La plástica Arista Somital de Weissmies.
04-08-2007.
Salida 08 h. llegada 14 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de Weissmies procedente de Ladeskarte der Schweiz. Vía en amarillo.
Antes
de que el despertador nos llame, nos incorporamos al sábado 4 de Agosto día en
el que empieza a tener efecto el seguro de montaña que no esperamos utilizar.
Son las seis y veinte de la mañana, ya ha amanecido y tenemos ganas de
levantarnos.
Lagginhorn y Weissmies desde la Cabaña Mischabel. 21-7-89.
Puestos
en marcha, enseguida entramos en Saas Grund. Son las siete de la mañana cuando
descargamos las mochilas en la estación del teleférico, habíamos planeado
llegar con tiempo y así ha sido.
Los
socios se quedan en la estación mientras que yo me voy a aparcar el coche.
Al
otro lado del puente en el inicio de la carretera a Saas Fee, junto a la casa
de la derecha hay un coche aparcado y sitio. Lo dejo bien orillado y sin
posibilidad de que pueda molestar a nadie, le pliego los espejos y allí lo
dejo. No es lugar único pues hasta allí llega la carretera que va al camping,
pero sí muy bueno. Aparcar en Suiza ya es muy caro, como todo.
Lagginhorn y Weissmies desde la Arista Hohlaub. 1-8-07.
La
vuelta caminando me cuesta poco más de cinco minutos. Son las siete y cuarto y
ya hay movida de montañeros que van al teleférico.
Los
teleféricos en los Alpes tienen funcionamiento continuo a lo largo de todo el
año. En invierno para el esquí con una temporada muy larga y en verano primero
con los turistas y paseantes que cada día son más numerosos y ahora con los
montañeros que se también se han apuntado como usuarios.
El
uso de los teleféricos por los montañeros
no es nuevo pero si se ha extendido
de un tiempo a esta parte. Supongo que pueden ser muchas las causas de
este fenómeno pero entre ellas está la masificación de los refugios con la
llegada de los turistas y las dificultades que conlleva tener sitio para dormir
los montañeros; la lata de las reservas anticipadas y también las prisas con las
que se va a la montaña, tanto por parte de los montañeros de la zona con por
los que se desplazan desde largas distancias. Es rara la montaña que se sube
desde abajo teniendo remonte y pocas las montañas que no lo tienen. ¿Quién sube
al Cervino desde Zermat o al Mont Blanc desde Chamonix?
Desde felskin Lagginhorn y Weissmies. 1-8-07.
Hay
actualmente un grupo de cuatromiles que se hacen de teleférico a teleférico y
en el día, el personal pasa del rollo de los refugios por ciertas razones entre
las que se encuentran los precios. Si los remontes no son nada baratos, los
refugios tampoco lo son y eso sin obligarte a hacer las comidas cosa que ya se
está poniendo de moda.
Cuando
llego a la estación del teleférico ya han sacado los billetes y en este caso
nos han costado 35’5 francos suizos ida y vuelta hasta la cabaña de Hohsaas,
caro aunque medianamente aceptable.
Salimos
a la calle hasta las escaleras para hacer cola con el personal y tan pronto
como abren las puertas nos montamos en el primer teleférico que parte a las
siete y media de la mañana. Ya hemos recuperado un cuarto de hora.
El
teleférico que arranca de los 1559 metros de altitud remonta una ladera con
brutal pendiente al principio en la vertiente oeste del valle, gana altura
vertiginosamente para luego allanarse y alcanza la Estación de Kreuzboden a 2400 metros de altitud.
Se trata de un teleférico con pequeñas cabinas desembragables que aminoran la
velocidad en la estación intermedia y prosiguen para arriba sucesivamente.
Contemplamos largamente todo el Circo de Saas Fee recién iluminado por el sol
de la mañana.
La Cabaña Mischabel desde el Teleférico a Hohsaas.
Pasamos
un poco al este de los Refugios de Weissmies, sobre los que ya aclaré mi duda
de si el teleférico paraba allí o no, y enseguida alcanzamos la destrozada zona
en la que se asienta Hohsaas. Van a ser las ocho de la mañana.
