Dorso
Morrrénico bajo la Cabaña Jaffueil, Crevoux, Belvedere de Bajoulan, les
Gaillard, Sant Sauveur y Embrun.
13-07-2022.
Salida 06:30 h. Llegada 12:30 h.
Desnivel ascendido 125 m.
Desnivel descendido 1425 m.
Distancia recorrida 20000 m.
Tiempo efectivo de marcha 05:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Llevamos
alrededor de hora y media de adelanto sobre el programa previsto al prolongar
la atapa de ayer pero a pesar de todo, espoleados por esas prisas que sin que
lo queramos, se instalan en nuestro cerebro y nos empujan, nos levantamos al 13
de Julio de 2022 a nuestra hora reglamentaria, las seis de una nueva mañana, la
última de la travesía, absolutamente espléndida para que sean siete de siete.
La
noche ha sido divina y me preocupaba porque el bosque de alerces cuenta con un
sotobosque de agujas, piñas y hormigas. Los sacos ni se han humedecido
prácticamente pues ha corrido una brisa cálida.
En
media hora hemos desayunado, recogido e iniciado nuestra marcha camino abajo
siguiendo la dirección sur que tomamos ayer en el Col Jaffueil.
El
camino desciende desde los 2150 metros de altitud, una ladera algo seca,
medianamente inclinada, a salvo del bosque y con tendencia a buscar el barranquillo
que recoge las aguas de la pequeña cuenca bajo el Col Jaffueil, hoy
completamente seco.
Enseguida
alcanzamos la ladera que prolonga las paredes y que enseguida se allana y
se sumerge en prados escalonados y practicados a base de muros de
piedra. Podríamos haber bajado hasta aquí para vivaquear pero ya da igual.
Alcanzamos la
carretera que recorre el Valle del Crevoux y la tomamos al oeste. Estamos en
territorio de la estación de esquí de fondo. Nos lleva a la Chalp donde
contemplamos un panel de pistas ante el que me pregunto que hace un plano de
estación de esquí cuando solamente cuenta con una pista y un arrastre muy altos
y un área de esquí nórdico. Son las siete y cuarto
Luego en casa
consultando las fotos me daré cuenta de que no se trataba de publicidad de la
Estación de Vars sino de la de Crevoux que cuenta con unos pocos remontes y una
docena de pistas de alpino. En la zona que hemos recorrido hay estaciones de
esquí como hongos en temporada, lo que no sé es cómo subsistirán con la
población limítrofe que no pasará de los 20000 habitantes.
La Chalp cuenta
con instalaciones y servicios comerciales acordes con el esquí y una carretera
que continúa al oeste descendiendo hacia Praveyral, pero antes hemos de
remontar una cincuentena de metros al sudoeste para llegarnos a Crevoux.
Son las ocho menos
cuarto cuando llegamos a Crevoux, un caserío abigarrado y remozado con una
fuente en la plaza que nos va bien para reponer agua pues imaginamos que de
aquí en adelante igual no encontramos demasiada.
Estamos a 1613
metros de altitud y tenemos que
encontrar nuestra continuación en la parte alta del pueblo, los carteles que
hay no nos ofrecen nada significativo para nosotros. Hablo con una persona que
parece del pueblo y nos confirma la idea que tenemos pero tampoco lo deja claro.
Tomamos la pista
que parte muy llana y al oeste secundando nuestro propósito pero sabemos de la
existencia de otros caminos paralelos a esta y de nuevo tenemos que consultar
Google Maps para que confirme un poco nuestra idea.
La pista sigue muy llana, no localizamos un camino que tenía que alcanzarla proveniente de Praveyral y vamos algo moscas. Dejamos que parta hacia arriba una rama transitada y otra poco transitada que marcha hacia carteles no significativo para nosotros e iniciamos un suave descenso desde una cota que es bastante adecuada a nuestros intereses.
La pista muy
transitada hasta por moteros de carretera que igual suben al Refugio de Landet no
ofrece dudas para seguirla ya que en el peor de los casos saldríamos por la
parte baja del valle y arreglado, pero enseguida alcanzamos un cruce con otra
que sube de Praveyral, con un cartel que indica el Belvedere de Bajoulan.
Son las nueve y
cuarto cuando, sin prácticamente detenernos más que para hacer una foto,
continuamos pista al sur hasta que enseguida aparece un cartel que nos saca de
la pista y nos mete en un camino que ataja hacia les Gaillards.
Van a ser las
nueve y media y nos sentamos a echar un bocado al tornasol que nos propicia un
bosque en el que casi han desaparecido los alerces. Media hora después
continuamos el camino que se arrellana y se convierte en pista para terminar en
la carretera que nos depositará en les Gaillards a 1350 metros de altitud.
Alli llega el GR. de Serre Poncon y siguiendo sus balizas nos acercamos a Sain Sauveur no sin
antes atajar un par de revueltas en medio del praderío.
A la salida del
caserío giramos un poco al norte con la
carretera hasta que poco después la abandonamos por un camino seco y
medianamente inclinado que terminará por bajarnos al rellano aluvial del
Durance. Al mismo tiempo buscamos claros con perspectiva que nos permitan
localizar el Puente Nuevo, o la Estación Eléctrica de Embrun.
