Circo de Soaso.
Pradera de Ordesa, Camino de Salarons, Cascada de Salarons y
vuelta. Camino de Soaso, Cola de Caballo y vuelta por las cascadas y orilla
izquierda del Arazas.
27-12-2010.
Tiempo efectivo 07:15 h.
Sol.
Fácil.
Agua en el Barranco de Salarons pero hoy no. También en las
fuentes del Camino de Soaso, hay varias, y en el Arazas.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Ordesa procedente de Prames. Vía en amarillo.
No
teníamos muy claro a dónde ir y una de las opciones era Ordesa. Allí en estos
momentos de la temporada, estamos a 27 de Diciembre de 2010, no hay demasiadas
opciones que nos resulten especialmente atrayentes pues las alturas están muy
caras. Quizás la faja Racón… pero a los dos nos llena de dudas.
Ayer
hizo un frío del carajo en Pamplona y no esperamos demasiados cambios para hoy
por lo que a las nueve de la mañana, con el ombligo medio encogido, aparcamos
en la pradera de Ordesa que está como un
cristal y nos volvemos hacia las Casas de Berges, por la carretera semicubierta
de hielo.
Comenzamos
a 1330 metros
de altitud y tan pronto como nos introducimos en el Camino de Salarons el
ambiente se templa un poco.
El
camino cubierto de una débil capa de nieve se mezcla con el hielo en los tramos
en los que ha penetrado el sol y luego se ha producido rehielo.
No
hay huellas lo que de alguna manera ”contradice”
eso tan manido de Ordesa o el Pirineo masificado.
Tozal del Mallo.
Ganamos
altura, nos aproximamos con el camino al Barranco de Salarons, hacemos la foto
del Tozal vestido con los colores de la mañana y enseguida que aumenta el
espesor de la nieve ya que estamos empezando a salir del bosque.
En
la cabaña de troncos del camino encontramos un par de inquilinos: se trata de
los carteles direccionales de la zona. No nos hablan, tampoco les preguntamos,
pero nos revelan suficiente información. Resultará complicado coger la faja.
Tozal del mallo y Corredor Sudeste.
Siguiendo
el camino ahora con nieve profunda salimos del bosque y avanzamos hacia la Cascada de Salarons
buscando evidencias del camino de la Faja
Racón que ya hemos hecho en alguna ocasión.
La
nieve se vuelve costra, el espesor aumenta y cuando no cede al peso se pone
durísima. Superamos el lugar en el que la senda está cubierta por una
espesísima capa de nieve y tras contemplar la Cascada de Salarons
vestida de blanco vaticano decidimos no buscar la entrada de la faja en tan
amplia pared y nos damos la vuelta sobre nuestros pasos
Son
las diez y media de la mañana y sobre los 1700 metros nos
volvemos. La faja transita hacia el este
aproximadamente a esta altitud. Nos vamos para abajo sin prisa pero sin
pausa, atentos al hielo.
Bajar
nos cuesta a pesar del cuidado algo menos que subir y cuando ya estamos
prácticamente en la carretera nos encontramos con una pareja que sube y que
puede aprovechar nuestra huella.
Son
las once y media de la mañana cuando estamos de nuevo el la helera de la Pradera de Ordesa, pasamos
junto al coche y nos vamos a por el Camino de Soaso.
Cruzar
el aparcamiento de punta a punta se nos lleva diez minutos. Lo conocíamos con
hielo pero este año está de record. La gente, por las huellas, ha salido de los
coches con los crampones puestos.
La
primera parte del camino hasta la
Capilla de la
Virgen del Pilar tiene muchísimo hielo muy irregular y no se
pasa mal gracias a las rugosidades. Más adelante la nieve va apareciendo alternando
con pequeños tramos limpios en los que aparece el hielo cristalino.
Cascada de Hielo de Arripas.
