste de la Partacua con la Depresión de Bucuesa,
Escarra, Collarada semiescondida tras la pala de Ip, la Moleta , todo el Macizo de
Aspe, Bisaurín y ya entre girones de nieblas incluso en algunos momentos el
Anie y parcialmente las cimas calizas de los Valles de hecho y Ansó. Además muy
cerca y predsidiéndolo todo el Todopoderoso Midí d’Ossau enseñándonos la vía
normal y ocultándonos casi la Aguja Pequeña.
También hay que decir que los alrededores más próximos tienen una luz y unas
formas extraordinarias. El disfrute es importante hasta el punto de anunciarles
a mis socios el cobro por el disfrute de beldades de este calibre.
Paredones de la Este del Pic Ger.
Se
hacen las once y media y nos vamos para abajo pues queremos llegar a comer a
casa.
Col y Pic Amoulat.
Hacia los Lacs de Pla Segoune.
El
descenso del casquete somital y el
faldeo hasta el Col d’Amoular es agradable para la vista. Allí tomamos una
pedriza y la patinamos casi hasta el Col Inferior d’Amoulat. Luego, el faldeo
de los lacs resulta mucho más rápido y cómodo que en el ascenso para alcanzar
tranquilamente el Pla Segoune lugar desde el que contemplamos rápidamente los
alrededores puesto que vuelvan las nieblas a establecerse en las alturas del
Circo de Gourettes.
Hacia la Base de la estación de Gourettes.
Solamente
nos queda la visión de la parte media e inferior de la estación que no hemos
visto en el ascenso y, como tiene poco de atrayente, ocurre lo mismo en todas
las estaciones de esquí, nos vamos para abajo sin concesiones y siguiendo
aproximadamente el mismo camino de la subida.
Echamos
un buen trago de agua en el abrevadero inferior y soportando las quejas
lastimeras de nuestras rodillas nos llegamos al aparcamiento cuando es la una
del mediodía. Hemos liquidado los 1400 metros de desnivel en cuatro horas y
cuarto. Luego en el coche de vuelta se nos hace un pelín de sueño con la comodidad
de los mullidos asientos. A las dos y media nos estamos preparando el rancho
cómodamente en nuestra casa.
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