La
estación del teleférico, cabecera de la estación de eskí, se encuentra
prácticamente a 3140
metros de altitud. La Cabaña Hohsaas está debajo a 3098 metros de altitud
y lo primero que hacemos con Juan es bajarnos hasta allí con un par de bolsas
que vamos a dejar en la cabaña.
Weissmies desde el final del teleférico.
La
cabaña está cerrada, el chiringuito-restaurante de al lado también así que
decidimos dejar las bolsas cubiertas con piedras al lado de la cabaña y
remontar a continuación al encuentro de Rosa que se ha quedado arriba con las
mochilas.
Nos
espera medio helada de frío pues, a la sombra y a esta altitud sin hacer nada
de ejercicio, la mañana está frescucha.
Glaciar de Trift en la Norte de Weissmies.
Son las ocho y diez. El teleférico nos ha
subido en dirección este y nosotros cargamos con las mochilas y tomamos una
pista que parte en descenso hacia el sudeste. Se trata de una pista de enlace
entre el teleférico y las pistas de esquí del Glaciar de Trift, pasa junto a un
edificio del que luego sabremos que es la nueva Cabaña Hohsaas y perdiendo una
cincuentena de metros se aproxima al glaciar que en esta zona ya ha perdido
toda la nieve de la temporada y está lleno de grietas de considerables
proporciones ya que la pendiente es bastante importante.
Por
la orilla derecha del glaciar tomamos un corredor rocoso muy transitado que asciende junto al
espolón también rocoso y que permite ganar altura al encuentro del rellano del
glaciar.
Los
primeros cien metros de desnivel serán en seco pero a partir de allí el camino
atraviesa afloraciones de hielo y nieve entre las rocas hasta que el camino se
introduce en el hielo del glaciar.
Como
la nieve está dura cuando no es hielo vivo y como suponemos que el avance será
ya sobre glaciar sin roca, nos ponemos los crampones y nos encordamos: vamos al
Weissmies.
Tendríamos
que estar de descanso tras la actividad en el valle de Zinal según el programa,
pero la falta de sitio en la Cabaña Tracuit
termina por provocar el cambio de orden de las actividades confirmando la
opinión de Juan que prefería hacer las dos actividades en el Valle de Saas y
luego la del valle de Zinal para no ir y volver aunque solamente fueran 70 kilómetros .
En el Rellano de la Norte de Weissmies.
Bueno,
el cambio de programa no tiene contestación alguna puesto que hay razones que
lo avalan. Concretamente dos: si estamos en Hohsaas, ya estamos en camino hacia
el Weissmies por lo que hacer el pico supone entre dos y tres horas de subida y
un par de descenso con lo que, al mediodía, podíamos estar tranquilamente de
vuelta en el refugio y con ello, el riesgo de las grietas no tiene que ser
excesivo. La otra razón es que desde Hohsaas el Lagginhorn es algo más largo
debido al flanqueo a realizar para incorporarnos al camino que sube desde los
Refugios de Weissmies y hay una laja equipada con una sirga que desconocemos y
que mejor la vemos antes.
También
el Weissmies es más pico que el Lagginhorn y mejor asegurarlo por si acaso. De
cualquier forma la gente que ha subido en el teleférico marcha al Weissmies y
con ella vamos nosotros también recordando complicaciones pasadas en la Jungfrau a consecuencia
de la hora.
Enseguida
dejamos liados con sus equipamientos a algunas de las cordadas con las que
hemos subido el corredor y ligerillos nos vamos glaciar adelante, en horizontal
pues estamos en el rellano y en dirección sudeste. Transitamos una huella que
salva suficiente y seguramente una serie de grandes grietas en la cabecera de
la cascada de seracs y que se dirige a la zona izquierda del glaciar, la
derecha es un brutal paredón del que se ha desprendido una enorme placa de
glaciar dejando en precario equilibrio unas impresionantes torres de hielo.
Seracs en la Sudoeste de Weissmies.
No
es que la parte izquierda de la pared no sea empinada ni esté libre de grietas
sino todo lo contrario. Se trata de una auténtica pared glaciar de marcado
carácter por el que discurre la vía al pico y allí estamos, a la sombra de la
mañana puesto que el sol está todavía debajo de la arista oeste-sudoeste del
pico.
