La Laus, Col de Arpelin o Perdu, Col de
Izoard, Col Tetraille, Lac Souliers, la Chalp. Arvieux, la Cassiere, Villar
Gaudin y Clot de Chalp de Queyron.
08-07-2022.
Salida 06:45 h. Llegada 16 h.
Desnivel ascendido 1400 m
Desnivel descendido1175 m.
Distancia recorrida 25000 m.
Tiempo efectivo de marcha.08:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
La
noche, ligeramente ventilada, se nos hace larga y damos muchas vueltas sobre la
esterilla hasta que se hacen las seis y diez de la mañana, hora a la que nos
levantamos al 8 de Julio de 2022.
Desayunamos,
recogemos, enmochilamos y media hora después,sobre las siete, comenzamos nuestro
camino siguiendo la pista al sur por la que llegamos ayer y que avanza junto al
Barranco Bletonnet. Estamos a 1750 metros de altitud.
Vamos
buscando algún cartel que nos indique la presencia de un sendero botánico para
cruzar el barranco y progresar en busca del Barranco Izoard.
La
mañana, a la sombra, está espléndida para caminar y enseguida alcanzamos una
desviación de la pista principal con un cartel del Sendero Botánico y debajo
otro con la palabra Izoard y no le concedemos crédito prosiguiendo pista
arriba.
Yo
estoy convencido de que tendríamos que haber cruzado ya el barranco cuando
finalmente vemos una tienda acampada y un puente que cruza el barranco.
Nos dice un montañero que por allí también
podemos llegar al Col de Izoard pero pasando previamente por el Col Perdu o
Arpelin según nos indica. Estamos muy cerca de la Cascada Bletonnet,
sobre los 2050 metros de altitud.
Cruzamos
el barranco y orientados al sur ganamos altura todavía a la sombra y por un
camino poco transitado pero con hitos de piedras. Poco más arriba salimos al
sol cuando ya se perfila un poco a nuestra derecha lo que suponemos es la
depresión del collado. Parece ser que en lugar de rodear l’Arpelín por
el norte lo vamos a hacer por el sur.
Una
ladera pobre de hierba que subimos por cualquier parte nos coloca en un
caminillo alto que nos lleva al Col de Arpelín o Perdu situado a 2479
metros de altitud.
Son
las nueve de la mañana cuando contemplamos las revueltas de la carretera en la
Vertiente Sur del Col de Izoard, el
Refugio Napoleón y el camino que desciende desde esto collado al de Izoard.
Nuestro error se ha saldado con una ascensión de 100 metros extras y no ha sido
un precio caro.
Un
caminillo bastante terroso y con algún tramo que nos recuerda al tramo del GR11. en el Barranco de Aspe nos permite en diez minutos llegar al Col de Izoard
situado a 2362 metros de altitud que, en obras, poco a nada se parece al
recuerdo que tenemos de la ocasión en la que pasamos por aquí.
Tal
como llegamos nos marchamos tratando de atajar las primeras revueltas que la
carretera practica en la vertiente sur del paso. Luego y viendo que la posible
continuación al oeste de la carretera se ahonda demasiado en un valle que baja
directamente a Arvieux, nos metemos en la carretera y bajamos hasta un punto
bajo en el que hay un Monumento Conmemorativo a los cilistas Fausto Coppi y
Luison Bobet.
Luego
hay que remontar unos pocos metros hasta alcanzar un collado, creo que se llama
Tetraille, en el que hay un mirador con un par de paneles orientativos y el
camino que estamos buscando.
Son
las diez menos diez y tras contemplar con alguna dificultad para
identificar las cimas que pretendemos en
días próximos, cosa normal ya que no las hemos visto nunca, nos sentamos a
almorzar; mientras contemplamos por primera vez a un nutrido grupo de
senderistas que parten en nuestra dirección desde este elevado punto a 2212
metros.
Alrededor
de las diez y cuarto continuamos nuestro camino. La carretera marcha para abajo
fundamentalmente al sur en busca de Brunisard y nosotros lo hacemos por
transitado camino, en suave ascenso hacia el este-sudeste con el objetivo
próximo de alcanzar el Col de Tronchet.
Primero a la
sombra del bosque y luego por praderío claro, visualizamos el collado al que
nos dirigimos y puesto que llevamos una excelente hora decidimos darnos un
pequeño homenaje: estamos por encima de los 2300 metros, buscamos la sombra de
un alerce, dejamos las mochilas y ligeros como los pájaros nos vamos al norte,
que es a donde va la mayoría del personal.
