La Sur del Lagginhorn desde Jagerhorn.
Cabaña Hohsaas, Glaciar de Hohlaub, dorso de
separación de glaciares, Glaciar de Lagginhorn y Arista Oeste.
05-08-2007
Salida 06 h. Llega 13 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de Langginhorn procedente de Landeskarten der Schweiz´. Vía en amarillo.
En la habitación de la Cabaña
Hohsaas se hace calor y la noche larga pues me despierto varias veces. Cuando
mueve el personal, alrededor de las cinco, estoy despierto pero allí nos
requedamos. ¿A dónde vamos tan pronto?
Conciliar
el sueño es complicado y puesto que estamos despiertos, a las cinco y media nos
levantamos para comenzar el domingo 5 de Agosto de 2007.
Nos
vestimos, recogemos las mantas y nuestras sábanas y bajamos con las mochilas.
Nos aseamos tranquilamente y arreglamos las mochilas mientras almorzamos sobre
la mesa que hay en el hall. Dejamos todo lo que no necesitamos es unos
estantes y a las seis y cuarto nos
echamos a la mañana que está recién estrenada.
Fleschhorn y Lagginhorn desde Saas Fee.
Bajamos
la pista en dirección este y la abandonamos en la primera curva girando hacia
el norte e iniciando la travesía bajo los restos del Glaciar de Hohlaub
siguiendo el camino conocido y marcado con hitos.
Paso equipado hacia el Glaciar de Lagginhorn.
El
primer torrente lo pasamos sin enterarnos y en el segundo no encontramos hielo
que nos pueda complicar el paso, de esta manera y sin contratiempos nos
llegamos a la pared de la arista que separa los Glaciares de Hohlaub y de
Lagginhorn, pasamos la vira tranquilamente y siguiendo el camino directo
alcanzamos la brecha de paso de la arista.
El Glaciar de Lagginhorn desde el Contrafuerte Rocoso.
Desde
la arista localizamos gente delante de nosotros y muy delante también. Nos
muestran un camino que conocemos y por tanto descendemos de la arista por una
morrena lateral de grandes bloques y tras alcanzar un punto bajo en el glaciar,
comenzamos a remontar siguiendo un pequeño dorso rocoso que se introduce en el
glaciar.
Al
final del dorso nos ponemos los crampones. Son las siete y cuarto y todavía
estamos a la sombra pues la Arista Norte del Weissmies nos apantalla el sol.
A punto de ponernos los crampones para el Lagginhorngletscher.
Tomamos
dirección nordeste, hemos dejado atrás a una numerosa cordada y nos vamos a por
otra mucho más numerosa a la que alcanzamos cuando el glaciar se empina en la única rampa erguida que por su orilla
derecha nos permitirá alcanzar fácilmente la arista oeste del pico. Una lazada
en la parte superior de la rampa nos saca del glaciar y nos deposita en las
rocas de la arista que en este punto es una amplia pala muy acostada. Estamos
ligeramente por encima de los 3250 metros de altitud y nos quitamos los
crampones puesto que lo que sigue es
roca completamente limpia de nieve.
Hacia el Resalte del Glaciar de Lagginhorn.
Siguiendo
los hitos tomamos la dirección este y
empezamos a progresar con ascenso consistente por una pared que se puede subir
un poco por cualquier parte pues no requiere más que costumbre de caminar por
pedreras y el apoyo de manos de cuando en cuando. Seguimos adelantando gente
pues la pendiente no pasará de los 30º.
Hacia la Arista oeste de Lagginhorn.
Pisamos
camino pateado puesto que cuenta con la roca más asentada y eso siempre resulta
económico de esfuerzo y casi sin darnos cuenta faldeamos por el este un pequeño
gendarme que ya localizamos ayer desde nuestro lugar de observación y
alcanzamos la amplia arista cimera por primera vez.
Llegando a la Oeste del Laggin.
Estamos
sobre los 3530 metros de altitud, recibimos oblicuos los primeros rayos del sol
y desde aquí divisamos toda la pared prácticamente cubierta de nieve y de un
montón de gente colgada por la pared y lo de colgada es solamente exagerar un
poco, puesto que hay un trozo de pared tiesa y guapa.
Via de ascenso de la oeste de Lagginhorn.