El camino se allana definitivamente, pasa entre
unos prados y cruza la carretera frente al Puente Nuevo de Embrun donde
queríamos terminar nuestra travesía. Son las once y media cuando obtenemos la
respuesta al interrogante que abríamos hace seis días en Montgenevre.
Hace calor incluso
en las inmediaciones del puente. Hacemos una foto, cruzamos el ruidoso puente
de tablas y en una sombra del aparcamiento de la otra orilla, se queda Rosa con
las mochilas, como habíamos planeado, mientras que nosotros nos vamos
relajadamente hasta la parte alta del pueblo para comprar y recoger la furgo.
La carretera pasa
junto a la Central Eléctrica para darse una vuelta alejándose la zona de
cortados que tiene la ciudad pero nosotros la abandonamos para tomar un camino
que asciende directamente hacia el centro y que ya reconocimos previamente.
Tres calles más
adelante encontramos la principal que cruza la ciudad de sudoeste a nordeste.
Allí entramos a un Spar que teníamos localizado, compramos pan, fruta y un poco
de verdura y con la bolsa de la compra en la mano nos vamos calle adelante en
busca de la furgo que dejamos en el aparcamiento de una urbanización.
Son las doce y
media cuando la recogemos, está medio a la sombra y ha estado mucho más a la
sombra que al sol. Le conecto la batería y nos damos la vuelta en busca de
Rosa.
Nos liamos algo
hasta alcanzar la calle que baja al Puente Nuevo pues nos metemos sucesivamente
en calles cortadas pero finalmente a la una la recogemos.
Al llegar al embalse vimos que tenía el nivel muy bajo y que darse un remojón no era tarea fácil en el lugar que conocíamos, así que, lo haremos en el río pues cerca hay gente bañándose y hay un aparcamiento con sombra.
Después y con la
furgo ventilada nos ponemos a comer y a secar un poco la ropa que hemos sudado
y los sacos. Lo cierto es que las cervezas de la furgo están fresquillas y
pasan bien. Lo mismo sucede con la poca verdura que dejamos. No la dejamos
donde habíamos planeado pero creo que ha estado en un lugar inmejorable.
Son las tres y
media pasadas cuando damos por concluido nuestro descanso, recogemos todo y nos
echamos a la carretera dejando que el navegador nos lleve a Gap. Creo que será
un acierto volver por la N94 que deshacer las carreteruchas que tuvimos a
partir de Avignon.
No tengo
demasiadas ganas de conducir pero como hemos terminado nuestra jornada antes de
lo previsto disponemos de casi toda la tarde para hacer kilómetros. Gap,
Orange, Avignon… alguna vueltecilla nos da el navegador pero vamos bajando.
Cerca de Nimes, ya
finalizando la tarde, paramos en un
pueblecillo que resulta más extenso de lo esperado. Cenamos y nos empiltramos
con ganas de acabar la jornada; una jornada en la que hemos hecho una buena
cantidad de kilómetros después de hacer nuestra última jornada de travesía en
la que apenas hemos subido 125 metros, bajado 1425 metros y recorrido alrededor
de 20 kilómetros gracias al adelanto del día anterior.
La noche no
resultará tan caliente como suponíamos, descansamos bien y a la hora de
comenzar el 14 de Julio de 2022, Fiesta Nacional Francesa, nos despierta un
coche que aparca a nuestro lado. Es un madrugador que aprovecha para regar su
huerto antes de que llegue la fiesta y hasta se excusará por despertarnos.
Alrededor de las
seis y media volvemos a la carretera, pasamos bien Mompellier, luego Bezieres y
continuamos directos a Carcasonne. No sabría decir con precisión, pero me
parece que no hay demasiada circulación al ser festivo.
Pasamos por
Carcasonne y poco más adelante paramos a echar un café para romper la mañana.
Luego, llegados a Villefranche Lauragais hacemos el vadeo de Toulouse y tomando
la autovía, enseguida nos llegaremos a Lanemezan y con ello estamos de vuelta
en Pirineos.
Cerca de Arreau
paramos a comer en una sombra de la carretera luego solamente nos quedara el
repechón hasta el Túnel de Bielsa y en hora y media más llegarnos a casa a
media tarde. Recibiendo el bofetón de los casi 40º centígrados de Sabiñánigo.
En Queyras habíamos disfrutado de una meteorología inenarrable pero por aquí se
estaban asando vivos.
Habíamos terminado
nuestros Alpes, al fin. Habían pasado raudos como un sueño agradable y allí se
quedaban para el recuerdo como siempre pasa. Siete jornadas en seis días, 7800
metros subidos, 8600 metros bajados y 135 kilómetros recorridos habían servido
para prolongar nuestro “gusano alpino” que ahora se extendía de Embrun a Zermat.
¿Prolongaríamos
ese “gusano” algún día…?
Parece claro que
precisamente hacia el sur no, pues esos Alpes no son otra cosa que más
Pirineos y de eso estamos bien servidos, no necesitando hacer 2000 kilómetros
de carretera y no he sentido ni sueño ni cansancio conduciendo.
Zermat cae ya muy
lejos y hace falta ilusión, unos
paquetones de ilusión que ahora mismo igual no tenemos pero…
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