A
ritmo atravesamos el rellano del Glaciar de Trift, adelantamos a alguna cordada
en el inicio de la pared y avanzamos a buen ritmo. Hemos comenzado de los
últimos pero ya hemos dejado atrás a varias cordadas. Delante van la tira pues
esto parece una peregrinación. Es sábado.
En el Primer Resalte hacia la Sudoeste de Weissmies.
En
la pared una buena huella permite el ascenso de un primer resalte fuertemente
inclinado y hacia el sur. Las cordadas van despacio y muy enfiladas y nosotros
hacemos cola mientras que vamos dejando
a nuestra izquierda unas grietas bajas
La
vía se va un tanto al sudeste para girar de nuevo al sur e introducirse en un
sistema de fuertes grietas entre las que superará dos resaltes sucesivos
severamente inclinados y fáciles con una huella así. Adelantamos a una cordada
por fuera de la huella y no resulta fácil.
Rellano para proseguir hacia la Sudoeste de Weissmies.
Ya
cerca de las grietas superiores afrontamos el ascenso de una rampa con una
pendiente superior a 55º. Se trata de una auténtica pared a la que comienza a
entrar el sol y en la que no se siente uno amparado pues hacia el oeste, que es
la zona de caída, la pared se pone vertical.
La
huella está bien, la nieve está buena, la pared se arrellana y se introduce en
una loma soleada en la que la gente se detiene y toma aire. Nosotros
aprovechamos para adelantar a un par de cordadas que nos bloqueaban el paso y a
mí que voy delante me amenazan continuamente con los bastones y eso que no les he
hecho nada, ¡lo juro! Estamos sobre los 3650 metros de altitud
Parete Superior del Glaciar de Trift y Weissmies coronándolo.
He
ido haciendo fotos y hago un par de la cima desde aquí cuando la cámara se
despide. Se ha estropeado y me deja sin fotografías a partir de ese momento. Me
quedo contrariado pero lo asumo en contra de lo que piensa Rosa. Pero eso no es
problema para mí.
Nos
orientamos casi en dirección este y cerca de la arista, siempre por su ladera
noroeste avanzamos siguiendo la huella a media ladera para superar dos largos y
suaves resaltes mientras nos vamos aproximando al casquete somital del pico que
nos enseña la arista de ascenso. Se ha levantado un poco de viento que
esperamos no sea demasiado molesto cuando transitemos por la arista en el
casquete somital.
Casquete Somital de Weissmies desde el Segundo Resalte.
El
segundo resalte se allana y se convierte en un amplio y plano collado cuyo
tránsito nos deposita en el arranque de la arista somital. La huella está
instalada ligeramente al norte de la misma.
Son
las once de la mañana, estamos ligeramente por debajo de los 3900 metros de altitud
y nos introducimos en un arranque de pared muy erguido que tendrá 50º de
inclinación pero que cuenta, como toda la pared, con una buena huella fuera de
las cornisas y una nieve muy decente. Para compensar, el viento empuja un
poquillo en una zona bastante desprotegida.
La
pared se arrellana un poco y se progresa mediante una media ladera muy
inclinada que finalmente conduce a la arista terminal en un lugar en el que el
viento racheado azota impetuoso.
Fotografíados en la Arista terminal de Weissmies, la clásica.
La Sudeste del Weissmies con el Piz de Andolla elegantísimo.
Estamos en la cima del Weissmies a 4023 metros de altitud En
el extremo nordeste de la misma buscamos, descendiendo ligeramente por la
arista sudeste, un lugar rocoso, soleado y abrigado del viento y nos sentamos a
descansar, a contemplar el paisaje y a almorzar. Son las diez y media.
Cuatromiles de Saas Fee desde Weissmies: Alphubel, Dom, Tasch, Lenz y Nadel.