Se trata de un
ascenso suave que acumulará un desnivel de alrededor de los 150 metros y que, tras pasar por las inmediaciones de un
rebaño de ovejas, se ve muy poco ganado y mucho pasto por comer, nos deposita
en la Cubeta Lacustre del Lac de Souliers situada a 2495 metros de altitud.
Hacemos algunas
fotos de un lago rodeado de praderío y en un circo de montañas amables camino
de otros lugares y enseguida nos damos la vuelta sobre nuestros pasos para
recuperar las mochilas cuando son las once y cuarto.
Luego proseguimos muy de llano en busca del Col de Tronchet y cuando visualizamos un poste
direccional en las inmediaciones del mismo nos echamos para abajo atajando un
poco, mientras Juan se acerca hasta allí
El camino desciende una ladera herbosa para introducirse en el bosque. Una de las opciones es el GR58.por el que discurre el Sentier de la Dent de Ratier y por el que sube una carrera de montaña proveniente de Brunisard; la otra se introduce en el bosque al sudoeste y nos vamos con ella a la sombra tornasolada de la mañana que se agradece.
Es un descenso
balizado que alterna tramos de camino que se convertirán en pistas cada vez más
firmes hasta alcanzar finalmente otra en uso que nos sacará del bosque y nos
dejará en los prados de la Chalp en los que está instalada una pequeña estación
de esquí.
Son las doce y
media cuando alcanzamos la carretera que baja del Col de Izoard y llaneando
alrededor de un kilómetro entre prados salpicados de casas aisladas nos
llegamos a Arvieux situado a 1552 metros de altitud cuando va a ser la una del
mediodía.
Atravesamos el
pueblo siguiendo la carretera, tiramos nuestra basura en unos contenedores,
cogemos agua y en medio del mismo encontramos un cubierto para senderistas: un
sombrajo con fuente, banco y mesa y nos sentamos a comer y a decidir ya que la
etapa está prácticamente concluida.
A las dos menos
cuarto continuamos al sur por la carretera con la intención de llegarnos a Villar Gaudin donde suponemos que
habrá algún sitio llano donde acampar con agua.
Para ello, como no
vemos ningún cartel en el pueblo continuamos carretera abajo hasta la Cassiere
donde tiene que haber un puente que nos permita cruzar a la orilla derecha del
Torrente de Izoard.
Sobre los 1530
metros de altitud y al este del reducido caserío aparece el puente y lo tomamos
sin duda pues en una ladera tan inclinada y boscosa no puede ir a otro lado. El
camino avanza al sudeste coincidiendo con la dirección del barranco y la
carretera pero a pesar de que llanea bastante va ganando altura en relación a
ellas.
La ladera está muy
inclinada y sin camino no iríamos a ninguna parte, pero lo que nos preocupa es
que está muy seca pues a lo largo de este tramo de camino solamente cruzaremos
un torrente prácticamente seco del que en el peor de los casos podríamos
obtener agua a costa de volver a buscarla.
El camino
finalmente asciende un poco, el bosque se limpia entre prados y nos deposita en
Villar Gaudin un pequeño caserío situado a 1600 metros de altitud en el que lo
primero que encontramos es una espléndida fuente que nos alegra la tarde cuando
son las tres menos cuarto.
Soltamos las
mochilas para buscar lugar de acampada y el camino de continuación pero nos
encontramos con el eterno problema de las nomenclaturas no siempre coincidentes
con las que manejamos procedentes de Geoportail y eso suele ser un problema no
menor.
Pero, una vez más,
la suerte se alía con nosotros y charlamos con una chica que parece argentina y
que regenta un hostal en el pueblo. Nos dice que hay un camino más o menos
llano que ataja la ruta que nosotros queremos hacer y que yo tenía localizado;
sale de mitad del pueblo. El otro sube y baja bastante más pero tiene una zona
con merendero y agua que nos recomienda. También hay una pista pero más larga.
Media hora después
ella se va a trabajar y nosotros también decididos a alcanzar el merendero
aunque para ello tengamos que prolongar algo nuestra actividad del día.
El camino está muy
limpio y bien indicado aunque la terminología no sea la que manejamos. Lo
subimos al tornasol de la tarde y nos pegamos un calentón interesante que nos
lleva a coincidir con la pista en un rellano-mirador con banco pero sin agua.
Hay que proseguir un poco más en una ladera boscosa que se ha acostado bastante hasta que nos deposita en el Aparcamienro del Clot de la Chalp de Queyron situado a 1982 metros de altitud. Son las cuatro de la tarde y hemos terminado, por fin, nuestra jornada.
