5 jul 2009

26a-09. DEC DE LHURS. 5-7-2009.

La Noroeste del Dec de Lhurs.

Anapia, Hayedo Larrangus, Lac de Lhurs y arista oeste. Descenso a Cabañas de Ansabere.

05-07-2009.

Salida 8 h. Llegada 15 h.

Mixto.

Fácil.

Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.


Mapa del Dec de Lhurs procedente de Alpina. Vía en amarillo.



            No habíamos estado nunca en Lescun. El Pirineo es grande, al menos para nosotros, a pesar de que llevamos unos años en el tema.

            Preparamos una ruta para un par de días no demasiado cargados y vamos a conocer y para empezar lo haremos con el Dec de Lhurs o Pinadé.

            Es 5 de Julio de 2009, estamos todos de vacaciones, madrugamos un poco y en alrededor de hora y media estamos aparcando en Anapia. Son las ocho de la mañana cuando iniciamos la marcha por pista señalizada hacia el Lac de Lhurs. Estamos sobre los 950 metros de altitud y ya hemos inspeccionado previamente el acceso abierto hacia Pont Lamary por si tuviéramos que darnos la vuelta desde el Lac de Lhurs, pues las nieblas están sobre los 1100 metros de altitud.
Helechar junto al Hayedo Larrangus.

            Hemos dejado a nuestra derecha el camino del Barranco de Lauga y por pista no demasiado transitada nos introducimos en el Hayedo de Larrangus previo paso por praderíos invadidos totalmente por frondosos y tiernos helechos.

            Vamos para arriba por un camino bastante transitado, muy bien balizado de amarillo y con la esperanza de que levanten las nieblas; siempre es bueno para orientarse además de disfrutar y más en ocasiones como esta que debemos transitar terrenos desconocidos.

            A ciegas vamos ascendiendo entre nieblas más o menos intensas y húmedas que en algunas partes del hayedo condensan en las hojas provocando un goteo no demasiado molesto. No sabemos a ciencia cierta ni por dónde vamos ni que nos humedece más si el goteo de las hojas o el sudor: dentro del hayedo la temperatura es considerable.

            En algún momento, sobre los 1500 metros de altitud nos aproximamos al Barranco Landrosque cuando nuestro camino se ha orientado definitivamente al oeste.

Por encima del Barranco Landrosque.

            Poco después abandonamos el hayedo y el camino confluye con el barranco para, enseguida abandonarlo, e incorporarse a la ladera derecha del mismo en busca de praderío en el que aparecen las calizas claras que terminan por aclarar el ambiente. Es una promesa  inestimable, estamos en el límite superior del estrato de nieblas.

            El camino se arrellana e inmediatamente se incorpora a una plana y estrecha depresión que parece ser un desagüe tan poco activo que ha permitido la completa instalación de la pradera alpina.
Intuimos más que vemos la presencia del Lac de Lhurs.

            La depresión se amplía y nos deposita en el lecho lacustre del Lac de Lhurs que intuimos más que vemos. Se traslucen los verticales paredones de la Tabla y Peña Blanca y recibimos los rayos del sol y aparece el lac relleno de vapores tornasolados. También aparece la primera de las cabañas acostada al noroeste del lac.

La Tabla y la Mesa de los Tres Reyes desde el Lac de Lhurs.

            Son las nueve y media, estamos a 1691 metros de altitud y nos sentamos a almorzar un poco y a dar tiempo a las nieblas a que embarquen y se vayan a otro valle.

La Norte del Dec de Lhurs.

            Media hora después, ya hemos podido ver intermitentemente los paredones de la parte oeste del circo, hemos localizado el collado al que nos dirigimos y visto la verdísima ladera norte del Dec de Lhurs que moja sus pies en el lac; lo rodeamos por su orilla norte, pasamos junto a la majada pastoril en la que hay un menguadísimo rebaño de ovejas y aprovechamos para contemplar las nieblas que se bajan un poco y nos dejan un espléndido día por las crestas y cimas que refulgen al esperado sol de la mañana.

Lac de Lhurs desde el oeste.