Hacia
el oeste, el lugar por donde hemos venido tenemos la Cuenca de Hohsaas, girando
un poco al sur la arista por la que hemos subido y toda la Cadena de los Mischabel, al
este tenemos la arista que nace a nuestros pies y que nos enseña el
espectacular Piz d’Andolla y en la distancia tendría, tiene que estar, la zona
de La Bernina
y finalmente al norte la arista que conduce al Lagginhorn, detrás quedan los
Alpes Berneses pero no termino de identificarlos.
¡Qué
maravilla de día! Nos emborrachamos de luz y de paisaje.
Descendiendo del Casquete Somital de Weissmies.
A
las once y media pasadas nos volvemos por la arista hacia la punta oeste.
Hacemos y nos hacen algunas fotografías, somos acribillados por minúsculos
cristalitos de hielo venteado inmisericordemente y poco después iniciamos el
descenso siguiendo el mismo camino que ya no tiene secretos.
Rellanos Intermedios entre resaltes.
Bajamos
tranquilamente, incluso despacio, pero descendemos bien lo que supone
hasta un buen ritmo. Los resaltes en
descenso se suceden, las grietas quedan atrás y las hay de todos los tamaños
siempre fuera de la huella y las miradas se elevan siempre al frente al
encuentro de la Cadena
de los Mischabel.
Descendiento el Muro Inferior del Glaciar de Trift.
La
travesía del rellano del Glaciar de Trift se hace un tanto pestosa a pesar de
ser corta y finalmente, cunado es la una del mediodía alcanzamos los últimos
trozos de glaciar y allí nos detenemos para desencordarnos y quitarnos los
crampones.
Luego
bajamos el corredor pedregoso cuidando las afloraciones de hielo viejo y al
entrar en la pista cogemos agua del glaciar y echamos un buen trago. Diez
minutos después, hemos subido la pista de tierra, alcanzamos la estación del
teleférico dando por concluida la actividad del día aunque sabemos que no ha
terminado por ahora. Es la una y media.
Sin
soltar las mochilas nos bajamos hasta la cabaña. Ahora está abierta pero lo
primero que hacemos es recuperar el depósito de material que hemos dejado cubierto de
piedras. Seguidamente entramos.
Tiene
un aspecto extraño para refugio de montaña pero es que su uso fundamental es en
temporada de invierno y ahora la mayoría de los materiales están amontonados en
una amplia entrada. Alguien nos dice que los guardas están en la cabaña nueva
que se encuentra cerca del teleférico.
¡Vamos
para arriba! haciendo acopio de paciencia. Pasamos junto a una enorme terraza
solario en la que el personal se solea, dejamos las mochilas a la entrada y nos
vamos al interior del comedor restaurante donde está la recepción.
No
hay problema pues hay sitio. Los que hacen uso del restaurante tienen, parece
ser, literas en la planta que hay debajo del restaurante y los demás en la
cabaña de abajo.
Así
que pagamos 35 francos suizos de cada
uno, puesto que es un refugio privado y arreamos otra vez para abajo con la
incipiente sospecha de que, a este paso, nos vamos a poner como motos con tanto
sube y baja.
Localizamos
la habitación que está en la planta alta y nos bajamos para abajo. Ponemos a
secar algunas cosas y seguidamente comemos en soledad, el personal no pulula
por aquí de momento.
Rimpfischhorn y Allalinhorn y Feekopf con Eginer delante desde Hohsaas.
En
una mesa con sillas que hay junto a la entrada comemos un poco lo que apetece
puesto que no se trata de una comida estrictamente de montaña ya que hemos
subido algunas cosas más de las habituales y bebemos pues el momento y el día
invitan a ello.
A
las tres menos cuarto dejamos a Rosa al cuidado de lo que hemos puesto al sol
para que se seque y nosotros nos vamos a echar una visual que será más que una
simple visual.
Tomamos
el amplio camino que es pista y que desciende hacia los Refugios de Weissmies y
en la primera curva, como dicen las informaciones, localizamos unas citas que
dejan la pista y se orientan hacia el norte para atravesar a media ladera un
amplio corredor situado al norte del Glaciar de Trift y que actualmente cuenta
con algunos neveros muy colgados en la ladera oeste de la arista que une al
Weissmies con el Lagginhorn. En algún lugar se refieren al circo como Glaciar de
Hohlaub pero tengo mis dudas
Atravesamos
unas pedreras y alcanzamos la parte central del circo ocupada una rampa
inclinada compuesta por largas lajas perfectamente pulidas por el glaciar. Cruzamos horizontalmente con los
consiguientes subes y bajas, atravesamos un par de torrentes, el segundo de los
cuales puede llegar a ponerse complicado a la mañana en el caso de que hiele
por la noche y alcanzamos las pedreras del otro lado del corredor.