La
vía no ofrece dudas: de frente y para arriba. Los primeros metros están limpios
mientras la pared se va levantando y se convierte en mixta con una pendiente
que estará por encima de 35º. Nosotros avanzamos sorteando la nieve y en el límite de las afloraciones rocosa más
o menos continuas nos volvemos a poner los crampones.
Debajo de la Aguja de la Oeste del Lagginhorn.
La
nieve que sigue estando buena nos deja progresar a ritmo normal mientras
adelantamos a gente que está ya algo liada.
En el filo de la Arista Oeste del Lagginhorn.
La
pared de nieve continua tiene una primera parte bastante empinada, sostenida y
con unas lazadas bien trazadas salvo en un inicio poco confirmado. Tendrá
alrededor de 100 metros.
La
segunda parte es una rampa más inclinada en la que la huella está casi siempre
escalonada, es bastante más larga y sobre todo, de mitad para arriba se pone de
pié con una pendiente que estará por encima de 60º y presenta unos pasos
obligados en los que la nieve deja paso a unas afloraciones rocosas vestidas de
hielo vivo. Es un paso de alrededor de 30 metros con cierto carácter y que te
obliga a hacer las cosas bien y a estar al loro. Nosotros subimos
tranquilamente, hacemos alguna cola, damos paso a alguno que baja y vemos un
poco de todo pues también los hay a los que les viene grande el pico. Es un
domingo de Agosto.
Glaciar de Trift y Normal al Weismies desde la Oeste de Lagginhorn.
Salimos
de la zona mixta, la pared se acuesta ligeramente y nos ofrece de nuevo nieve
buena y consistente con lo que volvemos a la firmeza de los escalones en la
parte final de la pared. Son unos pocos metros, notando ya la presencia del
sol, los que nos llevan a un pequeño hombro ligeramente al oeste de la cima.
Llegando a la Arista Cimera del Lagginhorn.
Desde
el hombro, una fina y afilada arista, en suave ascenso, de una veintena de
metros y en los que afloran las rocas que sirven para apoyar las manos aunque
para los pies haya que buscar los pasos, nos permite alcanzar la cima del
Lagginhorn situado a 4010 metros de altitud. Son las nueve y media.
Cima de Lagginhorn.
Weissmies desde Lagginhorn.
Contraluz en la Cima de Lagginhorn.
La
cima es reducidísima y bastante incómoda pero con una cruz de hierro que nos
sirve de apoyo y sujeción. Estamos solos al claro y cálido sol de la mañana.
Las vistas, fundamentalmente son similares a las del Weissmies pero ahora
contemplamos la arista de unión entre ambos a la inversa. La variante más
interesante es el Fletchhorn, un arrogante pico que se encuentra unos centenares de metros al norte y que
posee una bella arista casi paralela a la que acabamos de subir y a sus pies el precioso Glaciar de
Lagginhorn, mucho más extenso que la rama que hemos atravesado antes de tomar
la arista.
Perfiles en la Cima de Lagginhorn.
El Hombro y la Antecima del Lagginhorn.
Hace
alguna foto Juan y un cuarto de hora más tarde abandonamos la cima, hacemos la
arista de nuevo con cuidado y nos llegamos al hombro. Es un buen lugar para
almorzar pero preferimos bajar la pared y hacerlo luego. Por tanto, sin más nos
vamos pared abajo tranquilamente pero bajando a nuestra marcha.
Alpes Berneses desde el descenso de la Oeste de Laggin.
Llegamos
al tramo mixto y encontramos "overbuking": hay una cordada bastante
numerosa que sube regular y, evidentemente, muy despacio y otra que baja
delante de nosotros y que está esperando. Se eternizan pero qué le vamos a
hacer, nosotros tampoco tenemos prisa y no queremos meterles presión bajando a
la vez, que se puede hacer.
Luego
nos toca el turno a nosotros y nos desocupamos brevemente dejando plantados a
los de la cordada que nos ha antecedido aprovechando una posibilidad de la
pared.
Una mirada más al Weissmies que es historia de ayer.
Bajamos
con cierta precaución y mucha preocupación puesto que continuamente bajan
trocitos de hielo y pueden bajar otras cosas ya que hay algo de basura suelta
por arriba y algún que otro zaborrero. Nuestros temores se confirmarán y
seremos apedreados pero tenemos suerte pues las piedras nos pasan cerca, una de
ellas podría haber hecho mucho mal, pero no sucederá. De allí para abajo nos
vamos como motos pues el personal parece estar dispuesto a echar abajo la
montaña a poco que se les dé tiempo.