Enseguida
el camino se empina y nos aproxima a la Cascada de Arripas en mediano ascenso que
dificulta el hielo. Hay que ir de un lado a otro de la pista en busca de los
pasos más favorables. Deberíamos ponernos los crampones pero…
La
cascada está sencillamente helada. Hacemos alguna foto y echamos un bocado
apoyados en la barandilla del mirador.
Proseguimos
y decidimos pasar de largo de las siguientes cascadas mientras el camino asciende
siempre en dirección este por medio del hayedo. Poco más arriba, pasada la
cabecera de la Cascada
del Estrecho, cansados de que el hielo
está establecido en toda la pista decidimos atajar algunas eses de la misma con
lo que al menos la nieve está franca y el paso es mucho más cómodo y directo.
Por encima de las cascadas en busca de las Gradas de Soaso.
Las Gradas de Soaso siempre bellas.
Continuamos
un poco de llano hacia la parte inferior de las Gradas de Soaso y el hielo del
camino se cubre de una capa de nieve polvo lo que va a facilitar la tarea.
Las
Gradas oscuras en medio de un espeso manto blanco están muy heladas, el camino
lleno de nieve polvo y en el cielo el azul del sol no demasiado lejano. El
ascenso de las gradas se hace pesado pero finalmente alcanzamos la cabecera y
se abre el horizonte: nos espera el Circo de Soaso, estamos a 1700 metros de altitud.
El
Circo de Soaso es una inmensa planicie donde reposan mansamente los dos límites
de una perfecta u glaciar. Se trata de un lugar especial y hoy vestido de
soledad, absolutamente mágico.
Sumidos
en la sombra ya que el valle en invierno es uno de los lugares más sombríos que
conocemos, nos atrae con la calidez soleada de su parte nordeste y
completamente de llano, avanzamos hacia la luz contemplando los paredones de
las Sierras de las Cutas y Custodia al sur y de los paredones de Tabacor al
norte, todos vestidos de cascadas y candelones de hielo que refulgen con la luz
del sol.
Liquidamos
el rellano en media hora y son las dos de la tarde cuando tras pasar el Arazas
sin necesidad del puente nos sentamos al sol para comer un poco y contemplar la
majestuosidad del lugar en el que la
Cola de caballo no es hoy lo más espectacular, mientras
recordamos los múltiples momentos de paso por el lugar.
Unas
chobas vienen a comer con nosotros, el hambre y la costumbre les obliga a comer
de la mano de mi chica. Las Clavijas y la Faja de Pelay están de fiesta.
Media
hora después, con cierta pena puesto que jamás recordamos un momento tan cálido
en este lugar con excepción de alguna ocasión para el verano y recordamos días
con muchísimo frío, nos vamos para abajo sabedores que la vuelta, como siempre,
se nos hará al final pestosa.
Nos
despedimos del Rellano de Salarons y de sus espléndidos propietarios: el
perdido y el Soun de Ramond o Añisclo y nos llegamos a las Gradas, para abajo
se va mejor que para arriba.
El Estrecho.
La Cueva.
En
la parte superior de las cascadas nos ponemos los crampones pues el hielo del
camino en descenso es mal compañero de viaje y bajamos a las cascadas por el
caminillo, visitamos la del Estrecho y seguidamente la de la Cueva que están cubiertas de
hielo y para variar la vuelta nos vamos hacia el Puente del Mirador de los
Bucardos. Volveremos por la orilla izquierda del Arazas.
Pasamos
de largo del mirador pues ya lo hemos visto desde la otra orilla y proseguimos
para abajo por una pista con muchísima más nieve que hielo. Luego el camino se
allana bajo los paredones de la Sierra de las Cutas y se
nos hace largo como esperábamos.
Atravesamos
el Arazas por el puente de las inmediaciones de la Pradera y nos llegamos al
coche, ahora si, cómodamente con los crampones puestos.
Son
las cinco de la tarde, final de una espléndida jornada invernal vivida
prácticamente en soledad, solamente nos han hecho compañía los 850 metros de desnivel
que hemos movido y los alrededor de 21 kilómetros
recorridos, además de los continuos chasquidos de los derrumbes de torres de
hielo de las paredes.
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