Las
citas en la pedrera nos conducen a una vira inclinada y fácil que está equipada
con una sirga. El tránsito por la vira está facilitado por la roca esquistosa y
astillada que tiene una excelente adherencia.
Fuera
de la vira nos encontramos en una pared bastante inclinada, con citas por todas
partes y con variadas señales de paso. Nosotros tomamos un corredor tras otro y
ganamos altura en la pared por cualquier parte en busca de la arista.
Al
fin salimos a la arista pero, ya nos lo imaginábamos aunque nos daba lo mismo,
lo hacemos muy arriba. Salidos de la vira hay que progresar en suave ascenso
por la pared en busca de una pequeña brecha que conduce a un rellano junto a la
arista.
Desde
aquí vemos casi todo lo que hemos venido a ver: debajo de nosotros está el
Glaciar de Lagginhorn con su huella en suave ascenso por la parte baja del
mismo; vemos como se inclina medianamente y se incorpora a la larga arista
oeste del pico; vemos alguna alternativa para alcanzar la arista pero creemos
que no merece la pena; y contemplamos toda la arista hasta la cima que no tiene
mala pinta.
Bajamos
hasta la brecha de paso entre los dos glaciares y allí nos encontramos con un
montañero que también ha venido a ver. Intercambiamos información con cierta
dificultad pero aproximadamente manejamos informaciones similares.
Entre
tanto llegan unos montañeros que vienen por el glaciar y llegan sin crampones
pero como no tienen muchas ganas de hablar nos quedamos sin saber.
Luego,
sin querer pero a ritmo; yo me encuentro engrasadito y caliente como en mis
mejores tiempos con una sensaciones “acongojantes” como ya casi ni recordaba y
que, por supuesto, no esperaba, Juan casi levita de placer; desandamos el
camino ya sin variantes y alcanzamos la pista bajo la Cabaña Hohsaas.
Allí comprobaré que la piedra que me ha cortado en la mano solamente con un
suave apoyo es una auténtica navaja de afeitar con un filo inimaginable. La
hemorragia se ha cortado pero lo primero que hago al llegar a la cabaña es
ponerme un esparadrapo grande como protección tratando de evitar que se
reproduzca la hemorragia y ponerme perdido de sangre.
Son
las cuatro y diez cuando relatamos a Rosa lo que hemos visto para que se
tranquilice pues el desconocimiento siempre genera inquietud; luego, disponemos
de una tarde inmensa para descansar y solearnos pues no tenemos gran cosa que
hacer.
Nos
tomamos unas Heineken con aceitunas y el correspondiente concurso de
lanzamiento de huesos, lo nuestro; recogemos lo que tenemos a secar y
preparamos la cena al sol cómodamente sobre unas rocas próximas a la cabaña.
Una
pareja de madrileños a los que saludamos educadamente se detienen, finalmente,
a charlar. Pasamos un rato entretenido, les indicamos acerca del Weissmies y de
algunas actividades que pueden realizar en el valle ya que disponen de algunos
días y no saben muy bien que hacer.
Terminamos
la cena y la conversación se prolonga. Parece ser que todos teníamos ganas de
hablar, no somos muchos los hispanohablantes que campamos por aquí.
Luego
ellos van a cenar un poco y nosotros a preparar las mochilas y a dejar
dispuesto el desayuno del día siguiente. A las ocho y media nos subimos a la
habitación, no estamos cansados pero nos encamamos. Hay que liquidar un día en
el que hemos subido 1233
metros y hemos bajado 1283 metros y, por
supuesto, que nos hubiéramos hecho en Lagginhorn en un par de horicas largas
más, ida y vuelta.
Puedes ver más fotos.
También puedes ver la Continuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.