Hacia el este desde el Collado de Lhurs.

Otra imagen del Lac de Lhurs.

            En dirección sur ascendemos por libre pues se puede subir por cualquier parte, la ladera vestida completamente de verde y  alcanzamos el Collado Oeste del Dec de Lhurs situado a 1969 metros de altitud cuando son las once menos cuarto.

            El collado es amplísimo, irregular y vestido de verdura a tono con ambas laderas, lo que disipa una de nuestras incógnitas: no cuenta con barras calizas que nos dificulten el descenso hacia el circo situado al sur que sigue relleno de nieblas.

¡A esto hemos venido!

            Dejamos las mochilas y nos vamos para arriba en dirección este siguiendo un marcado camino que nos ha mostrado una pareja con la que coincidiremos en la cima.

            El camino toma la arista y de frente atraviesa la zona de pradera alpina para alcanzar un primer resalte en el que aparecen las calizas que enseguida van a cobrar tamaño.

            Al final del corto resalte el camino se arrellana y atraviesa un pequeño rellano bajo el casquete somital.

Casquete Somital del Dec de Lhurs desde la Antecima Oeste.

            Las citas nos conducen hacia el centro de la pared  compuesta de enormes bloques calizos entre los cuales discurre fácilmente sorteándolos con pasos en los que apenas requieren algún apoyo de manos.

Cima del Dec de Lhurs o Pinadé.

            A las once y cuarto alcanzamos la cima del Dec de Lhurs situada a 2176 metros de altitud. Se trata de una doble cima en la que la situada al norte parece un poco más baja. Ambas están conformadas por un caos de bloques calizos.


Agujas al noroeste del Dec de Lhurs.
Aguja Pequeña de Ansabere y la Candela.

            Damos algunas vueltas por la cima que es bastante amplia además de irregular y contemplamos un paisaje limitado por las nieblas que se agazapan en el fondo de los valles. A pesar de ello el paisaje que se divisa desde este lugar es ciertamente interesante: además de la cadena oeste desde Acherito a la Contende, creo que se asoma el Soum Couy entre el último y el Anie; la sur del Billare al norte, aunque no sea la cara más estética  y un horizonte algo incierto hacia el este y sur. No se trata del mejor día deseado. Por el contrario las nieblas perfilan imágenes sensacionales en los torreones de la cara este del pico. Al menos la zona de Ansabere está limpia y con ella nos deleitamos.

            Veinte minutos después nos vamos para abajo aproximadamente por el mismo camino. A las doce estamos de nuevo en el collado recogiendo las mochilas.
En el Amplio Collado  de la Este de la mesa de los Tres Reyes.

            Las laderas de Escoueste cubiertas de verdura al menos en la parte superior que vemos, son bastante erguidas en la zona próxima al Dec de Lhurs, consecuentemente y fundamentalmente porque las nieblas cubren el fondo del Circo de Ansabere recorremos la loma divisoria en dirección oeste tratando de localizar algún camino que descienda por la ladera.

            Aspiramos a que muevan un poco las nieblas y nos dejen localizar las Cabañas de Pedain y, en cualquier caso, cuanto más en la cabecera del circo nos situemos, menor será el desnivel de ladera a bajar.

            Mis socios por la loma y yo un poco en horizontal tratamos de localizar camino que no encontraremos, alcanzamos un último promontorio por encima de los 2000 metros y próximos ya a los torreones de la este de la Mesa, hay que empezar a bajar.

Gencianas lúteas en el Puerto de Escoueste.

            Yo que llevo un buen tramo casi en horizontal y ya a media ladera, he comprobado que el descenso va a ser delicado pues la hierba muy larga ya que el ganado no la ha tocado, está muy mojada por las nieblas.

            Mientras mis socios comienzan el descenso yo también, en suave descenso, tomo una trocha de animales que viene larga del este con la esperanza de que atraviese toda la loma del último promontorio y se incorpore a las pedreras del oeste.

            Así será con alguna que otra duda lo que no quitará que pasemos un rato bastante entretenido a pesar de que tenemos experiencia en terrenos delicados como este. En los mapas no hay caminos marcados en esta ladera.