Hay 3 fuentes,
terreno llano con varios bancos y mesas de madera: perfecto. Pasaremos una
noche mucho más confortable que en la calima del valle.
También hay dos
miradores con mesas orientativas. Uno de ellos no nos interesa gran cosa pero
el otro nos enseña nuestro camino de descenso y la continuación en ascenso del
día siguiente. También y ya un poco más cerca la zona de picos que querremos
visitar.
Ponemos a secar
los sacos y la tienda, hacemos colada que se secará muy pronto y bebemos
abundantemente un agua fresca que es un auténtico regalo.
Cenamos pronto,
alrededor de las siete pues sobre las siete y media se marcha el sol y poco
después de las ocho nos empiltramos con ganas pues hoy hemos subido alrededor
de 1400 metros y bajado 1175, recorriendo una distancia de alrededor de 25
kilómetros. Las mochilas no nos han castigado demasiado nuestros hombros y eso
hay que celebrarlo
Hola trio
ResponderEliminarYa veo que vuestras salidas frecuentes en Pirineos este invierno y primavera están dando sus frutos en Alpes. Desnivel, distancia y con esas mochilas a la espalda que no parecen ligeras que digamos. Estáis sobrados de forma.
En vuestra línea de ir a lugares poco concurridos, os sigo con interés con el mapa de "geoportail" como buena referencia. Estupenda esta segunda etapa de vuestro periplo. Personalmente me gusta conocer lugares nuevos. Hay mucha vida en Alpes que no son cuatro miles
Un saludo
¡Hola Alfredo!
ResponderEliminar¿Qué tal chaval? ¡Cómo llevas lo tuyo y tu montaña?
Mientras el cuerpo aguante iremos al monte a cualquier precio, no tenemos nada mejor que hacer.
Ya sabes, le damos a lo que sale al paso , cerca y otras veces no tan cerca venciendo a la pereza. No desdeñamos repetir actividades conocidas buscándoles alguna variante que incremente el interés pero lo que si nos gusta es conocer.
En esta ocasión le hemos echado un parche más a nuestra particular travesía de los Alpes, en esta ocasión añadiendo por el sur.
Si, hay otros Alpes fuera de Cuatromiles y Glaciares y hay que controlar a dónde se va para no llevarse luego algún chasco.
La pena es que en la zona que hemos recorrido encontramos a faltar esos neveros residuales que pintaban con un poco más de encanto a las montañas y que nos decían donde teníamos el norte sin necesidad de usar la brújula o mirar al sol. El cambio climático se los ha comido al igual que se está comiendo a los glaciares: pensábamos que podía pasar solo en Pirineos pero en Alpes llevan una ración de sobra. La Marmolada, el Montblanc... creo que se han terminado los Alpes de Verano que siendo relativamente seguros tan entrañables recuerdos nos han propiciado. Ahora habrá que ir en Primavera con una meteorología menos segura, al menos psicológicamente.
Un placer. ¡Que vaya bueno!
Hola Mariano.
ResponderEliminarMaratoniana segunda jornada, con ese error inicial, pero oye, si solo fueron 100 metros de desnivel extra, ni tan mal.
En cambio, hubo suerte al encontraros con la chica argentina, menudo sitio más chulo para acampar, veo que por esos lares, no hay problema en hacer acampada libre ...
Salud y montaña.
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarCuando organizas una travesía has de ser muy cuidadoso con esos aspectos relativos al nivel de esfuerzo y has de preveer capacidad sobrada por si pintan bastos ya que no hay nada asegurado y un marrón te puede venir sin comerlo ni beberlo.
Sabíamos que iríamos sobrados y por ello pudimos modificar duraciones según nos interesaba. El hecho de comenzar a caminar muy temprano nos permitía hacerlo con excelentes condiciones climáticas y terminábamos generalmente las jornadas muy pronto y sin estrés organizativo.
Nosotros hemos acampado mucho por libre y solamente nos han soltado una vez los palos de la tienda en Paderna y otra vez nos levantaron del Lac de Luhos pero tenía lógica por la masificación en un Parque Nacional y era alrededor del 90.
Nosotros contábamos con la discreción suficiente para acampar sin problemas y así fue. No tuvimos ningún problema y la gente tampoco cosa que comprobamos en las pernoctaciones en cabañas que fueron tres. Nosotros llevábamos todo lo necesario para acampar más pensando en una meteorología adversa que en los tres días en los que no disponíamos de cabañas.
Suerte, hay que tener ese poquito necesario que al final se agradece aunque puedas pasar sin ella.
¡Que vaya bueno!