Quitándonos los crampones, resto de arista hacia abajo.
Salimos
de la línea de tiro y enseguida se acuesta la pared, alcanzamos la roca y nos
quitamos los crampones. Sin recogerlos nos acercamos al pequeño collado y
ascendiendo unos metros nos sentamos en la parte alta del gendarme. Es el Punto
3530. Nos desencordamos y
mientras se escurre la nieve de los crampones, nos sentamos cómodamente a
almorzar contemplando la pared. Son las once y cuarto pasadas.
El
Lagginhorn es considerado como un cuatromil menor. Su vecino el Weissmies es
mucho más famoso y nosotros en principio así lo creimos, lo que no pasa de ser
un impresionante error inducido.
El
Weissmies es más alpino que el Lagginhorn, no hay duda, pero eso no es todo. El
Lagginhorn es más duro y tiene más carácter montañero. Esa pared te hace sentir
más vivo y es que me recuerda, en cierto modo, al Cervino de mis amores.
La
gente se duerme sin acostarse en la pared y es que cada cual se lo toma como
quiere. Esa pared ha sido toda estupenda a excepción de las pedradas.
Final de la parte de arista que recorremos al encuentro del glaciar.
Después
de almorzar recogemos los bártulos y alcanzamos la parte superior del gendarme,
del que hay que bajar por una laja bastante estriada y muy arrellanada y en la
que Rosa montará “la gran cagada de los Alpes 07” convirtiendo un destrepe de Iº superior en un
imposible paso de VIº y sin asegurar. Vamos, que casi tenemos que llamar al
helicóptero para que nos saque del embarque. Supongo que le habrá servido de
catarsis universal y, por consiguiente, habrá que darlo como incuestionable y a
otra cosa.
El
descenso no tiene otra historia que ya vale.
Final del Glaciar de Lagginhorn hacia Hoshaas.
A
las doce y media alcanzamos el final de la arista, bajamos el Pequeño Glaciar
de Lagginhorn sin necesidad de ponernos los crampones y al trote, y ya, sin más
asunto que poner un pie delante del otro alcanzamos la Cabaña Hohsaas cuando es
la una del mediodía, una hora estupenda.
Hace
calor y aprovechando los aseos de que disponemos nos pegamos un lavazo de
categoría, una ducha no lo hubiera mejorado fácilmente.
Hechos
unos brazos de mar y fresquitos como un manojo de rosas comemos un poco con
tranquilidad pues sabemos que vamos muy bien de hora.
Charlamos
un poco más con los madrileños y luego, tras enmochilarlo todo ascendemos hasta
la estación del teleférico, nos montamos en una cabina solo para nosotros y
comenzamos el descenso cuando son las tres de la tarde.
A
las tres y veinte llegamos a Saas Grund en medio de un día absolutamente
tórrido. Lo primero que hacemos es localizar la predicción meteorológica que
suelen colgar en sitios como este y en la que, además de la predicción del día
para los usuarios del remonte, añaden la predicción de los dos días siguientes.
Mañana
se estropea el tiempo al final del día y el empeoramiento prosigue al día
siguiente. Así que hay que contar con ello para nuestros planes.
Me
voy andando a buscar el coche y un cuarto de hora después metemos las mochilas
en el asiento y nos vamos pueblo arriba en busca de alguna tienda que esté
abierta, pues es domingo por la tarde, y en ella podamos comprar algún carrete
de diapositivas ya que a Juan casi no le quedan.
En
una tienda pequeña nos dicen que no tienen, que hay en un supermercado próximo
y la señora que dice entender un poco de cámaras digitales no sabe lo que le
puede suceder a la mía que, a estas alturas, está casi sin batería de tanto
manejarla. Uno de los madrileños nos dijo ayer que podría ser la batería que, a
veces, se estropea y no por descargarse al uso.
Compramos
un carrete de fotos a falta de diapositivas y seguidamente, montamos en el
coche y nos disponemos a abandonar el valle: hemos decidido marchar hasta
Zinal.
También puedes ver la Continuación.
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