Bajando a la Cabaña Pedain.

            Finalmente y sin contratiempos alcanzamos la pedrera y reconsideramos puesto que en un instante las nieblas nos han permitido localizar lo que suponemos serán las Cabañas de Pedain. Tenemos dos opciones: bajar a las cabañas sumidas en las nieblas y tratar de localizar camino de pastores hacia las Cabañas de Ansabere, con riesgo de perder mucho desnivel que luego tendremos que remontar cuando alcancemos el Barranco de Ansabere; o tomar una altitud prudente y contornear el circo por debajo de las Agujas de Ansabere hasta que alcancemos las cabañas o el camino que asciende hacia el Collado de Petrechema y bajarnos hasta las cabañas.

            Pero como las decisiones importantes se toman mejor con el estómago lleno, nos detenemos a comer en el límite superior de las nieblas. Es la una y cuarto y estamos a 1750 metros de altitud.

            Picoteamos un poco de todo y principalmente esperanza de que colaboren las nieblas. Pero no será así. Media hora después tomamos la decisión  de descender 100 metros de altitud e iniciar la travesía en horizontal del circo salga lo que salga.

            Nos introducimos en las nieblas que no nos restan visibilidad pero sí nos privan de referencias de navegación y enseguida cruzamos por medio del rebaño de ovejas que pasta en compañía de los perros que nos reciben a ladrido limpio en las inmediaciones de las Cabañas de Pedían.

Aquilegia aventurera cerca de la Cabaña Pedain.

            Giramos un poco al este con el circo y nos introducimos en el hayedo que alcanza estas altitudes sustituyendo a la pradera alpina.

            El Hayedo es un bosque de escaso sotobosque en el que hay que tener cuidado con la hojarasca que mantiene la superficie siempre húmeda y resbaladiza. Además aparece un crestón un tanto erguido frente a nosotros y lo atravesamos en una ladera muy inclinada que nos entretiene algo y nos invita a replantarnos la vía: trataremos de alcanzar la parte superior del hayedo para disponer de una vía algo más expedita.

            El ganado esquilea muy profundo sumergido en blanco lechoso de las nieblas mientras transitamos un rellano en medio de una ladera bastante pendiente. Nos olvidamos del altímetro y progresamos de claro en claro.

            Poco más adelante, cuando pensamos que no podemos estar muy lejos de nuestros posibles objetivos, atravesamos un segundo lomo, también de claro en claro, que nos sitúa en un rellano herboso que se abre sobre el hayedo.

Cabañas de Ansabere.

            Bueno, no se abre sino que se trata del final del hayedo e inmediatamente oímos voces y localizamos el techo brillante entre las nieblas de una cabaña: “Misión cumplida”. Nos ha guiado la Polar y hemos llegado al camino que baja desde el Collado de Ansabere una veintena de metros por encima de las Cabañas de Ansabere. Son las tres de la tarde y estamos a 1570 metros de altitud.

            Las voces eran de un grupo de salamantinos que bajan de la Mesa. Charlamos con ellos pues con estas nieblas no tenemos mucha faena que hacer.

            Ellos se irán para abajo y nosotros tras inspeccionar las cabañas, la mejor está ocupada por el pastor y su familia nos decidimos por la más próxima a esta: es la más limpia, cierra bien la puerta y tiene por todo mobiliario unas banquetas de madera, el suelo es de hormigón y está bien barrida.

            Disponemos de una enorme tarde de nieblas para no hacer nada aparte de descansar de los 1250 metros subidos y los 650 metros bajados.

            Los pastores ordeñarán a los dos rebaños que hacen llegar a los apriscos de las inmediaciones de las cabañas, nosotros cenaremos pronto y alguno se meterá de inmediato en el saco dispuesto a ajusticiar convenientemente una noche larga como pocas incluso eterna contemplada desde la dureza del hormigón a la fina goma espuma de la esterilla.

Puedes ver más fotos.

También puedes ver la Continuación.


           

           

             


  

           

               

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